Junto A Ti
Los primeros rayos de sol se filtraban por las cortinas de seda de la habitación, pero los cuerpos que estaban sobre la gran cama no lo notaban, estaban concentrados en repartirse caricias, arrancarse ronroneos de placer y gemir, una vez más llegaron al orgasmo después de que por tercera vez Severus se apoderara del pequeño cuerpo de Harry, quien más acostumbrado a la intromisión disfruto más de las sensaciones y guiado por una osadía que no conocía probo estar sobre el cuerpo de Severus, a pesar de lo incomodo, resulto bastante placentero.
Severus: Vuelvo en un minuto
Harry: Esta bien.
Severus salió envuelto en una de las sabanas que se había soltado con tanto movimiento y entro en una puerta que estaba a un lado de la cama, Harry mientras tanto se estiro perezosamente sintiendo casa fibra de las telas sobre su cuerpo desnudo, se apoyo sobre su costado izquierdo en posición fetal y cerró sus ojos, no pretendía dormirse, solo quería recordar los últimos momentos con Severus, pero cuando este salió del baño unos cinco minutos después, se encontró con un Harry profundamente dormido. Severus sonrió ampliamente ante la visión, el chico debería estar agotado con toda la acción y para que estamos con cosas, el tampoco estaba en una muy buena forma que digamos. Saco la sabana que tenia envuelta en su cintura y se metió a la cama, muy juntito de Harry, este instintivamente aun dormido se aferro al cuerpo tibio de su amante.
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Ahora los rayos entraban por el gran ventanal con toda plenitud, alguien había abierto las cortinas y la luz le pegaba fuertemente en el rostro por lo que no pudo seguir durmiendo. Dio media vuelta alargando su brazo buscando aquel tibio cuerpo que sintió junto a él antes de dormirse, pero solo encontró el frio de aquel lado de la cama.
Se incorporo frotando sus ojos y dio un vistazo rápido a la habitación, la puerta por donde recordó había entrado junto a Severus estaba semi abierta, salió de la cama y se puso a buscar por donde había tirado Severus sus bóxer y su polera, cuando al fin los tuvo puestos entro por la puerta que él pensaba daba al baño. Ahí se remojo la cara y salió de la habitación.
Tratando de recordar por donde lo había llevado Severus, llego hasta la escalera que daba justo a la puerta de la casa, bajo y fue hasta el living, ahí recordó la pequeña caja y llevo una de sus manos hasta su cuello: Ahí estaba, aquel precioso presente de su novio y que seguramente estaría ahí hasta los últimos días de su vida. Pero lo que no estaba allí era precisamente, su novio. Fue hasta el comedor que alcanzo a vislumbrar cuando entro la noche pasada, en un extremo había un acceso había otra estancia de la casa; de ahí se escuchaban unos ruidos de ollas y cubiertos y salía un aroma exquisitamente peculiar.
Severus estaba solo con bóxer y su camisa sin abrochar, caminaba de un lado para otro en la amplia cocina, murmurando para sí mismo y sin notar la presencia de Harry, quien lo miraba apoyado y con los brazos cruzados tratando de no reírse, pero de la pura felicidad.
Harry se acerco sigilosamente por detrás de Severus mientras este veía el contenido del refrigerador.
Harry: No sabía que cocinaras Sev, ni mucho menos que un mago como tú necesitara de estos artefactos muggles.
Severus: La cocina es como Pociones Potter; y me gusta que algunos insumos estén frescos.
Severus se volvió hacia Harry y pasó sus brazos sobre los hombros del menor acercando sus labios y dándose un leve beso de buenos días.
Severus: ¿Cómo despertaste?
Harry: Ehhh un poco adolorido, como si hubiese hecho 20 abdominales (N/a: Y es verdad, el dolor es parecido, no sé si los hombres lo sentirán así pero al menos yo que soy mujer lo sentí así, mas de una vez… s/c) pero por lo demás, muy bien, ¿y tu?
Severus: Muy a gusto contigo entre mis brazos… pero con hambre. Lo que me recuerda: llegaste justo en el momento preciso, no sé si hacer de desayunar o de almorzar, por la hora…
Harry: ¿Qué hora es?
Severus: Falta poco para las dos de la tarde.
Harry: ¡¿Qué?! ¡Sirius debe estar como loco…!
Severus: Harry, tranquilo, le envié una lechuza diciéndole que estabas sano y salvo y que por la tarde estaríamos en tu casa.
Harry: Ufff…Y bien, ¿desayunamos o almorzamos?
Severus: ¿Qué tal si me esperas arriba en nuestra habitación y llevo las bandejas en un minuto?
Harry: Mmm almuerzo en la cama, suena estupendo, así te podría tener a ti de postre.
Severus: Buena idea…
Harry le dio un leve beso a Severus antes de subir corriendo las escaleras hacia “su habitación” como lo había mencionado Severus, recogió las ropas esparcidas por el suelo y las puso sobre un sofá, arreglo la cama, solo para que estuvieran cómodos, pues tenía toda la intención de tomar en serio eso del “postre”.
Severus apareció 10 minutos después, traía levitando dos bandejas con muchas cosas ricas para comer y un jarrón con zumo de calabaza. Comieron entre mimos, besos y risas y con el fuerte ruido de dichas bandejas al caer al piso, comenzaron con el postre.
En pocos minutos Harry se encontraba totalmente desnudo otra vez, Severus atacaba su cuello y estimulaba al amiguito de Harry. El menor gemía con más osadía y arañaba la espalda de su amante.
Harry: Por favor Sev…
Basto con que el chico digiera eso para que Severus tomara una de sus piernas, la pusiera sobre su hombro y posicionara su miembro en la entrada del menor. Un gemido ahogado salió de la garganta de Harry al ser penetrado, ahora estaba más acostumbrado por lo que Severus comenzó a moverse de inmediato. Primero lento, como a ambos les gustaba, para luego aumentar el ritmo y volver a disminuirlo. Ahora ambas piernas del menor estaban sobre los hombros del pocionista, las estocadas se hicieron más profundas, hasta llegar a la próstata de Harry, quien gimió una y otra vez pidiendo por más. Severus se concentro de llegar a ese punto cada vez que entraba, ya que así como Harry disfrutaba, él también lo hacía al sentir esa pequeña cavidad apretando su miembro. Las piernas de Harry se deslizaron hasta las caderas de Severus, cada vez que el entraba, Harry empujaba sus piernas para ejercer más presión. Ya casi al final, cuando ambos gemían y sudaban, Severus aumento sus estocadas a un ritmo desenfrenarte, Harry creía que el hombre se había convertido en una bestia, segundos después, ambos dijeron el nombre de otro en un gemido de placer.
Harry: Me encanto… el postre
Severus: Que bueno, no quiero que te pierdas ninguna de las tres comidas al día.
Harry: Cuatro, en realidad como a mitad de tarde me gusta comer alguna colación, así que antes de que me sueltes, deberás “alimentarme” nuevamente.
Severus: ¿Sabes que para tu edad eres demasiado calenturiento?
Harry: ¿Sabes que para tu edad eres demasiado insaciable?