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Todo queda en Familia por RAMSIN

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Notas del capitulo: Escribire una nueva historia en tu piel...
Bleach no es mío, pertenece al brillante Tite Kubo - sama!!, alabado sea por crear algo tan magistral, pero regresando de los halagos, este fic es mi segundo desvarió de Bleach, espero les guste.

Advertencia: Mundo Alterno, no tiendo a usarlos pero esta vez me atreví un poco mas je je, Yaoi, claro está, y para rematar y aderezar la locura Mpreg XD, advertidos, no quiero quejas o cuentas para mí porque tuvieron que ir al psiquiatra!!. Por lo demás mucho humor y esperen lo inesperado.


Todo queda en Familia.
Capitulo 41
Tu cuerpo es mi templo.



Aquel encuentro de Isshin y Ryuken solo logro desatar la verdad, gracias al cielo para Uryu y Ukitake que todo salió a pedir de boca e Isshin resulto ser un hombre con un gran corazón capaz de perdonar aquel hecho que le ocultaron por 20 años, pero en el fondo Isshin se vengaría a su manera, amaba a Ryuken y sabia que ese desenlace no solo quedaría en meras formalidades de padre e hijo, debía lograr que el peli plata regresara totalmente a su brazos, poco a poco lo conseguiría pero ya tenía una excusa perfecta para meterse en su vida nuevamente y esa era su hijo Uryu.


Las conversaciones posteriores al encuentro solo fueron para reforzar algunas ideas sobre cómo le harían de aquí en adelante para presentarle a sus medios hermanos y cuñado, Ryuken decidió que debían reunirlos en su casa, una cena para decir la noticia y de paso celebrar el pronto casamiento de Uryu y el nacimiento de los gemelos de Ichigo. La mañana siguiente a esa reveladora reunión del día de los enamorados Uryu estaba un tanto preocupado por las represalias que podría tomar su “madre” hacia él, como mínimo le armaría un gran lio así que esa mañana estaba preparado psicológicamente para enfrentar su castigo por revelar la verdad.


- Buenos días. – se encontró a Ryuken sentado en la cocina leyendo el periódico matutino junto a una taza de café. –
- Siéntate. – dejo su lectura apenas le vio entrar a la cocina. –
- Ya me vas a regañar por lo de ayer. – se acomodo los lentes con seguridad. –
- No.
- No?.
- Te voy a dar un consejo. – miro con serenidad a su hijo. – no vuelvas a tomar mis cosas sin permiso.
- Te refieres a la foto?. – se sentó rápidamente frente a Ryuken. –
- Así es. – ya dicho lo que quería, volvió a leer su periódico. –
- Solo me vas a decir eso?, no estás enfadado conmigo por todo lo que paso?.
- Ya te dije que no lo estoy.
- Ryuken…
- Soy tu madre.
- Ya lo sé. – mascullo incomodo por esa palabra. –
- Tarde o temprano debía saberse, tu solo diste el paso final, a tu manera pero lo hiciste.


Uryu entendió que Ryuken le decía “gracias” entre líneas, era evidente que le quito un peso de encima y le abrió las puertas al amor de Isshin por segunda vez, pero jamás de los jamases vería a su madre dándole las gracias de palabra, primero muerto que decir que se equivoco. Ahora Uryu se sentía mejor consigo mismo y con sus padres, solo debía dedicarse por completo a planear su boda junto a Ukitake, ningún contratiempo se veía en el horizonte pero uno nunca puede dar por hecho las cosas a futuro.


En otra parte de la cuidad, mas precisamente en casa de los Kuchiki, Byakuya experimentaba lo que era el terror mismo, estaba petrificado frente a su hermana, jamás imagino que sus ideas terminarían causándole desde angustia hasta un tic nervoso en el ojo, por más que la pobre chica solo quería ayudar a su hermano con las cosas de la bebe, no logro el efecto deseado en su querido Nii – sama.

- Te gusta?. – pregunto en tono inocente al ver como Byakuya no decía ni una sola palabra. –
- No son muchos conejos?. – Renji se asomo tras el hombro de su amante para poder ver también dentro de la habitación de la futura bebe. –
- No lo son!. – camino dentro de la habitación con sus ojos llenos de estrellitas e ilusión. – SON CHAPPYS!! MUCHOS CHAPPYS PARA LA BEBE!.


Y se preguntaran porque Byakuya esta que cae de espaldas allí mismo, Rukia se dio a la tarea de decorar ella sola la futura habitación de su sobrina, no había permitido que ni Byakuya entrara a esa habitación en semanas, todo lo escogió ella con cariño y una extraña obsesión por los conejos, había muchos pero muchos animalitos de esos en el papel tapiz rosa pálido de la pared, en las cortinas blancas con encajes rosados, en los cuadros infantiles que colgaban de las paredes, hasta en las puertas del closet había cientos de conejitos esponjosos y rosados saltando por un verde prado como si tuviesen vida propia, aquel lugar parecía el planeta de los conejos.


- Son… demasiados. – susurro Byakuya con impresión, aquello era imposible de ver sin quedar traumado. –
- Y MIREN ESTO!. – sin previo aviso apago las luces de la habitación dejando ver que hasta en el techo había conejos fluorescentes que brillaban en la oscuridad. –
- La bebe tendrá pesadillas con conejos. – Renji miraba boquiabierto al techo. –
- Que dices Nii – sama?, te gusto el regalo?. – sonrió con total felicidad.-
- Conejos… - solo pudo decir eso una vez mas mientras miraba a esos peludos animalitos invadiendo la habitación de su pobre hija. –
- No compre la cuna ni los muebles porque no encontré unos que me gustaran. – se cruzo de brazos triste. –
- Yo… me encargare de eso. – el Kuchiki salió de la habitación con un tic nervioso en el ojo. – conejos.
- Quedo impresionado!. – Rukia despedía corazones de felicidad por ver a su hermano muy complacido, o eso creyó ver. –
- No sería mejor si sacaras algunos de esos conejos?. – el pelirrojo señalo los del techo con su dedo. –
- Estas envidioso de que logre impresionar a mi Nii – sama. – salió de la habitación muy segura de que todo se quedaría así. –
- Parece que se reproducen cuanto más los vez!. – Renji salió muy asustado de la habitación. –


Veremos cómo le hace Byakuya para no herir los sentimientos de su hermanita ya que esos conejos no podrán convivir con la bebe, aquello era para terminar odiando los conejos, pero Byakuya no solo los vera en la habitación, también le saltaran con cada detalle que le de Rukia para la niña siempre.


- Byakuya?. – Renji logra encontrarlo sentado muy serio en su cama. –
- Tenemos que cambiar la decoración de esa habitación. – sentencio con desanimo. –
- Y como pretendes exterminar a los conejos?.
- No lo sé. – agacho la cabeza frustrado, debía hacerlo sutilmente por su hermana. –
- Qué tal si vamos a ver las cunas y nos damos una idea en el camino?. – paso su brazo por encima del hombro del Kuchiki. –
- Podría ser. – sentencio un tanto más animado. –

Después de aquel encuentro furtivo de media noche en la cocina, al Kuchiki le había mejorado un tanto el ánimo y no se notaba tan estresado o molesto y por supuesto que eso era equivalente a que Renji fuera feliz otra vez, pero las hormonas atacan cuando uno menos se lo espera. Pasaban de las tres de la tarde cuando la pareja decidió entrar a una conocida tienda de bebes, era la misma donde meses antes Byakuya dejo noqueado a su compañero por hablar del “tema prohibido”, esta vez el Kuchiki no estaba tan a la defensiva, con un prominente vientre de algo más de 6 meses era evidente que no podía ocultar nada con la ropa que cargaba así que se resigno a las miradas curiosas y extrañas que le daban algunas personas cuando le veían caminando por el centro comercial junto a Renji, pero el pelirrojo sí que estaba inmunizado contra el qué dirán, si fuera por el estaría paseando agarradito de la mano de Byakuya pero eso era pecado para el Kuchiki frente a tanta gente, las muestras de cariño se daban en privado y solo en privado.


- Que vemos primero?. – Renji miro todo el lugar con seriedad, debía ser cauteloso con lo que le dijera a Byakuya dentro de allí. –
- Estoy pensando. – camino silencioso por medio pasillo seguido de un preocupado pelirrojo. –
- Mira esto!. – se separo de Byakuya para ver curioso hacia donde estaban los coches para bebes. –


El moreno no le siguió el paso ya que estaba más interesado en ver que cuna podía llevarle a su hija, sin importarle mucho dejo a Renji hablando solo ya que su curiosidad le llevo hasta donde estaban muchas cunas de distintos tamaños, colores y diseños, era un espectáculo a la vista de quien fuera.


- Porque tienen que tener tantos detalles… - miro seriamente una de las cunas que estaba prácticamente pintada toda de rosado con muchas flores de colores. –


Ninguna le gustaba, para el todas eran demasiado ostentosas o exageradas, Byakuya solo quería algo sobrio y simple, que la utilidad fuera lo primero y no el compendio de adornitos tontos y cursis a su parecer. Estaba muy distraído mirando cuando sintió que alguien se le acercaba por detrás repentinamente.


- Hola!. – una pequeña voz lo hizo voltear de inmediato. –
- ……….. – Byakuya noto que aquella vocecita pertenecía a pequeña niña. –


Típico de él, hizo caso omiso al saludo de la niña y siguió caminando como si nada, estaba más al pendiente de buscar su cuna ideal pero otra vez esa pequeña le siguió el paso y esta vez se le atravesó al frente de Byakuya sorprendiéndolo una vez más.


- Estas buscando una cuna para tu bebe?. – una enorme sonrisa adorno el rostro de la niña. –


El moreno no supo que contestar, estaba un tanto impresionado por la pregunta y más aun cuando miro con más detalle a la niña, estaba seguro que no debía tener más de 6 años, su piel era blanca y su largo cabello estaba recogido en dos coletas, llevaba puesto un vestido blanco muy veraniego con algunas margaritas estampadas en el borde del mismo.


- Estas sola aquí dentro?. – la curiosidad de saber de donde había salido la niña le gano a su característica falta de interés hacia los demás. –
- No, mis papas vinieron a ver algo para mi hermanito. – su sonrisa era un poema a la felicidad. –
- No deberías estar alejada de ellos. – dio un vistazo rápido a ver si veía a los padres de la pequeña desconocida. –
- No me perderé, sé muy bien donde están. – dio algunos pasos hasta detenerse frente a una de las cunas. – me gusta esta.


Byakuya la siguió pensando en lo irresponsables que eras los padres de esa criatura para dejarla vagando sola por una tienda tan grande, su mente estaba muy metida en ello hasta que sintió como la mano de la niña le jalaba de la ropa para que le prestara atención.


- No deberías hablar con extraños. – miro serio a la pequeña que estaba distraída observando la cunita que le gustaba. –
- Usted no es un extraño. – jalo un poco más de las ropas de Byakuya. – le gusta esta?.
- La cuna?. – miro con impresión la cuna que le mostraba la desinhibida desconocida. –
- A mí me parece muy linda para su bebe. – sin pena alguna poso su mano sobre el vientre del moreno. – es una niña?.
- Como… - su mente no podía entender como esa pequeña le trataba de manera tan familiar. –
- Estoy segura que le gustara, a mi mama le gusto la que escogí para mi hermanito. – tan rápido como puso su mano la quito. – como se llamara?.
- Haces demasiadas preguntas. – sentencio con seriedad. –
- A mí me gusta un nombre… pero como mi mama tendrá un niño no puede ponérselo porque es un nombre de niña.


Aun impresionado escucho atentamente a la niña, estaba empezando a quedar encantado por la personalidad de la misma, era una pequeña muy simpática pero a la vez inteligente, tenía una enorme sonrisa y su madurez para la edad que tenía era envidiable, tan distraído estaba que no hizo caso a la voz de Renji, este estaba cerca de él llamándolo para que fuera a ver algunas cosas más.


- Su esposo lo llama. – señalo con su dedo hacia el pelirrojo que estaba a unos metros de él. –
- No es mi es… - suspiro audiblemente, esa niña sacaba conclusiones muy rápido. –
- Pero le gusto la cuna que le dije?. – desvió la mirada hacia ella. –
- Si, quizás la lleve. – se sintió tentado a poner su mano sobre la cabeza de la pequeña, era tan linda después de todo. –
- Su bebe estará muy contento en ella.
- Una pregunta. – tenia la curiosidad de saber porque la niña no le asombraba en lo mas mínimo saber que era un hombre en estado. – sabes que soy un hombre verdad?.
- Como mis papas. – se encogió de hombros tranquilamente. –
- Tu mama… - temía preguntar algo tan personal y privado a una niña. -
- Es como usted. – sonrió muy contenta. – debo irme, me deben estar buscando.


Byakuya quedo boquiabierto mirando a la niña, esta tan rápido como llego se fue, jamás pensó que alguien tan pequeño podía ver el mundo con tanta facilidad y entendimiento, si hasta a él le costaba entender su estado y viene esa pequeña desconocida a darle una lección de simple verdad.

- Byakuya!. – al fin Renji se le acerca. – porque no me respondías?.
- Estaba…. – se quedo callado por unos segundos. – te gusta esa cuna?.


Camino hasta la cuna que la niña había señalado, era una preciosa cuna de madera color caramelo, los únicos detalles eran sus barandas labradas con pequeños adornos en relieve, mientras que su diseño era sobrio y sencillo, ni muy grande ni muy pequeña, perfecta a los ojos de Byakuya gracias a la ayuda de esa desconocida.

- Es bonita. – sonrió al ver que al fin Byakuya decidía algo. –
- Para que me llamabas?.
- Encontré algunas cosas que nos servirán para eliminar la plaga de conejos. – rio emocionado ya que lograrían sacar parte de eso peludos animales de la habitación de su hija. -
- Renji.
- Dime?. – miro como Byakuya tenía una actitud bastante serena y tranquila. –
- Te gusta el nombre de Hana?.
- Es muy conveniente para la bebe que nacerá en mayo, el mes de las flores.
- Tienes razón. – sonrió complacido, ese sería el nombre de su hija y todo gracias a que se lo dijo aquella pequeña desconocida que miraba la vida con los ojos de la inocencia. –


La vida puede darte lecciones en los momentos que menos lo esperas y de las maneras más increíbles que puedas imaginar, pero no solo de la inocencia se puede aprender, también se puede descubrir el mundo por medio de la pasión, del amor bien dado y del cariño impartido con delicadeza y paciencia.


Ya había pasado una semana desde que regreso a la universidad, había sido muy duro el volver por obvias razones, en la universidad se corrió como pólvora sobre el accidente del profesor Ishimaru, todos sus alumnos estaban impresionados por lo sucedido pero aun así Hitsugaya hizo de tripas corazón a las incontables conversaciones, preguntas y charlas que nacían de aquella noticia, por más que quiso alejarse de esa sombra maligna esta aun seguía persiguiéndole hasta el donde estudiaba, todo fue tolerable hasta que ese día le invitaron a ir a una misa que se daría en honor al pobre hombre moribundo, esa fue la gota que rebaso el vaso. Toushiro no termino de ver las clases y prácticamente huyo de la universidad al único refugio seguro y libre de aquel nombre que tanto escuchaba día a día.

- Llegas temprano. – Hyorinmaru escucho como la puerta de la casa se abrió de golpe y después fue azotada de la misma manera. – Toushiro?.


Una sombra blanca fue lo único que logro ver al salir de la cocina, el chico había pasado corriendo directo a la habitación, tiro el bolso en el suelo y se lanzo de cabeza en la cama, su pecho ardía por las ganas de llorar, sentía una rabia que le carcomía el alma muy rápido, no sabía cómo controlar ese coraje que le daba escuchar y ver que todo el mundo se lamentara por lo sucedido a Gin, que nadie supiera en verdad la malignidad que ese hombre impartía y despedía como una serpiente venenosa, que nunca nadie sabría que tan lastimado estaba su corazón y su cuerpo por su culpa, pero aun con ese sentimiento de impotencia, aun así el decidió que lo que le paso no lo sabría nadie, solo Hyorinmaru, Kusaka y Matsumoto supieron su triste verdad y el resto del mundo se quedaría pensando en la mala suerte de un profesor llamado Gin Ishimaru.


- Que sucedió?. – con paso triste llego hasta la cama donde estaba acostado Toushiro. –
- Duele… - susurro con rabia contenida. –
- Otra vez estaban hablando de él en la universidad?. – se sentó en la cama junto al chico. –
- No quiero saber más de él, no quiero oír su nombre, no quiero recordar lo que me hizo!. – apretó los dientes con fuerzas mientras sendas lagrimas caían de sus ojos. –
- Toushiro. – se arrimo un poco más para poder acariciar la espalda del mismo mientras lloraba. –
- Todos…. Todos sienten lastima de él!. – se sentó de golpe aun llorando. – porque…. Porque nadie ve lo que yo veo!.
- Porque solo tú supiste lo que verdaderamente era. – acaricio la mejilla del peliblanco limpiando sus lagrimas. –
- No es justo!. – se acurruco contra el pecho de su antiguo profesor. – no quiero… recordarlo más, no quiero recordar todas las veces que me lastimo…. No quiero…


Con suavidad Hyorinmaru bajo la cabeza para acercar sus labios a los de Toushiro, un roce suave y tibio hizo que el chico dejara de protestar pon unos segundos. Cuando logro calmarlo un poco paso a recoger con besos las lágrimas derramadas por las mejillas de Toushiro como si se tratasen de finos cristales, suavemente paso sus manos por la cintura del chico acortando la distancia entre ambos tanto como era posible.


- Quieres que escribamos una nueva historia sobre esa?. – susurro suavemente al oído de Shiro – chan. –
- Algo que me haga olvidar todo…
- Una historia que marcaremos con amor sobre nuestras pieles y nuestros corazones. – beso la mejilla enrojecida del chico una vez más. –
- Esta vez si estás listo?. – recostó su cabeza del tibio y amplio pecho de Hyorinmaru. –
- Solo espere por ti. – sonrió con ternura mientras lo separaba de ese abrazo. –


Con mucha ternura le hizo acostarse en la cama boca arriba, estaba feliz por ver que Toushiro deseaba tanto como el dar el siguiente paso, aquel paso trascendental que les uniría de verdad como ellos querían, el peliacua estaba un tanto nervioso de lo que pasaría, no deseaba hacer sentir mal al chico con alguna de sus caricias, iría tan suavemente como si estuviese moldeando entre sus manos una delicada figurilla de cristal, tan hermosa y delicada como fascinante.


- Si algo no te gusta dímelo. - hablo bajito mientras deslizaba por primera vez su mano derecha sobre el pecho de Toushiro. –
- Si… - asintió muy sonrojado al ver que las manos de Hyorinmaru empezaron a desabrochar uno a uno y con cuidado los botones de su camisa. –


Se sentía como si otra vez fuera virgen, como si esa sería su primera vez, estaba tan nervioso, esa sensación de mariposas en el estomago era realmente fuerte, tantos nervios tenía que cerró los ojos cuando al fin su camisa quedo totalmente abierta exponiendo su blanco y terso pecho a los ojos de su ex profesor.

- Escribiré sobre tu piel una nueva historia… - poso sus labios suavemente sobre el cuello de Toushiro, besando poco a poco toda esa piel expuesta hasta bajar por el centro de su pecho y detenerse repentinamente sobre su estomago. –


Era evidente la respiración acelerada de Toushiro, su cuerpo estaba un poco tenso al sentir el aliento de Hyorinmaru sobre su vientre, sentía que ahora le quitaría la ropa de un solo tirón y pasaría a penetrarlo de un momento a otro, estaba esperando aquel acontecimiento pero nunca llego, solo pudo abrir los ojos para ver como las manos del peliacua subían nuevamente hasta su pecho haciendo pequeños círculos delicados, esos roces eran placenteros, su piel se empezó erizar por el fino contacto que sentía, aquellos dedos solo daban un paseo por su pecho, tocando suavemente su vientre, su estomago y subiendo hasta sus pezones para rozarlos con delicadeza y dulzura.


- Puedo besarte?. – acerco su rostro al del un sonrojado peliblanco. –
- Si…. – logro articular con debilidad, sentía que su cabeza estallaría, aquel hombre era tan delicado pero a la vez tan provocador. –

Su boca fue invadida por otra, sentía esos labios tibios moviéndose hábilmente por todo su interior, su lengua se abrió paso poco a poco hasta llegar donde quería, un desquiciante roce empezó a sentirse entre ambas, jugando a dominar el terreno, queriendo profundizar más de lo posible aquella cavidad. Mientras ese beso seguía Hyorinmaru termino de quitar la camisa del chico para dejarla tirada en el suelo, con mucha precaución volvió a tocar aquel pecho sedoso y suave que tenia bajo el, pronto dejo de saborear los labios de Toushiro para ir rumbo a su cuello, con pequeños besos juguetones se hizo un nuevo camino, andando suavemente hasta que llego a su destino, aprisiono entre sus labios uno de los pezones del chico pero pronto siguió más seguro de aquella caricia al escuchar como Toushiro empezó a gemir bajo aquel contacto.


- Está bien… - Toushiro susurro entre cortado al ver la expresión un tanto nerviosa de Hyorinmaru. –
- Sigo?. – deslizo una de sus manos hacia el cierre del pantalón, debía cruzar el límite que se había impuesto antes. –
- Sigue. – sonrió tímidamente al ver como ese hombre podía ser tan respetuoso hasta para desvestirlo. –


Pronto aquella prenda estaba también fuera del cuerpo del peliblanco, se imagino que ahora si pasaría lo inevitable pero otra vez se equivoco al ver como Hyorinmaru se abstuvo de tocar su evidentemente excitado miembro, y paso sus labios de su vientre a sus piernas, se deslizo por ellas con tanta dulzura que logro sacarle una pequeña risa al chico, era ternura pura lo que expresaba el peliacua, tan delicado como atrevido se volvieron esos besos ya que ahora besaba el lado interno de las piernas, acercándose cada vez más a ese lugar, sentía como los nervios le invadían otra vez, muy dentro de el deseaba que Hyorinmaru le tomara con pasión pero también temía que fuera igual a como lo hacía Gin, no quería por nada del mundo sentir lo mismo que cuando estaba bajo el, ese miedo se comenzó a meter en su cabeza causando que se tensara un poco al sentir como las manos de Hyorinmaru se posaban en sus caderas para poder liberarle de la ropa interior.


- Quieres detenerte?. – le hablo serenamente al chico. –
- No… - miro a los dulces ojos de aquel hombre. – sigue.
- Te prometo que seré cuidadoso. – beso los labios de Shiro – chan con suavidad, quería calmarlo. –


Sentía la presión en sus pantalones, estaba realmente deseoso de poseerlo pero le prometió ir con cuidado, mucho cuidado y amor, y así lo haría, poca poco deslizo la ultima prenda de ropa fuera de Toushiro, en ese instante miro a su ex alumno tal como era bajo esa ropas, un cuerpo delicado, delgado con una piel realmente blanca y suave, era tentador a simple vista, deseaba estar con él, hacerlo suyo con amor para quitarle el miedo a amar otra vez.


- Siempre recuerda que te amo. – abrazo al chico con fuerza mientras sentía que su cuerpo tembló un poco ante lo que se avecinaba. –
- Te amo... – susurro suavemente mientras Hyorinmaru no le soltaba de aquel abrazo. –
- Necesito demostrarte cuanto te amo, por eso quiero que me permitas hacerte el amor.
- Hazlo, quiero saber que hay más maneras de sentir en mi cuerpo. – se dejo caer en la cama como dándole permiso a Hyorinmaru de tomar lo que ahora era suyo. –
- Gracias. – con paso seguro se deshizo de sus ropas, al fin su cuerpo podría estar piel a piel con la de Toushiro. –


El peliblanco se sintió muy avergonzado al ver el cuerpo desnudo de su ex profesor, aquel hombre estaba realmente bien formado físicamente, un cuerpo atlético pero sin exagerar estaba escondido bajo la ropa, sintió un dejo de vergüenza al ver claramente el palpitante miembro del peliacua ubicándose entre sus piernas, sus cuerpo al fin se acercaron, una sensación de calor inundo a ambos, por primera vez se sentían de verdad, sin barreras que le impidieran tocarse a placer.


- Eres realmente lindo. – sonrió mientras recorría con sus manos las caderas de Toushiro. –
- Continua… - estaba al borde del placer, era realmente increíble que se sintiera así sin si quiera haber sido tocado. –


Ya no había dudas, Hyorinmaru tomo la iniciativa con cautela pero seguro de querer hacer suyo aquel cuerpo encendido en pasión, escucho claramente los gemidos placenteros del chico bajo él cuando dos de sus dedos se abrieron paso entre sus muslos, era excitante ver el rostro sonrojado del peliblanco, sus caderas moviendo involuntariamente ante las caricias, sus manos aferradas a su espalda para soportar todo ese compendio de sensaciones divinas.


Placentero, exquisito y fuera de este mundo, así sentía esas caricias, era como estar en el paraíso, ya estaba al borde cuando sintió como aquellos dedos profundizaban las caricias para llegar al punto donde no hay retorno, su rostro se sonrojo aun mas cuando miro que ahora no solo los dedos de Hyorinmaru le impartían caricias, también su otra mano empezó a atender su excitado miembro, acariciando al mismo tiempo ambas zonas con notable deseo, era feliz mirando como aquel chico se retorcía de placer, gimiendo y diciendo a viva voz lo mucho que disfrutaba sentirlo a él haciéndole eso. Perdió todo pudor cuando el orgasmo se hizo presente, sus palabras solo fueron un te amo dicho casi a los cuatro vientos y sujetándose precariamente a la espalda del peliacua para contrarrestar los espasmos y cosquilleos de aquel acto.


- Eres feliz. – levanto a Toushiro para poder abrazarlo mejor mientras respiraba acelerado por lo sentido. –
- Mucho… - susurro cansado pero sintiéndose satisfecho en cuerpo y alma. –
- Te sentirás cómodo si estas frente a mi?. – miro al rostro bañado en sudor perlado de Toushiro. –
- Quiero… verte a la cara mientras lo haces. – se quedo abrazado a Hyorinmaru como indicándole que se quería quedar tal como estaba encima suyo. –
- Como quieras. – con un pequeño beso sello aquellas palabras para paso siguiente tomar las caderas de Toushiro ubicándolas mejor sobre su palpitante ser. –


Las barreras se sobrepasaron, los limites se borraron en un segundo, ya no había vuelta atrás para ninguno de los dos, con la mayor suavidad posible Hyorinmaru se abrió paso en aquel estrecho interior, la posición le ayudaba ya que Toushiro solo se dejo prácticamente caer sobre aquel hombre, cuando por fin culmino ambos se quedaron quietos muy abrazados, el chico podía sentir claramente al peliacua dentro de el, las viejas heridas habían sanado realmente bien porque no había mas dolor del habitual, se sentía cómodo con la posición y pronto sintió como las caderas de Hyorinmaru empezaron a embestirle con suavidad, poco a poco mientras sus labios le susurraban a su oído si estaba bien todo.

- Soy tuyo… - le hablo muy suave mientras pasaba sus brazos por el cuello de su ex profesor. –
- Yo también te pertenezco. – acelero el paso de las embestidas, aquellas sensaciones eran realmente placenteras, ver como al fin ambos estaban haciendo lo que sus cuerpos desearon por mucho tiempo, al fin tenían lo que los dos querían. –


Palabras al aire, dulces momentos llenos de energía, pasión y locura, eran un manojo de emociones descontroladas que se decían con palabras y gemidos lo mucho que se amaban, eran dos seres que se complementarían el uno al otro, Toushiro perdía el miedo a querer de nuevo y Hyorinmaru aprendía que el amor no solo se trata con delicadeza si no también con pasión, con sus corazones unidos y sus mentes puestas en solo ellos llegaron al máximo del placer, el morir en vida llego para el peliacua, aquellas ultimas estocadas para liberar su esencia dentro del ser que más quería, ya era totalmente suyo y viceversa, desde ese día una nueva historia quedo escrita para siempre en la piel de ambos.


Continuara…


Dios necesito un bañito de aguita fría porque estos dos se pusieron pasionales al final XD, después de tanta pena y vergüenza se desataron a lo grande jejejeje, pero eso les hacía falta y Toushiro no era ningún niño de pecho con el antecedente que le había dejado el HDP de Gin, ya el sabia como era la cosa pero como Hyorinmaru estaba muy preocupado por no hacer nada de mas, al final se liberaron en muchos modos XD, y como quería mi amiga Riona ( con mucha azúcar chama!! ) err…. Que rara esa niñita que se encontró Byakuya, pero al final le ayudo con la cuna y el nombre de su hija, se llamara Hana, significa flor en japonés n_n, y como nacerá en mayo, el mes de las flores y la primavera pues le sienta muy bien y hablando de ello, creo que esa bebe verá la luz del día dentro de 2 capítulos. Para la próxima veremos cómo es la reunión que harán Isshin y Ryuken para presentar a las dos familias y decir su secretito, estará genial!.


Próximo capítulo:
Dos familias en una.
Notas finales: NOS LEEMOS EL LUNES NUEVAMENTE!! BESITOS A TODOS Y FELIZ FIN DE SEMANA!.

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