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Todo queda en Familia por RAMSIN

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Notas del capitulo: Jugar de mas hace daño?, porque uno piensa que los milagros existen?, desear puede hacerte feliz y solo po run golpe todo se puedes saber.
Bleach no es mío, pertenece al brillante Tite Kubo - sama!!, alabado sea por crear algo tan magistral, pero regresando de los halagos, este fic es mi segundo desvarió de Bleach, espero les guste.
Advertencia: Mundo Alterno, no tiendo a usarlos pero esta vez me atreví un poco mas je je, Yaoi, claro está, y para rematar y aderezar la locura Mpreg XD, advertidos, no quiero quejas o cuentas para mí porque tuvieron que ir al psiquiatra!!. Por lo demás mucho humor y esperen lo inesperado.

Todo queda en Familia.

Capitulo 18

Respuestas?.

En qué momento se salió de control todo?, cuando fue que perdió todo poder sobre él?, es que no podía creer lo que vivía, estaba a merced de los que le rodeaban, más patético no se podía sentir en ese momento, no importando el dolor que sentía y menos aun el nuevo síntoma que les hizo salir a más de media noche de su casa. Pensaba y pensaba acurrucado en el asiento del copiloto mientras Renji manejaba como loco rumbo a la clínica Ishida, después de aquel comentario del dolor en su vientre decidieron irse a dormir y descansar un poco ya que para Byakuya el malestar no parecía gran cosa hasta que el dolor se intensifico unas horas después y todo empezó a ir en un espiral de malas situaciones, intentaba no tener miedo pero era evidente que no lograba creérselo el mismo, sus piernas temblaban un poco y ese condenado dolor se negaba a irse.

- Aun duele?. – Renji pregunto realmente preocupado mientras conducía. –
- Ya… vamos a llegar?. – no quiso responder a esa pregunta, el dolor era evidente en su rostro. –
- Casi. – movió su mano derecha del volante y la deposito con cariño sobre la cabeza del Kuchiki. – todo saldrá bien.
- Renji… - bajo la mirada al sentir como el pantalón de su pijama se sentía húmedo. –
- Ya estamos cerca… - volvió la mirada por un instante hacia el moreno. – que sucede?
- Sangre. – miro la pequeña mancha opaca que tiño la tela del pijama. –
- Que hemos hecho!.

De allí en adelante las cosas se pusieron peores, con mas desespero que antes Abarai acelero a todo lo que podía, en pocos segundos se encontraban en la área de emergencias de la clínica, con nada de dificulta bajo del auto y abrió la puerta del copiloto para tomar en brazos a Byakuya y entrar rápidamente por la puerta de emergencias, se olvido del auto, de que andaban en ropa de dormir y hasta olvido los modales, solo se limito a gritar a viva voz de que su compañero estaba esperando un bebe y que se sentía muy mal.

Y en menos de un minuto tenía un grupo de enfermeras a su alrededor haciendo preguntas y ayudando al pelirrojo con el Kuchiki que parecía estar en un trance, solo miraba impávido como era depositado en una camilla y dirigido con mucha prisa hacia el piso de obstetricia, en el camino solo sintió la mano de Renji sujetando la suya con tanta fuerza, era evidente que el pelirrojo deseaba con todo el alma a ese bebe, pero él, el que deseaba?, todavía estaba renuente a llamarle bebe y más aun a aceptar lo que sucedía con su cuerpo, era una montaña rusa de emociones sin control y a pesar de ser su propio cuerpo no podía controlarlo ni un solo momento, quería llorar en verdad que deseaba salir de este percance como fuera, ya estaba cansado del dolor y aunado a ese extraño sangrado se sintió aun mas culpable por lo que había hecho, todo por las hormonas, por andar haciendo cosas que no debía, se castigaba mentalmente mientras no prestaba para nada de atención a su alrededor, las enfermeras le habían llevado directo a una sala de observación donde no faltaba nada para volverlo quirófano, allí solo se dio cuenta de la realidad al sentir como Renji se soltaba de su mano protestando ya que las enfermeras le hicieron salir del lugar mientras llegaba la doctora Unohana.

- No me quiero ir!. – Renji seguía protestando en la entrada de la sala, estaba tan nervioso que no podía dejar solo a su compañero con semejante situación. –
- Colabore señor!... solo será por un momento mientras revisan al paciente!!. – la pobre enfermera le estaba sosteniendo como podía para que saliera del lugar. –
- Creo que debería esperar afuera. – la voz apacible pero firme de la doctora resonó en aquella sala. –
- Pero… - Renji volteo a verla muy sobre saltado. –
- El señor Byakuya estará bien en mis manos así que por favor espere afuera hasta que le llamen. – sonrió amablemente pero aquella sonrisa era como una muestra de autoridad a la que nadie podía decir no. –
- Seguro?. – miro hacia la camilla donde estaba su compañero mirándolo con tristeza. –
- Asegurado. – le palmeo la espalda y así lo empujo suavemente fuera de la sala para cerrar las puertas y empezar su trabajo. –

Con toda la calma que solo ella podía tener, camino hasta donde el moreno que aun estaba mirando asustado el lugar y a la doctora misma.

- Solo hare una pregunta y quiero que me responda con sinceridad. – se agacho hasta quedar cerca del rostro de Byakuya. –
- Diga… - susurro incomodo por la manera en que le miraba aquella mujer. –
- Siente dolor de vientre y…. – desvió la mirada hacia la entrepierna – está sangrando, todo esto empezó después de haber tenido relaciones con su pareja o me equivoco?.

Aquella dureza para hablar de la doctora no inmuto al Kuchiki, en verdad él era como ella a la hora de decir algo sin rodeos pero ahora él era el que se sentía avergonzado y adolorido en esa camilla, con toda la pena del mundo solo pudo asentir con su cabeza a la pregunta.

- Muy bien solo necesitaba saber eso. – sonrió otra vez tan amablemente que era incomodo. –

Lo que sucedió después dejo más avergonzado aun al pobre Kuchiki, estaba prácticamente rodeado de mujeres entre las enfermeras y la doctora, solo podía dejarse hacer todo sin abrir la boca o protestar, solo miraba serio como le desvestían y otra vez aquella horrenda bata verde que para él era como un atentado a la moral y las buenas costumbres era puesta sobre él, después de ello solo cerró los ojos y deseo no estar allí, aquella experiencia fue realmente traumática a su parecer, manos por todos lados, los piquetes de agujas para sacarle la sangre, tomando su temperatura, revisando su cuerpo, no podía ni imaginar cómo sería aquello dentro de algunos meses cuando tuviese que verse en aquel lugar otra vez con sus pies nuevamente sobre aquellos fríos estribos, todos mirando donde nadie debería ver excepto su atolondrado amante, estaba decidido, después de que acabo toda aquella revisión decidió que sería la última vez que ofrecería un espectáculo tan denigrante para un público que ni conocía!.

Al final y después de tanto examen le dejaron en paz para llevarlo a una habitación de aquel piso, estaba más calmado al recibir medicamentos para el dolor y una muy racional explicación de manos de la misma doctora Unohana.

- Al fin!. – Renji mira como su querido Byakuya es sacado de la sala de observación y dirigido a una de las habitaciones del piso. –
- Ya está todo bien. – le sonrió como siempre al pelirrojo que seguía a aquella camilla rumbo a la habitación. –
- Seguro?. – miro preocupado hacia dentro de la habitación donde acomodaron al moreno. –
- Solo fue un pequeño sangrado a causa de exceso de emociones…
- Emociones?. – centro la mirada en la expresión de la doctora, juraría que estaba hablando en doble sentido si no fuera por el regaño que siguió a esas palabras. –
- Sé que se quieren mucho y que las hormonas están al máximo en su compañero pero… eso no les da derecho a hacer lo que quieran sin pensar que pueden lastimar a esa criatura que no tiene ni la menor idea de lo que están haciendo ustedes.
- Tiene razón. – bajo la cabeza muy avergonzado, tanto que podría enterrarla en el suelo de aquel sitio. –
- Pero eso no quiere decir que no podrán volver a estar juntos, solo tienen que tener más cuidado, entendido?. – volvió a su expresión amable y despreocupada. –
- Si.
- Muy bien, el señor Byakuya se quedara por esta noche en observación, si nada pasa hasta la mañana se podrán ir a su casa.

Renji la miro más animado, aquellas palabras a pesar del regaño le reconfortaron mucho, estaba contento de que aquel altercado no pasara a mayores, estaba tan preocupado por el bebe y por el Kuchiki también, se estaba haciendo tantas ilusiones con aquella criatura, ya hasta le tenía nombre, nombre que no le gustaba a Byakuya y que después discutirá mejor para tratar de convencerle de ponérselo. Con todo ello en mente al fin se pudo meter a la habitación, estaba sola sin enfermeras o nadie que interrumpiera a la pareja de futuros padres.

- Fue un gran susto. – camino hasta la cama para abrazar a Byakuya. –
- Fue mi culpa. – estaba acongojado y sin si quiera levantar la mirada. – casi lo matamos.
- No… no digas eso, solo fue un susto, nada más. – le sonrió tratando de animar al moreno. –
- Todo por culpa de lo que me pasa… no logro controlar nada de mí!. – le dio la espalda a su amante enfadado –
- Tu deliro de tener todo bajo control. – se sentó en la cama con cuidado mientras seguía hablando. – tienes que aceptar que no todo puede ser controlado Byakuya… y ahora más que nunca nos veremos obligados a actuar bajo circunstancias inimaginadas para ambos.
- Me quiero ir a la casa. – susurro en tono autoritario. –
- Hasta mañana, la doctora quiere estar segura de que no pasara nada.
- No voy a volver a este lugar. – sentencio con firmeza. –
- Pues debemos venir todos los meses por tu control.
- No me refiero a eso… no pienso dar a luz aquí.
- Si esta es la única clínica que trata estos casos?, acaso quieres cambiar de médico?. – le miro algo confundido por las palabras del Kuchiki. –
- No estaré aquí ese día… - sentencio con tanta autoridad, era como querer controlar aunque sea eso en su futuro. –
- Como quieras. – no le dio mucho interés a las palabras de Byakuya, se notaba lo molesto que estaba, y seguro en unos días olvidaría esa locura que decretaba con seriedad. –

Para alguien tan serio y recto como Byakuya esas palabras tenían mas que el sentido del coraje del momento o la vergüenza que sintió minutos atrás en la sala de observación, quizás ese decreto se haga realidad pero pasaran muchas cosas antes de llegado ese día. El susto paso, para unos es reconfortante saber que las cosas vuelven a su cauce pero para otras el anuncio de un nuevo día puede ser decisivo.

Uryu permaneció toda la noche sin moverse ni un centímetro de la cama de Ukitake, su mano unida a la de él, su cabeza recostada del colchón y su cuerpo entumecido por pasar toda la noche sentado en una silla, era evidente que el agotamiento le invitaba a dormirse otra vez como cuando estuvo en la habitación esperando, se sentía muy cansado, pero no daba tregua al sueño, no pasaría otra vez, se quedaría despierto para contemplar con sus propios ojos el despertar de Ukitake, fuera hoy, mañana o algún día.

- Son casi las 7… - soltó por un momento la mano de su compañero para poder ver su reloj de pulsera. –

Estiro su cuerpo hasta sentir como un crujido en su espalda le obligaba aponerse de pie, era incomodo estar allí por tantas horas, no había cenado y de seguro tenía la cara más horrenda de desvelado que jamás tuvo en su vida, pensó que no podía dejar que Ukitake le mirara así, debía ir rápidamente a lavarse el rostro y refrescarse un poco para volver a su puesto y esperar paciente alguna reacción.

Con algo de duda salió de la habitación y camino rumbo al baño más cercano, entro a él rápidamente, se lavo el rostro, sus labios, se peino un poco y libero su vejiga de toda una noche sin ir al baño, después de todo ello regreso en sus pasos a la habitación, pero esta vez tenía en sus manos la cajita negra de terciopelo, era evidente que debía estar con ella al momento de despertar Ukitake.

- Casarme… - miro más serio la cajita y una pequeña sonrisa le ilumino el rostro solo de pensar en eso, era una locura pero quería vivir esa locura a plenitud. –

Qué triste seria si no podía decirle a Ukitake todo lo que quería, con cajita en mano camino hasta la cama y la coloco estratégicamente entre las manos del paciente, era una tontería lo que haría a continuación, pero sus nervios y deseos le impulsaban a hacerlo.

- Ukitake… tu amigo me dio esto. – apretó la cajita entre las manos del inconsciente hombre.- ciento pena por no haberte contado todo de mí…

Unas cuantas lágrimas estaban por brotar de los ojos de Uryu, era muy doloroso decirle esto a alguien que no estás seguro de que responderá hoy o nunca, estaba con un nudo en el estomago pero decidió hablar.

- Acepto casarme contigo… y te prometo que tendremos una familia grande… - sus mejillas se tiñeron de rojo al solo verse rodeado de niños y un feliz Ukitake con ellos. – pero… necesito que despiertes, quiero que despiertes para que me digas cuántos hijos quieres?, como será nuestra casa, que querrás de cenar cuando llegues del trabajo…

No aguanto más, las lagrimas rodaban por sus mejillas sin parar, ponerse a hablarle de sus deseos era muy doloroso, pensar en todos esos eventos de la vida que una pareja puede pasar y que él estaba deseoso de hacerlo.

- Dímelo… quiero saber que te gusta… quiero que me tomes fotos sentado bajo un árbol otra vez... quiero besarte… quiero darte una familia…

Lloro, solo lloro con la cabeza gacha pensando en todo lo que se perdería Ukitake, era evidente que después de tantas horas, las esperanzas se van poco a poco, que se escapa la vida con el pasar del tiempo y que por más que desee que le hable, era pedir milagros y como futuro medico, no creía mucho en ellos, sollozo triste sentado al lado de la cama, sus ojos fuertemente cerrados y liberando todo el dolor de su alma que afloraron con aquellas palabras.
Un triste espectáculo hasta que sintió como una de sus mejillas enrojecidas por las lágrimas era rozada débilmente, una sensación conocida le invadió el cuerpo y le hizo levantar la cabeza hacia su querido Ukitake.

- 4…
- Cuatro…. – sus ojos se abrieron enormes al escuchar ese susurro proveniente de los labios blanquecinos de Ukitake. –

Lo miro como si viera un fantasma, era imposible pero allí estaba, le había hablado a susurros y con mucha dificultad le había acariciado la mejilla, era su milagro, lo que tanto deseo con el alma, no pudo esperar más y con toda la fuerza y el amor que alguien puede demostrar en un abrazo, se lanzo sobre el cuerpo del peliblanco sintiendo su corazón latir con fuerzas en aquel pecho lleno de esperanzas, el llanto regreso y con más ganas y fuerza, era increíble que llorara así en su vida, jamás había llorado así desde la muerte de su querido abuelo.

- Despertaste!. – sollozo feliz y aun sumido en ese fuerte abrazo. –
- Cuatro… - volvió a susurrar con algo de dificultad. –
- Cuatro qué?. – se incorporo un poco para poder escuchar mejor lo que decía su compañero. –
- Que sean cuatro hijos… - sonrió a medias con toda la fuerza que tenía en su cuerpo. –

Uryu sintió como sus mejillas le ardían, era evidente que Ukitake escucho su confesión y a pesar de la vergüenza, se sentía tan feliz de poder entender al fin los deseos de aquel ser que le ofreció no solo cariño si no un camino hacia la vida.

- Me escuchabas. – bajo su rostro hasta poder besar con suavidad los labios del peliblanco. –
- Un… poco. – susurro con mas animo. –
- Entonces escuchaste mi respuesta a esto. – señalo la cajita de terciopelo negro que yacía aun entre las manos de Ukitake. –
- Aceptaste…
- Así es. – sonrió como nunca antes lo había hecho en su vida. – acepto casarme contigo y darte una gran familia.
- Y como… - miro intrigado al de lentes. –
- Tengo un secreto que te hará muy feliz. – confeso con algo de vergüenza, ahora era el momento de contar su verdad. –

Era un milagro a sus ojos, para el todo Ukitake era un milagro, el ser que le dio fuerzas para vivir la vida mas allá de los libros o la medicina, aquel hombre que le estaba causando que cambiara su manera de pensar en su peculiar herencia, aquel hombre que no le importo nada para demostrar su cariño y ser feliz a pesar de una enfermedad, ese era su milagro y lo viviría al máximo de aquí en adelante.

Así más de un mes paso y para todos había cambios, cosas nuevas y más por descubrir, Byakuya y Renji tuvieron que aprender a vivir en un inesperado ir y venir de emociones gracias a ese embarazo, el moreno resulto casi totalmente dominado por las hormonas y eso traía muchos altercados en ese hogar. Para Uryu era el descubrir cómo vivir y superar día a día las limitaciones de su amante, la operación fue un éxito total pero aun así la recuperación seria larga y el resultaría el mayor apoyo para Ukitake, volver a ser el no sería fácil.

La vida de los Kurosaki también daría un giro inesperado, Ichigo trato de continuar su relación clandestina con Grimmjow, solo su mejor amiga Rukia y un entrometido Urahara conocían la verdadera conexión del peli naranja con ese antiguo paciente de la clínica, pero ahora ya con las vacaciones de invierno cerca y con algunos detalles nuevos en la vida de Ichigo, las cosas pasarían a tornarse realmente extrañas.

Esa mañana de invierno ya entrado el mes de noviembre seria inolvidable para más de uno, el reloj despertador sonó un poco más temprano de lo habitual, con mucha prisa y sin apagar el aparato en cuestión se vio volar fuera de la cama a un descompuesto Ichigo, directo al baño como todas las mañanas para devolver el estomago. Rutina, así lo denomino, era rutina que antes de poner un solo pie fuera de la cama ya se sentía nauseabundo, cansado más de lo normal y con ciertos malestares en varias partes especificas de su cuerpo.

- Hoy fue peor… - susurro para sí con desanimo, esos síntomas le estaban dando un mal presentimiento que no podía identificar. –

Lavo su rostro y se cepillo para olvidar aquel síntoma, ya era hora de ir a la universidad, solo quedaban unas semanas de clase y no se daría el lujo de faltar en los últimos y mas importantes días, estaba muy aletargado y cansado, caminaba de regreso a la habitación cuando noto al verse en el espejo del baño como algo en su cuerpo no era como antes, estaba sin camisa puesta a pesar del frio invernal, miro detenidamente al espejo y noto sobre saltado como sus pezones estaban más rojos y adoloridos, trato de pensar en el último encuentro con su novio, el muy descarado tendía a jugar de mas con su cuerpo y ese era uno de sus lugares preferidos a la hora de morder o tocar, hacia unos dos días atrás que se encontraron como siempre clandestinamente en la veterinaria, entregándose desenfrenados gracias a la noche y la soledad del local.

- Voy a matarlo por hacerme estas cosas! - gruño enfadado y siguió su camino para vestirse y salir a la universidad. –

Detalles, simples detalles que no son tomados en cuenta en el momento indicado, pero para otros las cosas se pueden ver a simple vista, Ichigo paso menos horas en las clases gracias a que solo había exámenes y nada más, después de ello y de quedar muy satisfecho con sus notas este año, siguió su paso directo a la clínica de su padre, debía ayudar un poco a sus hermanas nuevamente pero esta vez no era por obligación, más bien fue idea suya el ponerse al tanto del lugar otra vez como hacía tiempo atrás.

- Buenas tardes!. – un sonriente Urahara recibía al hijo del director de la clínica. –
- Contento por ver a las enfermeras mientras se desvisten?. – miro realmente serio al rubio, le tenía ideas desde que lo descubrió espiando en el cambiador de mujeres. –
- No, más bien estoy contento porque estas volviendo a tu labor de enfermera. – sonrió sarcástico. –
- Que gracioso… donde está Rukia?. – pregunto en tono autoritario. –
- En la sala de descanso, espero que no vayas a distraerla contándole sobre tu vida amorosa. – en un abrir y cerrar de ojos se dio media vuelta dejando a Ichigo con la palabra en la boca. –
- Este está cada día mas loco!... vida amorosa… - camino rápidamente hacia la sala esperando encontrar a su amiga allí. –

La pequeña morena estaba allí recostada en el sofá de aquella sala mandando un mensaje con su móvil y por la cara que tenia al teclear daba la sensación de que estuviese insultando al remitente del mensaje.

- Maldiciendo a alguien?. – se sentó pesadamente junto a la chica. –
- Casi… - termino de mandar el mensaje. – mi inepto cuñado… esta preguntándome dónde demonios compro yo los excéntricos antojos que le dan a mi nii – sama. – suspiro realmente resignada. –
- Si es verdad que tu hermano… - pensó algo distraído ante el recuerdo de la cena donde todos se enteraron de que esperaba un bebe por los síntomas. –
- Que querías?. – miro seria al pelos de naranja. –
- Necesito un favor tuyo.
- Otra vez quieres usarme de tapadero para tus encuentros con tu novio!.
- Será la última vez… - suplico con ambas manos en pose de rezo frente a Rukia. –
- Ya es hora de que digas la verdad Ichigo, no podre taparte ante tu padre por mucho tiempo, el debe creer que andamos en algo muy serio. – desvió la mirada renuente a aceptar esta vez. –
- Solo por esta noche.
- Una noche… solo una noche, siempre dices lo mismo y el resultado es que tu padre me llama casi a media noche para saber cómo estamos!!. – frunció el ceño enfadada por tantas mentiras. –
- Eres mi amiga.
- Lo sé, pero eso no me hace tu escudo a la hora de ir a revolcarte con el tipo ese!.
- Qué manera de hablarme son esas!. – jalo sin delicadeza de una de las orejas de Rukia. –
- Suéltame!!. – con fuerza dirigió un golpe certero al vientre de Ichigo. –

El pobre cayo de golpe al suelo privado por el dolor, aquel golpe fue fuerte pero lo raro no era eso, lo extraño era que él se viera tumbado con uno solo de aquellos derechazos que su amiga siempre le lanzaba cada vez que discutían, estaba sin aire y juraba que sentía como le dolía no solo el vientre si no también la espalda.

- ICHIGO!! NO JUEGUES QUE NO TE DI TAN DURO!. – se agacho para verificar que tanto daño había causado su derechazo. –
- Duele… - se llevo las manos al vientre con fuerza. –
- No es divertido bobo!!... levántate del suelo antes de que me asustes más!. – movió preocupada al peli naranja que seguía contraído con el dolor. –
- En verdad… me duele…
- Demonios!... iré por tu padre!. – salió rápidamente de la sala de descanso a encontrar ayuda. –

No pasaron más de unos segundos cuando el primero que entra con Rukia a la habitación es el mejor amigo de su viejo, y para Ichigo no era nada agradable que un hombre como él fuera a ponerle una mano encima para saber que le paso.

- No puedo creer que una chiquita como esta te noqueara en el suelo!. – miro divertido a Rukia. – vamos a ver… te saco el aire de una sola.
- Imbécil… - mascullo Ichigo adolorido. -

Con mucho cuidado entre su amiga y Urahara lo hicieron recostarse en el sofá de la sala de descanso, la cara de Ichigo dejaba que desear, estaba pálido y sudando frio mientras que no dejaba de sujetarse donde Rukia le golpeo sin malas intenciones, mientras Urahara le pidió a la morena que trajera un equipo de revisión de emergencias, aquella actitud del chico le indicaba que en verdad algo le dolía.

- No quiero sonar pervertido pero debo verte. – con mucho cuidado levanto la camisa de Ichigo para poder mirar mejor el lugar del golpe. – donde fue?.
- Aquí… - señalo con sus dedos unos centímetros más abajo del ombligo. –
De un rostro divertido paso a una cara totalmente seria y hasta dudosa, con sus dedos palpo cuidadosamente todo el estomago y bajo vientre del peli naranja, estaba muy centrado en ello cuando Rukia regreso a la sala con lo que le pidió el médico de emergencias.
- Aquí esta. – extendió un estetoscopio y otras cosas más delante de él. –
- Déjalo en el sofá. – siguió tocando muy serio. – Rukia…
- Dígame!. – miro preocupada la cara de Urahara. –
- Por favor ve por Isshin y dile que me espere en la sala de ultrasonidos.
- Va a llevarlo… - la morena no pudo terminar la frase, aquello debía ser serio. -
- Así es… vamos a la sala de ultrasonidos… no se que le rompiste a este chico con esas manitos.
- Voy por una silla de ruedas!. – salió de la sala otra vez con rapidez. –
- Que… sentiste?. – miro serio y con preocupación a Urahara. –
- Has estado jugando a la casita? - mascullo renegando con la cabeza. –
- No… entiendo que dices desgraciado!. – se volvió a agarrar el estomago por el dolor. –
- Deja de gritar que no te morirás… – se puso de pie para esperar a que la chica llegara con la silla de ruedas. –

Rukia regreso apresurada con la silla y muy asustada también, no tenía intenciones de lastimar a su amigo de esa manera, pensaba que quizás le rompió el vaso o hasta le daño algo para que Urahara pidiera llevarlo a hacerle un ultrasonido!, estaba muy nerviosa mientras ya iban en dirección a esa la sala, por su parte Ichigo estaba muy intrigado por los comentarios de aquel loco medico, no entendía ni un poquito sus comentarios pero aquel dolor seguía allí y no le agradaba nada.

- Rukia ya le avisaste a Isshin?. – miro a chica que terminaba de ayudar a Ichigo a subirse a mesa donde estaba el ultrasonido. –
- Ya voy a hacerlo. - le sujeto la mano al peli naranja. – perdóname…
- Por favor… avísale a..
- Ya sé. – asintió con la cabeza, hasta en esos momentos Ichigo solo pensaba en que Grimmjow debía estar allí si algo le pasaba. –
- Bueno… vamos a ver mejor si jugaste o no a la casita. – sonrió con ironía al tomar el gel de ultrasonido. –

Se mordió los labios para no insultar al médico ese, que manera tan poco profesional de atenderle y mas sabiendo que era el hijo de su mejor amigo!, estaba molesto por ello pero aquel malestar paso a segundo plano cuando sintió como aquel liquido frio y gelatinoso era esparcido por su vientre con el mismo aparato para ultrasonidos. Urahara por su parte desvió la pantalla para que solo el mirara lo que encontraría con aquel examen, estaba casi 100 por ciento seguro de su diagnostico pero no podía jugar en terreno desconocido si era lo que creía, paseo aquel aparato con suavidad y mirando seriamente al mismo hasta que dio con la razón de aquel dolor en Ichigo.

- Dios mío…. – no pudo quedarse callado ante lo que miro en la pantalla del ultrasonido. –
- Que profesional!!... demonios dime que viste! – gruño enfadado y adolorido. –
- Que vi?. – apago de golpe la pantalla cuando vio que Ichigo intentaba sentarse para ver también. –
- Maldito Urahara… mas te vale decirme que viste!. – intento sentarse pero para su mala suerte la puerta de la sala se abrió trayendo a su padre y a una nerviosa Rukia. –
- ICHIGO!! – se abalanzo sobre su hijo para abrazarlo. – que paso?
- Isshin… - Urahara le jala de un brazo con calma. – tenemos que hablar.
- Que sucede?... – se asusto de solo ver la cara seria de alguien que siempre anda riéndose. –
- Rukia lleva a Ichigo a una de las habitaciones… ya yo voy para administrarle un calmante.
- Tengo derecho a saber que pasa!!. – no quería bajar de la camilla sin respuestas del rubio. –
- Llévatelo. – exigió realmente serio. –

Después de pelear un poco entre Isshin, Urahara y Rukia, al fin pudieron sacarlo de la sala de ultrasonidos y dejar a los dos amigos solos conversando, con todo aquel alboroto llego Ichigo a la habitación y no dejando si quiera que su amiga le ayudara a subirse a la cama a pesar de su dolor, solo quería ir y estrangular a Urahara por no decirle que le sucedía.

- Te dejaras poner el tratamiento!. – mascullo enfadada la morena con inyectadora en mano. –
- Maldito Urahara!! – se tiro en la cama resignado y todavía muy adolorido. –
- Ya cálmate… seguro no fue nada grave, mira que solo te mando a poner un calmante suave… - logro ponerle el tratamiento al pobre pelos de naranja. – y ya llame a tu novio… viene para acá.
- Va a venir?.
- Se preocupo mucho cuando le dije que te sentías muy mal… por mi culpa. – bajo la cabeza apenada. –
- Olvídalo… - llevo una de sus manos a su vientre. – me duele un poco menos.

Por fin Ichigo se calmo lo suficiente para que Rukia saliera de la habitación y volviera en sus pasos rumbo a la sala donde estaban Urahara e Isshin, en aquel lugar Urahara estaba muy serio mostrándole a su amigo el video que grabo del ultrasonido de su hijo, Isshin palideció en pocos segundos al ver aquel extraño video, estaba asombrado pero más que eso, sin pérdida de tiempo se salió de la sala azotando la puerta y con el rostro lleno de furia rumbo a la habitación donde estaba Ichigo gritando a los cuatro vientos algo realmente desconcertante.

- VOY A MATAR AL DESGRACIADO QUE EMBARAZO A MI HIJO!!

Continuara…

VAMOS A CAZAR PANTERAS!! XD…. Ahora qué?, perdón mil pero mil perdones por la demora!! Es que bueno, primero me fui de bakaciones a la playa y me la pase de un rico con mi esposo, mi hijo y mi familia, también las escritoras debemos descansar de vez en vez y además me agarro también una gripe que casi juro que era la porcina…. Que mal me la pase y después que bien en la playa!! Jejejejeje. Pero ya regrese!, y con mucha emoción!!. UKITAKE DESPERTO!! VIVAAAAAA!! Ahora veremos cómo le hace para recuperarse y como Uryu enfrente a su madre y a su padre jo jo jo, quiere permiso para casarse, y pobrecito Byakuya mira que sentirse como pavo para rellenar en navidad, pero ya el susto solo fue susto y veremos cómo enfrenta ese embarazo y más adelante… hay más adelante. Pero ahora con la fresita!! Si está en estado!! Y vaya manera de saberlo, mira que la Rukia le da en la mera pancita y lo manda directo a la verdad donde media clínica se entera de que esta en cinta XD…. Veamos cómo será ahora la confrontación entre padre, hijo y nuero!!. Nos leemos la semana que entra y ahora si seriedad con mis subidas de capítulos!!. Besos a todos.

Próximo Capitulo:
Cazando al culpable.
Notas finales: GRACIASSSSS Y SIGAN LEYENDO QUE REGRESE!!

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