Entonces no hubo respuesta, parecía que L no necesitaba palabras para definir el asombro que tenía, y a veces cuando volvía a considerar la idea hasta le daba asco y miedo, un SHINIGAMI le había dicho que le gustaba, no sabía si sentirse alagado o aterrorizado.
-¿Y...yo que hago con eso? - Preguntó intuitivo, buscando un que, y para que. Porque sin duda no entendía la situación.
-Haz lo que tu quieras...Sabes me empiezas a caer bien, además que eres....adorable. - El dios de la muerte no quería guardarse ningún secreto, al contrario, quería que el moreno se enterara de lo que sentía por el.
-Gra..cias. - Su voz se quebró pronunciando esa palabra, y después de esta solo hubo un silencio absoluto. Cosa que el Shinigami empezaba a odiar, porque sin duda, el no era de ese tipo de personalidad que se quedaban callados, a él le gustaba hablar, y reírse.
-¿Sabes porque vine aquí?- Preguntó de repente, con cierto aire misterioso el cual el pelinegro pudo notar.
-...No. Me dijiste que acompañas a Kira por obligación, sin embargo también dijiste que puedes ir a donde tu quieras en el mundo humano, lo único que me hace pensar es que Light puede ser Kira, sin embargo no me da otra expectativa, por lo cual nunca pensé en un porque de tu visita. - Respondió el chico sincerándose, sintió entonces una risa burlona.
-Pues vine aquí porque desde hace tiempo te he visto. - Dijo primero, con una voz juguetona, que cambió a seria al continuar la oración.
- Y sin saberlo, me he ido enamorando de ti, y vine porque quiero protegerte. - Terminó diciendo, el pelinegro hizo un puchero, y sin dudarlo respondió a lo que el Shinigami había dicho.
-No soy un niño pequeño, y me puedo proteger. - Le dijo con un tono infantil que demostraba lo contrario a lo que había dicho.
-Tienes razón, no eres un niño pequeño, pero te comportas como uno. Jejeje- Rió con buena voz, pero al humano no le había dado risa.
-Cállate, eso no es cierto. Y aún así, no necesito que alguien como tú me proteja - Terminó la conversación él mismo, ya un poco frustrado por lo que le habían dicho.
-¿Tanto así como para protegerte de Kira? - Preguntó de forma tajante y a la vez insinuante, el pelinegro tragó saliva un rato.
-¿Quién es Kira? - Respondió con otra pregunta, y Ryuk no quiso responderla.
-No voy a decírtelo niño. - Le dijo, y no pudo evitar, con una de sus grandes garras acariciar sutilmente la cabellera del detective, este se sonrojó y con cierto nerviosismo se alejó del "monstruo".
-Deja de llamarme así. - Le ordenó calmado pero a la vez incómodo por la situación que nunca antes había experimentado.
-Y, ¿Cómo quieres que te llame, L Lawliet? , Lindo apellido, por cierto. - Comentó en voz alta, solo para picar al pelinegro que ahora empezaba a encantarle y tenía que contar hasta 10 para contener las ganas de besarlo.
-..Ese...no es mi nombre, estas equivocado. - Mintió el detective, ahora si asustado, porque temía que el Shinigami fuese a decirle a Kira su verdadero nombre, y así acabaría con él de una vez por todas.
-No lo estoy, niño. - Negó él también, ya entonces el Dios de la muerte se había dado cuenta del miedo del menor, y le causo mucha ternura, no podía contenerse.
-Oye, L...- Intentó llamar su atención
-No me digas así, dime Ryuuzaki.-
-Solamente Light, Kira y tú pueden oírme, así que da igual como te llame. - Le recordó Ryuk , aunque L no sabía todavía la razón.
-Entiendo. Bueno...¿Que quieres? - Preguntó curioso el humano, si Watari pasara por allí pensaría que su protegido estaba loco por hablar solo.
-¿Puedo besarte? - Preguntó con lujuria y con ganas infinitas de hacerlo, pero el pelinegro se negó ante la petición, además que sus mejillas cambiaron a un rosa pálido.
-No!. - Le respondió casi gritando, moviendo la cabeza en signo de desaprobación, a lo que el Shinigami solo suspiró ante el rechazo.
-¿Puedo acariciarte, entonces? - Siguió con su deseo, y esta vez el detective tuvo unas ganas muy grandes de golpearle.
-No, pervertido. - Le dijo enojado, se dio media vuelta, dejando así al dios de la muerte mirando su espalda, y, este aprovechó la situación, con una de sus manos acarició la espalda del detective, hasta llegar a su trasero , no pudo evitar apretarlo e imaginarse una escena del pelinegro y el juntos, felicidad total para el Shinigami.
Sin embargo, para L, todo pasó muy rápido y nada agradable, apenas sintió la mano furtiva de su acompañante recorrer su cuerpo, le dio un escalofrío y un nerviosismo gigante, y sin pensarlo dos veces salió disparado a sentarse en el sofá, para estar "protegido".
-Eres un maldito pervertido. - Le regañó, y al Dios de la muerte no le importó mucho.
Necesito protegerlo, no quiero morir...
Pero tampoco quiero que el muera.
-Se me ha olvidado tu nombre- Exclamó el pelinegro al sentirse incómodo por el silencio.
-Me llamo Ryuk. -
-Te llamaré Ryuk el bastardo pervertido. - Le aclaró de forma burlona
-Y yo te llamaré L, el juguete sexual de Light
-Cállate. - Ordenó el menor completamente sonrojado al oír el apodo que le iba a dar el Shinigami, este estalló en risa, sin duda ninguno de los dos se olvidaron de ese día.
Ese día en el que todo estaba lleno de presión, y que gracias a un impulso y un mal calculo de movimiento el castaño había quedado encima del moreno, y en ese momento solo hubo besos forzados que terminaron por gustarles a ambos individuos, y el Dios de La muerte miraba muy interesado la escena, porque después de unos minutos Light solo empezó a darle ordenes al detective, "deja de gemir", "chúpamela"... eran las cosas que más destacaban, pero a la larga L sabía que algo que jamás perdería era su orgullo.
Terminó rechazando la situación, y sin perder su virginidad, le mandó a Light que se fuese.
-Estaba a punto de matar a Light ese día. - Se sinceró el Shinigami, y el pelinegro se sonrojó más aún si es que podía.
-¿Celoso?...Eso es...gracioso, creo. - Concluyo el chico de cabellos azabache, y Ryuk suspiró.
-Me voy, necesito ver a mi loquito. - Se despidió el Dios de la muerte refiriéndose a Kira a lo que el humano solo asintió y volvía a acostumbrarse a la soledad.
El Shinigami comenzaba a sentirse incómodo ante la ausencia del peculiar joven, cuando llegó al hogar de la familia Yagami, le dieron unas ganas enormes de regocijar su triunfo de acercarse más al pelinegro, y conociéndolo solo un día.
Y al llegar a la habitación no le gustó mucho la mirada asesina del castaño, con la libreta negra en sus manos y buscando una pluma desesperadamente.
-Dime su nombre Ryuk, dímelo de una vez! - Decía Kira, con un tono de voz amenazante y psicópata a la vez, el Dios de La Muerte lo miró divertido y a la vez asqueado.
-Oye..Tranquilo viejo...- Le dijo tranquilo, demostrándole a Light lo que era estar relajado y saber afrontar una situación de forma menos alterada.
-¿Qué querías probar Hoy ,Ryuk? - Le preguntó serio, y enojado.
-Que voy a proteger a L, tu solo lo quieres como un juguete. -
-Eso no tiene porque importarte Shinigami entrometido. - Le respondió más enojado, ya tenía suficiente con Rem, y ahora eran dos Dioses de la Muerte que querían matarle.
-Intenta dañarlo y te irá mal, Light. Te mataré si intentas hacer algo.- Le amenazó y el castaño lo tomó más bien como un juego.
-No se cual es tu problema, es solo un humano, además que ni lo conoces bien. Es insoportable, lo único bueno de él es que es lindo. -
-Vas a terminar muerto algún día, Yagami. -
-¿Es una amenaza? - Preguntó el castaño divertido, pero al Dios de la Muerte no le causaba gracia.
-Una prevención. -
-Ya verás Ryuk, conseguiré el nombre de L, haré que se enamore de mí, y cuando eso pase, me ganaré su confianza, el me dirá su nombre, y aunque tu intentes matarme, estoy seguro que L te detendrá, porque el me amará solo a mí, no a alguien como tú. Y cuando el menos lo crea, lo mataré, sin que tú puedas hacer nada. - Le dijo Light de forma divertida, y triunfante.
-¿Es un reto?- Preguntó lascivamente, el sabía que el pelinegro no era tan idiota
-Es solo un aviso. - Respondió el castaño con una sonrisa.
[Continuará]