-Tranquilo ototo- suspira Itachi en su oído. Lo abraza por la cintura, dejando caer su aliento suavemente en su nuca. Siente el estremecimiento del otro y solo sonríe con burla para sí. Como siempre sus padres llegaran tarde, asi que puede pasar tiempo con su hermano.
Itachi no siente remordimientos, ¿para que sentirlos? No es algo que realmente le gustaría evitar, además el ama a su ototo, a su manera claro, y aunque está seguro que algún psicólogo tendría algo que decir al respecto, pero tampoco le interesa esa opinión, lo único que realmente le interesa es ese delicioso cuerpo que casi siente quebrarse cuando se introduce en el.
-Ni-san- susurra Sasuke, no se mueve, se queda quieto, sin dar muestras de algún sentimiento, excepto por ese temblor que se ha apoderado de su cuerpo. Las manos del mayor siguen descendiendo, cubriendo su cuerpo de rubor pero dejando una estela de frialdad por donde han pasado.
Cuando el mundo ve a Itachi ve a un chico serio, atractivo. Ve a uno de los mejores y más mortales ninjas; el hijo perfecto, primogénito de una de las familias más respetadas: los Uchiha y con un gran futuro por delante. Por ello es popular aunque jamás lo haya buscado, la mayoría de las chicas suspiran por él y hasta bastantes chicos también. Inclusive tiene novia, una hermosa y discreta chica su familia, un compromiso que sus padres aprueban, una unión para dar prestigio al clan.
Sus cuerpos se convulsionan suavemente, llegando al climax que se he vuelto familiar, que envuelve sus sentidos y le hace soltar un jadeo de intenso placer.
-Te amo- murmura Itachi siempre al terminar, se acomoda la ropa y se va de la habitación de esa habitación donde fue la primera vez, donde siempre es.
Sasuke odia esas palabras y no puede hacer más que torcer el rostro en un gesto de desagrado cuando alguien las dice. Porque sabe que el amor es la falacia más hipócrita y cruel que han inventado las personas para satisfacer sus necesidades.
Se incorpora lentamente intentando con todas su fuerzas que el otro no lo mire trastabillar, casi arrastrando llega al baño. Se lava completamente hasta que su pile enrojece, teme que alguien lo note, Itachi le ha advertido que nadie debe hacerlo, Itachi le ha dicho que debe obedecerlo.
Cuando Sasuke mira a Itachi ve lo mismo que los demás, con la diferencia de que no puede dejar de comparse, solo para llegar a la triste conclusión de que su hermano es mejor que él. Y tal vez pensar que en cierta forma el mundo es justo como está.
-Sasuke, apresúrate ya vamos a cenar- le grita su madre desde la sala
Cierra la llave de la ducha, sale y se viste, mira su aspecto, está seguro que no hay marca, jamás las hace, solo la ligera incomodidad entre las piernas, que está seguro no se notará mientras camine lentamente.
Baja al comedor y no puede evitar notar el perfecto cuadro que representan su hermano, su padre y su madre cenando con tranquilidad. Un típico cuadro familiar, que inspira calor y confort, que inspira seguridad.
-Vaya, al fin bajaste. ¿Porque tardas tanto en la ducha?- pregunta su madre, para depues seguir sirviendo la cena sin esperar respuesta.
Sasuke se encoje de hombros murmurando una disculpa
-Siéntate le ordena su padre- sin mirarlo
Sasuke toma asiento y de esa forma se integra en el perfecto cuadro familiar de los Uchiha.