Uno, dos, tres.
Capítulo 26
Hace rato que Shinya seguía con ese cojín en las manos, luego de dedicarle muchas palabras desahogando el dolor que sentía por aquella "traición" miró a su costado, pero quien le estaba haciendo compañía estaba completamente ausente. Se asustó y miró para todos lados, encontrando a cierta distancia la mirada de Kai. Inmediatamente miró hacia otro lado, se levantó y fue a buscar a Toshiya, ya que Mao tampoco estaba.
-Toshi-llegó hasta su lado
El bajista quien había estado conversando con Reita le dedicó su atención al pelilargo.
-¿Qué pasa?
-¿Y Mao? Como que perdí la razón-sonrió- y quedé solito-hizo pucheros
El peli azul lo miró por unos segundos para luego dedicar una mirada general a todo el lugar. Reita al escucharlo también comenzó a mirar. Kyo estaba con Aoi y Uruha... ¿Dónde estaba el castaño claro? Toshiya entendió, no era coincidencia que ni Mao ni el menor no estuvieran, pero Reita no prestó más atención.
-¿Ocurre algo?
-Nada Shin, no te preocupes.
-Ruu~~~-le susurró Die al menor
-¡Die!
-¡Presente!
-Me asustaste...
-Juju ¿Ocurre algo?
-Mmm... ¿Y a tí? ¿No estabas con Kaoru?
-Si, pero moradito dijo que tenía que hablar con Toshiya-san. No sé de que...-Ruki se extrañó ¿que tendrían que hablar ellos?- ¡Uf! Estaba tan borracho!-dramatizó- Creo que dije e hice muchas tonterias.
-Siempre las haces
-Negrito...
-¡No medigas así!
-Te lo ganaste por insultarme-se cruzó de brazos- Pero aún me siento mareado~-llevó una de sus manos amaneradamente a su frente- Creo que caeré. Juro por Aristóteles que me esta mirando, que no volveré a beber!-alzó su puño al cielo
-Agua-sonrió Ruki
-Negrito...
-¡Ya!
-¡Espera Ru! Esto suena mejor: ¡Negrito mix red! ¿A que no es genial?
-No Die, no lo es
-Claro que lo es, envidioso. A propósito, ¿Amarillo con quien está?
-No sé...
El rubio de la banda hace ya más de veinte minutos que compartía palabras con Toshiya. De vez en cuando mirada a Aoi mientras este hablaba con Kyo, y por sus expresiones no podía asegurar bien de lo que trataba el tema central de dicha platica. Se cruzó de brazos pues el bajista estaba perdido en sus pensamientos luego de que el batero fue a hablarles y sin querer molestar se apartó, a lo lejos pudo divisar a Ruki y a Die.
-Die...-lo miró, podía ver que el pelirrojo molestaba al menor debido a la cara del pequeño. Suspiró y decidió ir hacia ellos, después de todo sólo con ellos podía contar, ya que Kaoru parecía estar desaparecido.
-¡Túuuu!-lo apuntó con el dedo Die para luego indicarle con la otra mano a Aoi. Junto ambos dedos hacia el pasillo-y ya tu sabe.
El de la banda suspiró y se sentó a un lado
-Tú te callas, ya muchos problemas me trajiste.
-Quien te vió y quien te ve-suspiró el moreno guitarrista- Hace unos meses no me lo habría creído.
-Ni te lo habría dicho-le respondió el rubio cargando su espalda en la pared.
-¿Y ahora por qué no vas a buscarlo? Pasaron muchos minutos.
-No quiero presionarlo, ya habrá tiempo ¿Por qué tienes esa cara?
-¿Qué cara? Siempre tengo la misma
-Sí, por desgracia. Pero me refiero a que no luces "como siempre"
-¡Hey! Mira que soy el más guapo-elevó una de sus cejas- Es que Akira me ignora
-Mm...
-¡Aconséjame!
-Si, por supuesto. Ve y demuéstrale lo tuyo.
-¿Puedes ser un poco más delicado? Llego a sentir lastima por Uruha.
Kyo no le respondió.
-Traté de hablarle pero no me toma en cuenta, se comporta "como yo"
-A veces no sé si cometí un error en pensar que eras un poco más inteligente que Shinya
-¿Por qué? ¡No entiendo!
-Busca la respuesta, yo no te la daré-bebió de su copa
La angustia y un gran sentimiento de arrepentimiento invadían el rostro de Kaoru, no sabia con exactitud lo que estaba pasando en ese momento con Mao, pues gran parte de lo que habían planeado quedó en nada, puesto que Ruki ya no era el obstáculo ni su "recompensa", pero bien sabia que lo que estaba pasando no podría ser bueno, seria el gran culpable de muchas catástrofes ajenas.
-Toshiya…
-Esta con Uruha-respondió de inmediato- Y tengo miedo de que Kyo lo vea…
-¡Demonios Toshiya, hay que impedirlo! Si a Shima le pasa algo no podre perdonármelo jamás…
-Debiste pensarlo antes de ser tan egoísta-dijo serio
-¡Mierda!
-¡Todo esta listo para comenzar con la diversión!-anunció Shinya parado sobre el sillón-¡Así que muevan esos sucios traseros y vayan al centro!-tomó aire- ¡Los invite para que lo pasaran bien, no para que se pusieran al día sobre sus vidas! Gracias-se bajó con una sonrisa.
-La dama manda-dijo Aoi llevando consigo al rubio e incitando a los demás a hacer lo mismo.
Toshiya se separó de Kaoru para hacer vigilia en el pasillo, necesitaba evitar lo que se aprontaba, ya estaba harto de los juegos absurdos e infantiles del rubio reemplazante. Por desgracia su amado vocalista ya estaba con Uruha, no podía hacer más que aceptarlo. Lastima que su compañero no lo entendiera.
-¡Kyo no seas amargado y baila!-lo empujaba el guitarrista
Die desde la lejanía los observó y tomó la mano de Reita y de Ruki para llevarlos donde los demás estaban.
-Bien, destinemos parejas-comenzó a hablar-¡Aoi y Reita bailan juntos!
El pelinegro lo miró sonriente mientras el rubio quería matarlo
-No sean tímidos -sonreía- ¿Qué? Lo bonito de vivir es sonreír amarillito-respondió sin inquietud a la mirada del rubio de la banda- ¡Bien Kyo y Ruki unámonos en una coreografía!
El rubio lo miró por unos segundos ¿Estaba hablando enserio? Esperaba que no.
-¿Y Uruha?-preguntó al no verlo junto a ellos
-Debe estar con Kaoru-le respondió el pelinegro menor- El tampoco está
-¡Si! Ahora comencemos-el animado chico se puso entre los dos mientras que con una de sus manos empujaba a Aoi hacia Reita-Primero a la derecha-les indicaba
-Yo no haré eso-habló muy seguro el vocalista rockero
-¿Por qué? Es divertido-insistió
-Es ridículo
-¡Ah no!-se desconcertó- Lo siento mucho pero tu bailaras con nosotros-comenzó a moverle las manos a su propio ritmo.
-No puedo creerlo…-suspiró al ver que no tenía otra salida
-¿Piensas ignorarme aun que este a tu lado?-pregunto por fin el pelinegro mayor.
-Tanto como lo pensaste hace algunos días-le respondió el rubio de la banda
Aoi ladeo su cabeza, aun seguía con aquello en su cabeza y difícilmente podría sacárselo, pero ¿Cómo? De un momento a otro sonrió seductoramente y acerco a Reita desde sus caderas para hablarle al oído, estaba funcionando pues la mirada confusa del rubio le daban por ganada su fácil batalla.
-¿Qué debo hacer para arreglarlo?
Reita por fuera pareció ceder, pero su mente rápidamente pudo armar una nueva frase y una nueva imagen defensiva.
-Desaparecer-le quito sus manos de la cintura
Kyo entre los movimientos obligados y dirigidos por Die entendió lo que estaba pasando, lamentablemente su amigo no tenia un sentido de la percepción desarrollado mas allá de su inteligencia, no era asunto suyo pero por muchas razones hubiera querido golpearlo.
-¡Kyo no te detengas!-le ordeno Die- Nos haces perdernos
-¿Eh? ¿Seguro que posees una sexualidad definida?
-¿Cómo?-se indigno
-Mas que pensar en hacer una coreografía, piensa en como conquistar. Y créeme, dudo que esa sea la forma-encendió un cigarrillo y se marcho.
-No puedo creer que Kyo me haya dicho eso-tomo los hombros de Ruki- es la máxima tragedia
-Die…
-¿Te imaginas lo habría dicho en frente de todos o con un micrófono?
-Die…
-Mi popularidad en el colegio se habría ido junto a Aristóteles en el cielo y ahí mi máxima tragedia no habría tenido un máximo, sino un infinito y habría ocurrido mi máxima muerte
-Die…
-¡¿Qué?!
-No exageres, no lo dijo enserio y me lastimas
-Lo dices porque no fuiste el protagonista de tal frase-lo soltó- Ojala hubiera podido responderle con algo realmente homosexual-comenzó a pensar
Ruki suspiro.
Mientras en una de las habitaciones del departamento del guitarrista pelinegro...
-Ah... Kyo ¿Es nuestra fiesta personal?-preguntó dificultosamente mientras Mao bajaba sus pantalones con dedicación
Mao no le respondió, estaba demasiado concentrado en disfrutar lo que estaba viviendo, no podía ser mejor y nadie podía arruinarlo. La mirada confundida de Uruha comenzó a ceder, dejo de tratar de mirarlo y solo cerraba sus ojos a medida que sentía los labios de su amante en aquella zona frágil, no podía pensar mas su mente solo hacia torbellinos y su boca estaba impregnada con el sabor del alcohol. Las manos del rubio jugaban con su miembro y su boca comenzaba a dar pequeños suspiros de satisfacción mientras Mao bajaba una de sus manos para comenzar a masajear su propio miembro.
Kyo pudo divisar a Toshiya recargado en una pared, pensó que seria bueno hablarle y por fin terminar con ese absurdo juego de no perdonar, después de todo ambos eran adultos y por mucho tiempo fueron amigos y amantes. Comenzó su camino hacia el peli azul y este lo noto, palideció, no sabia que podía pasar ni que significaba esa aproximación.
-Mucho tiempo-dijo una vez a su lado
-…-Toshiya no hablaba
-Detesto los ambientes tensos y pienso que esto ya no tiene sentido
-Si para ti no, para mi tampoco
Al escucharlo el rubio sonrió
-Bien
.¿Que tal la noche?
-No lo se, he estado en mejores lugares. Pero supongo que no esta mal.
-Mmh
Era difícil, eso tenia bastante de bueno para Toshiya, pero ¿por que de los muchos días que podían quedar, justo ahora se le ocurría hablarle? Eso si que era un dilema.
-Debes estar feliz o demasiado conforme con lo que tienes para que ello venciera tu orgullo y decidieras hablarme-dijo de pronto Toshiya.
-Debe, si el puede actuar maduramente con el pequeño ¿Por qué yo no contigo? Son cosas diferentes, pero a estas alturas que más da.
-Quizá no lo merezca-lo miro directamente a los ojos.
-De hecho no, pero sin embargo te respeto-le dio una calada a su cigarrillo y se disponía a retirarse-permiso.
Tampoco debía irse así, no en ese momento ni a esa dirección, pero no podía hacer nada, era su destino, el destino suyo y el de la noche.
-No sabes cuanto lo lamento…-dijo al aire, no quería que eso sucediera, pero todo ya estaba hecho.
Una tenue luz y un sonido casi auditivo lo llamaban a entrar a aquella habitación de donde provenían, no sentía un impulso de entrar ni mucho menos lo deseaba, solo actuaba.
-Ahh…-gemía ante las caricias de Mao
El rockero se quedo junto al umbral de la puerta observando, no podía creer que eso estaba ocurriendo justo al frente suyo, no obstante seguía dándole caladas a su cigarro cada vez mas deprisa.
La mirada del castaño claro quiso buscar nuevamente la imagen de quien estaba a su lado, muchas cosas eran diferentes pero su estado aun no le permitía darse cuenta de esas muchas diferencias. Cuando sus ojos miraron hacia la puerta y la imagen que tanto trato de hallar mientras gemía apareció, pero no en donde debía estar.
-Kyo…
Mao esta vez comenzó a subir hasta su boca.
-¡No, Kyo!-comenzó a rechazarlo Uruha
Mao salió de su trance pasional para mirarlo.
-¡¡Mao suéltame!!-le gritaba con terror.
Kyo a paso lento fue hasta ellos mientras miraba a su novio y este con lagrimas le correspondía, tomo al rubio imitador y apago su cigarro en el pecho de este haciéndolo gritar, luego un fuerte puñetazo cayó en la mejilla derecha de Mao, la fuerza fue tanta que su cuerpo perdió el equilibrio para ser recibido duramente por el piso, Kyo ardía en furia y es que ese golpe tan anhelado por fin había cobrado vida en sus entrañas, mente y corazón. Respiraba agitado con sus mejillas rojas ante la cólera, Uruha trataba de incorporarse con los ojos llorosos viendo como el moribundo cuerpo de su abusador yacía en el piso sin fuerzas, con los ojos abiertos sin ninguna expresión, sin intenciones de seguir luchando ni de mirar a los dos que compartían su espacio físico.
-¿Lloras de hipócrita o por qué este bastardo estaba abusando de tu borrachera?-dejó salir de pronto el rubio mayor con rencor en sus palabras.
Sin querer entender y con incredulidad Uruha lo miró desesperado ¿Lo estaba acusando de engaño? no pudo soportar reprimir las lágrimas que su corazón a gritos le pedía expulsar.
-¡Para con los cinismos!-gritó Kyo
-Me...Me...-trataba de decir, pero su garganta no le dejaba continuar ¿Cómo decirle que estaba siendo violado y que ahora él injustamente lo estaba acusando de una mentira llevada por la furia? Su estado traumático no lo dejaba expresarse, sólo podía llorar ante verse indefenso a las palabras.
-Eres la puta con la que debí conformarme con llevar a la cama...-su frialdad coló hasta en lo más profundo del castaño claro. Mao seguía ahí, consciente de lo que pasaba.
El menor con la mirada perdida y rostro empapado por lágrimas que seguían brotando de sus ojos sin ser percibidas por él mismo, sintió la puerta de aquella habitación ser cerrada violentamente. Mao siguió en la misma posición, no sabía si ese sabor a sangre que dominaba su boca era el trago amargo de un golpe o el de la victoria.
Kyo caminaba con el rostro enfurecido por el pasillo arroyando a Kai y a Shinya sin darse cuenta, Ruki lo vio con sorpresa mientras se dirigía hacia su persona. Los demás por fortuna o desgracia seguían en lo propio.
-¿Tú lo ocultaste?
-¿Qué?-no entendía, sus ojos le atemorizaban
-No eres más que una mosca muerta-le habló con repudio- Quédate con tu putita-siguió su camino
Palideció y corriendo fue por donde vio salir al rubio, una puerta semi abierta le llamó la atención, pues de ahí provenían pequeños sollozos. Se atemorizó al pensar que podía ser Kouyou. Entró precipitadamente, y sí, Uruha estaba sentado en la cama llorando con la mirada perdida y en el suelo Mao sin expresión y con los ojos cerrados. Más que asombro su reacción fue de confusión, no entendía que pasaba. Observó a Mao para luego ir donde Uruha y tomarle los hombro quien al contacto comenzó a temblar.
-Soy Ruki, Shima-hacía que le entendiera
-Ta...Ta...
En ese momento como hace mucho el corazón del pequeño pareció congelarse ¡¿Qué rayos estaba pasando?! En un arrebato impulsado por la desesperación y la incertidumbre, el pelinegro se abalanzó contra Uruha para abrazarlo, no entendía ni sabía que pasaba, pero lo que aquella escena demostraba y la actitud de Kyo dejaban en evidencia el presunto hecho, que a apreciación de cualquiera era un engaño. Pero la reacción de Uruha decía lo contrario, eso había sido una violación y Kyo era un maldito impulsivo incomprensivo que acababa de dañar a la persona que presuntamente ama más de lo que un infeliz lo había hecho. Estrujó al castaño en sus brazos al sentir como este sin fuerzas se aferraba a su espalda, no quería entenderlo, sólo quería abrazarlo y que su llanto cesara y le sonriera, sin embargo sabía que eso estaba lejos de ocurrir.