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Egoistamente Inseparables por Arwen Diosa

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Notas del capitulo: Hola! ponganse cómodas y cómodos que aquí el segundo capi!!!
Espero que les guste...
Se daba un baño de agua tibia en la ducha, dejaba que el agua fluya libre por su cuerpo. Aplicándose shampoo a esas hebras castañas y produciendo espuma, enjabonando su cuerpo, pero su mente estaba lejos de ahí, aun tenia la escenita que le hizo Nowaki la noche anterior rondándole la cabeza de cómo al hacer el amor, justo cuando logró tener toda esa longitud dentro de él y empezaba a contonearse el ojiazul le tomaba de las caderas y lo votó al suelo.

Resopló molesto por milésima vez cada que lo recordaba.

“Más que hacer el amor, la forma como actuaba Nowaki parecía un ritual, pero cuando me votó al suelo pensé que se abalanzaría sobre mí como una bestia y prácticamente violaría mi cuerpo, mandando su ritual al carajo. Me dio miedo, pero cuando se fue, sin hacerme nada… sin mirarme si quiera me dio más miedo aún”.

Suspiró cabizbajo el agua empapaba completamente su rostro y Hiroki mantenía los ojos cerrados.

Escucho la puerta del baño abrirse y pasos que se acercaban. Hiroki se asomó detrás detrás de las cortinas de baño pero justo en ese momento Nowaki corrió las cortinas.

- ¡¡¡Idiota que te pasa!!! – le gritó intentando cubrir su desnudez mojada - ¡Nowaki idiota!

El más alto pareció ni darle importancia y se limitó a decirle:
- Lo siento Hiro san – dijo – Pero tengo que irme, me toca turno en el hospital.

Sin más ni más viró el cuerpo y volvió a salir, Hiroki se quedó de piedra, quieto en su lugar, desconcertado.
“¿Qué fue eso? – me toca en el hospital – dijo, pero hoy es su día libre y el mío… ¡¡¡Qué rayos le sucede a ese idiota!!! Primero me bota de la cama en cuanto empezamos la mejor parte… segundo, se va diciendo que tiene trabajo cuando sabe que es mentira y…” Hiroki bajó la cabeza, sintiéndose de nuevo vencido “Y lo más extraño ¿Acaso ya no le gusto? ¿Acaso ya no me quiere? Siempre que me vía desnudo, reaccionaba y se extasiaba de mí, pero pareció que esta vez ni lo notó”.

Estaba sentado en el comedor, Nowaki ya había preparado el desayuno ¿A qué hora se levantó?

“Después de botarme de la cama” pensó Hiroki “Esperé toda la noche a que Nowaki vuelva a disculparse conmigo, no importó cuanto lo esperé él no volvió. Y cuando desperté esta mañana él ya estaba de pie y no nos dirigimos la palabra al no aguantar la presión fui directo a bañarme”.

Se la pasó todo el día con este tipo de pensamientos en la cabeza, sacando conclusiones apresuradas o sintiendo deseos asesinos… Ellos estaban bien antes de eso. O más bien dicho como siempre con Nowaki en el hospital y Hiroki distando clases en el hospital. Ocupados trabajando ¿Qué provocó ese desenlace?

Se tendió sobre el sillón con un libro en la mano dispuesto a leerlo para mitigar esos pensamientos, pero no pido concentrarse se rindió y el libro apareció cubriendo su cara.

El silencio de la casa, el dolor de cabeza por esos pensamientos… terminaron por adormecer a Hiroki y traerle el sueño.

Cuando Nowaki llegó, la casa estaba oscura, siguió caminando pero no prendió la luz artificial. Que en cuanto llegó a la sala soltó la bolsa que llevaba siempre en el sillón sin darse cuneta que ahí dormía Hiroki.

Escuchó un gemido o algo menor proviniendo del sillón.

No esperaba ver dormido en el sillón a su Hiro san con un libro sobre pandas sirviéndole de almohada, un brazo sobre el estómago y el otro flexionado.

Su bolsa de viaje le había caído en los pies y con el sueño irrompible de Hiroki no despertó. Nowaki aprovechó aquello e inconscientemente se le quedó viendo, su rostro dormido, las sombras contrastaban con la luz que se filtraba por la ventana.

Se acercó a él y acarició los cabellos castaños.

- Hiro san despierta – le dijo – te resfriarás.

Hiroki abrió a medias los ojos pero los volvió a cerrar.

- No quiero… Cinco minutos más – balbuceó.

Nowakli sonrió - Vamos Hiro san duerme en le futón – la mano que acariciaba esos cabellos bajaron al rostro y lo siguió acariciando.

“Yo amo a esta persona”

Pensó, luego se puso de pie. Vió una vez más al profesor durmiendo y no aguantando todos los sentimientos acumulados le robó un beso, que apenas fue un rose de alientos que Hiroki no pudo percibir, después de eso Nowaki se fue.

Hiroki despertó muy entrada la noche, con dolor de cuello y las extremidades adormecidas. Su reloj de mano marcaba las 3:00 a.m. se levantó con pereza y caminó hacia su cuarto. La puerta vecina a su habitación estaba entre abierta, se asomó un poco. Nowaki siendo alumbrado por la luz de lámpara leía un tomo grueso sobre la mesa y hacía anotaciones en otro cuaderno, en ese momento hecho un suspiro cabizbajo se sostuvo la frente con una mano y soltaba el bolígrafo.

El silencio se rompió con el sonido del celular de Nowaki, este contestó al instante y Hiroki aún seguía tras la puerta.

- ¿Si? – dijo – Buenas noches senpai – sonrió opacamente, pero para Hiroki fue como ser atravesado por una espada – Si estoy estudiando – continuó diciendo – Lo sé – dijo y sonrió con más ganas – Se que tengo que cuidarme pero aún me falta leer un poco – pausa - Si lo sé, buenas noches.

Nowaki colgó la llamada.

Hiroki se fue hacia su habitación, con los ánimos por el suelo, odiaba sentirse así, y se odiaba más por dejarse llevar por esa clase de sentimientos.

“Su senpai sabe lo que hace, sabe de sus actividades y conoce a Nowaki… ¿Mejor que yo? Comprendo que no me comente de sus actividades en el hospital, pero tiene muchas más actividades que sólo el hospital”

Se dejó caer sobre el colchón, en la cama y lo único que quería era dormir. Pero por mucho quie quiso el sueño nunca llegó.

Nowaki lo encontró en el comedor bebiendo café, era muy temprano y el castaño se veía sumamente cansado.

El orgullo de Hiroki lo obligó a quedarse callado y en su lugar, sin mirarlo. Se limitó a dar un sorbo a la bebida caliente. Nowaki abrió el refrigerador y sacó una lata de leche y la tomó.

- Iré al super mercado ¿Quieres que compre algo? – preguntó Nowaki.

- No, gracias – dijo poniéndose de pie – Tengo trabajo, tomó su saco y su maletín. Se disponía a irse al trabajo pero Nowaki lo detuvo con estas palabras:

- No se como dirigirme a ti, Hiro san – dijo, Hiroki le miró esperando por escuchar más – Ya no puedo decirte Hiro san – continuó Nowaki – Es un nombre especial y sólo puede decirte así una persona especial. Yo ya no puedo Hiroki kun ¿O debería ser Kamijou kun?

CONTINUARÁ
Notas finales: Nos leémos pronto, ya saben opiniones, sugerencias, recetas de cocina, declaraciones de amor y cartas bomba en los reviews ^.^.

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