Tú, siempre tú - Parte 2
Capítulo 24-2
Un silencio agónico se hizo presente tras la petición de Kyo, sus ojos no pestañaban y la frase del vocalista no paraba de resonar en su cabeza, y es que la directa y para nada dubitativa propuesta del rubio, provocó más que un simple ensimismamiento por parte del menor. Kyo esperó con su mirada a que Uruha reaccionara y le dijera aunque fuese un "no”, después de todo desde un principio el "no" era su primera opción.
-Okay...-suspiró ya resignado el chico rudo
-Sí...
Kyo lo miró con un deje de confusión
-Que yo si quiero estar contigo, Kyo-terminó al fin sonrojándose completamente
El vocalista de Sex Hot sonrió con nerviosismo, porque por más que esperaba esa respuesta, tampoco descartaba la primera. Así que lo atrajo hacia su cuerpo para poder comenzar a besarlo con devoción, como si seguir con vida dependiera de ello, correspondiéndole con la misma pasión el que lo había aceptado de lleno en su vida. Sin duda, lo que quedaba de tarde y posteriormente sería noche, ambos cuerpos y almas se demostrarían sus deseos y sentimientos más ocultos y también conocidos por el uno al otro, permitiéndole a esa especial ocasión ser única entre las anteriores y las que se vendrían después, y no porque ahora lo harían de otra manera o con más erotismo, sino que sería la primera vez en que ambos se aceptarían de tal manera en sus vidas.
Los gemidos de Uruha jamás los había escuchado tan dulces y devotos, puesto que sabía que esta vez el único dueño de su corazón era él, que no había otro, y que por sobre todo sabía y tenía la certeza, de que ahora su inseguridad y tristeza al creer que todo era un juego, era totalmente un error, porque Uruha si lo amaba y su nombre no salía de sus labios sólo porque él era el creador de tanta excitación y satisfacción, sino que el dueño de toda esa
Perdición era también el dueño de sus sentimientos, de sus pensamientos y de ahora, vida.
Sus cabellos rubios caían suavemente sobre el rostro del castaño, quien respiraba agitadamente para regular su respiración. El menor llevó sus manos hasta los cabellos de Kyo para acomodarlos detrás de sus orejas, el rudo abrió sus ojos y lo miró jadeante. Uruha le sonrió.
-Te amo...-sus ojos se llenaron de lágrimas
Su corazón quería salírsele por la boca, todo era real y no un mal juego por haber bebido muchas botellas de alcohol gracias a su inestabilidad emocional, jamás perdió las esperanzas ni dejó de ser perseverante, supuso que después de todo el sentirse mal y un completo imbécil valió la pena.
-Yo también te amo- llevó sus manos a los ojos del castaño para sacarle con dedicación esas pequeñas lágrimas rebeldes que pretendían salir al exterior y manifestar más que emoción- ¿Por qué lloras?
-Porque no soy yo... Es mi corazón. Tú mismo lo dices en una canción, cuando las palabras se dicen con el corazón, no puedes evitar que él se manifieste-sonrió satisfecho ante la cara de impresión de Kyo.
-¿Por qué lo sabes?-sonrió también el rubio- ¿Acaso estuviste averiguando en foros?-le acarició la mejilla- recuerdo que hace unos días lo dije en una entrevista
-Bueno... A veces-reconoció avergonzado- Pero es que no podía...No importa-se arrepintió de dar detalles- el punto es que es cierto
-Sí supieras porque escribí eso-rozó sus labios con el castaño
-¿Por qué?-pasó sus brazos por el cuello del mayor.
-Algún día te lo contaré, aún eres muy pequeño-lo besó
Uruha comenzó a reír y escondió su rostro en el cuello del rubio.
-¿Podré saberlo cuando tenga 18?...-pronunció desde ahí provocándole unas exquisitas cosquillas a Kyo.
-Está bien, ahí te lo diré
-Falta poco-salió de su refugio- en unos días seré más grande-sonrió
Kyo lanzó una risa
-Okay-sonrió
-¡Siento que me hígado llora por dentro!-exclamó Die mientras se servía otro vaso de tequila.
-Entonces no seas idiota, para de beber y deja todo lo que queda con papi Suzuki-elevó su vaso.
Llevaban alrededor de dos horas bebiendo y ninguno de los dos paró en algún momento, sólo para reír y decir una que otra estupidez. El pelirrojo le elevó el dedo del medio y siguió bebiendo mientras Reita frunció el ceño, al hacerlo se dio cuenta que no sentía su expresión, así que preocupado dejó su vaso a un lado y se tocó las mejillas con ambas manos.
-¡Por la mierda!-exclamó preocupado
-¿Qué pasa amarillo?
-¡No siento mi piel!
-jajajajajajaja-explotó Die- El alcohol te está invadiendoo~~~-canturreó en su oído para alejarse y volver a reír.
-¡No te rías cabeza de guinda!-le tiró un cojín- Esto me preocupa-soltó un suspiro cargado de resignación.
-Es normal, cabeza de orina- acomodó su espalda en la cama- Además hemos bebido ya tres botellas, yo también siento mi piel dormida.
-Lo peor es que luego pasará el tiempo y los efectos serán peores, es muy posible que digamos una y mil idioteces... Aunque eso no es nuevo en nuestras vidas. Pero puede que hagamos cosas de las que no recordemos-dijo Reita realmente preocupado
-¿Qué me estás proponiendo?-le preguntó Die asustado
El rubio lo miró y le lanzó un manotazo
-Nada, tonto
-¡Baño!-gritó el pelirrojo-Iré al baño-salió corriendo.
El de la banda suspiró y echó su cabeza hacia atrás, no sería para nada fácil no decirle a Die lo metido que estaba en su cabeza cierto pelinegro con un piercing en el labio y con un serio complejo de metro sexual. Abrió sus piernas y dejó su cabeza reposar entre sus rodillas.
-Maldigo la hora en que algo de mi se hizo homosexual.
Die llegó hasta al baño, orinó y luego se lavó las manos. Se quedó mirando en el espejo que estaba sobre el lavamanos, comenzó a hacer gestos y notó lo mal que estaba, no podía manejar sus expresiones al cien porciento y eso hacía que riera más.
Llegó hasta donde estaba el amarillito y se sentó a su lado
-Para de pensar en ese gigoló...
-¿Eh?-se sobre exaltó Reita- Por supuesto que Aoi no está en mi cabeza-dijo ofendido
-Para de mentir Platón
-¿Platón por lo inteligente?-.preguntó con orgullo
-No-sonrió-por lo Gay
-Sí, sí-respondió como si no fuese cierto- ¿A caso tú no? Vamos Die, sólo hemos tenido malos ejemplos desde que Shima estuvo con Ruki.
-No vas a querer saberlo-volvió a beber de su vaso
-¿Qué? ¡Entonces eso es un sí!
-Si-respondió sin preocupación.
-¿Y quien es el desafortunado?
-Tú-respondió de igual manera
-...
Reita quedó con la boca abierta, aquello podía ser una más de sus bromas y estupideces, pero igual de probable a que fuese cierto.
-O sea que...-comenzó a pensar- Si yo te pateaba el culo ibas a ser feliz?-preguntó con miedo a su respuesta
-¡No! Esto no me preocupa amarillo, después de todo se me va a olvidar y a ti también
-Jejeje, si.
Se formó un silencio
-Die...
-¿Qué?
-Te pareces a Aoi cuando está desarreglado
-Gracias
-No, es cierto. Y tus labios son casi igual de gruesos como los de él...-se inclinó para seguir examinándolo.
Die lo miró de reojo, eso estaba comenzando a ser peligroso, pero como ambos tenían el alcohol suficiente como para no querer evitar nada, sólo dejó que el rubio sin la banda ya en su nariz siguiera examinándolo.
-Cielos Die... Jamás había notado que te parecías tanto...
-Por supuesto y de paso tu eres igual a Brad Pitt.
-Ya me lo habían dicho-sonrió torpemente- Die
-¿Qué?
-Me entregué a Aoi
¿Era necesario que se lo dijera? Lo sospechaba y no le hubiera extrañado enterarse por otra persona, pero ¿por qué específicamente él tenía que decírselo? Pensó que no era su culpa, después de todo ese no era Reita y él mismo tampoco era el pelirrojo de siempre, ya que cada vez que solía embriagarse o estar bajo los efectos de la bebida, no podía controlar su afán de autoprotección, y más aún cuando estaba en presencia de quien le había traído tantos dolores de cabeza.
-No es muy agradable que te den por el ano...-dijo pensativo
-No quería saberlo- lo miró de reojo
-Es para que no te emociones...
-El emocionado eres tú, además en otra ocasión jamás me habrías dicho eso, si yo quiero mañana mismo le pido a la reportera del diario escolar que publique tu homosexualidad.
-Hazlo, no la empeorarás después de que todos piensan que Shima es mi novio-le respondió enfadado.
Die llevó otro vaso de Tequila a su boca, vaciando su contenido casi al instante. Reita lo miró de reojo e hizo lo mismo. Suspiraron y se miraron.
-Tu pelo se ve mucho más rojo... Creo que nunca te viste más guapo en tu vida
El pelirrojo tragó saliva, si se imaginaba en una situación como esa, probablemente hubiera sido él el primero en comenzar con indirectas y lanzarse a devorarle la boca.
-No sabes lo que dices-siguió bebiendo.
-¡Die, tú no me entiendes!-se lanzó sobre el pelirrojo para tomarlo por el cuello de su polera- He estado rechazando a Aoi todos estos días, y ha sido contra mi completa voluntad, sólo para no darle en el gusto y hacerle saber que si me tiene en la palma de su mano como el cree...-lo soltó
-¿Por qué me lo dices?-le preguntó mirándolo con dolor aún debajo de su cuerpo- ¿No entendiste lo que te dije?
-No me has dicho nada...
-¿Nada? ¡¿Nada?! Escúchame amarillito, soy tu amigo, te apoyo y todo lo que quieras, pero al menos aprende que con los sentimientos no se juega.
-¡¿De qué hablas?!
-¡Para de ser idiota!-lo lanzó a un lado junto con él golpeándolo en la espalda- Te confesé lo que siento por ti y no lo hice para que me dieras una oportunidad, lo dije para aprovechar tu borrachera y de paso la mía. No sé porque eres tan egoísta... Sabes perfectamente que durante todo este tiempo siempre he estado para cada uno de ustedes, y sobre todo para ti... No me molesta el que no lo hayas notado, sé que no soy muy expresivo porque todos juran que vivo de bromas cuando no es así... Pero al menos, aunque sea borracho, respétame...
-No dije nada malo...-se defendió mirando hacia un lado
-¿Provocarme no tiene nada malo?-le preguntó serio
Reita lo miró, a pesar de su excesivo consumo de alcohol, muy dentro de su conciencia sabía muy bien sobre lo que estaba viviendo. Pero par su suerte el sonido de su celular lo hizo viajar a ambos hacia la dimensión de la realidad.
-Contesta-le pasó el celular el pelirrojo, ya que este se había caído cuando lo arrojó al suelo
-¿Si?
-¡Reita! Hola soy Shinya. Te llamo para invitarte a ti y a tus amigos a una fiesta que dará Aoi en su casa en honor a lo buen amigo que es. Así que mañana a las nueve de la noche te esperamos aquí! Ojalá no faltes-sonó meloso- ya que los dos nos pondremos tristes y ya tu sabes-rió dejándole la palabra por fin al rubio
-¿Y qué hizo él por ti?-preguntó notablemente ebrio y celoso
-¡Me aceptó en su casa por unos días! Porque me quedé sin casa-dijo triste
-¡Ok!-cortó tirando el celular al suelo
Die lo miró dudoso aún bebiendo de su vaso
-¡Es un idiota! Es un fácil... ¡Y además quiere que vayamos todos a su casa! de seguro debe querer ahora con otro de nosotros... ¡Y además acepta a su amante en su casa! Es obvio... Después de todo es sexo seguro...
Die infló sus mejillas para aguantar la risa, jamás lo había visto en un ataque de celos semejante.
-¿Dónde es la fiesta?-le preguntó tomando un papel y un lápiz
-¡En su prostíbulo de departamento! a las 9:00 pm-se cruzó de brazos-¿Para qué lo anotas?
-Para recordarlo-sonrió
-¡Yo no iré!
-Si irás, debes dejar las cosas en claro y primero estar bien contigo mismo.
Reita lo miró ¿Por qué decía todo eso cuando una personal (Por supuesto no como Die) haría de todo para que no asistiera a la dichosa celebración?
-Tú estás loco-lo acusó el rubio apuntándolo con su dedo índice
-En lo elemental, soy un filósofo
-¡Reita me cortó!-gritó como si fuera la máxima tragedia de la vida
-¿Qué? ¿Por qué?-le preguntó curioso y preocupado el pelinegro
-Porque le conté el motivo de la fiesta-hizo un puchero
-¡Si serás imbécil!-Aoi llevó sus manos a su cabeza- Tonto, tonto, tontoooo
-Ya...-pronunció con los ojos llorosos- No tiene nada de malo
-Claro que si, él no es un inocente farsante como tú-lo apuntó con el dedo
-¡No me faltes el respeto!
El del piercing se sentó en el sofá
-…l vendrá a esta fiesta, o de lo contrario me dejo de llamar Aoi! y de paso dejo de ser sexy, pero sólo un poco ya que es prácticamente imposible
-Vendrá...
-Más te vale... Ahora mueve tu trasero y sigue llamando
-¡Sí!
Su mirada se perdía en el humo de su cigarrillo, miraba la ciudad como si aquel fuera el mejor panorama propuesto para esa tarde. Ya estaba anocheciendo y su pensamiento seguía perteneciéndole al único ser por el que fue capaz de cometer tantas barbaridades, y que sin duda seguiría haciéndole cometer. Apagó el resto del cigarro en el cenicero y al segundo su celular comenzó a sonar.
-¿Hola?
-¡Mao! Amigo, te llamo para invitarte a una fiesta que dará Aoi mañana en su casa a las nueve de la noche. No faltes-sonó suplicante- festejaremos el que me haya aceptado en su casa porque por la culpa de Kai me tuve que ir de la mia-hacia un show dramático
-Shinya... Si cruzo esa puerta probablemente Aoi me eche a la calle
-¡No lo hará! Por que viene Kai, y esa es la condición para que tu vinieras... Vamos, va a venir tu amigo también
-¿Uruha?-preguntó interesado
-Si, ven la pasaremos bien~
-Está bien.
-¡Gracias Mao! Adiós
-Bye...-cortó
Guardó su celular en el bolsillo y sonrió con malicia, aquello no podía ser mejor, por fin iba a poder aprovechar del apoyo de su amigo bajista, lograría su cometido y no importaba si debía recurrir a ello por la mala.
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