*I LIKE YOU*
by Tatsuky
CAPÍTULO 2: ¡Me gusta Deidara!
Ahí está otra vez.
Son tantas que no recuerdo con exactitud las veces que lo he visto, siempre en la ventana.
Al principio no le tomé importancia, pero con los días noté que me miraba, eso no tendría nada de especial si no lo hiciera con esos ojos brillosos y soñadores. No voy a decir que me molesta porque sería mentira. Tiene unos preciosos ojos.
A veces, cuando llego al instituto y siento que está observándome, alzo la vista y nuestras miradas se cruzan, tal vez no lo demuestro pero me encanta hacer que se sonrose, es tan fácil, sólo con mirarlo. Rápidamente mira a otro lado, pero no es nada discreto, segundos después, su azul mirada vuelve a recaer sobre mí.
Me pregunto, que pasaría si le digo que me gusta. Seguro se desmayaría, no, eso es demasiado, tal vez sólo se quede en shock.
Estoy seguro, yo le gusto. Nada más puede explicar esa actitud hacia mí, la manera como me mira. Pero no dice nada, sólo se me queda viendo y eso es todo. Tengo que asegurarme. En todo caso, sólo tengo que observarlo también.
Llego al salón, la mayoría ya está dentro. El asiento al lado de él está libre, perfecto. No bien me siento, el sensei de turno entra y saluda a todos, Deidara no lo ha notado, está concentradísimo mirando por la ventana. Ahora tengo una duda, pensé que me miraba a mí, ¿por qué aún está mirando fuera?
Me intriga.
- ¡Por favor Kami!... ¡Auch!- …No me esperaba esto. Se golpeó la cabeza con la ventana. Al parecer estaba soñando despierto. Creo que se lastimó.
-Oye tú, ¿estás bien?
Al instante que oye mi voz deja de sobarse la cabeza, parece sorprendido. Ahora que lo pienso esta es la primera vez que le hablo.
-… ¿Q-qué?...- Debe estar muy nervioso, me ha respondido sin mirarme, aun así puedo ver su mejilla derecha, está totalmente rojo. Lindo, vamos a ver… creo que puedo hacer que se vuelva violeta, está bien, estoy siendo un poco cruel pero me gusta ver las reacciones que provoco en él.
- Te golpeaste… - Le hago notar, por si lo había olvidado. Parece dudar por un momento, al final va a responderme.
-…Eh… sí… estoy bien… soy tonto por eso me golpeé –… ¿Dijo que era tonto?, debe estar muy nervioso, pero ahora sí, está totalmente violeta.
Me divierte, este chico tiene una personalidad totalmente opuesta a la mía, tal vez sea por eso. Los opuestos se atraen.
-Ah,… ya veo- Aún no le baja el color del rostro.
Parece apunto de explotar, se lleva la mano al pecho. Me arrepiento, no le debí decir nada, se siente mal, creo que es muy sensible.
Se levanta y se dirige a la salida. Por supuesto el sensei lo detiene, estamos en clase, claro que mi rubio compañero no había caído en la cuenta de ello por estar soñando.
Todos se ríen de él. Eso no lo ayuda, está muy avergonzado.
El sensei dice algo de verdad vergonzoso y vuelven a reírse. Resignado vuelve a sentarse.
Suspira.
Me siento extraño. No se atreve a mirarme. Tal vez debí decirle que estábamos en clase antes que se parara, tal vez no debí hablarle, tal vez debería acabar con toda su ansiedad de una vez.
A mí también me gusta él, pero nuestras personalidades tan distintas hacen que tengamos actitudes diferentes. Como él, yo le gusto, pero no se atreve a dirigirme la palabra, se limita a mirarme, esa es su manera de demostrar que le gusto. En cambio yo, no soy de sonrojarme mucho y si quiero algo lo digo de frente, tampoco soy de soñar despierto, prefiero hacer realidad todo.
Tengo diecisiete años, soy joven, pero aun así, tengo claro mis intereses, mis metas y por supuesto lo que me gusta. Me gusta Deidara.
Si espero que él se declare, con lo lento que es, posiblemente le lleve algunos años, como unos diez, no quiero esperar. Me rindo, se acabó el juego “mira que te miro”.
Sí, se lo voy a decir.
El tiempo pasa rápido, física es muy fácil. El sensei nos está hablando de un trabajo a presentar. Pero eso no me llama la atención, lo último que dice…
-Pueden hacerlo en parejas…
Oportunidad a la vista.
Todos abandonan el salón tan rápido como si el diablo fuera tras su alma. Ignoro a las chicas que me piden que sea su pareja de proyecto. Soy un poco cruel, ya lo dije. Pero en estos momentos tengo a alguien en mi cabeza, así que no me importa si les hice daño. Además un “no quiero” o “no molestes” no puede matar a nadie. Y si lo hace… interesante.
Sólo quedamos unos cuantos, entre ellos mi rubio y yo, sí ahora lo llamo MI rubio, va a ser mío, esa fue mi determinación.
Está acomodando todo muy lentamente, se le ve decaído. Me acerco y puedo verlo, tiene la mirada triste, no parece él. Ok, Uchiha Itachi, la socialización no es lo tuyo, pero si te gusta en serio, intenta, trata de hacerlo sentir mejor, con tacto, trata de pedirle que sea tu compañero de proyecto o lo que sea que haya dejado el sensei.
Tranquilo, no lo asustes, con tacto…
- ¿Quieres ser mi compañero de proyecto?- De acuerdo, supongo que no tuve mucho tacto, no bien me escuchó tiró todas sus cosas, mejor dicho se le escurrieron de las manos.
De todos modos, levantó la vista y me miró con esos enormes ojos azules, ahora que lo veo mejor, sus pestañas son lindas también, enmarcan sus ojos naturalmente. Está más que sorprendido, no se lo cree.
- … ¿Na-nani?...- Estoy seguro que no sufre de problemas de audición, pero él siempre quiere estar seguro de lo que oye.
-Quiero que seamos pareja…- maliciosamente dejo pasar unos cuantos segundos, deleitándome con el carmín de sus mejillas -… de proyecto.
Pasan unos segundos, un minuto. No hay problema, soy paciente.
Hasta que finalmente parece haber procesado todo. Muy rojo baja la vista, alisa su cabello son su mano izquierda. Se ve precioso, se lo quiero decir, pero no quiero que le de un infarto. Sigue jugando con su cabello, creo que lo hace adrede ¿sabrá él lo bello e inocente que puede llegar a parecer? No, con lo tímido que es, seguro no lo hace adrede.
Al fin, creo que en estos dos minutos ha logrado tomar valor y me va a responder. Cierra los ojos y toma aire.
-…¡¡¡SÍ!!!...- Tal vez no debí acercarme tanto, casi me deja sordo, no, exagero.
Lo importante es que dijo que sí. Sigue con los ojos cerrados, ha dejado de acariciar sus largos cabellos. Me acerco más, extiendo una mano y rozo con unos cuantos dedos un mechón rubio. Abre los ojos al instante, me mira contrariado. Retiro mi mano. No debí…
Oh, no, creo que esta vez sí se va a desmayar…
TO BE CONTINUED…