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Encantado. por nezalxuchitl

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Notas del fanfic:

¡Kya! Bueno, no tiene mucha trama, en realidad es casi un oneshot PWP.

Notas del capitulo: Dedicado especialmente a Zoe Wayne, para que se cure de cierto susto, y por ser una gran fanficautora, una buena amiga y una persona muy agradable *.*
 

 

Encantado. 

Gilderoy Lockhart estaba en su elemento: autografiando nuevos ejemplares de su autobiografía en la mismísima librería Flourish&Bloots. No cualquiera podía ir a la mas prestigiosa librería mágica a repartir autógrafos, sonrisas y uno que otro guiño de ojo entre sus fans.

 

No señor, no cualquiera: pero él era Gilderoy Lockhart. En París, en la Rue Chafour (el equivalente galo del callejón Diagon) había arrasado: mas de 5000 mil ejemplares firmados. Se acabo dos pomos de tinta y sus fans francesas se desgreñaron por darle uno nuevo.

 

Lastima que las inglesas estuvieran tan pendientes del qué dirán. Sería estupendo que un par de chicas, quizá esa pelimorada del vestido de cuero negro y su amiga comenzaran a pelearse por su causa. Gilderoy hizo estrellitas con una mano para desentumecerla y se deleito imaginándose la publicidad: en portada de Corazón de Bruja, concediéndole su vigésimo segunda entrevista exclusiva, contándoles como el, Gilderoy Lockhart había detenido la pelea con el poder de su impactante belleza, y las entrañables amigas, disgustadas por su causa, se reconciliaban al pedírselos él con una deslumbrante sonrisa.

 

Alguien hablo alto y levanto su mirada arrebatadoramente azul. ¿Era ese mocosillo Harry Potter? Lo gritó en voz alta. Las amigas sexys no parecían querer pelearse, y si lograba que la gente creyera que el Niño que Sobrevivió era su fan su mercado se ampliaría mas.

 

Se paro, estrecho la mano del chiquillo, que estaba tieso como si le hubieran metido un palo de escoba.

 

-¡Sonríe Harry, sonríe, todo es publicidad! - masculló entre dientes mientras le pellizcaba con mas fuerza de la necesaria un cachete, y luego, estrechándolo con vigor hablo a la multitud- ¡Damas y caballeros! Cuando Harry Potter entró en esta librería solo tenia en mente comprar mi autobiografía, que tendré mucho gusto en regalarle.- pausa para los aplausos de la multitud- Harry no sabia, no podía imaginar - mueca emocionada- que en breve iba a recibir de mi mucho mas que "El encantador" . Brujas y magos, es un gran honor, no, un placer, comunicaros que en septiembre de este año cambiare mi residencia al castillo Howgarts (para que lo tengan en cuenta a la hora de escribirme cartas) pues he decidido compartir mi saber y ejemplificar con mi destreza a los alumnos de este colegio. ¡Si señoras y señores! Seré profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras!

 

La multitud aplaudió rabiosamente, hasta los ejemplares del "Libro de la adulación", en forma de mano, salieron de los estantes para aplaudir. Gilderoy zarandeaba a Harry. Sonreía que parecía anuncio de clínica dental.

 

-Sonríe Harry, sonríe: tu y yo juntos nos merecemos la primera plana del Profeta.

 

Cuando los aplausos y los flashes dejaron de apabullarlo soltó al mocoso, que daba muestras de ser muy soso, y le regalo sus obras completas, con la esperanza de que se volviera mas exitoso, mas deslumbrante, mas como él!

 

 

Una nueva tropilla entro en la librería y Gilderoy siguió autografiando. A poco escucho a dos tipos pelearse: ¡genial! Eso significaba que su mercado estaba ampliándose exitosamente al mundo masculino. Uno era un señor escasamente pelirrojo, muy sin chiste, pero el otro. ¡Oh lá lá! ¡Que clase, señores, que estilo! ¡Esa manera de encarar un puñetazo en el ojo! ¡Esa elegante fluidez para espetar sonoras palabrotas! ¡Ese modo distinguido de intentar ganar con trampas! Que no llegase a consumar la patada a la ingle de su oponente no le quitaba el mérito de haberlo intentado.

 

Cuando finalmente pudieron separarlos su campeón, el caballero rubio iba ganando. ¡Y como no! Se dijo con indignación. ¿Dónde se ha visto que el feo le gane al bonito? ¡No, no, no! No había modo en que ese individuo alto, esbelto, guapo y a juzgar por las apaciencias rico pudiera perder.

 

Dejo la firma de libros para interesarse por la salud del apuesto rubio platinado de ojos grises.

 

-Por supuesto que estoy bien.- le replico con desdén, mirando febrilmente a una niña pequeña, pelirroja y asustada- Y estaré mejor cuando haya salido de esta librería de segunda.- aseveró viéndolo por primera vez. Una luz distinta se encendió en los ojos grises. Gilderoy estaba seguro de que iba a decirle que era un gran fan suyo. Pero no, en vez de eso dijo- Quizá en otra situación le invitara a tomar una copa, pero ahora he de ir a lavarme.- se sacudió graciosamente una manga- Arthur Weasley me tocó con sus infectas manos de traidor a la sangre.

 

Y dio la vuelta con tanta violencia que su larguísima melena platinada abofeteó al boquiabierto Lockhart. El autor de tantos y tantos best-sellers sintió el impulso de ir tras el, pero sus obligaciones lo detuvieron. La chica del pelo morado lo veía con un gesto psicópata: "Me has tenido haciendo cola tres horas, infeliz, y ahora me firmas o te hago cachitos. Con mis propias manos." Parecía decirle con la mirada. Gilderoy le guiño un ojo y volvió a sentar su multipremiado trasero en la silla para firmar mas autógrafos. Cuando le llegó el turno, la chica pelimorada le guiñó un ojo y le robó un besito antes de salir corriendo como alma que lleva el diablo para escapar del furor de las fanáticas menos aventadas que ella.

 

Gilderoy terminó hasta las siete de la noche, con la mano casi acalambrada. Estaba exhausto pero feliz. Había roto su propio record de la Librerié Deschamps: 5000 ejemplares allá, 6666 acá. Ja. No por nada estaba en su propia casa, su hogar, dulce hogar: Inglaterra.

 

Al día siguiente, en al recibir el Profeta se llevo un gran disgusto al ver que no estaba en primera plana. ¡¿Qué demonios interesaba que en Japón hubiese sido atacado de nuevo por Godzilla, el monstruo legendario!? En lo único en que coincidía con el articulo era en que el Ministerio de Magia japonés merecía un buen rapapolvo: era la decimoséptima vez en lo que iba del siglo que Godzilla se les escapaba de su hábitat submarino. La Sociedad Protectora de Animales mágicos protestaba: cada que escapaba, Godzilla comia cosas "radioactivas" y podian hacerle daño. Ademas, nadie sabia si la radiactividad afectaba la magia. Era el colmo. ¡Hasta había muggles fans de Godzilla, de tanto que salía! No, no, no. Esos magos nipones no eran buenos con hechizos desmemorizantes. Deberían de tomar unas clasecitas con él.

 

Gilderoy sonrió satisfecho de si mismo y pasó a la segunda hoja: ahí estaba su reportaje. Había una foto grande de el estrechando a Harry Potter con los lentes casi caídos. Chasqueó la lengua y negó con la cabeza. Ese chico era un caos. Con ese peinadito, por dios. Leyó el articulo, Lockhart estuvo esplendido, el autor de Recreo con la Banshee vuelve a sorprendernos, etc. Hasta mencionaban la pelea, ¡que bien! Su campeón rubio y bello se llamaba Malfoy, Lucius Malfoy...

 

" Quizá en otra situación le invitara a tomar una copa..." las palabras de Lucius Malfoy resonaron en su mente, haciendo eco eco eco...

 

Sin casi pensarlo cogió la lechuza y le envió una invitación, a tomar una copa, y para disculpase por las molestias que su inmensa fama le había provocado.

 

                                                   *

 

Las capas habían volado por los aires; se las habían arrancado con violencia. Con ansiosos besos intentaban robar todo el aliento del otro. Sus manos se deslizaban febriles, jaloneando las túnicas. No había tiempo para contemplaciones: Malfoy rasgó de arriba abajo la túnica color malva de Lockhart y descubrió satisfecho que no llevaba nada debajo. Así podía apoderarse inmediatamente de su miembro.

 

Se lo cogió con la diestra y empezó a frotarlo de arriba abajo, muy recio y rápido, lográndole una erección dura como la roca en menos de lo que se tarda en contarlo. Lo masturbaba con fuerza mientras su lengua batallaba contra la del ojiazul en una batalla en la que ambos salían ganando. Lockhart, completamente en poder de Malfoy sobaba con sus manos el trasero firme y carnoso que tanto lo había tentado al adivinarlo, apenas delineado, bajo la elegante túnica blanca.

 

Blanco, si, pero puro, nada. Fue jalando las naguas de la prenda hacia arriba, exponiendo a la vista de algún afortunado observador las piernas largas, interminables, de Malfoy. Pero como todo, hasta lo bueno, se acaba, los muslos alabastrinos del platinado terminaban en lo alto, cediendo existencia a las nalgas mas blancas, redondas y firmes que puedan imaginarse. Lockhart intento abarcarlas con sus manos desnudas: no pudo. Las masajeó y las apretujó con deseo, yendo cada vez mas al centro, deslizó sus dedos de arriba abajo justo sobre la hendidura en medio de ellas, tentando, provocando...

 

Malfoy le chupaba con furia el labio inferior y se la jalaba como si quisiera arrancársela. A duras penas pudo separar su boca de la del rubio dorado.

 

-Jódeme.- le ordenó jalándole los cabellos por la nuca, para que mantuviera el rostro en alto. Le mordió el cuello y le soltó el pene- Quiero que me limes como a una puta barata; quiero maullar de placer como una gata en celo, ¿entiendes?

 

Mientras hablaba, Malfoy le tiraba mas de los cabellos y con su otra mano, con un solo dedo, delineaba el contorno del cuello de Lockhart.

 

-Si...- contestó débilmente el ojiazul.

 

Los labios de Malfoy se cerraron sobre su nuez de adán, chupándola, ¡por Merlín! Que hombre tan apuesto, infantil, una pizca de zonzo: en resumen, que hombre tan hombre. No era tan alto como el pero era mas corpulento. Lo soltó para despojarse de la túnica y los pantalones. Al quitárselos dejo al descubierto una erección menos imponente que la de Lockhart, pero no menos firme.

 

Se sintió halagado y satisfecho con la mirada predativa que los ojos azules le dedicaban. Sabía que era hermoso, y eso le concedía un poder mas especial que los que da una varita. Se acarició a si mismo el torso en honor a su amante ocasional, su torso esbelto y elegante, su cintura breve... se mojo dos dedos con saliva y con ellos se froto los pezones, que de inmediato se pusieron paraditos y brillantes. Los ojos de Lockhart se desorbitaban. Malfoy sonrió; esa movida, con sus pezones rosaditos y pequeños, era infalible.

 

Se siguió acariciando solo un pezón y volvió a humedecerse un par de dedos, los bajo por su vientre, sobre su ombligo y  mas abajo... Lockhart lo veía como embobado. Se inclinó adelante y meneó la cabeza, presumiendo su magnifica melena platinada. Se incorporó arqueándose hacia atrás y luego se dio la vuelta para quedar de espaldas al rubio.

 

Había un sofá tapizado en rojo cerca: puso las manos sobre su respaldo para apoyarse, inclino el torso unos 45° respecto a las piernas, rectas y separadas y meneó el trasero para ofrecerlo.

 

Le sorprendió no sentir la violenta estocada rellenando sus entrañas. Volvió el rostro a medias, enmarcado por sus cabellos como hebras de ángel.

 

-¿Qué diablos esperas imbécil?- le espetó a Lockhart- ¿Qué me meta un consolador? - añadió, llevando una de sus manos atrás para jalar una nalga y mostrar un sitio obsceno y perverso que en esos instantes se antojaba todo menos eso.

 

Como despertando de un hechizo Lockhart volvió a la realidad. No acaba de creerse su buena suerte cuando, acomodándose detrás de Malfoy, situó la cabeza rosada y caliente de su pene sobre el fruncido agujero. Le cogió las nalgas con ambas manos y las separo lo mas que pudo: era una visión celestial, su pene entre esas nalgas carnosas y lampiñas. Con un vigoroso empuje de caderas se adentró entre ellas hasta la mitad. Malfoy aulló.

 

Dolía, dolía cuando entraba, pero aquello le gustaba. Su amante empujó y le pareció que sus entrañas se desgarraban: ¡que gorda tenia la polla ese tío! Arañó el tapizado rojo del sofá en el que se sostenía. Lagrimas de placer brotaban de sus enormes y grises ojos, humedeciendo sus mejillas. El tipo que se lo follaba era un bruto: no había esperado nada antes de empezar con el mete y saca. Pero eso también le gustaba. A lo mejor ese tontito hasta era virgen en lo referente al sexo hombreXhombre.

 

Su amante lo sujetaba con fuerza por las caderas y lo embestía entre pujidos y ruidos guturales que lo prendían mas que las palabras soeces con que solía excitarse. Estaba flojito, y cooperando, pero aun así seguía doliendo... sintió que algo humedecía el interior de sus nalgas y sus ingles; bajó una mano y al tener sus dedos frente a sus ojos los vio manchados de rojo: genial, ese tipo lo había hecho sangrar.

 

-¡Oh si, oh si!- exclamaba mientras la violencia del empuje lo sacudía todo- ¡Oh si, oh si! - exclamaba mientras recordaba el ya lejano día de su desfloración.

 

-¿Te gusta puta?- le pregunto Lockhart interrumpiendo sus aullidos.

 

-Si, me gusta, me gusta mucho, aaah! aaaahh!! ¡Mas recio papito, mas recio para sentirte todito!

 

Malfoy sacudía la cabeza y su despeinada melena platinada danzaba en todas direcciones. Era tan hermoso, parecía una veela...

 

-¡Mas, mas!-gritaba Malfoy, gozándola como nunca.

 

-Te voy a acabar el culo monada...- le advirtió el ojiazul.

 

-¡Si, si, acábamelo, no me importa, aaahhh!!! ¡Pégame, pégame!- le ordenó.

 

Excitado, Lockhart se lo nalgueó; azoto esas blancas y bamboleantes masas hasta dejarlas enrojecidas. Estaba gozando como un loco de esa belleza de hombre... el no solía... no muy seguido... con hombres, pero ese entraba en otra categoría: la de bellezas sobrehumanas.

Le apretó con fuerza las caderas mientras lo oía desgañitarse como una ramera, y lo sentía apretarse como una señorita... gritaba sin darse cuenta, se alegró de que su platinado se hubiera corrido ya. Ya no podía aguantar mas. Empujando tan fuerte que lo hacia tambalearse termino derramando su semen en sus entrañas, inundándoselas...

 

Jadeante, se abrazo a el... pegó su pecho varonil a la espalda del ojigris y notó que su belleza también había sudado, tanto que la melena estaba húmeda y pegada a su espalda en algunos mechones... le acaricio el frente, dirigió sus manos al miembro de Malfoy y se admiró de encóstraselo firme todavía... le devolvió el primer favor que le hizo, masturbándolo con vigor, pero mas tiernamente de lo que el otro lo había hecho. Le besuqueó la nuca y hundió su nariz entre sus cabellos para deleitarse en su delicado aroma.

 

Malfoy jadeaba y se tensaba bajo él, el sudor corría por su cuello, enfriándose ya, dándole escalofríos... tenia los labios resecos de tanto que se los había chupado en su paroxismo de placer y ahora, jadeaba sin cesar, un hilillo de saliva escurría por sus comisuras... ya no podía con mas, estaba volviéndose loco, el rubio aun le tenia el pene, que perdía firmeza, en el interior y le estaba dando una de las mejores chaquetas de su vida... eyaculó, tensándose tanto que el miembro flácido escapo de entre sus nalgas y el semen y la saliva escurrieron de su culo y de su boca, manchando la alfombra del hotel.

 

Lockhart se retiró dando un ultimo beso a su cabellera despeinada, y se fue a sentar a una butaca mullidita. Malfoy se dejo caer en el sofá, deslizándose por el respaldo. Había sido un encuentro sensacional.

Lo que había empezado como una merienda intrascendente se convirtió en uno de los mejores polvos que había hechado en su vida. Al recibir la invitación la había leído desdeñosamente, pero le bastó imaginarse otra tediosa tarde con su mujer para aceptar la cita. Cualquier cosa, haciendo énfasis en el cualquier, era mejor a estar con ese útero con patas con el que se había visto obligado a casarse para procrear cuando sus verdaderos gustos e intereses eran otros.

 

Calmado su corazón luego del violento exfuezo realizado Malfoy se levanto, auch, le dolía el culo, era una bestia ese hombre cogiendo, pero lo hacia tan bien... se vistió ante la atenta mirada de los ojos azules que se deleitaban con aquel striptease al revés. Mientras Malfoy se peinaba cuidadosamente con un peine de marfil, mirándose a un espejo de plata colgado de la pared del hotel Lockhart se vistió.

 

Quería volver a verlo, pero no sabia como decírselo. Le daba miedo enfrentarse a su desprecio. Aunque se comportara como una verdadera zorra en la cama, fuera de ella era dignísimo e inalcanzable. Sonrió de oreja a oreja cuando el se volvió y le dio una cachetadita afectuosa.

 

-Soy presidente del consejo escolar del Colegio Howgarts de Magia y Hechicería, y como tal, tengo que ir a inspeccionar. Me buscas guapo: siempre me quede con ganas de hacerlo en la mazmorra donde imparten la clase de pociones.

 

 

                                                                ¿Fin?

 

 

Notas finales: Bueno, ese misterioso "¿Fin?" quiere decir que si un dia de estoys el whisky y yo nos inspiramos, les colgaremos la conti de este fic, con estos bishonen poniendole en la mazmorra de Snape, y quiza hasta con Snape voyerando jiji!

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