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Circus por Wiz_CarLa

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Notas del capitulo:

Disclaimer: Death Note no me pertenece, si no a Tsugumi Ōba y Takeshi Obata. Solo tomo prestado sus personajes para satisfacción mía y de mis lectores, todo sin fines de lucro. Solo me pertenecen mis personajes y la historia.

Solo este capítulo es POV Mello.

Circus

Capítulo 2

Espectáculo



POV Mello

Mi nombre es Mello y no, no es mi verdadero nombre, todos en la familia me llaman así y también es mi nombre artístico. Y no, no soy ningún cantante famoso ni un actor de películas que gana muchos premios (que lo más seguro pagan para ganarse una estatuilla de esas), más bien soy cirquero… si de esos que trabajan en el circo (es obvio, ¿no?). Para ser exactos, soy el domador de bestias más codiciado del planeta (¿no me creen? Consulten la revista Circus People, ya sé que no existe y no me importa.)

¿Mi verdadero nombre? No tengo la gana de decírselos, no vaya a ser que escriban mi nombre en un cuaderno de la muerte y a los cuarenta segundos me vaya a dar un ataque al corazón hasta morir, dejando tristes y desamparadas a millones de mis fans. ¿No existe tal cuaderno? De todos modos, no les diré.

Pero, no existe una buena historia sin un buen nombre que recordar, (me arrepentiré de esto luego…) Mi nombre es Mihael Kheel, amo el chocolate y desde que nací pertenezco a la enorme familia del Circus of Wonders (si el nombre esta pésimo, échenle la culpa al dueño) y a mis veinte (casi veintiuno) no conozco otra cosa que no sea dar un buen espectáculo.

Nací en… (Demonios, ni se en donde rayos nací) bueno solo sé que nací bajo la enorme carpa en alguna cuidad a mitad de una función (en la última función de esa noche, mi madre tuvo las llamadas contracciones que ni chance de llegar a un hospital) y así fue como llegue al mundo.

Aunque somos una enorme familia (contando a los animales), soy hijo único y la que me crió fue mi madre Michelle Kheel. ¿Mi padre? No lo conocí (y no deseo conocerlo) tampoco sé nada de él. Por lo que me contó el mago (más bien tuve que amenazarlo), quién fue un buen amigo de mi madre (siempre he pensado que había algo más), mi padre entró al equipo de acróbatas con engaños, enamoró a mi madre y una noche desapareció llevándose cosas de valor. A los pocos días mi madre se enteró que estaba embarazada. Ya después de varios años, muchos de los cirqueros creen que esta muerto (y si es así, espero que se esté pudriendo en el infierno.)

¿Mi infancia? Créanme que no tuve una normal. (¿O creen que crecer en un circo de fenómenos se les hace normal?) Mi madre era la domadora de bestias oficial del circo, por lo que crecí junto a tigres, leones y panteras. Cuando pequeño no había niños de mi edad (excepto por un peliblanco que se aparecía ciertas veces en los ensayos, pero sinceramente nunca me agrado, era raro, siempre mirando los ensayos mientras resolvía un rompecabezas que estaba completamente en blanco.) Así que los enormes felinos se convirtieron (y aun lo son) en mis únicos y mejores amigos. Lo que nunca olvidaré de mi infancia, es haber conocido el sabor que mi paladar me lo agradecerá por siempre, el chocolate. Desde la primera vez que lo comí; mañana, tarde y noche tengo que tener un chocolate en mi boca. Se convirtió en mi vicio, mejor que el cigarro y el alcohol.

Al principio le temía a las bestias que mi madre domaba (¡era un niño que querían!), por lo que Michelle me entrenó desde pequeño para que poco a poco le perdiera el miedo a los enormes felinos y poder domarlos (je, es obvio, lo llevo en la sangre). ¿Qué sucedió con mi madre? Murió de un ataque al corazón cuando yo estaba por cumplir los quince años. Fue la única que amé y respeté, (si soy algo sentimental, ¿y qué? Era mi madre, debí quererla de un modo ¿no?) Si así fue mi adolescencia, ya no tenía el apoyo de Michelle, aunque todavía tenía a los felinos y los demás cirqueros, créanme que no era lo mismo. Me recobre rápido de la muerte de mi madre (muchos pensaron que no la quería, ¡tengo sentimientos par de idiotas, por si no lo notan!) la vida seguía y yo no nací para llorar toda la vida.

Después de la muerte de mi madre, hice todo lo posible para ganarme el título de domador, ya que decían que no era lo suficientemente apto para el trabajo. (Por favor, ¡crecí junto a ellos y me dicen que no estoy apto!) No me di por vencido, aunque las bestias estaban acostumbradas a seguir las órdenes de mi madre, trabaje día y noche hasta que ellas se acostumbraran a mi voz, a mis órdenes. Ahora me ven, controlo a cualquier bestia que me coloquen enfrente (soy el mejor, no lo pueden negar.)

¿Datos recientes? No ha cambiado mucho, solo que la popularidad del circo ha crecido mucho los últimos dos años (gracias a mi, claro). Se me conoce como el domador de bestias más joven (y el más codiciado), ¿qué más podrían esperar más de mí? Ah, claro, ahora tengo que lidiar con una molestia feminista. Y no, no hablo de una novia (sería una pesadilla si lo fuera) si no de la nueva maestra de ceremonias Danielle (el antiguo maestro de ceremonias se jubiló, maldita sea) quien hace como seis meses formó parte de la familia junto con su hermana pequeña Haruhi. Solo al extraño dueño del circo (que por cierto nadie lo conoce, es todo un misterio) se le ocurre poner a cargo a una chica (¡una mujer por el amor de Dios!) de mi edad (solo dos meses mayor que yo) a cargo.

Como me saca de quicio esa mujer, es como de esas hermanas mayores que solo viven para fregarte la vida y lo peor de todo… ¡me limita de chocolates! ¿Qué no se da cuenta que para que este negocio funcione, yo necesito de mi chocolate? Pero no estoy aquí para hablar de ella, algún día se las verá conmigo.

De regreso a mi vida recientemente, después de dar un largo y exhausto tour por algunos países y ciudades de Europa, regresamos a dar funciones a Inglaterra (siempre he pensado que es mi país natal), donde daríamos las últimas funciones antes de encaminarnos hacia el continente americano.

Como siempre, cuando arribamos al lugar donde estaría la carpa, todos ayudamos a levantarla y colocar todo en su lugar, para después prepararnos para el desfile por el centro de la cuidad que siempre hacemos para llamar la atención de la gente, invitándolos a que asistan a las funciones. Todo lo del desfile es una lata pero es una de las mejores partes (además de las funciones) más divertidas de ser un cirquero.

La primera función, después de mucho tiempo, en Londres. Las primeras funciones siempre está repleta de gente (casi siempre no hay lugares suficientes por lo que tenemos que dar hasta tres funciones por día) y esta no era la excepción. Todos estaban ansiosos, algunos estresados y uno que otro nervioso (eso lo llegas a controlar cuando te acostumbras). Danielle da la señal, se apagan las luces y comienza el espectáculo.

Al principio de cada función se da como una pequeña introducción donde aparecen todos los cirqueros. Primero aparecen los acróbatas dando piruetas, seguido por los elefantes, caballos, entre otros animales con sus respectivos domadores, los payasos aparecen entre el público haciendo tontería y media, el mago sacando palomas de su sombrero y capa, una variedad de personajes. Hasta que llega mi turno.

Siempre aparezco en escena con una de mis bestias a mi lado, (normalmente escojo a mi tigre favorito) con un collar alrededor de su cuello y lo sostengo con una cadena. Cuando las luces están sobre mí, logro establecer mi poder sobre el lugar, y junto a un tigre, logro establecer un poco del miedo entre el público y el valor que tengo al poder controlar a cierto animal.

Se escuchan chillidos de las mujeres, (que al principio me molestaba y ponía cara de fastidio) pero teniendo a la molestia feminista mirándome, solo me quedaba obedecer su estúpida orden.

-Hazlas sentir imponentes, que se derritan ante ti- me dijo una vez en uno de los ensayos.

-Con solo poner un pie en el escenario sentirán impotencia.

-Si no funciona conmigo, es que eres caso perdido- vaya que ese comentario me hizo enojar –Mmm… ya se, arrójales besos.

-¿Estás hablando enserio, mujer?

-¡Al menos actúa como si de verdad te importara tus admiradoras!

Y así fue, coloque en mi rostro mi mejor sonrisa y lanzaba besos al público haciendo que las mujeres se emocionaran más y otras casi se desmayaran de la emoción (en algo tenía que acertar la feminista.) Hasta que llegue a una parte del público donde vi esa cabellera pelirroja.

Ahí sentado, despreocupado mirando hacia donde yo estaba, junto a él una chica que chillaba mi nombre como loca (seguro su cita, novia, como se les llame). Pero no detuve mi paso, ni tampoco mi ‘cariñosos’ afectos, lancé un beso hacia esa parte del público junto con un guiño. La chica junto al pelirrojo, junto con otras a su alrededor, se derritieron ante aquel acto, pensando que había sido para una de ellas.

La verdad (y todavía no entiendo porque) no era para ninguna de ellas, tal vez el beso si para seguir con las órdenes de Danielle, pero el guiño… solo lo hice y lo hice para él. Quizá no se haya dado cuenta, pero por si acaso lo notó, tal vez le tome otro significado… que sabré yo, el caso es que no lo volvería a ver.

Continuara...

Notas finales:

Lamento la tardanza para un capitulo corto pero el nombre del circo me atrasó, exámenes, tareas... no creo que quieran saber más.

Bueno no hay nada más que comentar, solo esperar a que me perdonen por el retraso.

Para las(os) que leen ¡¿Ahora soy qué?!, también ya está actualizado.

¡Dejen review, recomienden el fic y vivan felices!

Later!

Matt va a asesinarme por escojerlo a ser víctima de mi nuevo fic y Near... bueno solo digamos que me odia tanto como yo a él. Para salvarme, ¡solo tienen que mandar reviews!


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