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Amor Primero por KBlue

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Eizan: No te preocupes, estoy seguro de que Anthony ya ha estado ahí, así que no creo que te duela… ya verás como te lo pasas bien

Michelangelo: Humm… huuuummm…

 

El menor intentaba zafarse de su agresor, pero apenas tenía fuerza para liberarse, su única salvación sería que Francesco oyese algo o que entrase en la habitación por algún motivo ya que la puerta no estaba con el pestillo.

 

Para el italiano esos segundos se estaban haciendo eternos, esa espera de ser despojado de su honor de una forma psicológicamente más dolorosa para él, que la penetración en si, que sería un dolor físico.

 

En un pequeño despiste de Eizan, Michelangelo aprovechó para darle un mordisco en la mano, con lo que el japonés le soltó, pero ya era tarde para evitarlo y de una sola estocada, sintió como todo el miembro se introducía en su interior, pero a pesar del dolor no podía desaprovechar la oportunidad.

 

Michelangelo: ¡¡FRAN PIDE AYU…!!

 

Y ya no pudo decir nada más, el japonés inmediatamente volvió a taparle la boca con fuerza, pero esta vez agarrándolo de diferente manera para controlarlo aún mejor y que le costase escapar, los años de artes marciales le habían dado la experiencia necesaria para saber como inmovilizar a alguien.

 

Eizan pensaba que ya lo tenía bien sujeto e iba a continuar con lo que estaba, cuando la puerta se abrió bruscamente de repente, cuando dirigió sus ojos a la puerta, lo único que pudo ver, fueron unos ojos inyectados en sangre con una rabia que asustaba, completamente aterrado soltó al menor y retrocedió hasta quedar pegado contra la pared más alejada de la puerta del cuarto.

 

Michelangelo: ¡¡TONYYYYYYYYYYYY!!

 

Michelangelo corrió hacia su amado y se abrazaron como si llevasen muchos años sin verse, el italiano estaba alegre pero asustado al mismo tiempo, tanto que esa confusión de sentimientos hizo que todas las lágrimas acumuladas comenzaron a brotar como si fuesen cataratas.

 

Eizan continuaba en el fondo de la habitación sin moverse, porque Anthony aún no le había dejado de ver, sentía como los punzantes ojos castaños verdosos del norteamericano se le clavaban como flechas en cada centímetro de su cuerpo, estaba tan aterrado que se dejó caer hasta sentarse y se acurrucó pidiendo una clemencia que parecía que le iba a ser rechaza.

 

Eizan: Por favor… por favor no me hagas daño

Anthony: Vas a recordad este día para toda tu vid…

Michelangelo: Déjalo marchar… - Interrumpiendo a Anthony -

Eizan: Si, eso… no volveré a molestar… ¡¡te lo juro!!

Anthony: ¿Estás seguro? - Viendo a Michelangelo -

Michelangelo: Si

Anthony: Venga… ¡¡Lárgate!! - Volviéndose hacia Eizan -

 

Eizan se levantó y se fue moviendo hacia la puerta con cuidado, tenía miedo que Anthony finalmente reaccionase en contra de el a pesar de lo que Michelangelo hubiese dicho, podría cambiar de opinión, pero Anthony ni se movió, no quería soltar a su lindo bambino ni por un segundo.

 

Una vez Eizan cruzó la puerta de la habitación salió corriendo, pero al llegar abajo estaban varios vecinos esperándolo, Francesco ya había pedido ayuda y no se pudo librar, lo agarraron y no tenían la intención de dejarlo marchar fácilmente.

 

Anthony: Deberías vestirte, no vaya a venir alguien y te vean así

Michelangelo: Hazme tuyo… lo necesito…

Anthony: No, ahora no, en otro momento, sabes que ahora no podemos

Michelangelo: Porfaaaaa…

 

Michelangelo puso cara triste e hizo un pucherito de corderito degollado esperando a que el león comience a comerlo, pero no, el norteamericano comenzó a vestirlo ignorando las lagrimitas pidiendo ser la presa.

 

En el momento que el menor ya tenía los pantalones subidos le agarró de la mano en dirección la salida, cuando de repente se oyó un ruido como de un disparo y después gritos terroríficamente desgarradores en la calle. Los dos chicos espoleados por los gritos bajaron corriendo y al llegar vieron el cuerpo de Eizan tiñendo el suelo de color rojo carmesí con su propia sangre.

 

***

 

En una casa abandonada cercana, el asesino con un rifle de precisión, agarra su teléfono y llama a su contacto.

 

Mercenario: Ya he abatido el objetivo, tengo a los otros dos patos en el punto de mira, espero instrucciones

Contacto: No hagas nada, recoge todo y céntrate única y exclusivamente en seguir el plan tal y como está planeado

Mercenario: Muy bien, eso haré, llámeme si hay algún cambio de planes

Contacto: Si cambio y corto

 

***

 

Poco después llegó la ambulancia y la policía pero ya era tarde, Eizan ya estaba muerto y las primeras averiguaciones de la policía en cuanto al disparo hacían llegar a la conclusión de que el asesino ya se había ido.

 

Una vez solos, Anthony y Michelangelo subieron de nuevo al cuarto del menor y este último obligado por el mayor, se metió en la cama para descansar con un tierno beso en su frente, para tranquilizarlo y demostrarle una vez más que él no se iba a separar de su lado pasase lo que pasase.

 

Anthony: Te quiero Angelo y nunca te dejaré… ahora duerme, ya te contaré que pasó estos días

Michelangelo: Yo también te quiero Tony

 

Sus labios se juntaron de la forma más tierna y suave con la que el mayor pudo hacerlo, Michelangelo cerró sus ojos y no tardó en quedarse a dormir, con una sonrisa y una cara angelical provocando que Anthony derramase unas lagrimas de alegría por tener ese amor tan puro e inocente de ese chico que lo volvía completamente loco.

 

Cuando el menor ya se había dormido, Anthony bajó al salón para decirle a Francesco que su hermano se había dormido porque estaba cansado y sobre todo esperar a los padres para poder contarles lo sucedido de una forma más tranquila para que se relajasen porque seguramente se habrían enterado de lo sucedido y regresarían asustados.


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