Bleach no es mío, pertenece al brillante Tite Kubo - sama!!, alabado sea por crear algo tan magistral, pero regresando de los halagos, este fic es mi segundo desvarió de Bleach, espero les guste.
Advertencia: Mundo Alterno, no tiendo a usarlos pero esta vez me atreví un poco mas je je, Yaoi, claro está, y para rematar y aderezar la locura Mpreg XD, advertidos, no quiero quejas o cuentas para mí porque tuvieron que ir al psiquiatra!!. Por lo demás mucho humor y esperen lo inesperado.
Todo queda en Familia.
Capitulo 32
Una noche buena para todos.
Segunda parte.
Qué alegría podía significar recibir un presente, no importaba lo costoso, económico o extrañamente curioso que pueda ser, lo importante es el cariño con el que se entrega, así le pareció a Renji cuando miro nervioso como su amante se disponía a abrir el primer regalo que estaba bajo el árbol de navidad, Rukia a su lado en el suelo miraba expectante para saber que había comprado el pelirrojo para su Nii – sama, Renji había sido muy celoso de su regalo y ahora por fin sabrían que era.
- Ábrelo. – Rukia ojeo con curiosidad aquel paquete pequeño y rectangular en las manos de su hermano. –
- Esto es… - quito el envoltorio color rojo brillante con estrellas plateadas, después de ello abrió la caja que parecía para guardar joyas. –
- Que lindos!!. – Rukia miro impresionada el interior de la caja. –
Byakuya no sabía qué hacer exactamente con ese regalo que constaba de tres cadenas plateadas, cada una con un dije diferente, dos de tamaño grande y una más pequeña y delicada, con cuidado saco una de ellas y la miro seriamente, el dije redondo que colgaba de la cadena tenía una inscripción, solo un símbolo muy simple de leer.
- “amor”. – susurro para sí con impresión. –
- Te gusta?. – el pelirrojo tomo la cadena más pequeña de la caja. – esta es de la bebe… cuando nazca se la pondremos.
Byakuya estaba anonadado con aquel regalo, en otro momento de su vida habría dicho que era una soberana cursilería pero ahora, ayudado por las hormonas y más aun por su amor al pelirrojo y su hija se sintió muy feliz de aquel detalle, por su parte Renji tomo la cadena que correspondía al Kuchiki y se la coloco al cuello con total delicadeza, rozando aquella blanca piel con sus dedos pero repentinamente el brillo de un flash cegó a la pareja en un segundo.
- Yo también tenía que estrenar mi regalo. – sonrió divertida al tomar la primera foto de la pareja con la cámara digital que su hermano le dio. –
- Fotos no!. – Byakuya se cubrió el vientre con uno de los cojines del sofá. –
- Porque no, es un bello recuerdo de este día, la primera navidad los cuatro juntos. – tomo otra foto a su hermano. -
- Cuatro… - Renji se rasco la cabeza pensativo. – si somos tres.
- La bebe también cuenta.
Con esas palabras la pequeña morena saco una enorme cajota con un moño rosado, coloco aquel gran regalo en frente de su Nii – sama para que lo abriera.
- Este es para ti. – sonrió apenada. –
- Esa condenada caja tuve que cargarla por media Karakura!!. – Renji recordó lo titánica de aquella labor y sin embargo nunca supo lo que contenía. –
- Haz silencio!. – Rukia le segó con el flash de su cámara. – no interrumpas el momento.
- NO VEOOOO!!! – se restregó los ojos con molestia, esa luz lo dejo ciego por unos segundos. -
Byakuya abrió el paquete con solemnidad, su rostro no demostraba ni un ápice de asombro mientras desataba el moño rosado y rompía el papel de regalos, pero cuando al fin llego al interior de la caja su rostro paso de serio a uno realmente confundido.
- Te gusta!. – uso su cámara para tomar unas cuantas fotos de su Ni – sama con el regalo. –
- ……………. – Byakuya saca de la caja un enorme, afelpado y rosado conejo de peluche. –
- Es lindooooo!!! Se llama chappy y será el compañero perfecto para la bebe.
- Un conejo de peluche!. – Renji miro el objeto con rencor. – eso le causara alergia!
- Es antialérgico!. – otra vez le disparo el flash directo en la cara de Renji. –
- NO HAGAS ESO!!. – ya no estaba ciego, ahora veía estrellitas por todos lados. –
Ambos empezaron una discusión sobre lo malo o bueno de aquel enorme peluche para la bebe mientras Byakuya lo observaba meditativo, le tocaba los ojos, la nariz, el pelaje suavecito y esponjado, hasta se lo acerco a su rostro para sentirlo.
- Me gusta. – sentencio fríamente. –
- EN SERIOOOO!!! – gritaron Rukia y Renji a la vez. -
- Mejor abre tu regalo. – el moreno extendió una caja grande frente a Renji, quería desviar la discusión del peluche. –
- Que será!!... – batió la caja con sus manos emocionado. –
- NO LE HAGAS ASI!! . –Byakuya estaba que se moría al ver como trataba el regalo. –
- Lo siento je je je. – con algo de pena comenzó a abrir la caja para ver su contenido. – OHHHHH!! UNA CAMARA DE VIDEO!.
- No sabía en verdad que darte. – se apeno un poco al sentir como Renji le besaba la mejilla en señal de agradecimiento. -
- Pensante en grande, con esto filmare el parto!!.
- Si te atreves a hacer eso te matare. – un aura negra ensombreció el rostro de Byakuya mientras sus ojos centellaban malignidad en grande diciendo aquellas palabras. –
- Está bien. – el pobre susurro aterrado. -
Los regalos fueron muy bien recibidos y la alegría regreso cuando Renji juro por su vida que no usaría su regalo para filmar nada que tenga que ver con el nacimiento de su hija, ya pensara como dejar recuerdos de ese memorable acontecimiento que ocurrirá en 4 meses. La noche siguió su ir y venir cuando el reloj anunciaban ya la una de la mañana, Rukia se había quedado dormida en el sofá sujetando muy feliz la cámara que le regalo su hermano, Byakuya recogía los papeles rotos de los regalos y ponía un poco de orden antes de irse a dormir, estaba cansado y solo deseaba poder acostarse pero en la mente de su amante pelirrojo otra idea se le vino con el regalo que le dieron.
- Dejamos a Rukia allí?. – miro a su cuñada rendida en el sofá. –
- Desde niña se quedaba dormida así. – busco una manta para cubrir a su pequeña hermana. –
- Y nosotros?. – se deslizo por detrás de Byakuya, con mucho cariño quito aquella cabellera negra de su cuello para poder besarlo. – la cadena se ve realmente bien en tu cuello.
- Y no vas a usar la tuya?. – se dejo besar tiernamente aquella sensible zona. –
- Pónmela. – sonrió satisfecho con el detalle. –
Después de cubrir a su hermana con la manta busco su regalo para sacar la cadena que pertenecía a Renji, con algo de dificultad se puso en las puntas de los pies frente al pelirrojo tratando de llegar a su cuello mientras veía aquella mirada dulce que le daba Renji, no sabía en verdad cuando se enamoro perdidamente de él, pero lo que si sabía muy bien es que estos momentos eran los más felices de su vida después de haber sufrido tanto con la muerte de su esposa y todo aquel terrible pasado que lo condeno a la soledad por años, aunque todo ahora era muy diferente a lo que imagino para su futuro, muy diferente pero increíble.
Su mente se sintió volar, los pensamientos buenos, los malos, los recuerdos y ahora la felicidad, sintió como aquel abrazo se hacía más estrecho cuando al fin pudo colocar la cadena en el cuello de Renji, su boca se encontró con otra, sus corazones se unieron en un fogoso deseo de sentir más, con mucho cuidado el pelirrojo paso su brazo derecho de la cintura a las piernas de Byakuya, en un segundo lo había levantado en brazos como si fuera una novia.
- Esto es cursi. – susurro al oído de su amante. –
- Pronto dejara de ser cursi para volverse maliciosamente divertido. – desvió la mirada hacia su cámara de video. – tengo una idea.
- Quieres más regalos de noche buena. – paso sensualmente su lengua por el lóbulo de la oreja de Renji. –
- Quieres dejar un recuerdo a la posteridad?. – camino con Byakuya aun en sus brazos rumbo a donde estaba la cámara sobre la mesa del comedor. –
- Si te refieres a la posteridad como solo tú y yo. – ahora su boca se apodero de su oreja con pequeños mordiscos. –
Ambos estuvieron de acuerdo en estrenar la cámara haciendo una travesura, con paso rápido Renji subió a su compañero hasta la habitación para después depositarlo en la cama con suma suavidad, paso siguiente busco un lugar estratégico para colocar la cámara, aquel improvisado video sería una experiencia divertida. Con una precisión mortal Abarai coloco la cámara sobre una repisa alta donde se enfocaba toda la cama sin nada de perdida.
- Ahora olvidemos que está allí. – se lanzo a la cama quitándose la camisa rápidamente mientras Byakuya le detuvo de seguir haciéndolo. – qué pasa?.
- Porque mejor no puede ser al revés, Ser más cuidadosos… este video puede aliviarnos en un futuro.
- AMO TUS HORMONAS!! – sonrió feliz al ver que el Kuchiki estaba muy desinhibido últimamente. –
- Mejor ámame a mí. – con la mirada puesta sobre el pecho descubierto de Renji, empezó a deslizar su mano por todo sus tatuajes, provocadoramente lento, sintiendo cada curva de sus músculos bien definidos, aquel hombre le volvía loco, tenía un cuerpo de adonis digno de ser tocado a toda su plenitud. –
- Con todo gusto. – deslizo su camisa poco a poco fuera de su cuerpo, mientras sentía las manos de Byakuya jugando con su torso provocadoramente. –
Su cuerpo estaba al límite, veía a su compañero allí sentado frente a él dándole no solo caricias, le gustaba que Byakuya fuera dominante a veces, las mejores cosas que podía sentir era cuando el Kuchiki le demostraba toda su pasión con acciones, y allí iba otra vez ese sentimiento de dejarse querer, mirando con lujuria como sus pantalones eras desabrochados lentamente por las blancas manos de su amante, botón a botón era soltado con suavidad, sentía el aliento de su boca sobre su abdomen, sus labios besando cada parte de piel conquistada hasta que ya no había más murallas que no dejaran en libertad la excitada masculinidad del pelirrojo, aquello era un verdadero regalo de noche buena.
- Déjame ayudarte… - mientras Byakuya deslizaba sus manos sobre aquel palpitante miembro, Renji se dedico a desvestirlo también. –
- Me vuelves loco… - gruño suavemente al oído de Byakuya mientras deslizaba su camisa fuera del mismo. –
- Hazme tuyo. – sus manos continuaron aquellas caricias bajando y subiendo suavemente. –
- Será todo un placer. – beso una y otra vez aquel hombro descubierto, sus dedos bajando poco a poco la camisa hasta que esta quedo tirada a un lado de la cama. – recuéstate.
Sus ojos, sus hermosos ojos azul grisáceos brillaban más que nunca, sus mejillas blancas estaban ahora realmente sonrojadas por aquel acto, sus labios tentadoramente rojos y entreabiertos le invitaban descaradamente a besarlos una y otra vez, con suavidad poso su mano sobre aquel vientre abultado a simple vista, con casi 5 meses era evidente su existencia, sus dedos le recorrieron suavemente y sin lujuria, solo cariño había en aquellas caricias, pero pronto desvió su atención hacia otra zona del cuerpo del Kuchiki, poso su boca sobre su cuello delgado bajando poco a poco en medio de besos y lamidas, deslizándose hasta uno de sus pezones, aquel acto solo hizo que el moreno curvara su espalda por la sensación, su cuerpo era un manojo de emociones dispuestas y desenfrenadas, sus manos pasaron a recorrer la negra cabellera de su amante mientras seguía jugando con su pecho, pequeños gemidos se escapaban de sus labios, palabras cortas que significaban tanto.
- Tócame. – gimió con fuerza al sentir como una de las manos de Renji se deslizaba descarada entre la ropa interior de su amante. –
Una sola sonrisa fue la respuesta a la petición, después de ello aquellos pantalones y su ropa interior fueron arrojados lejos de la cama, con agilidad el pelirrojo se movió hasta quedar entre las piernas de Byakuya, rozando sus labios por todas ellas desde la punta del pie hasta su bajo vientre pasando otra vez sobre aquel excitado miembro solicitado de cariño, con delicia lo engullo una y otra vez, moviéndose con el ritmo que le indicaban las manos de Byakuya sobre su cabeza, aquello solo logro que mas sonidos placenteros se sintieran por doquier, un poco mas y el placer llego a su límite, se sintió en el paraíso mientras Renji aun seguía jugando con su lengua como si se tratase de una golosina, los espasmos, el cosquilleo en todo su cuerpo fue la gloria, solo pudo quedar tendido en esa cama respirando acelerado con sus mejillas encendidas y su garganta seca de tanto gemir.
- Esos sonidos tuyos son como música para mí. – beso tiernamente la frente bañada en sudor del Kuchiki. –
- Sigamos… - respiro entrecortado y deseoso de continuar aquel acto de pasión. –
Con mucho cuidado Renji tomo las caderas de su amante y lo hizo girar hasta quedar de lado, serian más creativos que de costumbre, con un rostro nuevamente lujurioso tomo la pierna izquierda del moreno y la llevo hacia delante lo suficiente para que su cuerpo alcanzara aquel lugar deseado, mientras su mano derecha sostenía aquella pierna, su otra mano se deslizo por entre los muslos del Kuchiki, suavemente hasta abrirse paso en su interior, un gemido ronco le confirmo que estaba tocando el lugar correcto, aquel juego duro poco ya que ambos estaban realmente deseosos de pasar al siguiente nivel, con mucho cuidado y deseo Renji se deslizo en el interior de su amante, otra vez en el paraíso, sentir aquel cuerpo cálido estremecerse con sus movimientos, sus caderas empezaron a balancearse suavemente, poco a poco al principio para después ir aumentado el ritmo que impartía sus deseos, otra vez gemidos, susurros, sensaciones inequívocas de amor y placer, con cada embestía sentía como el pelirrojos se adentraba mas y mas en el, aquel punto lo volvía loco, un poco mas y pronto llegarían al clímax otra vez, con rapidez, acelerando el ritmo aquel orgasmo llego, justo a tiempo para después descansar satisfechos y muy abrazados uno del otro.
- Hay que… esconder esa cámara. – susurro el Kuchiki con debilidad antes de caer rendido todavía en brazos de Renji. –
- Mañana, ahora descansa. – deslizo su mano por el vientre desnudo de Byakuya. – buenas noches princesa.
El amor reina en muchos lugares después de la celebración, luego de las comidas, los regalos y los demás detalles, pero a veces las cosas que se hacen en un momento de pasión pueden no ser las mejores decisiones en la vida, luego de aquel beso inesperado Toushiro quedo paralizado en la cama, notablemente incrédulo y perturbado por aquel acontecimiento repentino, su corazón latía a mil por hora y su cuerpo parecía desvanecerse al mirar a la persona que le robo ese beso.
- Lo… lo siento... no quise... – Hyorinmaru se puso de pie rápidamente para alejarse de Toushiro. –
- Porque?. – difícilmente logro sacar esa palabra de su boca. –
- Porque, porque… recordé que te quiero. – bajo la mirada consternado, aquella revelación era tan difícil de decir. –
- Me quiere?. – sus ojos se abrieron más aun. – me quiere?.
- No… lo tomes a mal, no pienses que soy una persona extraña por sentir esas cosas hacia un chico como tú!. – se dio media vuelta rumbo a la ventana de la habitación. – seguro piensas que soy una escoria.
- No lo es. – bajo la guardia un poco aliviado por aquellas palabras. – no eres una escoria por querer.
- Pero fui tu profesor!... fui un ejemplo para ti. – reclino su frente de aquel vidrio frio de la ventana. –
- Todavía lo es. – se arrimo un poco hacia la orilla de la cama. –
- Tu solo me debes ver como un padre… - suspiro audiblemente. – soy un tonto al pensar que solo recordando que te quiero… me corresponderás.
- No lo veo como un padre, nunca lo he visto como un adulto más de este podrido mundo, yo le veo con otros ojos... – se puso de pie y camino poco a poco hasta Hyorinmaru. –
- Toushiro. – se dio media vuelta incrédulo por las frases que salían de aquellos labios. –
- Yo… yo también siempre añore escuchar de su boca que me dijera que me quiere. – sus mejillas se sonrojaron ante su verdad oculta. –
- Aunque sea mayor que tú?.
- La edad no importa, acaso no recuerda que siempre me reconfortaba con esa frase.
- No podemos… - se llevo las manos a la cabeza, estaba en una encrucijada de moral contra amor. –
- Ya no soy un niño - dio un paso más hasta quedar frente al peliacua. –
- Yo… - sus manos deseaban abrazarle con fuerzas pero se sentía que pecaba con solo querer tocarlo. –
- Yo deje mi inocencia un día, perdí mi dignidad otro y solo me quedo esto que usted ve. – su ojos solo podían expresar temor por ser rechazado. –
- Toushiro… - con mucha dificultad extendió sus brazos para rodear al peliblanco en un fuerte abrazo. –
- No me suelte. – susurro como un chiquillo necesitado de amor.-
- No lo hare. – estrecho mas aquel contacto entre ambos. –
Una gama más grande de recuerdos se agolparon en su cabeza, como era posible que el solo decir lo que sentía le liberaba de su olvido, como el acto más simple y puro de revelar su corazón le daba paz a su mente, era inevitable que este momento llegaría, sentía que debía cuidar a aquel chico pero no sabía de quien o de que, solo podía percibir un alma dolida y herida como una frágil paloma, podía sentirlo temblar bajo sus brazos, podía verle con ternura y cariño, se retuvo a sí mismo de ser más atrevido, el amor podía esperar, ahora ese chico lo que necesitaba era cariño y un hombro donde desahogarse.
- A que le temes?. – como deseaba preguntar eso desde hacía días. -
- A mí mismo. – el peliblanco sentencio suavemente y con firmeza. –
- Porque?.
- Porque no puedo salir yo solo de un hoyo podrido donde he caído…
- Como alguien tan inteligente como tú puede caer en un sitio como el que dices.
- No es un sitio…. Es un alguien. – bajo la mirada apenado. –
- Toushiro, ese alguien te ha lastimado?. – se agacho para quedar cara a cara con su ex alumno. –
- Yo lo permití. – no quería ahondar en el tema pero su corazón estaba gritando por soltar esa carga llamada Gin Ishimaru. –
- A veces uno no sabe cuando está en algo malo hasta que ya es tarde. – acaricio con suavidad la cabellera blanca del joven. –
- En verdad le da miedo estar conmigo… y tiene razón para estarlo, yo no soy lo que usted cree.
- Pero Toushiro. – intento sujetar su mano con suavidad. –
- Mejor me voy. – se alejo rápidamente de su ex profesor, su mente estaba hecha un caos con tantas cosas sucediendo a la vez. –
- Espera!. – trato de hacerlo regresar pero no pudo, no podía obligarle a algo que el chico no quería. –
- Gracias por la cena y la noche de hoy… - tomo sus zapatos y salió lo más rápido que pudo del apartamento. -
Porque huía de lo que más deseaba su corazón?, porque sintió tanto miedo de expresar su amor a alguien que estaba seguro le correspondería?, porque sentía terror de que alguien más supiera de su sucia relación con Ishimaru?, no tuvo tiempo de si quiera pensar hacia donde corría a esas horas de la madrugada, camino a paso apresurado abrazado a sí mismo para mitigar aquel horrendo frio de la noche, perdido entre esa maraña de calles solitarias camino pensativo y triste, en verdad le hubiese gustado quedarse en casa de Hyorinmaru pero con ello su antiguo profesor se daría cuenta de que su alumno ejemplar ya no era tan inocente como le pensaba, ya su mente y su cuerpo habían sido profanados por alguien muy diferente a él.
Una lagrima hizo el intento de caer pero en seguida lo evito, sus mejillas ardían por el frio pero seguiría divagando mentalmente hasta que se dio cuenta que sus pasos le llevaron hasta el parque público de Karakura, quería mas soledad de la que ya sentía, era como un castigo a su cuerpo pequeño y entumecido por el frio a pesar del abrigo grueso de lana que llevaba consigo, sus pasos se perdieron entre árboles secos sin una sola hoja en sus ramas y bancas heladas, su camino culmino cuando llego a un pequeño recinto cubierto, era una especia de casita sin paredes, solo con un hermoso techo de tejas rojas y una cerca de hierro forjado para darle la sensación de privacidad, en ese lugar los novios tendían a conversar muy juntos y los niños jugaban a un castillo que proteger pero ahora ese pequeño lugar recibía un visitante desolado y entristecido, con paso lento subió las pequeñas escalinatas que le permitían llegar dentro, con ojo curioso noto que no estaba solo, en el fondo de aquel lugar una figura estaba sentada de espaldas a él, cubierta con un abrigo muy grueso de color blanco, por cómo se veía, aquel desconocido era una mujer, sus cabellos naranjas resaltaban más aun con el color de su abrigo.
Pensó en irse pero la curiosidad de saber el porqué alguien en medio de ese frio y esa noche especial venia como él a sentarse a pensar fue muy grande.
- Disculpe… - se acerco unos pasos a la figura del abrigo. –
- Tu… - se dio media vuelta con curiosidad al escuchar la voz de Toushiro. –
- La secretaria del rector… - sus ojos se abrieron enorme al reconocer a aquella mujer. –
- No deberías estar en tu casa celebrando con tu familia. – volvió su mirada con un aire triste. –
- Debería preguntar lo mismo. – se sentó en el otro extremo de aquel banco donde estaba Matsumoto. –
- No quiero hablar de cosas malas. – suspiro débilmente. –
- Igual. – se abrazo a sí mismo por el frio. –
- Es mucha casualidad encontrarnos aquí y en estas circunstancias.
- La vida es irónica. – el peliblanco bajo la mirada al suelo. –
- Te dejaron plantado?. – pregunto en tono curioso. –
- No.
- Qué bueno, porque nunca debes dejar plantada a una dama, jamás…. Porque… - apretó con rabia su celular. – porque te ganaras su odio para toda la vida.
- Te dejaron plantada. – lo dijo sin muchos interés. –
- No tienes ni un poquito de tacto. – estuvo tentada a jalarle las orejas a Shiro – chan. –
- En verdad me aleje de mi felicidad. – susurro para sí con temor. –
- Qué triste se escucha eso. – acorto la distancia entre ambos. – creo que no nos conocemos muy bien pero volveré a presentarme, soy Matsumoto Rangiku y tú?. – extendió la mano para que Toushiro la tomara. –
- Hitsugaya Toushiro… - apretó la mano delicada de aquella mujer. –
- Toushiro… Toushiro… Shiro – chan!! – sonrió con felicidad. – así te apoda.. – su rostro de felicidad se borro por completo al recordar a Gin. – olvida lo que dije.
- Ese desgraciado… - mascullo molesto por recordarlo también. –
- Y… vives cerca de aquí?. – no escucho aquel comentario del peliblanco. –
- No.
- Yo sí. – se acomodo un poco su cabello. – quieres ir a beber sake!.
- SOY MENOR DE EDAD, NO BEBO!!. – le grito con molestia. –
- Gomen… - saco la lengua con pena. – me caes realmente bien pequeño Shiro – chan.
- ES TOUSHIRO!!. – se sonrojo por el apodo, aquella mujer le sacaba de quicio fácilmente. –
- Me gusta más Shiro – chan. – desvió la mirada hacia el cielo nocturno. – qué noche la que hemos vivido verdad?.
- Si… - centro sus ojos en una de las estrellas más grandes y brillantes del cielo. –
- No puedes beber sake pero que tal un chocolate caliente?, no tengo ganas de sentir más lastima por mi y se me congelo el trasero en esta banca!!
Toushiro solo dejo correr una enorme gota por su frente, conocía muy poco de Matsumoto pero con solo escucharla se sintió un poco menos solo esa noche, quizás le aceptaría la invitación del chocolate y pensaría mejor si continuar su vida como hasta ahora o atreverse a cambiar su mundo por el amor de Hyorinmaru.
Continuara…
Como me gustan ellos dos, juntos son muy divertidos a pesar de que ambos estaban muy tristes XD, deseaba ese encuentro y perdón por no poner donde esta Gin, en el próximo capítulo lo sabrán y creo que no les gustara lo que pasara err…. Una venganza es segura y clínex a la mano porque Toushiro sufrirá una cuota mas antes de encontrar la felicidad, fiuuuuuuu!!! ( sone como Fay – san XD)… mejor olvidar eso que no tengo ganas de pensar en el mago porque me dan ganas de hacerle un lemon junto a Kurogane!! Algún día me dignare a inventarme una con ellos, me encantan!! Pero regreso al tema de Bleach, les tengoooo el regalo de navidad adelantado y como obsequio por leer el especial de navidad!!, lea dos capítulos y lleve un fanarft gratis!! Aproveche la oferta hasta que se agote la existencia o hasta que su autora decida quitarlo ( ojo no lo voy a quitar, es broma! ) pero ando de muy buen humor, como se nota que ya los hormonas no me están controlando U.U, bueno el link del fanrt esta abajo!! Entren y vean, que solo diré que está hecho basado en una parte del fic, la entrega de regalos en casa de Byakuya. ME QUEDO REMONO!!! CADA VEZ QUE LO VEO ME ENAMORO MAS!! XD…. Ya dejo de hablar soquetadas y me despido hasta el próximo capi, no olviden ver el FANART!! NO LO OLVIDEN!!!! Y me comentas que tal, y no olvido el de Ichigo que ya hice y que será revelado el día que nazcan los gemelos!!.
Próximo Capitulo:
De regreso a la rutina.
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