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Todo queda en Familia por RAMSIN

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Notas del capitulo: mi especial dividido en dos capitulos, aui vremos como celebran, descuben, aprenden y algunas cosas mas que seran importantes para nuestros personajes. disfrutenlo.!.
Bleach no es mío, pertenece al brillante Tite Kubo - sama!!, alabado sea por crear algo tan magistral, pero regresando de los halagos, este fic es mi segundo desvarió de Bleach, espero les guste.

Advertencia: Mundo Alterno, no tiendo a usarlos pero esta vez me atreví un poco mas je je, Yaoi, claro está, y para rematar y aderezar la locura Mpreg XD, advertidos, no quiero quejas o cuentas para mí porque tuvieron que ir al psiquiatra!!. Por lo demás mucho humor y esperen lo inesperado.

Todo queda en Familia.

Capitulo 31

Una noche buena para todos.

Primera parte.

Caliente, dulce, muy dulce y excitante, solo podía ser así, aquellas manos suaves deslizándose por su espalda, abrazándole con fuerza pero también con ternura, un cálido aliento acariciando su oído, susurrándole palabras que no podía entender pero que igual le gustaba escuchar, un beso, otro beso y otro más…

Te quiero. – resonó aquella frase con toda la fuerza del mundo. –

Solo pudo sonreír, solo eso para aprobar aquellas palabras, su mano blanca se deslizo por la mejilla de aquel hombre, le miro directo a los ojos, esos hermosos y profundos ojos azul claro iguales a un espejo, el espejo perfecto para ver su alma adolorida.

Ya no estás solo Toushiro… - volvió a susurrar a su oído con dulzura. –

Solo. – una punzada en el corazón, unas lagrimas contenidas, un sentimiento que lo acompaño siempre. –

No lo olvides nunca. – beso con delicadeza la mejilla del peliblanco. –

Después de ello ya no había más nada, aquel cálido ser que le rodeaba ya no estaba, sus largos brazos ya no le abrazaban, un frio cruel y despiadado le calo en el alma, su corazón no podía sentirse más desolado que antes, ya había llegado al límite de sus sensaciones. Las lágrimas llegaron sin aviso, una y después otra, deslizándose por la misma mejilla que antes sintió los labios del peliacua.

No te vayas!. – dolía todo dentro de el. –

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El ruido de su celular le hizo terminar de despertarse, estaba aturdido, desorientado y con un amargo sentimiento de soledad gracias a ese sueño, con dificultad de sentó en la cama y miro como su celular sonaba una y otra vez sobre la mesita de noche junto a su cama, con fastidio se llevo la mano al rostro para desperezarse pero al hacerlo noto como sus mejillas estaban bañadas en lagrimas, había llorado de verdad en ese sueño.

Que cruel puede ser el subconsciente de uno. – se limpio el rostro con la manga de su pijama. -

Sabía que era un mensaje así que no se dio prisa por responderlo, con suavidad se levanto de la cama, tomo el celular y camino al baño, su rutina de leer mensajes mientras se cepillaba los dientes le ahorraba tiempo en las mañanas, con calma miro que el mensaje pertenecía a su amigo Kusaka así que siguió cepillando sus dientes mientras leía.

NANI!!! - dejo caer el cepillo de diente al lavabo y su boca aun estaba llena de dentífrico cuando lo que leyó lo saco de sus casillas. –

Aquel mensaje de Kusaka era muy evidentemente mal intencionado y decía lo siguiente: “ me voy fuera de la ciudad por noche buena, te quedas a cargo de celebrar con Hyorinmaru, ya le dije que tu prepararías la cena y lo acompañarías esta noche, no me falles!!, con amor tu amigo Kusaka.”

MALDITO KUSAKA!!! YO NO SE COCINAR!!. – apretó el celular con rabia mientras la espuma en su boca le hacía ver más iracundo que nunca. –

Toushiro estaba ahora en un predicamento muy grande, esa noche se celebraba la navidad, estaba dispuesto a no ver a nadie ya que como estaba solo en su casa pensaba hacer de ermitaño y no vivir para nada las cursilerías de la noche buena, siempre estuvo solo y la única persona familiar que tenia era su anciana abuela que no vivía con él. Su excesiva madures le dio la fuerza para estar así, no le importaba mucho las fechas especiales y menos ahora que solo era atormentado por la sombra de Gin y su terrible obsesión con él.

No puedo pasar la noche en casa de el… - sus mejillas se sonrojaron. –

Mientras pensaba en que escusa darle a su antiguo profesor, otra vez su celular sonó pero esta vez era una llamada la que entraba, miro con molestia el aparato y ahora su rostro sonrojado pasaba a rojo tomate, aquel numero lo conocía muy bien.

Toushiro… buenos días.

Bue..buenos días. – tartamudeo al oír esa voz del otro lado de la línea. –

Kusaka me informo de lo que querías hacer.

Sobre eso… - estaba nervioso, debía inventarle una mentira a Hyorinmaru. –

Estoy muy agradecido por el detalle. – sonrió con suavidad. –

Agradecido?.

Así es, no creí que pasarías una noche tan especial conmigo que no soy muy buena compañía… como no recuerdo nada.

No es mala compañía. – mascullo apenado. –

Kusaka me dijo que harías la cena, te llamaba para preguntar si compro algo en especial o vamos los dos… a comprar las cosas para la cena.

Yo... yo… voy. – tuvo que ceder, algo dentro de el deseaba estar con el peliacua. -

Te espero entonces.

Está bien profesor.

Ya te dije que no me digas así, solo soy Hyorinmaru.

Nos vemos en la tarde.

Gracias.

Déselas a Kusaka.

Y porque a el?.

Yo sé porque lo digo. – sonrió a medias, su mejor amigo estaba empezando a actuar como un travieso Cupido. –

Terminaron de despedirse amablemente, Toushiro estaba ahora mas ansioso que nunca, como de despertar sintiéndose solo pasaba ahora a tener algo que hacer y que sentir, con una rara sensación de satisfacción ligada a miedo se prepararía esa tarde para ir a casa de Hyorinmaru, esa noche sería realmente impresionante y reveladora para él.

El día trascurría y también las compras de última hora eran la comidilla en otra parte de la cuidad, entre las calles atestadas de personas apresuradas por comprar regalos, los ingredientes para la cena de noche buena, entre la brisa helada que se colaba por todos lados, lo adornos navideños en las vitrinas de las tiendas, mucho movimiento y vida, se respiraba un ambiente feliz por encima de tanta gente, en ese tumulto había dos personas caminando por las calles y dando los últimos detalles a la lista de noche buena, una pequeña morena caminaba llena de bolsas y con una hoja de papel en su mano libre iba dando las señales de a donde dirigirse.

Mueve esas piernas!. – Rukia se detuvo para esperar a su cuñado que venía más atrás lleno de paquetes. –

No soy tu mandadero!. – se detuvo muy molesto por el peso que llevaba consigo. –

Que querías, que mi Nii – sama te supliera?. – rodo la vista con fastidio hacia el pelirrojo. –

No… - mascullo ofendido. – cuando vamos a terminar todo esto?.

Cuando consiga el último regalo.

Porque no llamaste a tu amiga esa…. La de gran fachada para que te acompañara hoy. – sonrió malicioso al recordar los pechos de Orihime. –

Salió de la ciudad, pasa las fechas especiales en casa de su hermano. – miro seriamente la lista. – ya solo falta un regalo y está aquí!.

Con paso rápido Rukia se encamino a una mega tienda de juguetes, estaba todo vuelto un soberano desastre adentro, las personas corriendo de un lado a otro comprando los regalos de santa, muchas personas discutiendo por ello, y otras más parecían como cazadores atrás de una presa imaginaria.

No me gusta este lugar. – Renji miro de reojo a una mujer que discutía con otra por una muñeca. –

Pues si no quieres entrar espera en esa esquina. – señala un lugar sombrío lleno de hombres con muchos paquetes como el. –

Porque tengo la sensación de que hay más mujeres como tu allí dentro. – camino como condenado a muerte rumbo a una esquinita vacía. –

No te muevas de allí!! – suspiro liberada, se arremango las mangas de su suéter muy dispuesta a entrar a aquella jungla indómita llamada juguetería. –

Rukia era atrevida y con mucha fuerza de voluntad para entrar a aquel lugar sin ley, pero Renji, el solo estaba paradito en su esquina mirando pasar el tiempo y también algo agradecido de no entrar a aquel lugar, por ello entendió muy bien el porqué Rukia no quiso que Byakuya viniera con ellos, aquel desastre le haría daño a la bebe. Sin más en que pensar que no fuera la cena que comería esa noche y un “regalo especial” que le iba a dar al Kuchiki, Renji suspiro quedamente y con sus brazos llenos de paquetes y bolsas.

Su novia es pequeña pero peligrosa… - uno de los hombres al lado de Renji le entabla conversación. –

No es mi novia. – miro de reojo al hombre que le hablaba. –

Su hermana?.

Tampoco. – observo más detenidamente al pobre tipo que le hablaba, estaba más lleno de paquetes que el. –

Una amiga?.

Es mi cuñada. – empezó a contar mentalmente la cantidad de bolsas que llevaba el pobre. –

Pues quien me tiene aquí dentro es mi mujer, quería conseguir algo especial para nuestra hija.

Ya veo. - se pregunto mentalmente si el acabaría igual con cada navidad. -

Todos los años terminamos aquí y mi esposa se vuelve un ogro si no encuentra lo que quiere, tiene suerte que su esposa no lo traiga también.

No estoy casado.

Si se casa lo sabrá, las mujeres son una molestia con esto de las compras. – miro a todo el grupo de hombres allí parados con paquetes. – todos fuimos atrapados por una compradora compulsiva .

Creo que lo compadezco… - Renji sonrió con ironía. – yo nunca sabré que es estar parado aquí con bolsas, lo de hoy fue algo que no hago nunca.

Que, su novia no sale de compras con usted?.

Es que el detalle no es que no salga, es que mi novia es “novio”. – no le intimidaba en lo mas mínimo decir lo que era Byakuya para él. –

Oh…. – el hombre le miro con algo de asombro. –

Y no vino porque está en estado y no puede andar en este desastre.

…….. - de mirarlo asombrado pasó a alejarse de Renji unos buenos pasos. –

Por eso Renji nunca sabe lo que es quedarse callado, para él su relación con el Kuchiki es tan natural como el respirar y ahora con su hija en camino será para el más natural que nunca, su personalidad le lleva a ser sincero y desentendido del mundo, todo lo que le rodee es simple y perfecto, se cree con una vida buena y un amor increíble, que mas puede desear para noche buena, solo comer una cena digna de un rey y disfrutar de la compañía de su amante, solo eso necesita Renji para ser feliz esta noche.

Pero en otro lado, los deseos de noche buena no serán tan placenteros y dulces, un Gin lleno de duda también querrá que su “juguete” pase la noche buena con él, a pesar de haberle prometido a Matsumoto que le acompañaría esa noche, que ambos pasearían por el parque y cenarían fuera para rememorar navidades pasadas, mejores momentos del pasado de ellos y que Gin no tiene intensiones de recuperar, solo el jugar con los sentimientos de las personas es su fuerte, pero el deseo de controlar las cosas podrán ser el factor decisivo en más de un sentido.

Maldita sea… porque no contesta el celular. – da al botón de re discado de su teléfono. – Shiro – chan… mas te vale contestarme antes de que me enfade.

Pasaban de las 5 de la tarde, ya estaba vestido para la noche con un sobrio suéter negro cuello de tortuga, pantalones de vestir beis y guantes de cuero en el mismo color, se cubriría con una chaqueta de tela gruesa color café oscuro que reposaba solitaria sobre la cama junto a una bufanda de color marfil, quería pasar unas buenas horas con Toushiro antes de ir corriendo a ver a Matsumoto en el restaurante donde acordaron su cita. Antes de todo aquel imprevisto de los amigos de Toushiro, Gin no tenía las intensiones de dividirse en noche buena, no pretendía seguir a Shiro – chan pero cuando sintió que el peliblanco le estaba alejando de un modo nada sutil, debía “supervisar” el tiempo y en que lo invertía su amante preferido.

Toushiro…. Estas jugando con fuego. – Gin lanzo el celular al suelo realmente colérico, el chico no le respondía a llamadas o mensajes de texto. –

En otra parte de la ciudad, más precisamente en un supermercado se podía ver a dos personas caminado calmadamente por uno de los pasillos, mirando los anaqueles para tomar lo necesario y seguir su ruta de compras navideñas. Toushiro estaba algo nervioso, había guardado su celular en el bolsillo trasero de sus pantalones y puesto en vibrador, así que sentía claramente cada vez que una llamada o un mensaje llegaba, aun con los nervios de saber que todos y cada uno de ellos pertenecían a Gin, se negó a contestar, ese día quería olvidarse de aquel hombre con mirada zorruna, quería vivir un día diferente con la persona que siempre admiro y que estaba allí para él en ese preciso instante.

Toushiro?. – el peliacua se le acerca por detrás al no tener respuesta por una pregunta que hizo. –

Eh?. – volteo a ver a Hyorinmaru, lo tenía tan cerca de él y a la vez tan lejos. –

Estaba preguntándote si quieres que compre un pastel para el postre. – miro algo curioso la expresión de su ex alumno. – sucede algo?.

Nada… - renegó con la cabeza. –

Seguro?.

Solo quiero que terminemos aquí para ir a preparar la comida. – empujo el carrito de compras alejándose de su profesor. –

Porque siento que algo le preocupa. – miro seriamente al peliblanco mientras se alejaba hacia otro pasillo del supermercado. –

Cargados de bolsas regresaron poco a poco al departamento del profesor, ambos muy silenciosos a pesar de que no había pasado nada para que aquel ambiente estuviese tan tenso, con todo listo y ya en casa, Toushiro se armo de valor para preparar una cena que él no sabía hacer, con algo de vergüenza compro un pequeño libro de recetas antes de encontrarse con Hyorinmaru, si debía cocinar lo haría sin arriesgar la salud de su comensal, ya listo abrió el libro y empezó a buscar una receta fácil y apetitosa, no tenía intenciones de hacer un pavo al horno o algo tradicional, quería salir de lo común y corriente pero a la vez impresionar a su profesor.

Esto esta difícil… - miro la receta una y otra vez, no era nada agraciado con la cocina. –

Te ayudo en algo?. – Hyorinmaru se apareció de repente tras él. –

Nooo... – escondió el libro pero con los nervios se le resbalo de los dedos así que cayó al suelo entre los pies de ambos. –

Si estaba nervioso, ahora estaba avergonzado, miro la expresión seria del peliacua cuando se agacho a recoger el libro, lo miraba con cara de no me lo puedo creer, ya vería como sus intenciones de hacer algo bueno se iban por el caño, estaba dispuesto a afrontar la burla pero lo que no vio venir fue la mano de su profesor posándose tiernamente sobre su cabeza, su rostro expresaba tranquilidad y hasta picardía.

No sabes cocinar verdad?. – coloco el libro en la mesa de la cocina. –

Lo recordaste…

No, solo era simple deducción al verte actuar. – alejo la mano de Toushiro. – te voy a ayudar un poco.

Pero… Kusaka fue quien me metió en este lio, yo no sé cocinar y nunca pretendí mentirle.

Trato de decir la verdad pero el hombre solo se volteo desinteresado en las palabras de Toushiro y paso a registrar un enorme gabinete que estaba junto a la puerta de la cocina.

Ponte esto. – le extendió un mandil color rosa con bordes de encaje blanco muy femenino. –

Quiere que use esto?. – miro la prenda con soberana preocupación. – esta hablando en serio?.

Si no quieres ensuciarte la ropa. – saco un mandil para el más sobrio de color azul marino y con un pequeño dragoncito pintado al frente de blanco. –

Diablos… - rezongo mientras se lo colocaba. –

Hyorinmaru se puso manos a la obra con la comida, parecía saber que hacer sin recordar muy bien la receta, quizás pequeños recuerdos de su gusto por la cocina regresaban como fugases llamaradas, cuando veía las cosas una y otra vez, cuando tomaba el mango del sartén o cuando veía de reojo como su alumno estaba parado cerca suyo pelando unas papas, no pudo negar en lo más hondo de su mente que aquel chico le inspiraba un no sé que el alma y sin mencionar el pequeño cosquilleo en el estomago que sentía cuando lo veía tan tierno parado a su lado y con ese mandil tan femenino, era gracioso el mirar la cara de vergüenza que adornaba a Toushiro en ese instante que se lo coloco.

Gracias por venir. – miro con serenidad al peliblanco. –

No tiene que darlas. – siguió pelando con dificultad aquel tubérculo escurridizo. – auht!!

Que paso?. – miro preocupado como el chico se sostenía su dedo índice con fuerza. –

Me corte… - miro su dedo con algo de dolor. –

Dame la mano.

Toushiro solo pudo quedar boquiabierto al ver lo que hizo su antiguo profesor, pensó que le vería la cortada y le pondría una bandita, pero nada más lejos de la realidad cuando vio como su dedo iba a parar a la boca de Hyorinmaru, sintió como un corrientazo le recorrió en segundos desde la base de su cuello hasta el final de la espalda, aquella sensación de la lengua del peliacua contra su dedo, agradeció que ese sensual contacto solo durara unos segundos ya que si hubiese durado más se habría desvanecido allí mismo por la impresión.

La saliva es buena desinfectante… por eso los animales se lamen las heridas. – soltó el dedo del chico con una sonrisa serena. –

Si... usted lo dice… - tartamudeo impresionado. –

Aquel pequeño altercado pronto se olvido y la cena quedo lista, ya eran las 9 cuando ambos estaban sentados a la mesa, mirando aquella pequeña cena elegante que Hyorinmaru recordó, tenían que celebrar por ello, con cada vivencia regresaba una fracción de sus gustos y su personalidad, de su pasado y de su presente. Pero mientras ambos cenaban, en otra parte de la cuidad, una hermosa mujer estaba parada en la entrada de un restaurante, vestía tan elegante para esa ocasión, su cuerpo escultural era resaltado con un hermoso traje negro a media pierna, sus pechos eran coquetamente cubiertos por un escote en forma de v, sus manos con algunas pulseras doradas y un extravagante anillo en forma de gato daban el último toque, su cabello largo estaba recogido para mostrar claramente el escote de su espalda que llegaba con precisión hasta su cintura, pero aquella mujer no estaba con rostro feliz, parecía preocupada por algo, miraba su reloj de pulsera una y otra vez mientras sostenía su celular nerviosamente.

Porque no llamas?. – miro la hora una vez más. – te matare si me dejas plantada Ishimaru.

Matsumoto quiso confiar en el después de algunos fracasos, llevaban unos dos meses saliendo sin intenciones mas allá de un buen sexo y una que otra cita, fueron novios pero ahora ella se sentía recelosa de dejar que su corazón se volviera a romper en manos de ese hombre, le había costado mucho llegar a estar feliz sola, pero otra vez estaba jugando el juego de Gin, otra vez cayó como una tonta en su trampa de seducción, quizás quería sentir a aquel hombre que la hizo feliz por un corto tiempo, hasta que se dio cuenta de que sus mentiras eran más que su felicidad. Donde estará Ishimaru?, quien sabe, pero mientras unos sufren de soledad, otros sufren de exceso de compañía.

El hogar de los Kurosaki era todo un alboroto, la casa al fin estaba terminando de ser adornada por todos, Isshin estaba prácticamente vestido de papa Noel, dando saltos de un lado a otro y con una bolsa a cuestas, lanzaban alaridos de villancicos mientras sus hijos se preguntaban cuando su viejo dejaría de actuar como un niño pequeño, Grimmjow tenia de invitada a su prima así que también Nell estaba armando lio junto con Yuzu, ambas se llevaban de maravillas y como eran tan sentimentales ante todo, el pobre de Ichigo era la victima perfecta a sus “instintos maternales desbordados”, Karin pareció cooperar más con su cuñado así que entre los dos acomodaron el arbolito y dieron unos toques con las luces que pusieron fuera de la casa, Isshin creía que ese año debía ser celebrado en doble por la venida de sus nietos y hasta ellos estaba alborotados con tanta emoción en aquella casa.

QUIEN QUIERE PONCHE!! – Isshin blandía con emoción una enorme ponchera con aquel líquido cremoso y con licor. –

Itsigoooo….. – Nell se sirvió para después llevarlo muy feliz a las manos del pelos de naranja. – toma!.

No puedo beber.

Porque?. – miro confundida al chico. –

Por los gemelos. – sonrió algo preocupado. –

Oh… a los bebes les da resaca?.

No… precisamente. – una gota de sudor resbalo por su frente, aquella chica sí que se le ocurrían unas cosas. –

A pesar del escándalo, todo aquel hogar estaba lleno de amor, pero aun Ichigo estaba molesto con su novio y su padre, ese pequeño incidente lo dejo muy indignado y a pesar de ser navidad casi no les dirigía la palabra.

Te sientes bien?. – Grimmjow se sentó al lado del peli naranja, no lo había visto levantarse de ese sofá en toda la noche. –

Solo estoy cansado. – ni si quiera volteo a verlo. –

Porque no te contentas conmigo?.

Puedes dejar el tema.

Creo que no merezco tu frialdad. – deslizo una de sus manos por el cuello de Ichigo. –

No me toques… - trato de alejarse de Grimmjow pero pronto este le estaba besando con pasión y lujuria, hasta olvido que estaban todos en la casa. –

EL REGALO DE NOCHE BUENA SE LO DAN EN PRIVADO!! – Isshin golpeo con su bolsa de santa la cabeza de ambos chicos. –

VIEJO!!.

Mejor vamos a cenar. – sonrió amablemente, era la primera vez que veía a su padre hablándole a Grimmjow sin insultos. –

Hicimos un pacto de no agresión mientras tu estés presente. – mascullo algo serio el peli azul. –

Creí que había bebido de más. – sus ojos se abrieron como platos ante la revelación. –

Contento?.

Claro que sí. – le dio un pequeño beso en la boca a su amante. – pero…

Nos mataremos a golpe si es necesario cuando tú no estés.

Lo supuse. – la alegría no le duro mucho pero la idea del pacto no estaba mala. –

Una cena llena de conversaciones, de alegría, con mucha comida para celebrar un momento de unión, en familia y con la seguridad de que el siguiente día todo sea para mejor, entre risas, comentarios sobre los gemelos, algunas discusiones transcurría la noche, pero en otra parte, también se celebraba mas en privado, Uryu y Ukitake estaban muy abrazados en el sofá de la sala, aquel hogar del peliblanco fue un refugio grandioso para pasar la primera noche buena verdaderamente navideña de Uryu, el reloj marcaban las 11 y pronto podrían darse sus regalos de noche buena, habían comido hasta reventar y ahora compartían un pequeño pero precioso pastel de chocolate con una capa blanca de merengue, sobre él se podía ver una casita hecha con galletas y dulces, aquel pastel había sido uno de los regalos para Ukitake que le gustaba mucho los dulces.

Ya no puedo más. – Uryu se recostó perezoso entre los brazos de su prometido. – estoy lleno.

Pero casi no has comido pastel. – le señalo la golosina casi completa sobre una pequeña mesa para café. –

Quieres hacerme engordar. – sonrió con felicidad. –

Podría… - dio unos pequeños besos en su cuello. – pero no precisamente de comida.

Ya hablamos de eso. – cerro los ojos al sentir como ahora la boca de Ukitake se deslizaba hasta su barbilla. –

Es que…. Cuando te veo así, tan lindo y frágil… muero de la curiosidad por saber cómo serian nuestros hijos. – poso sus labios sobre la mejilla de Uryu. –

Solo me faltan unos meses para graduarme, creo que puedes ser paciente.

No quieres repetir la historia de tu madre.

Lo de Ryuken fue diferente, yo te amo a ti y nunca te ocultaría un embarazo. – deslizo su mano por la cabellera blanca y aun corta de Ukitake. –

Sé que eres tan recto que serias incapaz de hacerme algo así.

Qué bueno que lo entiendes. – sonrió tranquilo. -

Y tu madre?. – Ukitake pregunto en tono curioso.-

Es Ryuken!... está en la clínica, su trabajo es lo único con lo que celebra, no sé cómo no puede sentir soledad.

Si la siente.

Eres demasiado sensible con todos.

Después de estar tan cerca de la muerte… la vida te da una segunda oportunidad, porque no darla a los demás también. – abrazo fuertemente a Uryu. – te quiero.

Yo también a ti.

Pero ahora vamos a comer más pastel!. – sin previo aviso unto dos de sus dedos con el merengue blanco que daba la sensación de nieve al pastel. –

Deslizo sus dos dedos con sensualidad por el borde de los labios enrojecidos de Uryu, aquel dulce y provocador contacto le invito a abrir la boca dejando que ambos dedos entraran, su paladar se lleno de sensaciones con aquel merengue dulce y cremoso, su lengua se deslizo provocativamente entre aquellos dedos, después de todo ese espectáculo ambos quedaron con ganas de jugar un poco más, se darían una parte de su regalo esa noche.

Tú eres mi regalo de navidad, de año nuevo, de cumpleaños, de enamorados…. Eres todo lo que alguien puede desear en la vida. – acerco su frente hasta quedar pegada contra la de Uryu. –

Llegaste en el momento exacto, solo puedo decir que conocerte fue lo más maravilloso que pude experimentar. – deslizo sus manos por la cintura del peliblanco. –

Un apasionado beso desencadeno todo aquel cariño que se tenían, un contacto solo podía traer otro más, las sensaciones de estar con la persona amada eran la mejor droga del mundo, en verdad que esa noche fue la navidad más increíble que pudo pasar Uryu en su vida, pero mientras unos dan rienda suelta a su amor, otros se ven frenados por el sentimiento a pecado, en un pequeño sofá estaba el cuerpo delicado y rendido de Toushiro, después de la cena ambos se sentaron a tomar ponche, conversaron de muchas cosas pero principalmente Toushiro le hablo de cómo había sido su etapa en la secundaria, como le había conocido y como ahora estaba otra vez conociéndolo, en verdad ambos pasaron un rato ameno, tanto que olvidaron la hora que era, la media noche llego para Shiro – chan pero este se había quedado dormido en el sofá, el ponche le había ganado la jugada contra el alcohol, solo un poco y le dejo aturdido al punto de caer dormido mientras conversaba con Hyorinmaru.

No me equivoque al pensar que eras especial. – camino hacia el sofá donde estaba el chico dormido. –

Con mucho cuidado le quito los zapatos, la pequeña taza vacía de poche que tenía entre sus manos y lo cargo con tal facilidad, era tan ligero como una pluma, con mucho cuidado camino con él en brazos hasta su habitación y lo deposito suavemente en la cama, Toushiro solo hizo unos pequeños quejidos de protesta al sentirse soltado de aquel agarre, se dio media vuelta en la cama dándole la espalda a Hyorinmaru, en ese justo instante el peliacua noto como algo sobre salía del bolsillo trasero del pantalón de Hitsugaya. Teniendo cuidado saco lo que era un celular, estaba ya sin baterías así que lo dejo sobre la mesa de noche para que el chico lo encontrara fácilmente al despertar.

No sé cómo me... me… pude olvidar de ti. – con algo de duda toco algunos mechones de los suaves y blancos cabellos de Toushiro. –

Sentía paz cuando lo veía así, era la primera vez que lo tenía tan cerca sin que el chico se sintiera avergonzado o molesto, era evidente que Toushiro no le gustaba que las personas se le acercaran mucho, pero por alguna razón sentía que con él era diferente, que en algún pasado que no recuerda el fue diferente, pero tan diferente hasta que punto?. Algo en su corazón se gestaba y era un cariño inmenso que despertaba sus deseos, ya no solo de amistad, de cariño entre conocidos, ahora sentía que algo dentro de el estaba creciendo a pasos agigantados, con solo mirarlo era evidente que deseaba tenerlo cerca, cada vez más cerca de él.

No sé si deba sentir esto por ti. – susurro con cuidado al oído de Toushiro. – eres tan joven.

A pesar del miedo deslizo su mano por el hombro del chico, su piel suave se dejaba ver entre la camisa que llevaba puesta, era tentador sin duda alguna pero pronto tuvo que alejarse de Toushiro, estaba perdiendo el control de la situación.

No puedo… no quiero que pienses mal de mí. – se mordió el labio inferior angustiado. –

Se estiro para relajarse de aquella sensación, cuidando de no hacer ruido se cambio la ropa por su pijama que solo eran una franela verde olivo con unos pantalones de dormir grises, dormiría afuera si era necesario para evitar que su cuerpo hiciera algo indebido, cuando estaba por tomar su manta y una almohada sintió un leve susurro proveniente de los labios de Toushiro, con cuidado se acerco al chico para escuchar lo que decía entre sueños.

No... no me dejes solo. – un mohín de tristeza adorno aquellas palabras del dormido Shiro – chan. –

Porque temes quedarte solo. – no pudo mas, tenía que abrazarlo o se volvería loco. –

Delicadamente se acostó junto al peliblanco, sus brazos se pasaron suavemente por la cintura de Toushiro apresándola lo suficiente para que aquel contacto fuera real, cerró los ojos y respiro profundo aquel embriagador aroma del chico, su mente estaba trayendo otros recuerdos apenas hizo eso, recordó parte de sus vivencias con Toushiro, lo mucho que lo admiraba por ser un chico fuerte e inteligente, recordó como le daba consejos y le apoyaba, en ese instante supo que lo que sentía no era nuevo, que ya antes se había enamorado de él y que esta era una segunda vez…

Profesor. – Toushiro abrió de golpe los ojos al sentir aquel calor rodeándolo suavemente. –

Profesor no…. Dime Hyorinmaru. - acerco su labios para al fin besar los de su ex alumno. –

Continuara…..

KIIIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!! LO BESOOOOOO!! LO BESOOOO Y RECORDO QUE LO AMABA DESDE HACIA TIEMPO ATRÁS!! TODO LO QUE PUEDE HACER EL AROMA, se dice que los olores son los mejores detonantes de los recuerdos, oler a Toushiro le despertó las hormonas!! Jejejeje!!, bueno, estoy muerta…. Cansada por escribir pero sé que este especial iba a quedar muy largo así que lo dividí en dos partes, y la próxima semana verán que mas pasa, donde se metió Gin y será triste… muy triste U.U, veremos también la noche buena de Renji y Byakuya, ellos se me quedaron por fuerita pero serán recompensados ya que de ellos no he hecho lemon….. Hace muchos capis y se lo merecen je je je. Con cariño para todos y un agradecimiento especial a tres chicas que me han dejado saber que no solo son fans sino amigas… Riona, Liho y Aurora… ustedes niñas son mi inspiración, muchas veces sus ideas me dan más que hacer y como esforzarme, gracia a las tres.

Próximo Capitulo:

Una noche buena para todos

Segunda parte.
Notas finales: GRACIASSSS POR LOS REVIEWS Y AHORA EL LUNES SUBO LA SEGUNDA PARTE, ESTARA MUUY BUENA!!.

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