Las noticias vuelan… y muy rápido
- Al parecer el Jichuriki se ha movido- le informo Karin
-¿A donde?
-A Sunagakure
Sasuke no expreso ninguna emoción- Diles a los otros que vengan
-¿Que pasa, Sasuke?- dijo Suigetsu entrando junto a con Juugo a el cuarto donde se hospedaban
-Nos vamos- declaró poniéndose de pie
-¿Que?
-Vamos a ir a Sunagakure
Ok, Suigetsu sabía que Sasuke no era precisamente la persona más expresiva del mundo, sabía que decirle bloque de hielo con patas no estaba muy lejano de la realidad, pero él pensaba que más que bloque de hielo, sería una estatua de piedra.
Porque al hielo se le podía derretir y hacer agua e inclusive vapor, pero a su, digamos jefe, no. Sasuke simplemente parecía pasar de la vida y de su entorno, como una estatua o escultura de algún lugar, inmutable a lo que pasara a su alrededor.
Bueno casi pasaba de la vida, porque en el momento que llegó el rumor de el cambio de localización del Kyubi, Suigetsu pensaba que se veía más hosco y hostil que normalmente, lo cual ya era mucho decir, y un líder frio era soportable, pero uno que se comportaba de forma agresiva no lo era, por lo que Suigetsu pensó en algo para levantarle los ánimos.
Cuando por fin llegaron al lugar donde acamparían esa noche, cada quien se disperso en sus propios asuntos, lo cierto es que no eran un equipo muy unido, pero así funcionaban bien. Como siempre Karin se encargo de analizar el entorno y cuando dijo que no había presencias cerca, se dispusieron a preparar el campamento.
Sasuke por su parte se separo del grupo como acostumbraba, para mirar las estrellas, lo sabían.
Suigetsu lo siguió hasta que se detuvo en la orilla de un arroyo y se quedo contemplándolo. Pasaron unos cuantos minutos hasta que Sasuke rompió el silencio
-¿Hasta cuándo vas estar ahí parado espiándome?
-¿No puedes creer que a mí también me hayan dado ganas de dar un paseo?- Claro Suigetsu no tenía ninguna consideración hablándole, aunque no diría que eran amigos.
Sasuke volteo a mirarlo sin expresión en el rostro, pero el hecho de que lo mirara sabía que había captado su atención
-¿Que quieres Suigetsu?
Suigetsu llego hasta él-Quiero saber porque estas tan enfadado por el solo hecho de que un antiguo compañero de equipo haya decidido mudarse y ahora nos llevas hacía el desierto
Sasuke lo miro levantando una ceja. Suigetsu lo miro de mal modo un rato y de pronto lo tomo de la nuca y lo beso vorazmente.
-¿Celoso?
-Eso debería preguntarte yo a ti. ¿O solo quieres ir a Suna de paseo?
Sasuke lo atrapo por la cintura tomando el control del beso y llevando a Siugetsu contra el tronco de un árbol. Lo empotro restregándose contra él haciéndole soltar un quejido. Sasuke desabrochaba las ropas del otros. Suigetsu lo mordió con ferocidad en el hombro en desquite del árbol pero al mismo tiempo lamio la herida y le abrió la yukata. No mediaban muchas palabras en sus encuentros, ni siquiera dirían que era una relación.
Ni siquiera hubo necesidad de desnudarse por completo, solo lo suficiente para poder poseer a Suigetsu contra el árbol, simplemente una diversión que habían encontrado para matar el tiempo, lo sabia el peliblanco. En cuanto a Sasuke se dejaba provocar, pero en claro le había dejado que no había una “relación”.
-No estoy enfadado- dijo Sauke acomodándose la ropa, se dio la vuelta y miro el pequeño arroyo frente a ellos.
“Fin de la conversación” entendió Suigetsu
Naruto llegó a Sunagakure junto con Gaara, al parecer había recuperado su buen humor. El viaje fue tranquilo sin mayores accidentes.
El pelirrojo solo podía mirarlo, por alguna razón le parecía que toda la jovialidad del rubio era fingida y Gaara se mordió lo labios en un acto inconsciente de desesperación. Quería alejarlo de Konoha porque sabía que en ese lugar Naruto no dejaba de pensar en el Uchiha, y porque tal parecía que en esa aldea solo se incentivaba su obsesión.
Temari miro el gesto de su hermano, y puso una mano en su hombro, en un gesto de apoyo
-Bien, hemos llegado- señalo Kankuro un grupo de construcciones que se distinguían a lo lejos.
Gaara de verdad esperaba, poder ayudar a Naruto. Volteó a verlo
-Vaya, cuánto tiempo desde que estuvimos aquí, tebayyo. Aunque el lugar no ha cambiado
-Claro, que ha cambiado- saltó Kankuro- hemos mejorado nuestras medidas de seguridad
-Ah, pues a mi me sigue pareciendo igual- dijo el rubio divertido
“¿Porque sigue fingiendo?” Gaara de nuevo se mordió el labio.
Suigetsu odiaba, literalmente odiaba ese lugar, era desértico, con un sol abrasador, sin una gota de agua más que muchos kilómetros hacia abajo, y ninguna en la superficie a muchos más. Sentía que su piel se convertía en polvo a cada paso, ¿y porque estaban ahí? Ah claro, porque a su jefe soy-un-jodido-bloque-de-hielo-con-patas, se le había ocurrido la idea de ir a buscar a su ex compañero de equipo, que por cierto era el contenedor del Kyubi.
Ahora que fueran a buscarlo para atraparlo y entregárselo a ese otro sujeto con esa mascara anaranjada… Suigetsu no creía que fuera a ser así, sobre todo cuando veía la expresión de Sasuke cuando le nombraban al contenedor, Naruto (le pareció recordar que se llamaba), bueno expresión no era la palabra adecuada, era más bien la mirada que brillaba de pronto, esa mirada que le decía que su líder tenía un interés especial en el jinchuriki.
Pero en fin hacía un par de días había comenzado ese desierto que a cada paso parecía ponerse peor. “Todo por un ex compañero, quien lo diría”.