Tú, siempre Tú
Capítulo 24
Una oleada de humo negro y entre él unas figuras indescifrables moviéndose al compás de sus propias voces repletas de pasión y de jadeos que calaban sus huesos y luego le provocaban pequeños espasmos. Una lágrima cayendo al suelo y al contacto iluminando la oscuridad, cambiando esa espesa nube a una escena nítida... ¿Por qué lo había perdido de esa manera tan cruel? ¿Por qué no había sido capaz de cambiar cuando pudo haberlo hecho? Demasiada confianza al creer que lo amaba. Dejó de verlos cuando notó que lloraba y que las hojas debajo de su cabeza se empapaba conforme al avance de los segundos. Subió sus brazos para utilizarlos de almohada y siguió llorando, tranquilo y consciente de que todo había sido un mal sueño, pero también una posible realidad.
-¡Takanori! ¡Hey, Taka!- una voz lo llamaba desde las afueras de su casa.
Levantó su cabeza y vio que las hojas que llevaba escritas para su tarea, la de Reita y Uruha, estaban completamente mojadas y con la tinta corrida. Suspiró pesadamente y se limpió los ojos con sus manos. Se dirigió hacia su ventana y ahí estaba Kaoru, sonrió al verlo.
-¿Me abres la puerta?-le indicó la reja cerrada con llave.
-¡Oh, si!- recordó que sus padres habían salido y que estaba solo en casa.
Bajó inmediatamente, cuando le hubo abierto la puerta al peli morado, ambos se adentraron hasta la cocina para llevar un poco de bebida y comida a la habitación de Ruki.
-¿Quieres cerveza?-le preguntó el pequeño- No sabía que habían-sonrió mientras las veía
Kaoru lo examinó, no era idiota y sabía que lo hinchado de sus ojos no era precisamente porque había estado durmiendo. Asintió con la cabeza y fueron hasta la habitación del pelinegro.
-¿Sucede algo?
-¿Eh?-lo miró distraído, bajó su mirada hacia su lata de cerveza- No, sólo estoy cansado.
-Te ves demasiado serio y no eres así.
-Yo... Ni siquiera sé como soy-bebió- es más, ni siquiera sé que estoy haciendo...
-¿Qué dices?- se intrigó el mayor
Ruki sostuvo su mirada por unos segundos en los ojos del peli morado, luego desistió y comenzó a beber otra vez.
-Descuida Kao, no quiero hablar de eso... De hecho, te agradecería demasiado si comenzamos a hablar como siempre para tratar de despejar mis confusos pensamiento ¿si?-lo miró con ojos de cachorrito
-Oke, oke
¿Ruki hablando así? No le quedó de otra que complacer a su querido amigo bebé.
Reita hacia zapping mientras comía un paquete de papas fritas, su rostro iba adoptando las emociones que las efímeras imágenes le transmitían, y que prontamente eran reemplazadas por unas nuevas y diferentes a las otras. Así llegó a un canal de música por donde pasaban un video de Ayumi Hamasaki. La admiró por unos segundos en silencio. Luego terminó y comenzó un video de Sex Hot. Se quedó hipnotizado mirándolos, no es que jamás lo hubieran hecho y fuera actualmente culpa de Aoi, sino que siempre había tenido aquella reacción cuando veía o escuchaba algo de su grupo favorito.
-Quizás te llame... ¡Pero que genial soy!-sonrió con orgullo y con un deje de tristeza - Yo le dije eso al gran Aoi-sama... Sí Reita, lo dijiste y no te arrepientes, estás demasiado orgulloso por tu nivel de hombría y de valor. Claro que lo estás-dejó caer el control remoto perdiendo su vista nuevamente en la pantalla.
El video terminó y miró a su alrededor, estaba realmente aburrido y el ocio podía traer consigo ciertos arrepentimientos. Así que rápidamente tomó su celular y comenzó a ver sus posibles llamados para que vinieran a hacerle la tarde un poco más grata.
-Y lo peor es que ni fiesta hay en la noche-frunció sus labios- A ver... Ruki... No, lo vi recién-cambió- Uruha con Kyo, Kaoru... No, demasiada violencia, Die... Sí, Die siempre es una buen opción-apretó "send" y esperó a que el pelirrojo contestara.
-Aoi-Shi~~-canturreó Shinya en el oído del pelinegro
El del piercing lo miró esperando cual sería su próxima idea, con tal que no fuera un "Aoi-Shi estoy aburrido, llévame a pasear"
-¿Por qué no festejamos lo buen amigo que eres?
-¿Cómo?-se acomodó
-No, con sexo no, así que no pongas esa cara-lo regañó como niño pequeño
-No pensé en eso-se excusó
-Mmm... ¡Hagamos una linda fiesta! Apuesto a que no te resistes a mi idea-le picó las costillas.
-Ciertamente, me convence Shinya ¡Me convence!-alzó su puño hacia el cielo- Haremos una-le sonrió
-¡Síiii!-celebró el castaño- Pero no invitemos a Kai-infló su mejillas
-Si no viene él, no viene Mao-le advirtió
-¡Bueno! qué venga-miró hacia otro lado resignándose a ver al responsable de haberse quedado sin casa.
De pronto Aoi salta sobre si mismo y mira al baterista con duda e intención de pedirle algo.
-Pero con una condición
-¿Cuál?-elevó una ceja
-Debes lograr que todo el clan de colegiales venga
-Pervertido...-se acomoda con una expresión divertida en el rostro.
-No es por eso, tonto. Si es algo más "masivo" Reita vendrá ¿entiendes?
-Ummm, si. No sé desde cuando planeas cosas cuando antes sólo actuabas. Estás cambiando-sonrió
-¿Qué insinúas?-lo miró con desconfianza- ¡Y por supuesto que no estoy desesperado por volver a tener a Akira!
-Yo nunca dije eso-frunció sus labios con malicia
-Ah-se sonrojó mirando al suelo- pero lo pensaste-afirmó mirándolo
-No...
-¡Ya, olvídalo!
El guitarrista se cruzó se brazos y miró por un momento la televisión, luego sonrió y volvió a hablar sin mirar al castaño peli largo.
-¿Y si lo hacemos hoy?
-¿Hoy? Debo ponerme hermoso, no lo lograré en unas escasas horas-le reclamó
-¡Shinya! Por la mierda, tampoco te llevaría un día entero mejorarte. Vamos, o no hago nada-lo amenazó con tono insinuador.
-Pero... Espera-lo miró con desconfianza- Quieres adelantarlo para ver a ese chico rubio-lo acusó con su dedo índice.
-No, jamás.
-¡Mentiroso! Me preocupa tu actitud, si tu deseo es verlo lo iré a buscar ahora ya para que dejes de...
-¡No!-lo interrumpió- ok, lo haremos mañana, pero MA—ANA Shinya, y quiero que hoy mismo comiences a invitar-suspiró resignado.
-Bueno-sonrió.
-Muy buenas tardes, residencia Andou, habla el mayordomo ¿Qué desea?
-Deseo que el señorito Andou Daisuke disponga de su trasero para patearlo justo en el medio.
-¡Reita! que directo eres, te dije que si me querías dar por el culo solamente debías...
-¡Die! Para...
El pelirrojo comenzó a reír libidinosamente
-Se que tu falta de sexo te tiene pensando en ello todo el día, y a mi la falta de otras cosas me tienen pensando en ciertas cosas todo el día. Así que como ambos necesitamos de distracción, te invito a que me invites a los video- juegos.
-Olvídalo amarillito, acabo de llegar del supermercado con unas botellas nuevas de tequila, que por cierto me llaman e invocan mi presencia en el refrigerador-dijo con emoción.
-¡Amigo, invítame!
-Bueno, después de todo beber solo no es divertido-dijo pensando en como estaría bebiendo con su amiga la soledad- ¡Te quiero a ti y a tu humanidad antes de las seis de la tarde! O de lo contrario me veré en la estricta obligación de amarrarte a una silla y obligarte a verme como bebo mi hermosa botella de tequila.
-De allá soy. Voy saliendo~
Die cortó y suspiró, después de todo no podía ser tan malo y aunque sus sentimientos estuvieran asumidos, no cedería a dárselo a conocer al rubio de la banda en la nariz, o eso creía.
-Uruha...-lo llamó desde la puerta, pero el castaño seguía durmiendo boca abajo. Kyo sonrió y fue hasta su lado para volver a llamarlo-Uruha...
El menor elevó su ceja señalando que ya estaba consciente
-¿Quieres comer? Ya es tarde
De pronto salió rápidamente de su sueño para incorporarse, él debía de estar cuidándolo, no el rubio a él.
-Se suponia que tú debías estar aquí y yo allí-indicando su lugar
-Ya estoy mejor
Uruha sonrió y se puso de pie para acompañar al vocalista hacia la cocina, pero Kyo se mantuvo en su lugar impidiéndole el seguir adelante. El más alto lo miró sonrojado.
-¿Qué?-bajó la mirada avergonzado.
-¿No prefieres quedarte aquí y que yo traiga la comida?
-No-lo miró- se supone que yo...
-Sh...-lo silenció poniendo un dedo sobre los labios del menor- Yo iré-se volteó para ir en busca del alimento.
El estómago del castaño claro sonó reclamándole por comida, llevó distraídamente su mano hacia dicho lugar y una sonrisa boba se adueñó de aquellos deliciosos labios patunos. Rápidamente Kyo llegó con una bandeja para dejarla sobre la cama, prendió el televisor y se sentó al lado derecho de la cama mientras Uruha lo miraba imitando la misma acción pero en el lado izquierdo del mueble.
-No sabía que sabías cocinar...
-No sé, sólo llamé por teléfono-sonrió- Pude seguir con mentira ¿no crees?
Uruha se perdió en su rostro hasta que notó la curiosa mirada del rudo sobre si mismo y salió de su trance sonrojándose nuevamente.
-Eh... Sí-afirmó
Kyo se quedó observándolo por unos segundos ¿Qué significaba todo lo que estaban viviendo en esos instantes? ¿Acaso era posible que sus sentimientos si estuvieran siendo correspondidos?
-Yo... Realmente pensé que después de lo que pasó entre nosotros ibas a dejar de buscarme o de al menos verte la cara-dijo Uruha tras la mirada del rubio que luego de haber escuchado aquello cambió su expresión a una seria.
-Ese mismo día dije cosas de las que aún dudo si debí decirlas, pero me gustaría que tuvieras más que presente el hecho de que yo no miento y más aún cuando de sentimientos se trata.
-Lo siento, es sólo que estoy tan confundido...
-Es cierto ¿Y Ruki?
-Lo único que siento por él es amistad, un gran cariño. Pero... Kyo yo siento, es decir, yo... A mi me gusta estar contigo, al menos ahora sí... Es algo que es difícil de explicar, esto ha sido lo más inconsecuente que me ha pasado en la vida. Sin embargo, ¿no crees que el odio injustificado siempre te lleva a lo que reniegas?
-¿Qué quieres decir con eso?-se acomodó esperando una respuesta que esta vez si podía ser benefactora para su corazón
-Que es muy posible que me gustes, de hecho... Kyo, tú me gustas.-le dijo con determinación mirándolo fijamente a los ojos- Y ahora que lo digo, pienso y creo que es mucho más que eso...
¿Uruha había dicho aquello en verdad? ¿Pero por qué?
-Uruha... ¿Te das cuenta?
-No me detengas, yo quiero seguir hablando
-...
-Yo no sé que me hiciste, no sé como pude cambiar tan rotundamente mi pensamiento hacia a tí, creéme que me lo cuestioné día, tarde y noche. Pero ahora que puedo ver las cosas con mucha mas prescición, me di cuenta que tú mismo comenzaste a hacerte valer ante mis ojos, sólo tú te preocupabas de muchas cosas sin significancia... Yo siempre lo supe y quizás siempre me gustó... Quizás me gustaba que siempre estuvieras fastidiándome. No sé como sucedió, pero esa noche necesité ser tuyo, necesité que te adueñaras de mi cuerpo de una manera que me destrozara y me hiciera perder la cabeza. Sé que debes estar pensando por qué estoy haciendo esto, y yo te digo que es porque me aburrí de fingir y de demostrarte una parte de mi falsa, yo realmente no quiero ser un idiota. También pensé en la posibilidad de que esto pudiera ser un juego tuyo para extender tu diversión, pero sería injusto si ya muchas veces me has hecho saber lo verdadero que has sido conmigo. Quizá deba agredecerle a Mao, porque por su decepción me hizo darme cuenta que alguien tan dedicado como tú existía en mi vida...
Suficientes palabras para que la angustia y desesperanza que existió en el corazón de Kyo hace unos minutos atrás a cerca de su incierto futuro amoroso con el menor, se armaran y fueran reemplazadas por nuevos sentimientos. Sintió demasiadas convinaciones sentimentales, mas no las demostró. No sabía que decir, pues jamás se esperó tal confesión por parte del castaño claro, pero siendo él sabía que muchas cosas no debían tener respuesta, y esa era una de ellas. No obstante, si merecía una propuesta.
-Entonces... ¿Te sentirías capaz de ser mi novio?- sonó serio y decidido.