Capitulo 2
-Draco… -murmuró Harry sobre el pene de su novio, le fascinaba el tamaño que había adquirido y eso que antes ya era lo suficientemente grande. El rubio elevó un poco la cabeza, clavando su vista en el moreno.
-¿Que?...-gimió estranguladamente.
-¿Crees que me cabrá? -preguntó pícaro, señalando la erección que tenia entre sus manos y a un centímetro de su boca.
-No lo sé, puede que te mate en el intento -le respondió Draco serio, pero en sus ojos brillaba la chispa de la burla.
-¿Bromeas cierto? -el Slytherin sonrió al ver la cara de su novio.
-Claro que bromeo; si no cabe, podríamos hacer otro orificio por donde pueda entrar… mi amor -el moreno frunció el ceño y mordió ligeramente la erección del rubio en forma de castigo, a lo que éste respondió con un sonoro gemido. El moreno subió lentamente por el cuerpo, ahora mayor que él, hasta llegar a sus labios. Empezó a besar salvajemente esa boca, sus labios se separaron cuando los dos se quedaron sin aliento y el moreno, mirando a su novio malvadamente, se apoyó de rodillas en la cama y avanzó hasta dejar justamente su culo en frente de la boca de Draco.
-Dale el trato que se merece... -el rubio no pudo más que gemir estranguladamente.
-Como desees, peque… -dijo eso último en forma de juego antes de colocar sus manos, una a cada lado de su cadera, acercándolo más hacia su boca para poder deslizar su lengua por su culo, despacio, lentamente, haciendo estremecer al ojiverde con sus caricias. Lamió cada extensión de piel que tenia frente a él, chupó y succionó, mordió fuertemente una nalga para después deslizar su lengua sobre ella, quería marcarlo, quería hacer tantas cosas, pero terminaría en cualquier momento si no hacia algo rápido.
Harry gemía, al sentir aquella lengua caliente y húmeda recorriendo lamiendo y chupando su culo, pero cuando esa lengua llegó a su ano… los gemidos se transformaron en gritos de placer.
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-Ron, estate quieto. Sabes que el director me ha mandado que sea yo quien te cuide y no puedes ir tal y como estas a la Sala Común de las serpientes a ver a Blaise -decía por doceava vez Hermione Granger a un cabezón pelirrojo de 7 años, que frunció el ceñito cabreado.
-¿Por qué? -preguntó el pelirrojo con un dedo en la boca, parecía un angelito, lo cual conmovió el corazón de Hermione.
-Porque no es correcto -respondió la castaña en un tono maternal.
-¿Pero por qué? -volvió a preguntar, mirando a su amiga fijamente.
-Porque ellos son Slytherin y tú, un Gryffindor -dijo como si eso lo explicara todo, pero el pequeño Ron no estaba del todo convencido.
-¿Pero por qué? -Ron sonrió al ver un tic de frustración en su amiga, ser niño era divertido.
-Porque son como el agua y el aceite -suspiró, al parecer Ron iba a ser imposible como niño, más que como lo era normalmente.
Ron se divertía haciendo desesperar a Hermione, en realidad seguía teniendo la mentalidad normal, pero le hacia mucha gracia ver como su amiga se sulfuraba.
-Pero yo quiero verlooooo… porfiiiiiii Mione… porfi, porfi, porfi -le suplicaba dulcemente, haciendo que Hermione dudara.
-Cállate Ronald Weasley, no iras a verlo a menos que alguno de nosotros te acompañe -Ron sonrió gatunamente.
Así una castaña y un pequeño niño pelirrojo se dirigían hacia las mazmorras.
-Yo y mi bocota -murmuraba la castaña antes de tocar la puerta de las serpientes.
La puerta se abrió, dejando paso a un chico alto y moreno con gafas negras y finas:
-Hola Theo. Sentimos molestar tan tarde, pero… es que Ron quiere ver a Blaise y…
-Esta en su habitación bastante nervioso; esta asustado de que esto sea permanente y que Weasley no se acuerde de él -les explicó-. Ahora os dejo, he quedado con Neville -dijo por último, dejándoles pasar y marchándose él.
-Oye Herm, creo que tengo una idea -dijo Ron, sonriendo de una forma nada Gryffindor.
-Ron, a mi no me metas, suficiente tuve con traerte hasta aquí… -le contestó Hermione, pero la carita de Ron la dejó desarmada, pero… aun así-. No, sea lo que sea no lo haré.
-¿Te he mencionado alguna vez que tienen una biblioteca enorme? Con títulos extraños, tú sabes, de esos que les encantan a los de sangre pura y todo ese rollo -dijo Ron mientras veía como su amiga entraba por la puerta para después apurarlo a él.
-Vamos Ron, debemos ver a Blaise -definitivamente era el rey de la manipulación (jeje).
-Sabelotodo ¿Qué haces aquí? -preguntó una chica morena sentada en el sofá de su Sala Común con… y eso dejó a Hermione con la boca abierta: ¿estaba Pansy Parkinson leyendo un libro frente a la chimenea? ¿La misma Pansy-soy la mejor-la mas pija-y más guapa que nadie Parkinson?
-Y con eeehhh… ¿Mini-Weasley? -Ron la miró con el ceño fruncido en respuesta.
-¡¡Hey!! Un momento, no soy mini-nada -dijo Ron inflando las mejillas.
-Pero es tan adorable -dijeron ambas chicas al verle.
-De eso no hay duda -se escuchó desde el marco de la puerta que llevaba a los dormitorios de los varones.
-Blaise / Zabini -dijeron las dos chicas al mismo tiempo, mientras Ron sonreía por abajo, esperando para hacer su pequeña idea.
Ron enrojeció, se acercó a Blaise y –tímidamente- le preguntó:
-¿De verdad crees que soy adorable? -preguntó con vocecilla de niño vergonzoso.
Blaise lo miró tiernamente y le respondió:
-Claro que si, pequeño… -y luego fijó su mirada directamente a Hermione-. ¿Entonces su mentalidad también ha cambiado?
-Este... -decía Hermione viendo a Ron, quien le guiñó un ojo, alentándola a seguir con su plan.
-¿Quién es mentalidad? -preguntó el pelirrojo, quien sacó una sonrisa de Pansy.
-Ohh es tan adorable –dijo, antes de tomarle por las mejillas y pellizcárselas.
-Parece que si ha cambiado... -dijo tristemente-, pero... entonces ¿Cómo es que se acuerda de mí? -preguntó extrañado.
Ron se tenso, Hermione fue la primera en hablar.
-Puede recordar los sentimientos y todo eso, pero lo demás no... es como si su instinto se lo dijese....
-Oh, entonces no sabe quien soy realmente para él -lo dijo más como una afirmación que como una pregunta. Ron se sintió mal de pronto por hacerle esto, pero no por ello dejaría su plan, después le pediría disculpas de la forma que sólo él sabía.
-Pues no... no lo sabe... -susurró Hermione.
-Blaise, Blaise, quiero jugar contigoooooo. Porfiiiiiii ¿siiiiiiii? Vamooooss –suplicaba, estirándole de la manga de su camisa. Blaise lo miró y asintió dedicándole una sonrisa.
Hermione iba a replicar cuando Ron se acordó de algo.
-Aaaahh Mione, había dicho que aquí había una biblioteca muuuuyyyyyyy grande y que quería verlaaaaa -Hermione enrojeció.
Pansy la miró divertida y, acercándose a ella, se inclinó hasta que sus labios rozaron su oreja derecha y le susurró:
-Pues entonces habrá que llevarla a esa biblioteca -Hermione sintió un escalofrió por todo el cuerpo al oír esa voz salir de la morena.
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-¿Blaise, dónde duermes? -preguntó Ron con carita de niño bueno.
-¿No sabes? ¿pero cómo es que subimos las escaleras? -dijo desconcertado.
-Jeje… sólo quería subirlas, ¿Por qué? ¿Estuvo mal? –preguntó, haciendo un puchero que aprendió cuando su hermana quería algo.
-No, sólo que… olvídalo -le respondió un poco triste, porque creyó que al fin había recordado algo sobre él.
Al llegar al cuarto del moreno, Ron entró corriendo y alegremente preguntó.
-¿Cuál es tu cama? -Blaise señaló la del la izquierda y Ron se subió en ella ilusionado, Blaise lo veía algo triste.
-Blaise ¿sabes lo que dice mi hermano Charlie? -preguntó un ilusionado Ron.
-No. ¿Qué dice?
-Que las personas que se quieren mucho mucho se dan besitos de boca en la cama… ¿es eso verdad?
Blaise abrió mucho los ojos y enrojeció- Hmm… si, algo así -balbució un tanto nervioso.
-Aaah, ¿y tú me quieres a mí? –preguntó, mirándole con ojitos tiernos mientras ladeaba la cabeza ligeramente. Blaise no pudo contener más esa imagen, era tan dulce, tan tierna que no quería echarla a perder con su mente, había pensado en otra cosa cuando lo dijo sabiendo exactamente lo que preguntaba.
-Pues claro… -respondió en tartamudeos.
-¿Entonces me darías besitos en la cama? Yo también te quiero mucho a ti -dijo Ron, dulce e inocentemente.
Blaise estaba a punto de jalarse los pelos de su cabeza, no podía creer que fuera tan pervertido, está bien, si lo era, pero sólo con Ron, Ron grande para ser precisos, él no era ningún pedófilo.
-Blaise, ¿estas bien? -preguntó el niño, que se había bajado de la cama para jalarle de la túnica. Su plan estaba resultando, ahora solo un poco más y estaría listo….