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Todo queda en Familia por RAMSIN

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Notas del capitulo: Uryu sufre por la operacion de su querido Ukitake, que sera ese acertijo de la cajita?, porque todo es destino y nada es casualidad?, el encuentro con sorpresa!.
Bleach no es mío, pertenece al brillante Tite Kubo - sama!!, alabado sea por crear algo tan magistral, pero regresando de los halagos, este fic es mi segundo desvarió de Bleach, espero les guste.

Advertencia: Mundo Alterno, no tiendo a usarlos pero esta vez me atreví un poco mas je je, Yaoi, claro está, y para rematar y aderezar la locura Mpreg XD, advertidos, no quiero quejas o cuentas para mí porque tuvieron que ir al psiquiatra!!. Por lo demás mucho humor y esperen lo inesperado.

Todo queda en Familia.

Capitulo 16

Síntomas de que!.

Fin de semana, que bueno era eso!, que bueno era levantarse tarde y retozar como morsa en la cama hasta que el hambre o el aburrimiento te obliguen a levantarte, realmente bueno para Ichigo después de pasar una semana muy movida, desde los encuentros furtivos con su “novio”, las clases ya casi finalizando, su viejo loco y con insistencias de que el debe traer a su amiga Rukia a la casa para que comparta mas con su familia… eso fue muy desagradable, aquella noche en que Rukia llego y descubrió su “secreta” relación con el antiguo paciente de cabellos azules, por más que quisiera negárselo a su amiga no pudo, no le quedo otra que decir la verdad sin pelos en la lengua, era un tanto incomodo para el pero como se imagino Ichigo, si el hermano de ella está en estado, con un par de hombres viviendo con ella día a día y quien sabe que cosas ha de ver y oír, no era extraño que se tomara cómodamente la relación de él y Grimmjow.

- Tengo hambre…. – abrió por fin los ojos perezoso al sentir como su estomago rugía con nada de pena. –
- A LEVANTARSE HIJO MIO!! – de una sola patada Isshin abrió la puerta de la habitación y se lanzo a la cama donde estaba acostado el pelos de naranja. –
- Buenos días. – se arrimo la distancia suficiente para hacer que su padre estrellara la cabeza contra la pared. –
- ESO NO SE HACE!!. – se sobo el chichón al tiempo que sendas lagrimas salían de sus ojos por el dolor. – Ichigo!!.
- Que!!. – se puso de pie con rapidez, no sea que su viejo ahora le dé por aventarse sobre él. –
- Necesito que hoy pasemos un día padre e hijo!!. – todavía sobando su cabeza se levanto de la cama. –
- Esa idea ya la traías antes de entrar aquí o se te ocurrió con el golpe que te diste?. – miro fastidiado a su padre. –
- Ya la tenía antes de entrar!. – poso su mano sobre el hombro de Ichigo. – que dices?.
- No tengo ganas de hacer nada en especial hoy.
- No seas aburrido, mira que tus hermanas salieron de compras… cosas de mujeres. Pero nosotros también debemos pasar tiempo de calidad, entre hombres!. – golpeo con suavidad el estomago de su hijo. –
- Tengo hambre. – se soltó del brazo de su padre. – después de comer me dices que quieres hacer. – renegó con resignación su cabeza, tendría que salir con su viejo o se pondría mas fastidioso aun. –
- VAMOS A COMER HELADOS! - sonrió como vil loco. –
- Helados!. – una enorme gota rodo por la frente de Ichigo. – muy de hombres… salir a comer helados.

Sin más ganas de escuchar a su loco padre, se desapareció rumbo al baño para cepillar sus dientes y desperezarse, ya le quedaría el resto del día para escuchar las absurdas ideas de su viejo de cómo dos hombres deben pasar el día. En otra parte de la ciudad las cosas no eran de alegría o diversión, esa mañana seria decisiva para la vida de más de una persona, en la habitación de una clínica conocida se podía ver a alguien mirando como algunas enfermeras empezaban a acomodar todo para sacar al paciente rumbo al quirófano, a su lado estaba un joven mirando callado todo, en sus manos estaba una cámara fotográfica que miraba con dolor de vez en vez cuando por ordenes de Ukitake, debía tomar la mayor cantidad de fotos sobre ese día, no importando como fueran o lo difícil que sea para Ishida hacerlas en esa circunstancia.

- Todo listo… apenas este el quirófano venimos por usted. – una de las enfermeras retiro todo lo que trajo consigo y salió de la habitación dejando al fin solos a la pareja. –
- No quiero seguir tomando fotos. – sentencio tímidamente al peliblanco. –
- Es un favor… - estiro la mano ya con la vía puesta para la operación. –
- Pero… - estaba negado a empezar a llorar, había sido realmente fuerte a pesar de ver todo lo que le hacían a su querido Ukitake. –
- hazlo por mí. – logro tomar entre su mano la mano temblorosa de Uryu. –
- no sabes cuantas cosas hago por ti. – susurro para sí con tristeza. –
- esta es la última que te pido. – sonrió con ternura. –
- NO DIGAS ESO!. – con todo la pena del mundo Uryu se abrazo al cuerpo tibio de su compañero. –
- Perdón… - su garganta se sintió seca, estaba pensando fatalmente en un solo instante y sin querer. –
- Quiero que me prometas que vivirás… - levanto la mirada llena de lagrimas hacia los castaños ojos de Ukitake. – prométeme que no te dejaras morir en esa operación.
- Es un tanto egoísta pedirme eso. – desvió la mirada hacia la ventana de la habitación. –
- Quiero ser egoísta!... te quiero solo para mí!. – enterró otra vez la cabeza en el pecho del peliblanco. –
- Yo también quiero serlo contigo. – bajo su cabeza para besar los labios del chico. –

Un tímido beso fue lo último que se pudieron decir, en ese instante la puerta de su habitación se abrió trayendo a las enfermeras y al mismo director de la clínica, Ryuken sabía muy bien del amorío de su hijo con ese paciente así que hizo de la vista gorda al ver la escena cuando entraban a la habitación, no interrumpió si no hasta que ambos hombres se separaron de aquel beso con sabor a “no te mueras”.

- Hora de irme. – miro con serenidad a las enfermeras que movían todo para sacar la camilla de la habitación con Ukitake en ella. –
- Los médicos están listos, solo venia a desearle suerte. – Ryuken camino hasta la cama y extendió su mano hacia el hombre. –
- Es un honor recibir esas palabras del padre de Uryu. – desvió la mirada hacia el pelinegro que estaba callado y mirando todo con tristeza. –
- Es mi obligación como médico. – miro como salía la camilla de la habitación. – no vas a acompañarlo hasta la entrada del quirófano?.
- Quedamos en que solo nos despediríamos aquí. – camino hasta la puerta para ver desaparecer la camilla y a Ukitake en ella rumbo a los ascensores que daban al quirófano. – así quedamos.
- Porque nos enamoramos de quien no debemos. – Ryuken miro realmente serio a su hijo. –
- Yo no me equivoco. – camino fuera de la habitación con rumbo a la cafetería. –
- Eso mismo decía yo a tu edad. – renegó con la cabeza para después cerrar la puerta de la habitación y salir a continuar sus labores de director. –

Ishida camino como sin rumbo a la cafetería, debía tratar de hacer tiempo y eso sería realmente difícil al pensar en la cantidad de horas que llevaría esa operación, suspiro audiblemente al tiempo que se sentaba solo en una de las numerosas mesas del lugar, la bulla, el ruido de la gente hablando y la música suave que acompañaba el lugar le servirían de distracción por un rato, pidió una humeante taza de té y sin querer recordó la última conversación que tuvo con su querido Ukitake.

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Pasaban de la media noche y ambos hombres yacían recostados en la cama de aquella clínica, Uryu se había escabullido de la vigilancia de las enfermeras de guardia y decidió quedarse esa noche con el peliblanco, la noche anterior al día de la operación, decidieron hablar sin parar de sus vidas y contarse lo máximo posible de ellas, pero a pesar de ello todavía Uryu se negaba a revelar parte de su don especial y de su pasado ligado a ello.

- Esta foto me gusta mucho… - Ukitake saca la foto del día en que se escaparon hacia el parque, en ella salía Ishida mirando hacia un punto muerto del paisaje y tras él un grupo de niños jugando en la grama. –
- Creo que has hecho mejores que esa… salgo extraño con esos niños atrás. – miro más serio la imagen. –
- No se… es que me gustas tú… y me encantan los niños… - bajo la foto hasta dejarla en la mesa de noche. – olvidemos lo segundo… si me dan a decidir en la vida… te elijo a ti.
- Que quisiste decir con eso?. – sabía muy bien lo que insinuaba Ukitake pero no le quería seguir el juego. –
- Nada. – beso con cariño la frente del chico. - Entonces, quedamos de acuerdo en que no me seguirás hasta el quirófano?.
- Porque no quieres que te acompañe?.
- Porque no quiero ver esos hermosos ojos tristes, si te miro así no seré capaz de entrar en paz al quirófano. – delineo con sus dedos las cejas de Uryu. –
- Está bien, no te seguiré. – sonrió tímidamente para después acurrucarse en el pecho de Ukitake. –
- Uryu.
- Dime?.
- Seria egoísta si te pidiera algo mientras me operan?. – suspiro con melancolía en ese instante. –
- Como me lo pedirías si estarías dentro del quirófano?. – como siempre su mente aguda salía a relucir hasta en los momentos más sensibles. –
- Señor pensador… solo dime si lo harías?.
- Creo que si… si está en mis manos hacerlo. – no entendía muy bien la pregunta pero sea lo que sea diría que sí. –
- Qué bueno. – sonrió enormemente. –
- Y cuál era la petición?.
- No dije que sería mientras estoy en el quirófano.
- Estás loco… a veces me confundes con tus palabras. – hiso un gesto de desaprobación. –
- Olvida eso, ya me diste tu respuesta y con eso me basta.
- Si tú lo dices…

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Su mente volaba en aquellas palabras, todavía no comprendía muy bien lo que le pidió Ukitake o lo que no le pidió, en fin, solo allí sentado con una taza de té paso más de dos horas, estaba llegando la hora del almuerzo pero no tenía ni un ápice de apetito, se sentía mas bien con ganas de vomitar por los nervios, el tan centrado y serio se estaba volviendo un manojo de emociones tristes y fatalistas que rodeaban su cabeza y le atormentaban de vez en vez, no quería pensar más, no quería saber más de relojes, horas o tiempo, sin pena alguna se cruzo de brazos en la mesa de la cafetería y enterró su rostro entre ellos como queriendo escapar del mundo.

- Buenas tardes joven Ishida!. – la voz animada de alguien que conocía le hizo volver a levantar la cabeza de la mesa. –
- Llegaron… - volteo para ver a una pareja que él sabía que vendrían hoy. –

Frente a él se presentaron los únicos amigos que tenia Ukitake, eran realmente simpáticos y hasta graciosos, un hombre que paso prácticamente toda la vida con él, desde la infancia se criaron como hermanos, estudiaron juntos y a pesar de los años su relación fue muy unida, se querían y en momentos como estos los hermanos están juntos, su nombre era Shunsui Kyouraku, un hombre que solo en exterior pareciera nada centrado y solo un mujeriego bebedor, pero era alguien realmente inteligente, gracioso, muy hábil para entretener a las personas y hacerlas sentir mejor… era un gran escritor y así fue como él y la chica de sus sueños Nanao se conocieron e hicieron novios, aquel mundo de las letras y las noticias eran su pasión.

- Solo esperando?. – el hombre se acerco a paso tranquilo seguido de una joven mujer. –
- Si. – asintió tristemente. –
- Hace cuanto se lo llevaron?. – sin pedir permiso se sentó frente a Uryu. –
- Hace ya dos horas. – miro su reloj con amargura. –
- Nanao no quería que llegáramos tan temprano… pero pensé que estarías solo aquí y esperar solo a alguien que quieres mucho es triste… - el hombre bajo la mirada algo preocupado. – todo saldrá bien.
- Gracias por estar aquí. – miro a la pareja con un poco de alegría, eran muy buenos amigos de Ukitake. –
- Cuantas horas durara la operación?.
- Unas… 5 o 6 horas… dependiendo la dificultad.
- Van dos… será mejor que pensemos en como pasar el tiempo. – se llevo la mano a la barbilla. – Nanao – chan trajiste alguno de tus enormes libros para leer?.
- No soy biblioteca. – su novia le torció los ojos con fastidio. – siempre tan inmaduro.
- Pero igual me quieres. – le hizo boquita de pescado. –
- Estamos en una clínica!. – gruño enfadada por la actitud de su pareja. –
- El amor esta donde uno menos lo cree… o no es así joven Ishida? – miro con serenidad al pelinegro. –
- ……… - Uryu se rehusó a responder, a pesar de que no le molestaba hablar de su relación con Ukitake, este momento no era el más cómodo para recordar cariños y hablar cosas bonitas. –
- Deja de hacer esas preguntas. – Nanao le codeo con disimulo al notar como el chico se ponía más triste. –
- Bueno, al menos no dejare de hacer lo que me pidió Jyuushirou. – con mucha calma registro uno de los bolsillos de su chaqueta y saco una pequeña cajita negra. – Ishida.
- Qué es eso?. – no le dio muy buena espina ver esa caja que parecía a todas luces una de aquellas cajitas de terciopelo donde se guardan anillos. -
- Ni yo sé, lo único que puedo decirte es que me pidió explícitamente que te la entregara mientras le operaban. – deslizo la pequeña caja negra sobre la mesa hasta quedar cerca de las manos de Uryu. –
- Esta loco… está loco!. – tomo la caja en sus manos y la miro con incredulidad, ahora entendía porque la pregunta de la noche anterior, el muy atrevido de Ukitake estaba usando a su amigo para que le hiciera llegar un anillo de compromiso!!. –

La atmosfera se tenso mas y mas, Nanao y Shunsui miraban expectantes a que Ishida abriera la caja y diera su opinión a lo que ellos también suponían era una propuesta de matrimonio, nada discreta y hasta fuera de ocasión pero propuesta en sí, pero no paso nada, Uryu se guardo la cajita en el bolsillo de sus pantalones y se puso de pie con calma.

- Permiso. - camino rápidamente fuera de la cafetería para poder pensar mejor que demonios había pasado. –
- Creo que fue mucho para él. –Nanao reniega con la cabeza al tiempo que toma asiento donde estuvo Ishida. –
- Esta asustado… - suspiro audiblemente. – Jyuushirou espero que sepas lo que estás haciendo.

Y no estaba equivocado Shunsui, el pobre Uryu pareció caer más profundo en sus temores, aquella caja tenía un claro significado, pero como responder a ello?, su amado Ukitake estaba en medio de una operación de vida o muerte, acaso quería darle falsas esperanzas?, quería hacerle sufrir más aun si respondía si y después el no salía vivo de esa operación?, como decir si a lo desconocido?, que frustrante podía ser la respuesta, estaba muy triste para analizar más las cosas, solo supo de un lugar donde podría pensar en claro rodeado de lo que amaba.

Sus pasos se encaminaron a la habitación del peliblanco, apenas entro a ella su alma se soltó en llanto, ya estaba solo y donde quería, cerró la puerta tras él y sin pedir permiso se dejo caer en el suelo, justo donde antes estaba la cama de Ukitake y que ahora era un sitio vacio y sin nada de calor, miro la mesa de noche notando como aun estaban las fotografías que ambos estuvieron mirando la noche anterior abrazos uno al otro, que triste era verlas otra vez.

- Porque quieres estar conmigo?. – tomo aquellas fotos entre sus manos y volvió a mirarlas con nostalgia. – si solo… nos conocimos… no sabes nada de mí!.

Ya no aguanto más, sus ojos se llenaron de lagrimas, estaba más confundido aun, quería a Ukitake, más de lo que imagino que podría querer a alguien en toda su vida, pero le remordía la conciencia al pensar si quiera que aquel hombre tan bueno no sabría de su verdadero pasado y de sus peculiaridades, temía que muriera sin saber si quiera quien era en verdad Uryu Ishida, en aquel momento saco la caja negra del bolsillo de su pantalón y con toda la curiosidad que podía sentir la abrió.

- Vacía?. – miro mas impresionado aquel interior desolado de la cajita. –

Quedo boquiabierto mirando la caja, aquella caja estuvo siempre vacía?, seria que el amigo de Ukitake se le olvido meter el anillo?, o acaso siempre estuvo sin un anillo dentro?, aquel acertijo lo desvió de los pensamientos fatalistas mientras se hacía ideas del significado de la caja, pensó y pensó, sin darse cuenta ya habían pasado la hora del almuerzo y la operación seguía sin novedad, aun faltaban algunas horas más para saber el resultado.

En otra parte de la ciudad, mas precisamente en un centro comercial estaban dos hombres caminando despreocupados por el sitio, el mayor llevaba algunas bolsas en las manos y hablaba más que un loro mientras que su acompañante le miraba de vez en vez resignado y algo incomodo por esa salida.

- Con mi nuevo taladro eléctrico hare el estante que le prometí a tu madre!. – Isshin miro ilusionado la bolsa donde estaba la dichosa herramienta. –
- Lo que tú digas. – Ichigo ni miro a su viejo mientras seguían caminando por aquel atestado centro comercial. –
- Ahora… solo me falta comprarte una chaqueta nueva!. – se detuvo en seco frente a su hijo. – que hiciste la que te regale el año pasado?.
- La chaqueta?. – recordó donde estaba esa prenda en especial. – eh…. Se me perdió en la universidad!.
- Tienes que ser más cuidadoso hijo mío!. – codeo con diversión a Ichigo. – qué tal si primero comemos los helados!.
- Y vuelves con eso. – suspiro resignado. – está bien.

Ambos hombres caminaron hasta una heladería donde desde hacía muchos años atrás Isshin llevo a sus hijos cuando eran pequeños, el sitio había sido remodelado y modernizado, mesas fuera del local donde sentarse y una gama de helados muy grande para el gusto de los comensales, Isshin dejo las bolsas y a su hijo en una de las mesas y se dispuso a pedir por los dos, mientras, Ichigo miraba a las personas de su alrededor comiendo con gusto aquellas frías golosinas, jamás había sido muy amigo de el helado, solo le gustaba el de chocolate y mas nada, miro y miro sin ánimos hasta que alguien se le acerco por detrás dando un gran alarido como si estuviese en medio de un ataque.

- ITSIGO!!! – una voluptuosa peli verde se le abrazo por la espalda con tal alboroto que todos los de las mesas alrededor tuvieron que voltear a verlos. –
- NELL!!. – Intento quitarse a la chica de encima antes de que medio centro comercial supiera que ambos se encontraron. – suéltame…
- Perdón. – deshizo el abrazo con rapidez. – qué casualidad verte por aquí.
- Si… - en un instante recordó quien era ella y con quién podía estar allí. – tu primo?.
- Grimmi?. – su rostro se lleno de duda ante la pregunta. – óyeme… tanto le extrañas que preguntas primero por él. – hizo un mohín de niña pequeña. – el está muy bien!.
- No lo digo por saber cómo esta!!... lo digo por saber si viene conti… - no pudo terminar de hablar al ver que sus peores pensamientos se hacían realidad. – viejo!.
- Aquí traigo los helados!!. – camino hasta la mesa y miro impresionado a la linda chica que conversaba casi que encima de Ichigo. – y la señorita es?.
- Mucho gusto soy Nell. – extendió la mano a Isshin con una enorme sonrisa. –
- Estudias con mi hijo?. – miro más serio a la joven, por la manera en que estaba pegada de Ichigo, mas que conocidos debían ser. –
- No, el me salvo la vida!. – se volvió a abrazar con fuerzas al cuello del pelos de naranja. –
- Oh… ya recuerdo!, el paciente que salvaste hace unos meses.. – sonrió orgulloso ante aquel acto valeroso de su retoño. –
- No era yo el paciente… era mi primo… nos salvo a los dos. – otra vez se restregó con emoción de Ichigo. – por cierto aquí viene!!
- Vi…vi..viene?. – el rostro de Ichigo palideció en un segundo, su padre y su “novio” se verían las caras por primera vez. –
- Que paso?. – Isshin mira como Ichigo se empieza a poner pálido. –
- Nell… donde te habías meti… - mira quienes están con su distraída prima. – Ichigo.
- Grimmjow… - su nombre casi que no sale de los labios del pelos de naranja. –

Ichigo sintió como un sudor frio recorrió su cuerpo en segundos, sus piernas temblaron al tiempo que miraba impresionado a Grimmjow, este tenía un rostro de incredulidad contenida, pero pronto se torno desinteresado y frio, como si nunca se hubiesen conocido.

- Nos vamos. – jalo de un brazo a la chica para que soltara a Ichigo. – perdón por la intromisión.
- No se preocupe… - Isshin miro con curiosidad al peli azul. –
- Bueno… adiós!. – jalo mas fuerte a su prima para empezar a caminar fuera del centro comercial. –
- ESPERA!, GRIMMI!! QUE DEMONIOS TE PASA!!. – intento zafarse del brazo de este. –
- Estoy apurado. – sentencio secamente. –
- Como que apurado?.
- Solo camina, nos vamos a la casa. – siguió jalando a la chica fuera de aquel lugar. –
- Pero era Itsigo!!... acaso no recuerdas a ese lindo chico que te salvo la vida?, pensé que te gustaba!!. – al fin pudo soltarse de Grimmjow. – era una buena oportunidad para conocerlo mejor!.
- Lo conozco más de lo que crees. – una sonrisa pretenciosa ilumino el rostro del peli azul. –
- Lo conoces?.
- Ese hombre que estaba con él es su padre y no quiero que nos conozcamos así.
- Pero… que tiene que ver eso con irnos?.
- Ichigo y yo estamos saliendo. – sentencio algo incomodo. –
- NAAAANNNIIII!!! – grito como toda una colegiala. –
- SOMOS PAREJA!. – sus mejillas se tiñeron de rojo con rapidez. –
- EN SERIO!!. – sonrió enormemente. –
- Así es, por eso no quiero que me conozca como un “desconocido” que salvo su hijo, quiero que el día que nos veamos la cara sea con seriedad y verdad por delante.
- Grimmi… - la chica le sujeto ambas manos haciendo que quedaran cara a cara. –
- Dime.
- Estas enamorado de él. – sus ojos brillaban con intensidad, parecía una fan de aquella pareja que representaba su primo e Ichigo. –
- Enamorado?.
- Mas que enamorado!! Parece que solo te presentaras ante su padre con un anillo en la mano y de rodillas!!.
- No digas estupideces!!. – se soltó apenado de las manos de Nell. –
- Esos son los síntomas de todo aquel flechado por Cupido. – suspiro con ternura. –
- Si… Cupido mas te vale caminar rápido o te dejare varada para que regreses volando hasta la casa! – apresuro el paso rumbo al pequeño auto que compartían. –
- GRIMMI TIENE NOVIO. – siguió dando saltitos hasta donde su pobre primo. -

Pero mientras para unos es cuestión de risas, para Ichigo aquel altercado le dejo descompuesto más de lo que imagino, estaba con la cabeza gacha frente a un lavabo del baño de hombres, no supo porque o como su cabeza empezó darle vueltas, en un segundo se sintió tan mareado que tuvo que sujetarse de su padre para evitar caer de plano al suelo, por su parte Isshin le miraba preocupado a su lado, le sorprendió la manera en que se descompuso su hijo si hacia unos momentos parecía el chico más sano de toda Karakura.

- Mejor?. – miro la imagen de Ichigo reflejada en el gran espejo del baño. –
- Si… - lavo un poco su rostro para quitarse la sensación de calor que sentía en ese instante. –
- Seguro es la gripe de estación… y yo invitándote a comer helados… - renegó con la cabeza más calmado. – nos vamos a la casa.
- Está bien. – se paro derecho mirándose al espejo y pensando en lo cerca que estuvo de que Grimmjow y su viejo se conocieran. –
- No sientes mas nada?. – le extendió una toalla de papel para que secara su rostro. –
- No. – mintió con preocupación, sabía que su padre se pondrá fastidioso si le decía que tenía ansias y un sabor amargo en la boca que no se le quitaba. –
- Apenas llegues te metes a la cama, no puedes resfriarte cuando solo quedan pocos días de clase. – salió del baño más tranquilo. –
- Vacaciones… creo que será buen momento para decir que tengo… novio. – una enorme gota resbalo por su frente al pensar en cómo sería ese día. –

Continuara…

AL FINNNNN AL FIN PUDE HACER ESTE CAPITULO!!!!.... al principio no me gusto pero después le agarre el ritmo a la situación y me encanto como quedo!, pues preguntas que hacer, si… porque Ukitake le dio al pobre de Ishida una caja para anillo sin anillo? XD… eso lo sabrán prontito, y si el pobrecito se salva de la operación o se nos petatea en la misma, no lloren chicas aun no sabemos que pasara, además que tenso eso de que se encontraran Grimmi y el papi de Ichigo!!, y los SINTOMASSS HAY LOS SINTOMASSSSS!! Como que todo se podrá loquito mas adelante, espero les gustara y sigan leyendo!, nos vemos la semana que viene.

Próximo Capitulo:
Recuperando el tiempo.
Notas finales: GRACIASSSS POR LEERRRR Y DEJAR SUS LINDOS COMENTARIOS!!... tarde en subir el capitulo porque muy prontito mi baby se va al pre escolar!! ToT... una madre sufre siempre por ese primer dia de clases y pues estaba toda atareada comprando cosas que le piden y demas... asi que ahora si me despido y les dejo besitos y un hasta la semana proxima!. feliz fin de semana, se me hizo costumbre subir capi los viernes XD....

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