Anthony llevaba ya 2 semanas en un centro de menores mientras su madre resolvía unos problemas con la herencia por culpa de que su padre fuese asesinado por su propio hijo para conseguir el dinero para que quedase en libertad con cargos, aunque realmente no se esperaba que estuviese tanto tiempo allí.
Aunque estaba claro que había sido él quien le había dejado sin marido, el saber la razón y conociendo a su marido, sabía que haría lo que fuese necesario para conseguir lo que quería, separar a su hijo del chico pobre que había conocido y además, a pesar de todo no dejaba de ser su hijo, con lo que no quería verlo encerrado, no quería perder a dos personas por un solo hecho ocurrido.
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Por otro lado, Michelangelo seguía teniendo clase, sus trabajos y sus parciales estaban bajando su puntuación de forma alarmante, hablaron con sus padres y “gracias” a eso había conseguido convencer a sus padres de que le dejasen ir a ver a Anthony, en un par de ocasiones. No les hacía gracia que su hijo quisiese ver a un “asesino”, Anthony se veía bien y contento, se esforzaba para que Michelangelo no se sintiese mal, pero aún así no se sentía bien, no le gustaba verlo encerrado, se ponía bastante triste.
Uno de esos días y como el padre del pequeño no entraba a la visita, sino que iba Michelangelo solo, se daban un beso de bienvenida, se notaba que se querían.
Anthony: Hola mi niño
Michelangelo: Hola - Triste -
Anthony: ¿Qué te pasa?
Michelangelo: No quiero verte así...
Anthony: ¡Ay! No, no te preocupes, estoy bien
Michelangelo: No me refiero a eso... quiero verte como a mí me gusta - Sonrojado -
Anthony: Solo piensas en eso o que - ¬¬ -
Michelangelo: Te echo de menos - Sonrojado -
Anthony: Venga mi amor, me tengo que ir están acabando las visitas, te quiero
Michelangelo: Yo también
Ya se terminaban las visitas y cuando ya estaban más o menos solos se dieron un nuevo beso para después estar separados por unos cuantos días más, hasta que se pudiesen volver a ver.
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Es increíble el descontrol que hay aquí, yo como soy de los mayores y estoy bastante fuerte no me tocan, pero todo lo que pasa aquí no es normal, un chico como Michelangelo aquí lo destrozarían… ver a chicos en sus camas asustados, con miedo de ir al baño o a la ducha, rezando para que ninguno de los mayores se les acerquen, es muy fuerte… yo por mucho tiempo que estuviese aquí encerrado, jamás sería capaz de hacer lo que hacen estos salvajes…
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Una semana después, cuando ya iban tres, queda libre bajo fianza, evidentemente sin poder salir del país, pero le daba igual, con poder ver y estar con su Michelangelo lo demás le daba igual, aunque estuviese pendiente de juicio por la fiscalía de menores como acusación.
Anthony nada más llegar a casa, se preparó se puso la mejor ropa que tuvo y llamó a Michelangelo pero no estaba en su casa y en el teléfono móvil no le descolgaba, Anthony estaba impaciente, quería volver a ver a su chico, al que tanto echó de menos en las últimas tres semanas, a pesar de que se habían visto en un par de veces.
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Michelangelo se había ido a casa de un compañero de clase para terminar un trabajo, algo corto, pero que era necesario para poder terminarlo a tiempo, una vez terminado y de regresar a casa y ver es su teléfono una llamada de Anthony significó devolver la llamada al instante.
Michelangelo: ¡Holaaaaaaaaaaa!
Anthony: Hola, ¿Dónde estabas?
Michelangelo: Estaba haciendo un trabajo, no esperaba que me llamases
Anthony: Ya, salí hoy
Michelangelo: ¿Estás en casa?
Anthony: Si cla…
Michelangelo: ¡Me voy para allí!
Será… me ha colgado el teléfono sin dejarme terminar de hablar, pero bueno… ya pronto lo tendré aquí y podremos estar justos de nuevo… no se durante cuánto tiempo porque no se qué pasará, pero seguro estaremos juntos.