Anthony es un chico norteamericano de 17 años, de los cuales ya lleva 15 años en Japón, envidiado por todos los que le conocían, es simplemente un triunfador, lo tenía todo, todo lo que alguien podía querer.
Era moreno, alto, medía 182cm y pesa 73Kg, con lo cual estaba delgado, pero está bien musculado, tiene el pelo castaño claro y corto, se afeita poco, pero aún así no le resta ni un solo ápice de belleza, sus ojos son castaños verdosos mezclados de una forma divina.
De dinero va sobrado, las empresas de sus padres van estupendamente y todo eso revierte en su tarjeta de crédito, que puede usar sin límite y sin que le dijesen nada de nada por los gastos que tuviese.
Es muy inteligente, tanto que es de los más brillantes estudiantes del colegio, le gusta por la gente que allí hay a pesar de no ser elitista, sino un colegio normal, al que cualquier persona podría acceder sin ningún problema.
Pero eso no es todo, siempre consiguió a todos los chicos o chicas que quiso, todos iban pasando por su cama, la mayoría solo una vez, para después unirse a su gran lista de descartados, daba igual que fuesen heterosexuales o homosexuales, el los/las conseguía igual, nadie sabe como ni porqué pero es un seductor nato.
Todo era perfecto... ¿Todo? No, hay algo que no puede conseguir y que le atormenta, a pesar del sexo y del dinero se sentía solo, vacío y triste, nunca se había enamorado, no sabía que era eso, el lo deseaba, quería enamorarse aunque tuviese que cambiarlo por todo lo demás.
Michelangelo es un chico italiano de 14 años, lleva solo 4 años viviendo en Japón, está poco desarrollado, tanto que cuando dice su edad nadie se lo cree, todos piensan que tiene sobre 12 años porque tan solo mide 142cm y pesa 40Kg, tiene el pelo castaño claro, que con un sol de verano parece rubio, sus ojos son de color aceituna, pero como usa gafas no se le aprecia realmente lo bellos que son a pesar de no ser gruesas.
No tiene amigos y se pasa la mayor tiempo estudiando en la biblioteca o en su cuarto, algo que se le da genial, siempre saca muy buenas notas y además era muy educado y nunca molestaba en clase eso enorgullecía a sus padres y a sus profesores.
Pero el poco desarrollo, las gafas y que es muy inteligente le convierte en objetivo de los abusones, se pasaba demasiado tiempo siendo humillado, insultado y golpeado por los típicos chulos que hay en todos los colegios.
La biblioteca, un sitio al que Anthony no solía ir demasiado porque si necesitaba algo lo compraba y ya se acababan sus preocupaciones, pero esta vez debía consultar un libro bastante antiguo, la biblioteca estaba prácticamente vacía, excepto en una mesa había un chico, de los pequeños, no le prestó demasiada atención, buscó el libro que necesitaba y al salir volvió a ver hacia el chico, que seguía a lo suyo, completamente concentrado, Anthony se extrañó, no entendía porque ese chico no bajaba al patio a jugar con los demás chicos.
Como se puede intuir, era Michelangelo leyendo algún libro, como suele hacer en todos los recreos para evadirse de su vida, su complicada vida y de paso salirse del dominio de los abusones, porque en la biblioteca no le hacen nada para que la bibliotecaria no mande un aviso a los padres por hacer jaleo donde hay que estar en silencio.
Al la salida de las clases, como siempre tocaba el regalo de despedida de los abusones, estaba Michelangelo rodeado por los 3 chicos de siempre, gritándole:
Fujimoto: Macarroni, donde dejaste la maquina de hacer pizzas
Kazuma: Macarroni, si no quieres pizza... ¡¡¡me gusta también los spaguettis!!
Masahiro: Jajjaaj, que maricón, defiéndete Macarroni
Cuando por casualidad Anthony que pasaba por allí se fijó en que era el mismo chico que había visto en la biblioteca, se acercó y vió que estaba llorando en el suelo casi sin poder defenderse de las patadas que estaba recibiendo y les llamó la atención:
Anthony: ¡¡¡Largaos de aquí si no queréis salir calientes vosotros también!!!
Cuando los tres chicos vieron que era Anthony quien les gritaba, no dudaron en salir corriendo de allí, no es alguien con quien te puedas meter si no quieres tener problemas.
Anthony: Ei chico, ¿estás bien?
Michelangelo: Si, me duele un poco pero estoy bien, ya estoy un poco acostumbrado, me pegan y me insultan casi todos los días
Anthony: ¿Por qué pegan a un chico tan pequeño como tu?
Michelangelo: Aunque no lo parece ya tengo 14 años, igual que ellos
Anthony: Oh, no sabía, lo siento, yo soy Anthony ¿y tú?
Michelangelo: Si ya sé, no importa le pasa a todo el mundo, ya se tu nombre, todos te conocen, yo me llamo Michelangelo, pero me gusta más Angelo
Anthony: Pues encantado Angelo
Angelo: Yo debería irme ya, ¡¡¡adiós y gracias!!
Anthony: ¡¡Adiós!! Que rapidez por irse, pero bueno, otro día hablare más con el, parece un chico muy simpático y no le vendría mal un poco de ayuda.
Anthony después de eso sentía algo distinto en él, algo que nunca antes había sentido, quería ser su amigo para ayudarlo y protegerlo, siempre había sido bastante egocéntrico, pero algo había cambiado en el al ver el sufrimiento asumido por ese niño que acababa de conocer.