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Adorada estrella de Rock por hina kouyou

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Notas del capitulo:

Olo~~ primero que todo PERDÓN POR LA DEMORA! soy una zorra, lo sé u.u pero no pude antes, no saben lo que me ha costado escribir ;O;!

en fin, lean *0* que por fin se viene lo que vengo prometiendo desde el inicio xD

Pagando cuentas


Capítulo 20

 

Se encontraba mirando desde el balcón el cielo oscurecido por la cantidad de nubes que lo inundaban clamando por lluvia, hace no más de cinco minutos ambos, Kyo y Uruha, habían llegado al lujoso departamento del primero, quedando el menor de los dos en la soledad mientras el rubio preparaba café. No habían cruzado palabra desde que subieron a bordo del vehículo del rudo vocalista, Uruha prefería callar, aún le resultaba sumamente doloroso haber escuchado tal confesión por parte de quien consideraba su amigo y a quien había aceptado en su vida como algo más... Suspiró al recordarlo, se sentía imbécil, había confiado demasiado en quien no conocía a la perfección.

Kyo detuvo el paso detrás del castaño claro, dejando ambas tazas de café sobre una mesita, se sentó en una de las sillas haciendo sonar esta y Uruha giró su cabeza por sobre el hombro. El mayor le hizo una señal levantando su mano la cual tenía en su poder la taza. El más alto giró su cuerpo y fue a tomar asiento junto al rockero. Y allí quedó, mirando el oscuro líquido y por fin pudo soltar la lágrima que mantenía forzosamente retenida en uno de sus ojos. Kyo dejó de beber al notarlo, dejó la taza sobre la mesa nuevamente y acercó su silla hasta el castaño claro. Este no lo notó, solamente hasta que sintió las tibias manos del vocalista sobre sus sonrojadas mejillas. Lo miró sorprendido mientras que el rubio con su dedo pulgar limpió aquel travieso camino de agua.

-No deberías llorar por imbéciles-dijo alejando sus manos

-...-Uruha no le respondió, solo bajó su mirada ¿Qué era esa sensación de calor en su rostro y pecho?

-Parece que lloverá...-dijo al aire mientras se cruzaba de piernas para encender un cigarrillo

Uruha tragó saliva y se acomodó en la silla para comenzar a beber de su café, pero dejó de hacerlo al notar la mirada que mantenía sobre él el rubio.

-Eres tan frágil... No sé por qué te empeñas en demostrar que eres fuerte frente a todo

-Trato de demostrarme fuerte frente a tí, porque te detesto. Pero en realidad soy demasiado débil...-perdió nuevamente su mirar en el líquido oscuro

-Me gusta cuanto me lo demuestras...

Uruha lo miró atentamente.

-Disfrutas humillándome ¿Verdad?

Kyo comenzó a reír sin ningún tipo de mal intención, negó con la cabeza mientras le daba una profunda calada a su cigarro.

-Por supuesto que no te estoy humillando... Es sólo que me agrada saber que no eres ese ser de malos modales y de pésimo humor que conocí hace ya un tiempo... Provocas en mi un sentimiento de protección increíble...

-Es porque quieres que tu futura presa de sed sexual no se arruine-trató de sonar convincente.

-Uruha...-suspiró dejando el cigarro en el cenicero que estaba en el centro de la mesa- Si quieres, todo eso puede quedar en el olvido-le dijo seriamente

El castaño lo miró dubitativo ¿Era cierto lo que sus oído habían escuchado? No podía ser que el ser más caprichoso que había conocido durante su corta vida diera su brazo a torcer tan fácilmente.

-No te creo...

-Problema tuyo

-¿Por qué alguien como tú dejaría de lado algo por lo que tanto ha molestado?

-Yo no dije eso, solamente dije que ya no es una obligación-le respondió seguro- Porque para serte sincero, las ganas de follarte no se me han quitado siquiera un poco

El menor se sonrojó notablemente, demasiado directo para su comodidad.

Kyo sonrió, jamás lo había visto más vulnerable ante sus palabras que en ese instante.

-Voy al baño-se excuso levantándose, Kyo le hizo una seña para que fuera y se quedó mirando el edificio continuo perdiendo su audición en el tráfico que yacía afuera. Amaba sentir la cercanía y el vivir en medio del ambiente creado por el hombre, sin duda el oír de la bocinas y de los medios de transporte al pasar no eran para nada un problema, al contrario.




-¿Dónde está Uruha?-preguntó inmediatamente Ruki al ver a Reita quien venía caminando cabizbajo

-Se largó

-¿Dónde?-preguntó con tristeza

-No se sintió bien...

-¿Y dónde están los modelitos?-preguntó de repente Kaoru

El rubio de la banda suspiró pesadamente, hace un rato lo habían echado del camarín improvisado ante el problema que hubo entre Mao y Aoi. Trató de golpear al rubio reemplazante cuando este golpeó fuertemente al guitarrista, aprovechando también de cobrar las hirientes palabras que habían escuchado él y su mejor amigo. Pero Kai evitó que eso sucediera, ya que estaban en el colegio, quedaba mucho por hacer durante ese día y las cosas simplemente no podían arruinarse de esa maldita forma.



-Aoiii-fue Shinya- ¿Estás bien?

-Si...-le respondió mientras se miraba al espejo lavando su rostro golpeado- Pero estaré mucho mejor cuando este-indicó a Mao con su mentón- se largue definitivamente de MI banda.

-No seas tan rudo...-trató de hacerlo cambiar del opinión el pelilargo

Kai, quien solo había hablado para que sacaran a  Reita de aquel lugar miraba seriamente al pelinegro y de vez en cuando desviaba su mirada hacia el rubio. Se veía ensimismado, completamente arrepentido y afligido. Toshiya había permanecido ausente y silencioso durante todo ese rato, no le sorprendía el que Mao le haya dicho aquello a Kyo, puesto que lo conocía y sabía que en cualquier momento se lo haría saber.

El manager se paró y se dirigió hacia donde estaba Mao

-Podríamos hablar de esto-le sugirió-Pero ahora no, este lugar es...

-No me interesa-lo interrumpió Mao- Después de todo faltan solo días para que yo abandone esto...

-Mao...

-No me interesa lo que puedan pensar de mi... Solo me interesa que Uruha sepa que yo lo quiero de verdad...-perdió su mirada en lo profundo del piso.



-Reita está enamorado, Reita está enamorado~~~-cantaba Die ante el silencio del rubio- ¿Reita?

El de la banda lo miró fastidiado

-¿Estás enamorado?

-Cállate Die...

-¿Pero por qué? ¿Cómo osas renegar el sentimiento que mueve al mundo? Eso me parece sumamente podrido de parte, siendo que hay miles de personas desamparadas como yo y el mismo Kaoru... Recuerdo que un filosofo dijo que...

-Die, de verdad-le pidió con paciencia ¿Paciencia? Si.

El pelirrojo entrecerró sus ojos con desconfianza y se corrió al lado del peli morado para hablarle disimuladamente

-¿Y Ruki?

-No lo sé... Dijo que venía enseguida



El pelinegro bajito se detuvo en frente de la puerta en donde se suponía era el camarín  de Sex Hot, pero le pareció extraño que no hubiera gente, pero luego se enteró que todos habían sido formados en el gimnasio del colegio, puesto que la banda saldría nuevamente, pero esta vez a conversar con sus fanáticos. Tocó la puerta tímidamente y esta fue abierta por Kai.

-Hola...-dijo con nerviosismo

-¿Dime?

-¿Está Sex Hot aquí?

-¡Rukito!-se asomó Shinya empujando a Kai

Ruki sonrió y se dejó abrazar por el batero

-Dime ¿Qué te hizo este monstruo? ¿Te maltrató, golpeó?

-No... Sólo pregunté si...

-¡No importa!-le sonrió haciéndolo entrar, Kai miró al pelilargo con cierto enfado, al igual que Shinya, él también detestaba que no lo tomara en cuenta ¡Pero era culpa suya! No podía ser tan descarado al enojarse.

-¡Miren!-les mostró al pequeño a sus demás compañeros.

Cuando los otros dos lo fueron a saludar, Mao se volteó para ver al pequeño... Aunque su cabello era distinto a la primera y última vez en que lo había visto, podría reconocer a su mayor enemigo hasta por debajo del agua.

-¿Mao?-lo vio con asombro- ¿Y Kyo?-se volteó hacia los demás

Ninguno respondió, puesto que información acerca de ese tema no podía ser conocida por fanáticos, pero desde luego que aquello era notado por el más joven.

Mao omitió olímpicamente la pregunta de Ruki, queriendo rápidamente llegar a la mal intención que nació en su calculadora mente desde que lo vio entrar.

-Si viniste a buscar a tu queridísimo Shima, pues debo decirte que se marchó-le dijo de inmediato

-Eso lo sé...-le respondió con tristeza-¿Sabes dónde fue?-le preguntó con inocencia

-Seguramente a follar por ahí

-¡Mao!-le llamó la atención Kai, mientras sostenía a Aoi que ya tenía las intenciones de golpearlo

Ruki comenzó  a hacer pucheros debido al querer contener el llanto

-Se fue con Kyo-se volteó el rubio para cambiarse la polera- ¿Y a dónde? No quiero saberlo... ¿Pero sabes algo enano?-se volteó para mirarlo con autosuficiencia, el pelinegro levantó su mirada para encontrarse con los fríos y odiosos ojos del rubio. Aoi quiso intervenir pero Kai lo jaló de un brazo haciendo que retrocediera.- él acaba de enterarse de algo sumamente cruel gracias a mi estúpido afán competitivo y de no cerrar la boca cuando la situación lo amerita-se le acercó- Yo estaba con él, si, estaba con tu Shimita...-hizo una pausa para mirar el desconcierto en los ojos del pelinegro menor al comprobar que lo dicho por su amado había sido completamente cierto, estaban juntos...- Pero todo se me derrumbó... Después de todo si había dejado a un moco...

-¡Cierra la boca!-le gritó el estudiante- Cállate...-sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas- ¡Deja de ser cruel! Yo...-su voz se quebró- no quería saber eso... Yo quería creer que... Creer que yo...-pero no podía seguir hablando, el desesperante nudo en su garganta no le permitía continuar.

-Mao, basta-dijo autoritariamente el manager de la banda mientras la escena era seguida por los otros tres- Estás descargando tu frustración en este niño y lo estás dañando-posó sus manos sobre los hombros del más bajo para hacerlo entrar en razón- Llévense al chico...-pronunció con lastima. Shinya tomó delicadamente de la mano al pequeñín y lo condujo hasta la puerta donde un guardia lo guiaría. Cerró la puerta- Deja esto ya, es la última vez que te presentarás como Kyo, hazlo como lo haz hecho hasta ahora... No flaquees en frente del público por este problema ¿De acuerdo?

El rubio se deshizo del agarre de Kai y asintió levemente.



¿Cuántos minutos llevaba encerrado en el baño? ¿Quince, veinte o 30 minutos? Quizá más, pero el castaño claro no sabía como enfrentarse ante la mirada del rubio ¿Cómo se suponía que debería de comportarse? Había sabido hacerlo desde que lo conoció, pero ahora las ganas de aparentar ser el desinteresado y malhumorado joven que alguna vez le mostró ser al vocal de Sex Hot, habían desaparecido por completo tras la fragilidad y el dolor que lo inundaban. Llevó por quinta vez agua a su rostro y se miró detenidamente al espejo dejando descansar ambas manos apoyadas en el lavamanos.

-¿Qué mierda me ve ese sujeto? Puede tener a quien quiera, a la modelo más famosa del país, del continente o quizá hasta del mundo... A tantas personas que resultan más fascinantes que un imbécil estudiante... Está loco-clavó sus ojos en los propios reflejados en el espejo

...Provocas en mi un sentimiento de protección increíble...

...Para serte sincero, las ganas de follarte no se me han quitado siquiera un poco...


Se sonrojó al recordar aquellas frases, pero ¿por qué se sonrojaba? Ya comenzaba a sentir rabia de si mismo. Decidido abrió la puerta y llegó hasta el balcón, pero Kyo ya no estaba allí. Se giró con una mueca de confusión ¿Dónde pudo haberse metido? Frunció los labios y fue a ver si estaba en la cocina, ya que en el living no estaba. Cuando entró no pudo hallarlo. Volvió hacia el balcón y se quedó pegado mirando las primeras gotas que comenzaron a hacerse presentes en aquel frío día.

Un nuevo par de minutos volvieron a pasar, la tranquilidad de ver llover afuera era simplemente inigualable y parecía que el agua se llevaba los malos ratos que había sufrido su corazón hace unas horas atrás. Cuando sin previo aviso sintió un repentino escalofrió recorrerle la espalda tras sentir una presencia detrás suyo. Pero no hizo falta darse vuelta, era obvio de quien se trataba. Kyo, quien lo tenía delicadamente tomado por la cintura hizo que este se volteara para quedar frente a frente.

-Te vas a resfriar

Uruha llevó su mirada hacia las manos del vocal que aún estaban posadas sobre su cintura, luego miró al dueño de estas y asintió queriendo separarse, pero a la vez no hacerlo. El rubio entendió la incomodidad del castaño y fue él quien entró seguido por el más joven.

-Prenderé el calefactor, está comenzando a hacer frío

Cuando Kyo se dirigía a la máquina que estaba en la esquina, la mano del castaño le impidió el seguir adelante. Se volteó un tanto confuso

-¿Por qué yo?-le preguntó de inmediato

Kyo no dudó en responderle, era demasiado directo y sincero como para ocultárselo

-Porque desde que te vi sentí algo aquí-indicó su entrepierna- y luego algo aquí...-se tocó el corazón

-¿Aquí?-tocó su corazón con incredulidad

Asintió

-Pero no es amor, o al menos eso creo... Y por lo demás que ya te dije

Uruha lo soltó y el mayor pudo dirigirse a encender el artefacto.

-Gracias...

Kyo volteó su cabeza por sobre su hombro derecho y lo miró aún agachado por programar el calefactor

-Gracias...

-No se de qué, pero de nada-volvió su vista hacia los botones y lo logró.

Cuando se puso de pie y volteó se encontró a escasos centímetro del castaño claro, lo miró tratando de descubrir que pasaba por la cabeza del chico, pero cuando se dispuso a abrir la boca los suaves y gruesos labios del más alto se posaron por sobre los suyos. Abrió los ojos exageradamente encontrándose con los cerrados del castaño claro, notó la disposición de Uruha y sin titubear lo tomó fuertemente de la cintura y cerró los ojos para darle sin duda una mayor intensidad a aquel contacto bucal mientras le quitaba el chaleco del colegio. Comenzaron a probar los labios del otro, succionándolos y lamiéndolos de vez en cuando, cada vez se acercaban más y más al gran sofá. Cuando se vieron ya en el filo de este, Kyo dejó caer a Uruha en la comodidad de su mueble favorito y se colocó entre las piernas del menor, volviendo a escabullir sus manos en la cintura del otro mientras su boca deseosa de seguir probando aquellos labios, lo cuales tantos problemas personales y profesionales le había traído, le abría paso a la ardiente lengua del menor. Comenzaron a sentir las salivas de los dos mezclarse en un exquisito primer encuentro, masajeando sus lenguas desesperadamente y  a la vez llamando a la calma. Kyo dejó por unos momentos los labios de Uruha para ir a lamerle el cuello, siendo el castaño quien cada vez abría más y más sus piernas permitiéndole al mayor un dominio completo de su cuerpo. Pasó sus brazos por la nuca del rubio permitiéndole un placentero deleite de su piel. El castaño soltó un leve gemido y movió su cabeza hacia atrás mientras Kyo mantenía sus ojos cerrados escuchando los casi inaudibles quejidos del más joven acompañados de la estruendosa lluvia.

La excitación de tener a su más deseado manjar lo estaban haciendo perder la casi inexistente cordura que le quedaba. Comenzó a meter sus manos por debajo del pantalón del menor acariciando sus glúteos por sobre la suave tela de su ropa interior. Volvió su boca hacia la del castaño para que este ahogara los sonidos del placer en ella, pero queriendo ver el afeminado y delicado rostro de Uruha, abrió sus ojos y a los segundos después el castaño también lo hizo. Se miraron sin dejar de besarse, a través de aquella mirada debieron transmitirse los mensajes que no podrían ser pronunciados por sus bocas, así que cerraron sus ojos al mismo tiempo y el beso se intensificó otra vez. Pero tras unos segundos, el rubio volvió a abrir los ojos y se alejó completamente de su acompañante. Uruha se sentó desconcertado y confundido, Kyo estaba mirando hacia otra dirección

-Kyo...-lo llamó

El nombrado volvió su vista hacia él.

-Te dije que no era necesario... Entiende que no quiero que estés conmigo por obligación-finalizó firmemente, manteniendo su mirada en los ojos del menor

-No quiero deberte nada...

-Ya te dije que no me interesa. Creo que no debí decirte nada de lo que sentía...

-Kyo...-se levantó llegando hasta el rubio- Quiero hacerlo... Quiero sentirte... Quiero que...-tomó las manos del mayor para ponerlas en su cintura- Quiero que cumplas todo lo que quieres conmigo... Porque ya no tengo ataduras, no tengo inconvenientes... Porque siento que estar contigo esta noche no herirá mi orgullo más de lo que ya han hecho...-se acercó a los labios del otro- Además, siento que al menos tú, eres el único que ha sabido serme sincero-rozó sus labios- él único que podrá hacerme sentir lo que tantas veces presumiste... Ya no quiero tener que volver a sentir lo de hoy... Solo quiero que me hagas tuyo-finalizó uniendo su boca completamente a la del rudo vocalista.

Kyo sin siquiera poder aguantarlo, lo tomó fuertemente de las caderas y lo elevó para llevarlo hasta su habitación a paso difícil, ya que mantenerlo sobre su cuerpo y el mareo que le provocaba sentir aquel placer, no lo dejaban concentrarse en lo que era su camino. Cuando llegó, apoyó al castaño entre la pared y su cuerpo, haciendo que Uruha pusiera ambas manos en la muralla mientras Kyo sutilmente desnudaba su torso, deslizando hacia arriba la polera del más joven. El castaño claro desenredó sus piernas de las caderas del otro y se bajó, terminó por sacarse la polera y luego volvió a rodear el cuello del rudo vocalista con sus brazos, llamando nuevamente al deleite de ambos sabores, dulces, placenteros... Ya nada podían hacer por tratar de separarse, estaban completamente embriagados con el uno al otro. Así que sin más preámbulos cayeron a la cama, Kyo sostuvo a Uruha de su cintura para hacer que quedara más arriba, luego se sentó en las caderas del más alto para desabrochar el pantalón del castaño claro. Uruha lo miraba desde abajo con los ojos entreabierto, jamás, siquiera en sus ratos de ocio había llegado imaginar en estar en tal condición con su "adorado" vocalista y de su "banda favorita" se sonrojó y burló de si mismo al pensarlo, cerró los ojos y comenzó a sentir la experta mano del rubio por debajo de su bóxer, jugando con su hombría al punto de revolcarse en la cama

-Ah...-lanzó un dulce gemino

Kyo al oírlo sonrió satisfecho y lo terminó de sacar de la ropa interior, haciendo que el gimiera nuevamente. Acercó su rostro al de Uruha sin despegar su mano de tan apetitivo manjar

-Era como me lo imaginé…-sonrió con una mirada lasciva

El menor al escucharlo se sonrojó completamente y volvió a cerrar sus ojos al sentir como este hacía presión a lo largo de su miembro. Kyo besó sus labios mientras que con la otra mano terminaba de bajar los pantalones y bóxer. De apoco comenzó con su tortuoso camino de llegar hasta el ingle. Uruha en un acto desesperado, tomó la cabeza del rubio obligándolo a bajar, pero este dulcemente tomó ambas manos del castaño para colocarla a sus costados. Siguió lamiendo su cuello, pecho y abdomen. Antes de llegar a tan ansiado destino, le echó una mirada desde abajo y se topó con la excitada del menor

-Kyo...

Kyo volvió a sonreír para luego cerrar sus ojos y dedicar a lamerlo por completo. Llevó nuevamente su mano al sexo del castaño y comenzó a masturbarlo mientras lamía su ingle y con la mano libre masajeaba profundamente los muslos de Uruha.

-Ahh... Kyo...-abría sus piernas para permitirle mayor acceso- Mm...

El rubio seguía lamiéndolo, lo disfrutaba, era igual o incluso más sabroso de lo que alguna vez imaginó. Cuando el castaño estaba por correrse, presionó con su dedo pulgar la punta de lo que estuvo en su boca, volvió a sentarse en las caderas del castaño mientras este lo miraba sin pensar. Con su propia mano acomodó la longitud del menor e hizo que de a poco comenzara a entrar en su ano.

-Ah...-dio un pequeño gemido de dolor

Uruha trató de incorporarse, siempre pensó que él debía de ser el sometido, no lo contrario. Pero las manos del rubio lo detuvieron afirmándolo de los hombros y volviéndolo a dejar acostado mirándolo placenteramente. El menor entendió lo que el otro quería y lo tomó de las caderas con una mano y con la otra tomó el pene del rubio para empezar a masturbarlo. Kyo al sentirlo comenzó a saltar sobre el castaño y ambos comenzaron con su concierto privado de gemidos... Se perdían en el placer, en la música que sus bocas emitían con lujuria y satisfacción, la sonrisa del placer era la protagonista de sus expresiones y el calor en aquella tarde fría era solo para ellos. Finalmente el castaño se corrió dentro del rubio sin aviso, a este aún le quedaba para más y lo tomó fuertemente de las caderas y se acomodó entra las exquisitas piernas de Uruha. Separó sus piernas con dedicación mientras besaba su cuello y el menor nuevamente se perdía en los deseos de sentirse suyo. Cuando ambas extremidades estuvieron lo suficientemente separadas, Kyo masajeó pacientemente su miembro para acomodarlo en la entrada del castaño, pero antes de hacerlo abrió el cajón del velador que estaba a un lado de la cama

-Espera- Uruha le detuvo la mano- No quiero que lo uses…-le dijo tras ver que Kyo usaría lubricante

-Te va a doler-le dijo preocupado

El castaño al escucharlo se sonrojó levemente ¿Por qué se preocuba tanto por él? Se estaba comenzando a confundir, puesto que nunca imaginó que un sentimiento verdadero saliera del rudo vocalista.

-No importa…

Tomó el rostro del mayor entre sus manos y acercó su boca para comenzar a besarlo. Kyo regresó sus manos hacia las caderas de Uruha y lo acomodó, empujando su propio cuerpo hacia adelante para entrar de una sola estocada en el caliente y ansiado interior del menor. Uruha al sentirlo soltó una lágrima, Kyo llevó una de sus manos para limpiarla con dulzura mientras intensificaba el beso tras nueva embestida.

El rubio comenzó a lamer sus mejillas, los lóbulos de ambas orejas y sus manos lo tocaban a modo de inventarlo… Uruha arqueaba su cabeza y gemía sin control, de vez en cuando reprimiéndolos con las palmas de sus manos y Kyo lo hacía según la parte del cuerpo que besaba.

Era todo tan maravilloso, jamás creyó que cumpliendo su más ansiado deseo al conocerlo:  follarlo; se transformaría en la experiencia sexual más divina de toda su existencia… Sentir sus abultados labios entre los suyos, el aroma de su cabello sudado desprenderse, el tacto de su piel y el contorno de su cuerpo a través de manoseadas… Todo en aquella relación mucho más que sexual lo estaban haciendo sufrir, sufrir porque no sabía con certeza si el castaño claro realmente lo hacía por sentir algo también… Sufría porque sabía que en su mente quizá no estaba él, si no que otro… Sufría, porque quizá era una manera de ahogar su dolor tras la decepción de Mao… Liberar su semen tras los sonoros y dulces gemidos emitidos por el castaño y por él mismo, fueron una manera de liberar de igual modo el pensamiento agonizante del sufrir…

-Ahh…-llegaron al clímax juntos

Kyo cayó en el pecho del más alto respirando rápidamente, Uruha dudó en rodearlo con sus brazos, pero no tenía por qué comportarse frío tras lo que habían hecho. Lo abrazó y el rudo vocalista cerró sus ojos fuertemente al sentir sus brazos rodear su desnuda espalda.

Unos minutos después, luego de haber descansado lo necesario en el pecho de su más grande fantasía, comenzó a besar con dedicación el pecho de quien estaba debajo suyo, lamiéndolo y subiendo hasta su cuello. Llevó su mano hasta la entrepierna del menor y comenzó a masajearla otra vez. Lo tomó de la cintura e hizo que rodaran, para que Uruha quedase encima de él. Lo sentó sobre sus caderas y se incorporó para comenzar a besar esos labios patunos, atrapó el labio inferior entre los suyos y bajó sus manos contorneando su figura lentamente mientras Uruha volvía a pasar sus brazos por su cuello. Tomó su cintura con ambas manos para luego deslizarlas hasta el centro de la espalda del castaño para atraparlo con sus fuertes brazos. Y allí, otra vez comenzando con su guerra de quien besaba mejor, o simplemente de quien demostraba más pasión al hacerlo, un juego extraño para el castaño, pero que a la vez le agrada de una forma inimaginable.
Tras haber jugado largos minutos con sus lenguas y labios, Kyo se echó para atrás tomando al menor por las caderas, lo sentó en su pecho e hizo que este se sentara cerca de su cuello. Uruha colocó ambas de sus manos en el respaldo de la cama al ver que el rubio comenzaba a abrir sus labios. Se echó más para adelante y Kyo tomó su miembro entre sus manos para hacerlo entrar decididamente en su boca. Lo engullo hasta donde su tamaño lo permitía y su nueva composición musical sonó otra vez, un gemido de Uruha. Este sacó las manos del respaldo del mueble para sujetarse en los cabellos del vocal, para comenzar a mover sus caderas simulando una penetración, con sus rodillas dobladas hacia atrás y arqueando su espalda al sentir la hábil lengua del rubio masajearle su sexo, y los potentes labios que aprisionaban desesperadamente su pena.

-Más… Kyo…Sí… Así… Nnhh…

Kyo lo miraba, era hermoso incluso en situaciones tan vergonzosas como esas, era más hermoso de lo que en sueños y fantasías sexuales había imaginado. Llevó sus manos hasta los glúteos del dueño de tan delicioso dulce para comenzar a acariciarlos mientras sus dedos se adueñaban de su entrada, metiendo uno tras otro con suma delicadeza, lo último que quería era dañarlo.

-Ahh…-gimió al sentirlo

El rudo vocalista cerró sus ojos para comenzar a lamerlo con mayor intensidad, volviendo a provocar aquellos gemidos repletos de lujuria y de suma satisfacción.

-Me voy…-pudo pronunciar débilmente el castaño

Pero Kyo no le importó, siguió mamándolo hasta que sintió el sabor de la victoria… Su semen derramarse por sus labios. Se incorporó para encontrarse de lleno con la avergonzada mirada del más alto. El rubio lo tomó por la nuca e hizo que probara su sabor por cortesía de sus labios, y el castaño sin titubeos lo aceptó. De repente, el vocalista de Sex Hot hizo que su adorado estudiante quedara boca abajo, con su rostro pegado a la almohada. Kyo abrió sus piernas y entró nuevamente en la entra ya acostumbrada del menor. Meneo su cuerpo al compas del castaño al recibirlo tan abiertamente en su cuerpo, deleitándose con su estreches, cerrando sus ojos por el placer y el castaño moverse con frenéticamente al sentir aquel exquisito grosor dentro de su propio cuerpo. Uruha mordió fuertemente la almohada para ahogar sus escandalosos gemidos en ella, porque aunque Kyo no lo creyese, sentía bastante vergüenza por su atrevimiento.

-¡Ah! Kyo…-volvía a morderla

-Soporta un poco más…-gemía el rubio- Ah… Como te deseo… Mmh…-lo embestía a un ritmo infernal. Llevó su cabeza hacia la espalda del más joven y comenzó a darle pequeños besos hasta llegar a su nuca, donde comenzó a besar con dulzura, tratando de darle tranquilidad y de curarle el dolor de aquella intromisión. Escabulló una de sus manos para tomarle el miembro de su castaño, lo comenzó a masturbar al ritmo de sus embestidas y besos… Entre gemidos, peticiones de más y más, y pérdidas de sentido, llegaron al orgasmo y el rubio cayó sobre su espalda, ambos respirando agitadamente.

-Uruha…-lo llamó Kyo al oído

El nombrado se volteó delicadamente para quedar frente a frente con el rubio, aún seguían respirando desesperadamente

-Te amo…

No le temía a un ´”Yo no”, ya había hecho y sentido todo lo que le faltaba para saber si aquella frase era la indicada. Tampoco importaba su orgullo herido, puesto que ya lo había herido bastante con cada uno de los problemas que Uruha le había traído…Y ahora ¿Qué podía perder?



Notas finales:

Quería que saliera más largo, pero si comenzaba con ese capricho quien sabe cuando lo hubiera podido actualizar =0

En fin, gracias a todos quienes han seguido este fic! son tan bellos, estoy feliz con las lecturas, han sido tantas *0* me siento super dichosa, gracias de verdad.

 

=0 ¿QUÉ PASARÁ?

saben? estoy en depresión u.u, porque cuando se que haré aparece otra cosa y nose que hacer! me da pena dejar a kyo solo y a ruki tambien... NO SE QUE HACER! en fin, no me oreucparé másporque aún queda mucho para que termine (si Dios kiere) y es porque no quiero terminarlo u.u, si tengo la imaginación suficiente como para seguirlo, mi problema es el tiempo.

GRACIAS! gracias por leer

prometo poner todo de mi para traerles la actualización lo más pronto posible.

cuidense mucho *0*!

Shuu~~ =D


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