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Adorada estrella de Rock por hina kouyou

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Notas del capitulo:

Olo~~ últimamente he actualizado los días miercoles, asique es posible que lo haga todos los miercoles, siempre y cuando pueda u.u Además ahora no les traígo el capítulomás largo de todos u.u

 

SOY UNA ZORRA! lo sé u.u debí celebrar el cumpleñaos de mi amor, pero no tendría sentido dentro d ela historia u.u

En fin, lean =D


Buscando a la estrella


Capítulo 18


Habían caminado más de diez cuadras para encontrar el supermercado más cercano, se reían de si mismos por haberse ido caminando en vez de haber tomado el bus que llegaba hasta allá. Al llegar a la gran puerta con ese gran cartel de "Bienvenidos" se miraron y decidieron ir en busca de un carro.

-Ese tiene silla de bebé-le decía Uruha al ver al rubio sacando un carro con silla de bebé

-Es que la necesitaré, siempre se me olvidan los yogurts, y esta es la única forma de verlos a la hora de pagar-le decía mientras se adentraban al local

Uruha comenzó a reír y Mao infló sus mejillas al verlo burlarse de él. Comenzaron a recorrer los pasillos, nada novedoso, era simplemente todo lo que el mundo compraba cuando iba al supermercado, exceptuando las cantidades descomunales de ñoquis que echaban al carro. Pasaron por el pasillo de las bebidas alcohólicas, ambos pares de ojos brillaban con ilusión posando sus miradas en cada una de las botellas.

-Lastima, no me alcanza...-decía Mao viendo su billetera

Ambos soltaron un suspiro cargado de resignación y decidieron seguir con las compras que posiblemente serían para el mes.



Hace más de dos días que no se había dignado a salir al exterior para tomar aire fresco, solo hasta que revisó su nevera y se dio cuenta que daba lastima. Echó un bufido al ver que sus tan ansiados huevos fritos no podrían estar dentro de su estomago ni ser degustados por su exigente paladar. Se dirigió al supermercado sin muchas ganas, tiró en el asiento del copiloto la billetera y aceleró. El casi mes encerrado en la sala de estudio planeando el próximo trabajo de su preciada banda lo habían dejado agotado, y no porque el trabajo fuese agobiador, sino que la constante presión que ejercía Mao en su salud mental le provocaba más de un dolor de cabeza. Al bajarse del auto procuró poner en su lugar aquellas grandes gafas negras para luego poner su billetera dentro del bolsillo trasero de su pantalón. Fue en busca de un carro y con ello comenzó su emocionante paseo por los pasillos del supermercado.

-Odio el supermercado...-dijo al ver dos niños a sus costados jugando con una pelota que debieron encontrar en el suelo del pasillo de juguetes.


-¡Uruha!-lo llamaba Mao desde un extremo- ¡Oye, escúchame!

Kyo se dirigió a la sección de galletas, de vez en cuando debía comer algo dulce, no todo era sal en su vida

-¡Shima!

El rubio vocalista oficial de Sex Hot se volteó hacia donde provenía aquel llamado, cuando por su costado pasó un chico más alto que él, delgado y con una figura endemoniadamente sexy, cabello largo y castaño claro, con uniforme. Era Uruha, pero no dijo más al notar que quien lo llamaba tan enérgicamente no era nadie más que el mismo imbécil que le arrebataba su puesto en su amada banda, y también "en el corazón" de su adorado niño.

-Tanto escándalo...

-No escuchabas-dijo Mao mientras dejaba las galletas de chocolate dentro del carro- ¿te gustan rellenas con manjar o con chocolate?

-Mm-se agachó para verlas- Pues me da lo mismo, se ven las dos ricas

-Entonces llevaré solo con chocolate...

-¿No crees que es mucho chocolate? Digo, la galleta es de chocolate y el relleno también...

-¿Conoces el vicio por el chocolate?

-Sí-comenzó a reír al ver la cara emocionada del rubio

Kyo los miraba mientras se escondía sigilosamente tras una señora gorda que compraba junto a su marido gordo miles de Donust, que a su parecer prontamente les traería como regalo la obesidad mórbida, y no estaban tan lejanos de contraerla... Los siguió mirando, se sentía imbécil por no hacer nada, pues sabía que si se acercaba al menor, conociendo su "sutilidad" para tratarlo, haría que Mao lo mirara con una triunfal y burlesca sonrisa. Suspiró, jamás se había tomado tantos problemas con una persona, en realidad poco le interesaba Mao, pero el hecho de saber que él si había conseguido mil cosas más que él con el castaño claro lo hacía sentirse insuficiente y poca cosa.

-Disculpe joven...-de disculpó la señora gorda al chocar con su enorme panza al pobre Kyo

-Descuide...-tomó fuertemente el carro para comenzar a caminar hacia donde estaban los dos.

Al pasar Uruha se volteó siguiéndolo con la mirada, se le hacía tan conocido... Pero por una extraña razón jamás lograba recordar a Kyo al sentir que lo conocía...



-Vamos Ruki, confiésate-decía Die al estar a un lado del vocalista sentado en la silla con ruedas del escritorio

-¿Sobre qué?-le preguntó mientras lo miraba tratando de ocultar su dolor con frialdad

-...Ruki, yo se que Kaoru algo te hizo para que decidieras quedarte así-le dijo moviendo sus pies de adelante hacia atrás aprovechando la ausencia del peli morado

-No se de donde eres tan observador...

-Se disfraza-le respondió mirándolo a los ojos

-Olvídalo Die, no te diré nada porque se lo que me dirás y también se que será verdad...

-Ruki ¡Dímelo! vamos, no seas egoísta, yo se que me quieres decirrrrrrr

-¿Decir qué?-preguntó Kaoru mientras cerraba la puerta tras de si

Este imbécil quiere que Ruki sufra con él por el embarazo de la pobre de Ryoko...-lo miraba con suma desconfianza el peli rojo

-No seas chimoso, vieja María de población-le sacó la lengua

-¿Tú viniste a hincharme las pelotas, verdad?-le preguntó con mala gana al sentarse junto a Ruki

-Si no querías que viniera me hubieras dicho "No Die, no pueden tú ni tu trasero estar en mi casa"

-No seas paranoico-se dejó caer de espalda en la cama

Ruki lo miró de reojo para luego echar un pequeño suspiro, miró a Die y este ya se había volteado para seguir viendo su programa favorito por Youtube, South Park.

¿Qué estará haciendo mi Shima con ese idiota que se cree Kyo?
-pensó mientras veía a la nada



-¿Shima?-se volteó Mao al notar que su acompañante se había quedado atrás

-Ah, si-se dirigió hacia el rubio- Es que pensé conocer a ese chico-le indicó con un movimiento de cabeza

Mao lo miró atentamente, esa estatura, ese cabello profundamente rubio eran inconfundibles para su ojo de águila. Sin aguantar un poco se lo llevó de allí, puesto que era muy probable el que los haya visto, y según su advertencia ya estaba completamente perdido. No tardaron en llegar al departamento del rubio. No era lujoso como el de Kyo o como el de Aoi, era pequeño, cómo, acogedor y típico de un joven trabajador.

-Espero que no te moleste el desorden, no he tenido tiempo de ordenar-se disculpo mientras se adentraba a la cocina

Uruha lo siguió y se apoyó en una pared para mirarlo mientras guardaba las compras en el refrigerador. Luego de haber cocinado los tan ansiados Ñoquis por el castaño claro, comieron entre bromas y carcajadas, y no precisamente porque la sal no haya estado en su punto o la masa recocida, sino que las extrañas caras que ponía el rubio al comer cada uno de ellos hacían que Uruha riera sin parar.

-Si no te gustaban debiste habérmelo dicho para comer otra cosa...

-No he dicho que no me gusten-le dijo mientras tomaba de su vaso con bebida- Es solo que me gusta verte reír...-esta vez clavó profundamente su mirada en la del castaño.

Uruha esquivó la insinuadora acción del mayor para volver a comer y dirigirle una pequeña sonrisa. Mao sonrió de igual manera y decidió volver a comer mientras perdía sus ojos en lo que veían: la comida. Cuando hubieron acabado de comer, dejaron la loza sobre la mesa sin recogerla y se dirigieron al sillón de la sala para comenzar a ver televisión, un canal de música en donde pasaban el preview del próximo trabajo de Sex Hot. Mao al notar la cara de fastidio de su acompañante comenzó a reír y se echó hacia atrás para que su cabeza quedara recostada sobre el respaldo del mueble que lo acogía tan amenamente.

-Shima...-lo llamó sin moverse mientras miraba al techo. Uruha lo miró- Me gustas-se sentó para poder verlo- y mucho...

Uruha se sonrojó levemente, jamás había recibido una confesión de tal forma proveniente de un hombre, palabras parecidas solo las había escuchado de su amado chibi que llevaba por nombre Takanori. Cuando iba a responderle alguna cosa decente al rubio, este ya estaba bastante próximo

-Me encantaría tanto que me dieras al menos una oportunidad...-comenzó a acariciar su mejilla-Yo te demostraría tantas cosas, realmente quisiera poder demostrarte cuanto me gustas...

-Mao... Yo...

-No es necesario que me lo respondas ahora-acercó sus labios hacia los del más alto y los rozó levemente para luego alejarse un poco volviéndolo a mirar directamente a los ojos

La idea de aceptar las intenciones de Mao no le producían incomodidad ni inseguridad, necesitaba sentir las demostraciones de cariño que por tanto tiempo Ruki le negó, y si alguna vez le llegó a corresponder siquiera una, fue bajo impulsos y luego bajaba su arrepentimiento hacia su forma de ser tan infantil e insegura. Uruha suspiró, volvió a mirar a Mao quien al parecer no esperaba una respuesta

-Si te doy la oportunidad de demostrarme lo que sientes por mi... No cambiarían las cosas ¿verdad?

Mao lo miró absorto, realmente no se esperaba tanta seguridad ni convicción en las palabras del castaño claro.

-No-negó junto con su cabeza

-No sé por qué, pero cada vez que estoy contigo siento que te conozco desde hace tanto, no sabes lo cómodo que me hacen sentir aquellas sensaciones... Me gusta estar a tu lado

El mayor le sonrió seductor, y sin querer apresurar las cosas, se acercó nuevamente hacia sus labios para comenzar a besarlos con sutileza



-¡Noooo!-gritó Ruki de repente

-¿Qué pasa Ru?-se sobresaltó un preocupado Kaoru, quien jugaba gracias al aburrimiento Mario Bros junto al pelirrojo

Unas rebeldes lágrimas comenzaron a asomarse de forma traviesa en sus ojos, lamentablemente ya no podía fingir más, así que comenzó a llorar no importándole la presencia de Die. Kaoru al notarlo se levantó y fue a abrazarlo mientras le dirigía una mirada amenazante al pelirrojo para que no se le ocurriese siquiera comentar tal episodio.

-Tengo... Tengo miedo-dijo al fin la temblorosa voz del pelinegro

-¿De qué?-comenzó Kaoru a sacarle los mechones de pelo que cubrían sigilosamente su hermoso y tierno rostro

-De todo...

La inquisidora mirada de Die inquietaba al peli morado, no sabía con exactitud como, pero estaba tan seguro, como que su nombre era Daisuke, de que el culpable silencioso y fantasmal que aquejaba el corazón de su pequeño amigo era exclusivamente su compañero vandálico.

-Quiero estar con él...-lo miró con penuria

-Ruki...

El pequeño sin esperar más tomó su mochila y se fue corriendo de la habitación, seguramente a su casa

-¡Ruki!

Cuando Kaoru se disponía a seguirlo, Die lo tenía sujeto del brazo con la misma mirada de hace uno segundos

-Sospechaba, pero creía que era simple paranoia mía-le dijo el pelirrojo- ¿Qué tienes que ver tú con el cambio rotundo de nuestro pequeñín?

-Nada-se soltó del agarre

-No me mientas, te conozco...

-Die, no empieces-se sentó con desesperación en el suelo

Die comenzó a analizarlo desde arriba, suspiró y se sentó frente al peli morado quien lo miró fugazmente para luego volver a sumergir su mirar en el piso

-Sentí que... Sentí que de alguna forma estaba perdiendo mis oportunidades después de que Ryoko me avisó sobre su embarazo...-comenzó- Ruki estaba tan vulnerable al dolor y su decisión de cambiar parecía tan definitiva que quise centrarme en él para que no cambiara ni me dejara solo para volver nuevamente con Kouyou...

-Y... ¿Te haz detenido a pensar si él es feliz?

Kaoru lo miró, sabía que Die tenía razón

-Uruha también ha sufrido mucho-siguió al ver que Kaoru diría nada- Y no creas que solo tú y Ruki, porque Reita al igual que yo también nos hemos visto afectados... Nuestra amistad ya no es como antes... ¿No te duele ver que cada día estamos más y más alejados? Es que acaso ¿no extrañas esos días repletos de bromas y estupideces?... Pues yo sí, y demasiado para mi gusto

Kaoru sostuvo su mirada sobre el alto pelirrojo, pero prefirió callar y dirigirse nuevamente a su consola llamando a Die con un gesto para que terminaran su aventura de salvar a la princesa.



-¡Maldito hijo de puta!-fueron las primeras palabras pronunciadas por el vocalista de Sex Hot al dejar caer sus compras en el sofá, para luego sentarse en el gran sillón con ambos brazos extendidos y sus ojos cerrados.

Por primera vez en su vida veía todos sus planes y metas fracasar antes de concretarlas, se sentía frustrado, detestaba al mundo y en especial al rubio que llevaba por nombre Mao... Cerró sus ojos y recordó a Uruha junto al rubio en todas las ocasiones que tuvo la "dicha" de verlos juntos. Apretó sus puños provocando unas pequeñas heridas en sus manos debido a la fuerza.

-Como sueño romperte la cara...-pronunció mientras miraba la sangre que poco a poco comenzaba a asomarse entre la carne



Eran ya las 10 de la noche y Uruha ya había regresado a su casa en compañía de Mao, quien a partir de esa tarde comenzó a ser algo más que un amigo, el chico con quien salía. Reita había dejado en la puerta a Aoi luego de haber pasado el atardecer en casa del rubio, para luego marcharse a su casa. Ruki se encontraba refugiado bajo varias mantas que cubrían su tembloroso cuerpo. Die se había marchado bajo el pensamiento de cambiar su mundo. Y finalmente Kaoru quien se encontraba sentado frente a la ventana recapacitando sobre las miles de ciertas palabras que le había dedicado Die durante esa tarde.


Un día nuevo, ya todos se encontraban en la entrada del colegio para saludarse. Kaoru pasó por un lado de Ruki, solo le dirigió una mirada y se adentró, y por primera vez después de mucho tiempo lo hizo sin el pequeño pelinegro.

-¿Estás bien?-le preguntó Die

Ruki lo miró levemente y afirmó con su cabeza. Miró de reojo a Uruha, este al parecer no lo tomaba en cuenta... Tenía tantas ganas de llorar y decirle que seguía amándolo con la misma o más  intensidad de hace un tiempo... Pero ahora más que nunca sentía al castaño claro lejano, tanto que su corazón amenazaba con romperse al igual que aquella noche cuando lo vio con Mao...

Una vez ya todos en sus salones, Reita volteó rápidamente hacia el castaño claro para comenzar a narrarle su cumpleaños número dieciocho, ignorando olímpicamente a Ruki

-Te fuiste con Aoi-le dijo bajo

-Si... Pero no preguntes porque no te diré nada, al menos aquí

Ruki tocó el hombro de Uruha para que lo tomaran en cuenta y al conseguirlo, tímidamente habló

-Si quieren yo me puedo cambiar de puesto por esta clase para que hablen...

Reita miró inmediatamente a Uruha

-Etto... No digas tonterías, no es por eso que no puedo decirlo aquí...

-No te preocupes Aki-chan, yo se que nunca me haz tenido confianza y no me molesta... De verdad...

Uruha lo miró un momento, se veía tan igual a esos días en los que no era tomado en cuenta por nadie... Quiso abrazarlo ahí mismo y gritarle a toda el aula cuanto lo amaba, pero Ruki ya había roto todos los límites y cualquier tipo de esperanza que podría existir en su corazón.

-Bien...-pronunció débilmente el rubio, y el pelinegro se largó a paso lento dirigiéndose hacia adelante buscando en donde podría sentarse

-Eso fue malditamente conmovedor...-dijo Reita al mirar a su amigo

Uruha miró hacia otro lado, realmente quería llorar

-Shima... ¿Qué pasó ayer cuando fuiste a darle explicaciones?

-Pasó que soy un imbécil, que por actitudes como las que acabas de ver llegué a pensar que realmente había vuelto a ser quien siempre ha sido, o que simplemente siempre ha sido el mismo... Pero no es así. Ya no me quiere-finalizó mirando al rubio directamente a los ojos

Reita suspiró, y Uruha sin muchas ganas de escucharlo, el de la banda comenzó a contarle todo lo que había vivido con el guitarrista de su banda favorita. Uruha comenzó a reír disimuladamente

-Qué macho, es lo más masculino que me haz contado en años

-Piérdete-le mostró su dedo del medio- Es todo tu culpa, ¿sabías?

-Claro, mía. Mía porque yo QUISE ir a ese concierto de mierda, mía porque yo QUISE tener siquiera un tipo de relación con esos homosexuales... Claro Suzuki, mía

-Ya, tampoco es para que cobres por el pasado...

Uruha le lanzó una mirada desconforme y comenzó a jugar con su lápiz

-Decidí darle una oportunidad a Mao...

Reita al escucharlo quedó perplejo


Ruki comenzó a cortar unos papelitos y a hacer con ellos pequeñas formas para pintarlas y pegarlas en una hoja que mantenía una carta con una hermosa caligrafía.

-¿Para quien es, Ruki-kun?-le preguntó su compañera, por ahora, de puesto

-Para alguien especial...-le sonrió débilmente

Cuando la hubo terminado, comenzó a examinar su presentación, siempre había sido extremadamente cuidadoso con los trabajos manuales que hacía, y cuando terminó de examinarla una linda sonrisa se formó en sus labios.

Se había pasado la noche pensando acerca de lo que haría, creyó que ya no podía seguir siendo tan inseguro y que debía luchar por lo que quería, aunque la indiferencia de Uruha lo matara... De igual manera se armó de valor para escribirle esa carta de amor explicándole cada uno de sus sentimientos y lo arrepentido que se sentía.

El timbre sonó y se dirigió a su puesto nuevamente, Reita y Uruha seguían hablando

-Y bueno... Estoy saliendo con Mao

El mundo bajo sus pies se derrumbaba parte por parte, quedó petrificado a un lado de los dos y sin querer dejó caer la carta al suelo. Uruha se volteó levemente, y cuando se dio cuenta que era Ruki quien estaba a un lado y que había escuchado al menos la última frase... Quiso morir

-Eh... Yo venía a dejar mi mochila-se excusó rápidamente y con nerviosismo salió corriendo fingiendo que llamaba a Kaoru.

-Mierda...

-Tampoco se lo hubieras podido ocultar de por vida-le dijo Reita

-¿Pero por qué mierda me duele el corazón?...

-...-Reita no le respondió

El castaño miró al suelo y se encontró con un sobre rosado que tenía dibujado un lindo cerdito en él, un corazón a su lado y dentro de él decía "Uruha y Ruki". Al tomarlo en sus manos un montón de lágrimas amenazaron con salir desaforadas de sus ojos, era una carta de amor... Miró al rubio quien no sabía como reaccionar, se paró mientras su mente le decía que fuera por su adorado pequeño, pero no pudo concretarlo, ya que un chico del centro de alumnos se le acercó.

-Kouyou, te estaba buscando. Necesito informarte sobre algo

-¿Puede ser después, Ryu?-le preguntó con cierto afligimiento en su voz

-No…-Uruha dudó- Es corto-le afirmó, el castaño accedió- Mira, este año los encargados del aniversario del colegio son los de último año, y tú por ser el presidente de tu curso necesito que te encargues de la banda que vendría a celebrar con nosotros, solo de eso…

-¿De música?

-Sí

-¿Pero no podría encargarme de otra cosa?

-No. Por favor Takashima, esto es urgente, ya casi no quedan días para preparar algo decente

-Bien…-aceptó con resignación

-¡Gracias!

El chico se largó y Uruha se volteó con desesperación hacia Reita

-¿Y quien mierda contacto?

-¿En realidad no sabes?-le preguntó casi incrédulo debido a su falta de memoria

-Mmh-comenzó a pensar

-Sex Hot- afirmó el de la banda

-¿Qué? ¡¡No, olvídalo!!


 
Notas finales:

Yaa! io dije u.u yo no viví mi último aniversario del colegio por mi accidente en la escalera u.u y fue lo peor, asique me complaceré u.u

Soy una desgraciada, lo sé u.u ¡Ruki! debe sufrir tanto u.u

En fin, muchas gracias por su apoyo! son tan lind@s!!  l@s amoo (L)

Gracias por leer! *0* nos vemos pronto .-.


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