Al día siguiente los caballeros se encontraban tranquilos, aunque deseosos por otra fiesta o más bien de algún otro espectáculo. Milo fue a buscar a Aioria para poder platicarle de su aventura con Afrodita aunque no era necesario ya que este la vio toda
-Sabes, creo que pronto las cosas se pondrán mejores –dijo el bicho recargándose en el respaldo del sillón de Aioria
-¿a si? Porque lo dices –Leo estaba un poco cansado después de tener que ser anfitrión para todos los borrachos que fueron el día anterior a buscarlo – ¿Afrodita acepto hacerlo en su jardín privado?
-je, no, aunque no estaría mal –Milo se acerco a Aioria y le acaricio la cabeza –me refiero a que sería bastante bueno tenerte como esclavo –se volvió a acomodar en su lugar con una sonrisa bastante pervertida
-todavía no tienes la victoria asegurada –el peli castaño acaricio la cabeza de Milo de la misma forma que este lo hizo con el –a mi me parece que las cosas serán mejor para mi… tenerte a ti y a Shaka… postrados ante mis pies… ya me lo puedo imaginar –sonrió con satisfacción –Shaka con aquel disfraz de doctor y tu vestido como vampiro ¡ha! Será exquisito
-el que estará besando mis pies serás tu
Y cuando una discusión amistosa comenzaba a dar lugar para ver quién era el amo, una nota llego; era de Dohko, una nueva fiesta daría comienzo en el séptimo templo, nada especial, para apaciguar los deseos de la mayoría de los caballeros, todos estaban invitados.
EN TEMPLO DE SHION
Shun fue en busca de Hyoga a su habitación, ya estaba preparado para ir a la fiesta. El rubio dejo que pasara mientras el terminaba de arreglarse.
-¿Cómo estas Shun? No te he visto desde la fiesta Japonesa –Dijo el ruso acomodándose el cabello
-no tan bien –el pequeño no podía mirarlo, solo mantenía los ojos clavados al piso
-me lo imagino, Ikki me dijo que tenias resaca… y dime ¿te acostaste con alguien?
-si… con Shion –Andrómeda acababa de levantar la mirada
-creo que tiene manía de exhibicionista –respondió con una sonrisa -¿Cómo me veo?
-muy guapo… -Shun lo miraba a los ojos, era el momento de decirle –Hyoga… yo… -en ese momento se escucho que tocaban la puerta. El rubio fue a abrirla y era Ikki
-¿Cómo estas Ikki? –saludo acuario
-lo siento… pero no quiero llegar solo a la fiesta –dijo y se dio cuenta de la presencia de Shun – hermano estás aquí… pase a verte pero no estabas, pensé que ya te habías ido
-Ikki… qué bueno que estés aquí –dijo con un tono no tan cordial que paso desapercibido –en vista de que todos estamos listos vamos juntos
Resignado, Andrómeda fue el primero en salir de la habitación y ya en el camino se encontró a Shiryu y a Seiya que también se dirigían a la fiesta y así los cinco compañeros de batalla se dirigieron al templo de Dohko
-¿ya hablaste con él? –interrogo el chino acercándose el menor
-nos interrumpió mi hermano –respondió en un susurro
Cuando los broncíneos llegaron, la mayoría ya estaba ahí, buscaron una mesa un poco apartada para poder brindar a solas y ya después ir con los demás a convivir. Los primeros en irse fueron Seiya y Shiryu para bailar un rato, Ikki lanzaba miradas asesinas a cualquiera que pasara con una sonrisa por el lugar; Shun estaba un poco nervioso, estaba junto a Hyoga mirando como balanceaba ligeramente su cuerpo al ritmo de la música, de pronto algo le rompió el corazón al peli verde: su amigo al ver que acababa de llegar Shaka, se acerco a Ikki y le paso un brazo por los hombros para después darle un beso en la mejilla, casi en la comisura de la boca. Andrómeda miro todo esto aguantando las inmensas ganas de llorar, se disculpo de inmediato y se perdió entre la multitud. Shaka se fijo en esto de inmediato y se dirigió a la mesa del fénix y el cisne.
-Hola –saludo frunciendo el seño -¿puedo sentarme?
-claro –dijo el ruso con una sonrisa
-¿ahora si quieres estar con nosotros? –pregunto Ikki con furia
-No sabía que eran pareja –el hindú ignoro las palabras del fénix y se sentó a lado de Hyoga
-últimamente no has prestado mucha atención –contesto Hyoga alegremente
-Ikki ¿puedo hablar contigo?
-el otro día quería platicar contigo –dijo el fénix con la voz un poco quebrada -… y preferiste besuquearte con Aioros
-Ikki por favor –Shaka estiro un brazo para poder tocar a el fénix, pero Hyoga fue más rápido y tomo la mano del moreno, quitándola del alcance del otro rubio
Ikki se sintió agradecido por la forma en que el pato lo protegía, aunque deseaba hablar con el virgo, poder abrazarlo y sentir que todo estaba como antes, poder revivir todos los sentimientos que se habían declarado al salir de la fiesta de disfraces. De pronto una voz lo saco de sus pensamientos, era Milo y Aioria que se habían ido a sentar con ellos e interrumpieron a Shaka en sus intentos para poder hablar con el fénix.
-¿Cómo has estado Hyoga? –Pregunto el bicho, que aun no estaba con el acuariano menor -¿no sabía que habías dejado de acostarte con todo lo que se movía para estar con Ikki?
-¿perdón? –Hyoga se puso tenso ante la rudeza del escorpión
-Milo –dijo Aioria golpeando las costillas de su amigo con el codo –ellos dos no son pareja
-pues a mí me parece todo lo contrario
-¿Cómo sabes que no son pareja? –interrogo Shaka con un brillo de ilusión en sus ojos
-quieren dejar de hablar de nosotros como si no estuviéramos aquí –dijo el ruso alzando la voz
-quieres decir de ti niño, por que el otro ya se fue –dijo Milo si sañosamente
-¿Qué? –Hyoga no se había dado cuenta de que el fénix lo había soltado de la mano y se había ido
En otro lugar de la fiesta, algunos caballeros hacían un círculo alrededor de Mu, Saga y Kannon, felicitándolos por ser ahora una pareja (más bien trió) formal, Dohko miraba todo desde un lado de Shion y Saori (que aun no había fingido desmayarse)
-Me alegro por los tres –dijo la diosa con verdadera cara de alegría –eres muy, pero muy afortunado Saga
-Si felicidades –dijo el patriarca mirándolos con asombro
Dohko se quedo en silencio, no era precisamente lo que él había pensado que sucedería entre los gemelos, se imaginaba que Mu saldría botado. Miro detenidamente a Saga, aquella cara nunca la había visto, era de completa satisfacción, de verdadera alegría ¿se podría amar de igual manera a dos personas? Felicito a los tres pero abrazo a Kannon mientras susurraba
-no era, precisamente lo que pensaba… pero de verdad espero que seas muy feliz –y el antiguo maestro se separo para regresar al lado de Shion
En la mesa de Hyoga no se decía nada, de vez en cuando se escuchaba la voz de Aioria intentando eliminar la tensión, pero era ignorado. Milo miraba con igual odio a Shaka y a Hyoga, ^+^+^+^+^ Ese niño se cree mejor que yo y Shaka igual… ^+^+^+^+^ se decía una y otra vez mentalmente. Shaka, por su parte, se sentía dolido y culpable, no sabía que todo lo que había hecho habría podido herir tanto al fénix, ^+^+^+^+^ ¿Qué tal si busco a otro? ^+^+^+^+^. La tensión se fue en cuanto Camus se sentó en el lugar de Ikki y fue a darles la noticia, ya que eran los únicos que seguían sentados sin ir a felicitar al trió (o más bien en rescate de su alumno que de verdad no se veía cómodo)
-deberían ir con Saga, Kannon y Mu –dijo abrazando a su alumno y viendo directamente a Milo –aunque tal vez tu no –refiriéndose al bicho –no creo que Saga haya olvidado por completo tu actitud con Mu
-Si quisiera tu consejo –El escorpión se sintió destrozado al escuchar las frías palabras de Camus –te lo habría pedido
-nunca escuchaste mis consejos –Milo miro directamente a los ojos de Acuario y noto esa mirada, la misma mirada que tenía cuando lo torturaba en el sótano de la onceava casa –aunque esto no es un consejo… -¿una mirada de odio? –Más te vale meterte con otros -¿de despecho? –O de verdad te arrepentirás -una mirada dolida
-^+^+^+^+^ Esa mirada la he visto en alguien más ¿pero en quien? ^+^+^+^+^Por eso no te preocupes –respondió el bicho a la amenaza que acababa de recibir –tu ni te enteraras –y después de eso se levanto y se fue
-Camus, lo siento… -dijo Aioria imitando al bicho –no puedo
-No seas su perro faldero–le dijo Hyoga a Leo –sigue tus propios consejos
Aioria miro con recelo al ruso ¿Quién era el para estarle diciendo perro? –Algún día Hyoga –dijo como despedida y con cara de dolido dejo la mesa
Aioria alcanzo a Milo para felicitar a los otros tres, el bicho sonreía y seguía la plática de los demás como si nada estuviera pasando, diviso a Aioros, que era el otro faltante en su lista, miro de reojo al gato y sintió una punzada en el pecho, pero la ignoro y poco a poco se fue acercando al centauro.
Shaka seguía en su sitio, todo lo que había sucedido se lo había perdido, ya que estaba totalmente absorto en sus pensamientos, giro su cabeza en busca del fénix, estaba bailando con Afrodita; recordaba perfectamente que antes de que sintiera o más bien aceptara los sentimientos hacia el moreno, Ikki tenía fama de buscar solo diversión, recordaba las palabras de Kannon que había estado con él hacía tiempo “fue solo un encuentro casual, pero me habría gustado que al menos se quedara toda la noche conmigo”. Todos sabían que Ikki guardaba secretos en Japón, los demás caballeros de bronce decían que casi nunca estaba en casa. ^+^+^+^+^ A pesar de todo me costó un poco de trabajo hacer que solo se fijara en mi ^+^+^+^+^ y no eran mentira los pensamientos de Virgo. Él fénix, solitario, misterioso, conseguía estar con quien él quisiera, pero virgo nunca pareció estar en su lista, hasta que el comenzó a insinuársele. Desde entonces él no había vuelto a estar con ningún otro caballero. Los ojos del hindú se iluminaron, se acababa de dar cuenta de esto, pero de inmediato una sombra los opaco ¿Qué tal si volvía a ser el de antes? ¿O si lo habían cambiado por otro rubio? Empezó a poner más atención a su alrededor; Camus y Hyoga aun estaban en la mesa, sentados, platicando algo sobre Saga y Kannon
-Hyoga… -Shaka lo miraba a los ojos pero no ponía atención -¿quieres bailar con migo?
-está bien –respondió Camus antes de que su alumno pudiera responder –yo iré con Shura, se ve algo solo
Camus se levanto y Hyoga a regaña dientas se paro y comenzó a bailar con Shaka, estaban en la esquina de la pista de baile, el hindú podía ver bien a Ikki. Ninguno de los dos rubios bailaba con ganas, de pronto Shaka se acerco y abrazo al alumno de Camus
-por favor… -dijo en un susurro Shaka –dime que no eres pareja de Ikki
-Idiota –soltó Hyoga mientras lo empujaba – ¿No te das cuenta?
El que estuvieran en una esquina de la pista no aminoro el escándalo que acababan de hacer, todos giraron a verlos, Ikki los ignoro y siguió bailando. Después algo increíble sucedió, Shaka cayó de rodillas, tratando de no soltar ninguna lagrima; los murmullos comenzaron a escucharse. Hyoga sin decir algo lo tomo de la muñeca y lo saco de la fiesta.
Milo miro todo con una sonrisa ^+^+^+^+^ ¿Cómo pudo dejar que todos vieran su debilidad? ^+^+^+^+^ Se pregunto el bicho dejando ver el porte tan elegante que tenia. Después de que salieron Ikki se acerco a Aioria y se lo llevo a un lugar apartado para hablar con él. El bicho los miro con celos ¿por qué quería hablar con tanto ahincó a solas con Aioria? Pero necesitaba concentrarse, noto como Shura comenzaba a lanzar miradas de lujuria hacia su presa y no podría permitir que se lo ganaran; siguió con la plática de los demás a su alrededor. Por su parte el caballero más fiel a Athena se dio cuenta de la manera sutil en que el escorpión miraba a su amigo Centauro
-¿Sabes que es lo que pretende Milo? –interrogo el decimo caballero
-Si –respondió el acuariano
-¿y me vas a decir que es? –volvió a preguntar Shura con una ceja levantada
-no puedo… -Camus también miro a Milo –Sabes… qué bueno que Saga, Mu y Kannon estén juntos –dijo cambiando totalmente de tema –aunque es un poco raro
-¿es algo por lo que deba preocuparme? –insistió Shura
-no precisamente a ti… -Camus sonrió recordando como su interlocutor lo había ayudado en el pasado -¿No crees que y fue mucho de evitarse?
-¿Qué? –Pregunto sobresaltado Shura
-Si… vamos Shura, si Saga, Kannon y Mu están juntos ¿Por qué evitas lo inevitable?
-Camus… -el decimo caballero estaba casi sin habla
-No te preocupes… -El francés interrumpió a su amigo –no te preocupes, yo te ayudare… si lo retrasas más tal vez y nunca pase
Camus tomo del brazo a su compañero y lo encamino al lugar en que estaba Aioros, Dohko, Death Mask y Milo. Shura no sabía bien que iba a decir o a suceder, pero la forma tan decisiva en que le había hablado el Acuariano, logro que se llenara de valor y en cuanto estuvo frente a su amor, solo sintió como el agarre con el que lo tenía sujeto su compañero fue aflojándose hasta estar separados. Era el momento
-Aioros… Te amo –dijo sin titubeos el español y sin esperar respuesta se balancea a besar a su amado
-Shura… yo… -dijo el centauro después de separarse –te diría que no es el lugar –Shura lo miro y se iba a dar vuelta, pero la mano de Aioros es más rápida y lo detiene tomándolo por la barbilla –pero no me importa ¡¡YO TAMBIËN TE AMO SHURA!!
Los testigos de aquella declaración tan corta pero efusiva, no lograron evitar sonreír al ver como la parejita recién formada se besaban, de una forma poco descarada, pero llena de amor. El único que no sonreía, era Milo, le acababan de quitar a su presa precisamente en el momento en que se iba a acercar. De nuevo, habían pisado su orgullo, dolido, no pudo evitar torcer la boca. De pronto una mano tomo su hombro y en un susurro le dijeron – ¿No te das cuenta de cuánto lastimas a las personas a costa de tu diversión? –Milo supo inmediatamente que era Camus, se giro velozmente hacia él y deprisa lo acorralo contra una pared, sin mirarlo, tomo el rostro del Acuariano y se abalanzo contra el cuello de este para morderlo… Solo se escucho un golpe y todos voltearon a mirarlos. La mejilla del bicho estaba roja
-Piensa… sacrificaste todo… de verdad todo, por aquello que creías que es diversión, libertad… –Camus no permitió dejarse llevar por sus sentimientos, pero era demasiado, no pudo evitar que sus ojos se cristalizaran –Si no te das cuenta a tiempo… tendrás todo lo que quieres, pero estarás completamente solo
Milo no se movió, esa mirada, lo intrigaba tanto, no quiso desviar los ojos. Quiso llorar, no caería tan bajo como Shaka lo había demostrado. Poco a poco sintió que se desvanecía, sin saber el por qué, solo sintió unos brazos que lo sujetaban… y de nuevo, esa mirada, pero no eran los ojos de Camus.