Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Todo queda en Familia por RAMSIN

[Reviews - 499]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Ukitake despertara?, como habra salido la operacion?, Ichigo con sintomas extraños?, Byakuya y Renji saben que jugar de mas puede hacer daño.
Bleach no es mío, pertenece al brillante Tite Kubo - sama!!, alabado sea por crear algo tan magistral, pero regresando de los halagos, este fic es mi segundo desvarió de Bleach, espero les guste.
Advertencia: Mundo Alterno, no tiendo a usarlos pero esta vez me atreví un poco mas je je, Yaoi, claro está, y para rematar y aderezar la locura Mpreg XD, advertidos, no quiero quejas o cuentas para mí porque tuvieron que ir al psiquiatra!!. Por lo demás mucho humor y esperen lo inesperado.

Todo queda en Familia.
Capitulo 17
Recuperando el tiempo.

El sueño le venció, seria por las lagrimas, por el temor, por tantas cosas que no sabía y tenía miedo de saber, el paso del tiempo es inclemente y Uryu lo noto al sentir una brisa fría rodeándole, le dolía mucho la espalda y aquella posición en el suelo ya no era la mas cómoda a su parecer, con mucho cuidado abrió los ojos y noto que todo estaba oscuro, se hizo de noche tan rápido y sin el notarlo?, con calma intento ponerse de pie en aquella habitación realmente en penumbras, al estirar su mano para apoyarse en la pared sin querer tropezó con una silla de madera que se balanceo a su contacto.

-Una mecedora?. – termino de ponerse en pie y tanteo entre la oscuridad hasta dar con el interruptor de la luz en aquella extraña habitación que no parecía la de Ukitake. –

Al encender la luz casi cae de espaldas nuevamente, estaba en la habitación de un niño, podía deducirlo con facilidad al ver la mecedora de donde se sujeto para levantarse, una cuna de madera blanca frente a él y las paredes tapizadas de animales infantiles en un fondo amarillo pastel que lucía demasiado dulzón para su gusto.

Realmente confundido por la escena bacilo en caminar, no sabía cómo había llegado hasta allí y menos aun sabía porque se sentía tan cansado, miraba una y otra vez la cuna frente a el hasta que le alerto un suave ruido que provenía de la misma habitación donde estaba, con duda camino hasta donde su oído le guiaba y eso era dentro de la misma cuna blanca.

-Un bebe. – miro incrédulo a la criatura que estaba allí, era pequeña y envuelta en una manta blanca, no podía verle el rostro pero si escucharle gimotear débilmente. –

No supo que hace, era extraño, muy extraño todo, pero las cosas se pusieron más raras al escuchar como aquel infante pasaba de gimoteos débiles a un gran escándalo, sus pequeños pulmones dando todo lo que tenían para llamar la atención de alguien.

-Que escandaloso es… - camino todavía dudando hasta la cuna y miro mejor al pequeño bebe, era realmente pequeño y por como lloraba, debía dolerle algo como mínimo. –

Estuvo tentado a salir corriendo de aquel lugar para buscar a la madre de aquel niño, en verdad todavía se preguntaba donde estaba metido y como la progenitora de aquel pequeño lo había dejado solo en esa habitación, el llanto de aquel bebe se le estaba metiendo en lo más hondo del corazón a Uryu, era realmente triste verlo allí llorando desolado, quizás si le levantaba y lo calmaba podía llevárselo para hallar a su mama.

Con algo de temor por nunca haber cargado un bebe, metió las manos en la cuna y apenas logro tomarlo en brazos aquel bebe paro el llanto, fue instantanea aquella reacción, como si de un interruptor se tratase, Ishida quedo mudo al ver la reacción del pequeño, parecía cómodo en sus brazos, con curiosidad y algo de dificultad movió las mantas para verle mejor el rostro al bebe, aquel niño era realmente blanco, con mejillas rosadas y labios diminutos, sus ojos todavía fuertemente cerrados y por lo que se veía solo tenía unos pocos mechones de cabellos negros.

-Como tu madre te dejo solo?. – miro más calmado al pequeño que en un segundo lanzo un enorme bostezo y se aferro con sus puñitos a la camisa blanca que cargaba puesta Uryu. –

No supo explicar esa sensación en su pecho, era una calidez enorme que le lleno sin dificultad, jamás había sentido algo así en su vida, ni el amor hacia Ukitake le había dado esa calidez, con asombro miro mejor al pequeño, tenía que admitir que era lindo a pesar de sus estridentes llantos, nunca pensó en los niños con seriedad y menos después de saber lo especial que era. Con tristeza se mordió el labio inferior, pensó que era muy egoísta al negarle a Ukitake saber de ello, y otra vez se sintió confundido por la escena, ante aquella caja vacía, los deseos de Ukitake de formar una familia, de aquella extraña situación en donde se encontraba ahora con un extraño niño en sus brazos que parecía conocerlo mejor de lo que él pensaba.

Se sintió que estaba por volverse loco, empezó a pensar cosas absurdas por culpa de los nervios, el mirar a aquel infante le dio la sensación de conocerle y más aun aquella calidez le estaba obligando a no soltarlo, miro y miro al niño para quedar mas embobado aun y sin notar como la puerta de aquella habitación se abrió súbitamente ante él.

-Te levantaste primero que yo. –alguien que conocía muy bien le hablaba algo adormilado desde el marco de la puerta. –
-Ukitake?. – no podía creer lo que miraba, ante el estaba su querido Ukitake, sano, rebosante de vida y algo despeinado como si se acabara de levantar. –

Repentinamente se volvió todo oscuro, no pudo escuchar mas la voz de Ukitake llamándole y menos el peso de aquel infante en sus brazos, se sintió sacudido por algo hasta que al fin con mucha dificultad abrió los ojos notando que estaba en el suelo de la habitación de Ukitake y siendo movido por la mano de alguien conocido.

- Despierta… - le sacudió un poco más para que terminara de abrir los ojos. –
- Ryuken?. – miro impresionado a su padre. – donde… que…paso con...
- Con Ukitake?. – se incorporo nuevamente. – ya casi terminan.
- Cómo?. – intento ponerse de pie. – qué hora es?.
- Son casi las 4 de la tarde. – miro su reloj de pulsera. –
- Me… quede dormido.
- No sé cómo pudiste dormirte. – renegó con su cabeza al tiempo que se daba media vuelta para salir de la habitación. –
- Ryuken. – siguió a su padre fuera de la habitación y tratando de obviar ese peculiar sueño que tuvo. –
- Qué?. – caminaba tranquilamente rumbo a su oficina. –
- Quiero entrar a la sala de recuperación.
- No.
- Pero quiero estar con él cuando despierte.
- Quien te asegura que despertara?.
- Como puedes decir esa barbaridad!. – sujeto bruscamente del brazo a su “madre”. –
- Uryu… - se dio la vuelta quedando frente a frente con su hijo. – tuvo un paro respiratorio hace menos de 15 minutos.

Ishida sintió que su vida se iba con esas palabras, como había sucedido eso?, como era posible que su querido Ukitake le hubiese pasado eso!.

- Dime que lo supero… dímelo… - sujeto con fuerza los brazos de Ryuken. –
- Lograron estabilizarlo… después de luchar con él unos minutos…
- Minutos, cuantos minutos!... el cerebro muere cuando no recibe oxígeno por cierto tiempo!!. – apretó mas los brazos de su padre en busca de respuesta. –
- No lo sé, llegue cuando el percance fue superado. – se soltó de Uryu con dificultad. – solo queda esperar que despierte.
- Y si… no despierta?.
- Eso lo descubrirás tu mismo. – se alejo de el dejándole antes en las manos su pase de director. –
- Gracias… Ryuken. – miro el pase con melancolía. –

Sabía que su padre no era de aquellos seres sentimentales y expresivos, aquel pase que le dejo era una muestra de lo mucho que se preocupaba por Uryu, de alguna manera le hacía ver que estaba apoyándolo así no fuera con palabras lindas o una palmada en la espalda. Después de ello corrió como alma que lleva el diablo rumbo al piso de neurocirugía, estaba tan nervioso que decidió bajar por las escaleras de emergencia y evitar el aglomera miento en los ascensores de la clínica, corrió tanto como sus pies le permitían hasta que llego a su destino, se encontró frente a frente con la pequeña sala de espera que antecedía a la de operaciones, allí logro ver nuevamente a los amigos de Ukitake sentados todavía esperando y muy preocupados también.

- Ishida?. – Shunsui logro verlo parado cerca de las puertas de la sala. –
- Ya va a terminar la operación. – fue lo único que pudo decir al ver los ojos preocupados de la pareja. –
- Qué bueno. – Nanao sonrió algo más calmada por la noticia. –
- Voy a entrar a verlo… estaré con el cuándo despierte. – con esa firme respuesta se despidió de la pareja y desapareció por aquellas puertas de la sala de espera. –

Dentro, un par de enfermeras le interceptaron molestas al ver que alguien había entrado a esa área restringida solo para los médicos, Uryu no tenía ganas de discutir así que solo mostro el pase de su padre y se excuso diciendo claramente que era el “prometido” del paciente que estaban operando y tenía el permiso de estar con el cuándo saliera de la operación, aquello basto para que ambas enfermeras le dejaran pasar y lo escoltaran hasta la sala de recuperaciones, le indicaron como desinfectarse, cosa que el ya sabía de sobre medida hacer por las veces que estuvo en quirófano junto a su “madre”, al ya estar trajeado con aquella indumentaria de médico, se quedo de pie frente a las puertas que daban al quirófano, como deseaba poder entrar de una sola vez y ver el mismo lo que sucedía pero no podía, ya era más que suficiente con que Ryuken le permitiera estar allí y así que esperaría paciente y dejaría las emociones para cuando despertara su amado Ukitake.

De regreso a la casa de los Kurosaki, Ichigo llego directo a la cama, estaba muy cansado por el día pero también por ese peculiar encuentro y sin mencionar el mareo que se repitió al llegar a la casa cuando subía las escaleras, pero ese percance lo supero solo y sin que nadie lo notara, ya sus hermanas estaban preocupadas al saber de boca de su viejo lo que le paso en la tarde, así que no haría más alardes de un simple malestar para mortificar a nadie.

- Que estoy bien. – mascullo molesto al ver llegar a su padre con su anticuado botiquín casero de medicina. –
- Hay que prevenir!. – sin piedad alguna le lanzo un termómetro dentro de la boca al pobre Ichigo. –
- VIEJO!!. – se lo saco tan rápido como el otro lo introdujo. –
- Que no lo saques!. – se lo volvió a meter a la boca. - dos minutos y te dejo libre.
- …… - se cruzo de brazos resignado. –
- Ichi – nii… – Yuzu entro a la habitación con una bandeja en las manos. – te traje un poco de sopa de pollo.

Ichigo renegó otra vez con la cabeza, su familia era realmente sobre protectora a veces, tanto alboroto por un mareo, era algo raro que él se enfermara pero no era tampoco para que anunciaran una epidemia!, después de los dos minutos Isshin le quito el termómetro y lo miro seriamente hasta quedar satisfecho con su observación.

- Al menos no tienes quebranto. – guardo el termómetro entre las cosas. –
- Ya te dije que no me siento mal!. – miro como era ahora su hermana quien le ponía sobre las piernas la bandeja con un tazón humeante de sopa de pollo. –
- Esta recién hecha como a ti te gusta. – sonrió enormemente. –
- Está bien… - suspiro resignado, una cosa era pelear con su viejo pero otra muy diferente era rechazarle la comida a su tierna hermana. –
- Gracias. – miro cabizbajo la sopa. – me la comeré.
- Después de eso duerme un poco. – Isshin salió de la habitación junto con Yuzu. –

Con algo de voracidad Ichigo se tomo toda aquella sopa que por alguna razón extraña le supo mejor que nunca antes en su vida, después de ello se enrollo en las mantas de su cama y decidió visitar un ratito a Morfeo, el sueño le empezó a ganar la partida hasta que sintió como una vibración cerca de su almohada le alerto que su celular estaba sonando.

- Alo?. – bostezo con desgano al contestar. –
- Como estas?. – la voz con cocida de alguien le respondió. –
- Grimmjow?. – como si fuera un resorte, se santo de golpe en la cama. –
- Te pregunte como estas?. – gruño fastidiado del otro lado del teléfono. –
- Como… como sabes que me senti mal?.
- Lo note en tu cara, jamás te vi tan nervioso y parido en un segundo.
- Eres detallista… pero casi que muero del susto!. – se volvio a recostar en su cama mientras hablaba. –
- Nell lo arruina todo… es su costumbre.
- No sabía nada, estaba feliz de verle.
- Pero ya lo sabe.
- COMO!! LE CONSTASTE LO DE NO..NOSOTROS?. – grito incrédulo por el celular. –
- Si… y esta mas que contenta, parece disfrutar de nuestra relación. – desvió la mirada hacia su prima que estaba mirando embobada como Grimmjow hablaba por el teléfono con Itsigo. –
- Al menos alguien está feliz por nosotros… - suspiro recordando a su viejo. –
- Olvida eso, pronto se sabrá y no habrá ser humano que me haga separarme de ti. – eso ultimo lo dijo en un susurro pero su linda y alborotada prima lo escucho. –
- KIAAAAAAAAAAA!! QUE LINDO ERES GRIMMI!! ITSIGO LO ESCUCHASTE!! TE ADORA!! TE ADORA!!... – empezó a dar saltos por la sala hasta que tropezó con uno de los sofás y cayó de bruces al suelo. –
- Nell es una entrometida… - una gran gota rodo por la frente del peli azul. – como decía… pronto le diremos a tu padre de nosotros.
- Esto de que el piense que soy novio de una chica me tiene… me tiene… - sintió como se le hacia un nudo en la garganta gracias a unas horrendas ganas de devolver toda aquella sopa que habia comido hacia ni quince minutos antes. – voy al baño!!.

Todavía con celular en mano salió de la cama y corrió al baño lo mas rápido que su malestar le dejo, ya dentro descargo todo lo que su pobre estomago había comido en el día y hasta pensó que mas aun, un frio repentino se le coló en el cuerpo junto a un sudor nada común, estaba tambaleante frente al inodoro y sin intenciones de salir del baño hasta que ese extraño ataque terminara por completo, mientras, en la línea del celular aun Grimmjow podía escuchar todo aquel acontecimiento preocupado, aquel sonido de ancadas y respiración acelerada le angustio un poco.

- Ya… - después de lavar su rostro y boca en el lavabo, logro responder el celular recostado contra una de las paredes del baño. –
- Qué demonios te paso?.
- Vomite… - la sensación de asco aun seguía en su boca. – fue asqueroso.
- Ni que lo digas… escuche todo en primera fila. – renegó asqueado con su cabeza. –
- Es gripe… bueno eso dice mi viejo. – camino fuera del baño otra vez a su habitación. –
- Quédate en cama… mañana en la noche te visito. – una sonrisa descarada se poso en sus labios. –
- NADA DE VISITAS NOCTURNAS!!, DEJA LOS INVENTOS QUE EL OTRO DIA MI AMIGA RUKIA TE VIO!!. – grito enfadado al tiempo que se tiraba sin ganas en la cama. –
- La chica con la que tu padre cree que tienes amoríos?.
- Si… - cerró los ojos con pesadez. – mañana hablamos… quiero dormir un poco… estoy agotado.
- Como quisiera estar allí ahora mismo… - desvió la mirada para notar que su torpe prima se fue al baño a verse el chichón que le dejo la caída por andar saltando. – te amo.
- Yo también a ti… - sus ojos se ponían cada vez más pesados sin explicación. –
- Ichigo?... Ichigo?.... chico enfermera!. – escucho como algunos suaves sonidos de respiracion era lo único que respondía el aludido. – en verdad se quedo dormido!.

Grimmjow termino por desistir de despertarle, mejor era que durmiera para reponer energías ya que no le dejaría solo por mucho tiempo, aunque eso le obligara a volver a esa casa a escondidas de la familia de Ichigo.

Cinco y media de la tarde, la angustia era evidente en los que pudieses mirar con detalle a un ser que estaba detenido a escasos pasos de la puerta que le separaba de su amor, miraba por aquel vidrio oscurecido adrede, caminaba de un lado a otro, se llevaba las manos a aquella pequeña caja de terciopelo negro que aun tenia con él, pero la angustia no cesaba ni un segundo, recordar la proposición, la caja, el sueño extraño donde el veía a un bebe desconocido y al mismo tiempo a su querido Ukitake sano y repuesto de todo mal, era torturador pensar que todo eso eran meras jugarretas de su mente, que triste era todo.

- Esta caja…. – sujeto el objeto con mas fuerzas que nunca. – si todo sale bien te juro que aceptare estar contigo siempre… te dore todo, todo de mi.

Ya sin animas, coloco su cabeza contra la pared fría y estéril de aquel lugar, cerro sus ojos y solo oyó el murmulló a su alrededor, aquel ruido se acrecentaba con cada minuto hasta que algo le hizo casi saltar delante de la puerta de la sala de operaciones, era su amado Ukitake, lo traían al fin, ya había acabado la operación y le dirigían hacia la sala de recuperación, sobre el estaba mas de 4 enfermeras dirigiendo la camilla, el oxigeno, mas aparatos y demás detalles médicos que se negó a observar, su mirada solo estaba en el ser que salía de su propia batalla por la vida.

- Como esta!. – se pego detrás de la camilla y las enfermeras. –
- Qué hace usted aquí?. – una de las enfermeras le detuvo el paso hacia la sala de recuperación. –
- Soy el prometido de Ukitake y además soy el hijo del director de la clínica. – le enseño el pase casi que en las narices de la pobre chica. – tengo permiso de estar con mi “prometido”.
- Perdóneme, pero a pesar de ello no puede entrar todavía, debemos acomodar al paciente para que este bien.
- No me dejara pasar!. – sus ojos centellaron rabia e impotencia. –
- Le dejaremos pasar cuando todo esté listo, no se impaciente… - sin más que decir se dio media vuelta rumbo a la habitación donde dejarían al peliblanco. –
- Ukitake ya estaré allí contigo…

Otra vez esperaba pegado a la puerta pero esta vez era la puerta de la habitación en recuperación, muchas cosas pasaron delante de él, enfermeras, la camilla donde lo operaron, más enfermeras, e instrumental médico. Pero antes de poder entrar se vio frente a frente con su padre otra vez, Ryuken venia caminado muy tranquilo acompañado de un medico, ambos hablaban con recelo hasta quedar frente al joven.

- Ya estás aquí. – miro hacia dentro de la habitación. – pronto se irán las enfermeras.
- Que sabes de su estado?. – pregunto sin rodeos. –
- Reservado… ya sabes que sufrió un paro respiratorio, después de ello siempre se reserva lo que suceda. – se acomodo los lentes. – esperamos que despierte, la operación fue todo un éxito sin contar lo del ataque.
- Lograron retirarle el tumor completo?.
- Así es… según el grupo de médicos fue difícil pero creen que todo salió como deseaban.
- Podría vivir una vida normal?. – sus esperanzas regresaban poco a poco con las palabras de su “madre”. –
- Si despierta. – con timidez poso su mano sobre el hombro de Uryu. – las esperanzas no son para los débiles.

Miro con melancolía hacia la habitación, las palabras de su padre le reconfortaron un poco, la operación había salido bien pero aquel altercado respiratorio podía tirar por tierra la magnífica obra de los médicos, porque la vida no era más simple?, porque todo tiene que tener sus peros cuando uno más desea que sea perfecto?. Perfecto…. Esa palabra jamás podría estar en su boca, ahora que pensaba más claramente se dio cuenta de que el mismo no era una perfección, que sus peculiaridades eran únicas y que su corazón decidió amar a un ser enfermo y con pocas probabilidades de vivir… perfecto?. Nada es perfecto pero si salía de todo esto, haría que su vida y la de Ukitake fuera lo más “normal” posible ya que las perfecciones no pueden existir y menos para él.

Mientras pensaba en ello, la habitación había sido desalojada, al fin no había nada que se interpusiera entre él y Ukitake, al fin lo vería después de todas esas horas de angustia, al fin le tomaría la mano para comprobar que todo esto paso de pesadilla a un sueño bonito. Con paso firme se adentro a la habitación de recuperación, miro los incontables aparatos cerca de la cama, el pitido rítmico de los latidos cardiacos, el sonido de la respiración de Ukitake, las bolsas de suero y lo que más le dejo impresionado, el rostro hinchado, pálido e inmutable de su querido compañero, su cabeza estaba totalmente vendada, noto como ya no estaba aquella hermosa cabellera blanca y no estaría por un buen tiempo mientras se recuperaba y volvía a crecer aquel cabello que fue rapado para poder operarle.

- Tu cabello… - se inclino con cuidado mirando detalladamente la cabeza de Ukitake y el vendaje que llevaba. – eso es lo de menos ahora.

Sonrió débilmente para después con algo de temor sujetar la mano derecha de Ukitake, estaba fría pero sabía muy bien que era por la anestesia, después de que esta saliera por completo del organismo podría regresar el calor a su cuerpo y con todas las esperanzas del mundo despertaría para mostrarle sus orbes castañas nuevamente. Con delicadeza reclino su cabeza de la cama pero sin soltar ni un instante aquella mano fría de la suya, esperaría pacientemente a que despertara y cuando uno desea con mucha fuerza algo pueda que ocurra el milagro.

La noche avanzaba y con ello las cosas que uno puede escuchar son muchas, mas de las que uno cree o desea oír. Rukia estaba muy cómoda en su cama, leyendo algunos apuntes de la universidad al tiempo que escuchaba música, sin muchas ganas de hacer mas nada cerro el libro y se acomodo en la cama para pensar un poco en lo que pasaba a su alrededor últimamente, estaba sorprendida como su amigo del alma estaba saliendo con otro hombre y digamos que mas que saliendo también, por otra parte su hermano esperaba un bebe!!, en qué momento la vida se le puso de ese modo?, quien sabe, pero debía seguir a las masas y aceptar su realidad, en verdad que ya no le molestaba mucho que su hermano viviera con el tonto de Renji, como pareja no resultaba malo pero si había algo que le seguiría molestando mientras viviesen bajo el mismo techo ellos tres.

- Otra vez!! – se tapo la cabeza con su almohada al escuchar ciertos y peculiares ruidos que provenían de la habitación de su hermano. -

Y en la habitación de al lado, aquellos ruidos pertenecían al serio, centrado y ahora con las hormonas al máximo de Byakuya, estaba en la gloria mientras un pelirrojo le acariciaba descarado con su boca, aquella lengua deslizándose por todo su cuerpo, sentir aquel contacto era estremecedor, las manos de Renji deslizándose hasta su palpitante miembro para darle la atención necesaria, su boca bajando poco a poco en un camino de caricias desinhibidas hasta su vientre, con ternura se detuvo allí y dio unos pequeños besos como saludando a aquel ser diminuto que estaba dentro de su pareja.

- Hazme tuyo… - sus labios se deslizaron provocadoramente hacia el oído del pelirrojo. –
- Pero... aun no terminamos los juegos… - una de sus manos aun seguía en aquel descarado acto de tocarle. – no quiero ir tan rápido…
- Yo si!. – sin dejar que Renji se opusiera a sus deseos, se incorporo quedando encima de su amante. – si no lo haces… lo hare yo.
- Que intentas!!. – tuvo que dejar las caricias para después al ver como el moreno se agachaba para tomar su excitación con los labios y empezar a engullirla descaradamente mientras miraba el rostro impresionado y lleno de satisfacción de Renji. –
- Eres… atrevido… - gimió roncamente al sentir aquella boca regalándole caricias. –

En un segundo se alejo del cuerpo del pelirrojo para maniobrar mejor su estrategia, sabía que con lo que acababa de hacer Renji estaba totalmente en el paraíso y se portaría sumiso a sus antojos, sin pérdida de tiempo se inclino sobre las caderas de su pareja, rozando descaradamente sus glúteos contra la hombría del pelirrojo.

- Así no… - intento hacer que el Kuchiki se diera la vuelta pero fue imposible ya que sin previo aviso decidió empezar aquel espectáculo. –

Con dificultad logro lo que quería, dominar la situación sobre su amante, sentirse invadido por aquel palpitante miembro guiado por sus propias manos, aquel dolor duro poco mientras miraba satisfecho el rostro del pelirrojo, parecía incrédulo por lo que acababa de ver.

- Bésame… - acerco sus labios a los de Renji. –
- Desde cuando tu… hay dios!. – tuvo que cerrar los ojos al sentir como Byakuya empezaba por si solo a subir y bajar sobre él, su cuerpo se estremeció en sobre medida, aquel hombre no parecía el anteriormente serio y frio Byakuya, este era una bestia hambrienta de placer. –

Aquellos movimientos se hacían cada vez mas fuertes e intensos, Renji tuvo que sujetar las caderas del moreno para evitar que acelerara tanto el ritmo, tenía por la salud física de su compañero que tal parece no le veía el problema a prácticamente cabalgar sobre el hombre que quería y como él quería.

- Muévete!. – le grito con descaro al sentir que pronto llegaría al clímax si seguía así. –
- Byakuya…. Alto…. Para!!. – sujeto con fuerza la cintura de este. – no piensas… en el… el.
- El qué?… - dejo de moverse al tiempo que respiraba entre cortado por los jadeos y el movimiento. –
- En el… - bajo la mirada hasta el vientre del moreno. – podríamos lastimar a Renji Junior.
- Renji… Junior?. – su rostro parecía un poema a la incredulidad. –
- Así le llame. – sonrió orgulloso ante su retoño no nacido. –
- Me acabas de bajar la lívido…. – se separo del pelirrojo con molestia. – no lo nombres cuando tenemos sexo!.
- Shsss… - le tapo la boca rápidamente a Byakuya. – no digas esa palabra delante de él.
- Estas cada día mas loco!. – se puso de pie rápidamente. –
- Es que leí que ellos escuchan, como vas a decir esa palabra en frente de Ren..
- No lo llames así!!. – busco por todo el suelo hasta hallar su ropa interior. – no se llamara así.
- Entonces que nombre te gusta a ti?, hay que llamarlo por su nombre para que nos conozca cuando nazca. – imagino un bultito chiquito en sus brazos y al cual le sonreía como mero idiota. –
- No tengo nada pensado aun. – camino otra vez hasta la cama para recostarse. –
- Pero… podemos hacer algunas cositas con cuidado. – trato de besar el cuello de Byakuya con ternura. – perdón por detenernos.
- Tenías razón. – sentencio secamente. –
- Sobre cuidarlo?.
- Creo que llamare a la doctora esa.
- Porque?. – miro algo asustado al Kuchiki. –
- Me duele el vientre… - poso una de sus manos sobre el mismo. –

Continuara…

SUSPENSOOOOOOOO!!! QUE PASARA?, DESPERTARA UKITAKE? PORQUE A BYAKUYA LE DUELE EL VIENTRE?.... SERA QUE EN VERDAD ICHIGO ESTA EN LA DULCE ESPERA?.... preguntas, preguntas!! Y las respuestas en el próximo capítulo!, bueno como ya había dicho antes, creo que se me hizo costumbre actualizar los viernes n_n, aquí vamos otra vez, espero sus comentarios amigas y sigan leyendo que todo se pone mejor aun!.

Próximo Capitulo:
Respuestas?.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).