Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Giros inesperados por earendyll

[Reviews - 52]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Este epi es un poco diferente pero quería romper el ambiente. De todas formas espero que os guste.
Nuestros ojos no se apartaban y seguimos mirándonos fijamente. Esta flor era increíblemente relajante. Cogí la taza de café que había en la mesa y también aspiré su aroma. El olor del café era sublime y no pude evitar cerrar los ojos cuando ese olor invadió mis pulmones. Me acerqué la taza a los labios, la porcelana se notaba ligeramente caliente, el café me mojó el labio inferior y lamí su rastro con parsimonia.
- Hisoka, voy a vivir contigo
- ¡¿Qué?!

De un sobresalto me sacó de mi relajante mundo de la tranquilidad. La taza cayó encima mía abrasándome las piernas y a algo que se encontraba entre ellas. Me levanté rápidamente de la silla y por el brusco movimiento tiré el vaso de zumo y el otro vaso de café de Tsuzuki. Los platos cayeron al suelo estallando. El tenedor salio volando, la cucharilla del café se cayó debajo del sofá de la sala de estar. El jarrón de cristal que siempre estaba en la mesa ya no estaba ni en posición vertical…ahora solo había trocitos de él en toda la mesa.
- repítelo de nuevo- vociferé con rudeza y con los ojos desorbitados por el susto
- Que voy a vivir, a partir de ahora, contigo- me dijo de forma relajada pero sin mirarme
- ¡NO!
- ¡Hisoka somos compañeros!
- ¡Me importa un rábano! ¡Tú te quedas en tu casa y punto!
- Pero Soka….eso es imposible, además ya he traído mis maletas aquí- las lágrimas de cocodrilo ya estaban en sus ojos
- Ni te creas que por llorar te vas a quedar aquí
- Pero Hisoka…
- ¿Dónde están tus maletas?
- En el pasillo – sus ojos brillantes me siguieron hasta el pasillo, cuando me di la vuelta para verlo estaba en su forma inu meneando la cola de forma frenética- ¿Qué?
- ¿Eso significa que me dejas que me quede?
- No, eso es para echar las maletas a la calle y a ti con ellas
- ¡Sokaaaaa!

No esperé más, cogí las maletas y las eché fuera incluyendo con ellas a Tsuzuki. Cerré la puerta de un portazo y puse la frente sobre ella ¿Tsuzuki era tonto o descerebrado? ¡Imbécil! ¿Esperaba que lo aguantase todo el día? Ja, pues que siguiera esperando. Unos gritos eran seguidos de arañazos en mi puerta. Vaya, era persistente.
- ¡¡¡Sooookaaa!!! Soy tu amigo, tu compañero ¡Por faaaaaaa! ¡¡Ya he vendido mi casa!!
- ¡Esa es tu culpa imbécil!
- ¡Soookaaaa!!!
- ¡NO!
- ¡¡¡SOKA!!!
- ¡Que te largues, no pienso abrir!
- ¡AHHHHH! ¡HISOKA NO ME QUIERE!
- ¡Imbécil vas a despertar a los vecinos!
- ¡Pues déjame entrar!
- ¡Por encima de mi cadáver!
- ¡Ya estas muerto!
- ¡Y tu viejo senil!
- ¡Hisoka! ¡Hisoka! ¡Hisoka! ¡Hisoka! ¡Hisoka! ¡Hisoka! Puedo estar así todo el día

Cinco horas más tarde estaba sentado contra la puerta aburrido de oir a Tsuzuki.
- ¡Hisoka! ¡Hisoka! ¡Hisoka! ¡Hisoka! ¡Hisoka! ¡Hisoka!

“Hisoka no hace falta que te irrites, pronto se le cansarán las cuerdas vocales y entonces…¡Espera! Es un shinigami y por tanto sus cuerdas vocales no pueden dañarse porque se regeneran rápidamente ¡Oh Dios! Sé que nunca rezo pero por favor haz que Tsuzuki se calle”
- ¡Hisoka! ¡Hisoka! ¡Hisoka! ¡Hisoka! ¡Hisoka! ¡Hisoka

“Dios te odio por no oir mis plegarias.”
Suspiré cansado pero ¡No pensaba rendirme! Aguantaría, aguantaría…respiraré hondo, si…perfecto.
- ¡Señor podría callarse!
- Lo siento futuro vecino pero mi compañero de trabajo no quiere darme asilo, después de lo que hemos pasado juntos y yo lo he ayudado en todo y mire usted como me lo paga
- Vaya, ese jovencito parecía un buen muchacho
- Ya ve señor…

Escuché los sollozos de Tsuzuki y al hombre consolarlo, Suspiré resignado y abrí la puerta.
- Venga, entra de una vez
- Hisoka ¡Sabía que me dejarías!

Mientras entraba lo miraba de forma asesina y él intentaba no darse por aludido. Tsuzuki daba saltitos meneando su cola frenéticamente de un lado para otro. ¡Un momento! ¡¿A dónde se cree que lleva esas maletas?! Le corte el paso de mi habitación colocándome con los brazos extendidos en el marco de la puerta.
- Ni te creas que vas a dormir en mi cuarto
- Pero Hisoka no tienes más camas y la tuya es grande
- ¿y?
- Soy tu compañero no hace falta que seas tan cruel
- Es un argumento demasiado flojo
- Soy tu amigo
- Ese argumento tampoco va a hacer que duermas en mi cama, tengo un sofá muy cómodo
- Llevamos años trabajando juntos
- He dicho no
- Hemos pasado por muchas cosas
- No
- Nos hemos ayudado muchas veces
- Me da igual
- Confiamos el uno en el otro
- Sigue hablando que no te escucho
- ¡Te quiero!

Lo fulminé con la mirada y él me apartó suavemente con un brazo mientras pasaba con una sonrisa ligera. El silencio se tornaba incómodo, estaba nervioso y no podía evitarlo. Las manos me sudaban. Simplemente no sabía que hacer. Intenté buscar algo con la mirada con lo que relajarme y mis ojos se iban a la silueta de Tsuzuki agachada en el suelo y abriendo sus maletas. Se acercó a mi y le estrellé una almohada en la cara.
- ¿A qué ha venido eso?
- A nada
- Pero ¿por qué me pegas?
- Porque me apetece y porque en mi casa hago lo que se me viene en gana
- ¿Hisoka?
- Qué- dije de forma áspera
- ¿Qué hora es?
- Pues…-empecé a mirar por la habitación hasta que encontré el reloj- las 10
- Ah
- Qué es ahora
- ¿Hoy es dia libre?
- ¿libre?
- Son las 10, ya deberíamos estar trabajando ¿no?

Un momento, rebobinemos…hoy es viernes 13 de noviembre y eran…¿las 10? Eso era imposible. Un viernes a esta hora yo estoy trabajando.
- Tsuzuki que hora es
- Las 10
- Ya veo…eso significa, por casualidad, que deberíamos de estar en el trabajo hace rato ¿Me equivoco?
- No…pero Hisoka tranquilízate, quizás nadie se ha dado cuenta

El teléfono empezó a sonar ruidosamente y el identificador de llamadas ponía el nombre de: Tatsumi. Miré a Tsuzuki con cara de ¿Qué decías? y seguidamente le acerqué el teléfono. Al ver el nombre que marcaba se echó a temblar y a mirarme con cara de pena.
- Todo esto es por tu culpa así que te toca a ti solucionarlo.
- Hisoka por favor…
- No, no…- dije con una sonrisa macabra
- ¿Por favor?
- En verdad crees que rogando vas a conseguir algo
- No…
- Pues eso

Descolgué el auricular y se lo acerqué a la oreja
- ¿Diga?

El resto de la conversación no lo oí bien porque estaba riéndome de forma bajita retorciéndome las manos de placer. Sufre un poquito de lo que yo voy a sufrir a partir de ahora aguantándote. ¿Qué haría yo sin Tatsumi-san?. Cuando la conversación telefónica acabó Tsuzuki tenía los ojos brillantes y estaba haciendo un puchero.
- Hisoka, ¿Qué voy a hacer ahora?
- ¿De qué?
- Tatsumi no piensa pagarme hasta navidades y-y yo n-necesito a mis queridos p-pasteles- tuve que apartarme de Tsuzuki debido a la increíble cantidad de lágrimas que estaba derramando ¡Iba a inundar el piso!- ¡Esta vez se ha pasado! ¡Yo no puedo vivir sin mis pasteles!- Suspiré cansado… ¿Qué había hecho yo para merecer semejante castigo?
- Tsuzuki vamos a hacer una cosa. Te dejo que vivas aquí y como no traes sueldo yo pagaré todo.
- ¡Gracias Hisoka! Intentaré compensarte haciendo las tareas del hogar. Limpiaré, cocinaré… ¡ya veras que bien no lo pasamos!
- No
- ¿Qué?
- Que no quiero que hagas nada y mucho menos acercarte a la cocina Tsuzuki. No quiero que limpies, cocines o cualquier otra cosa ¡Serías capaz de destrozarme la casa!
- ¡Que cruel! Yo nunca rompo nada
- Te acuerdas de la biblioteca, del despacho del jefe, del Enma en si que está reparado entero por tu culpa sin contar a los sitios en donde tenemos que ir y casi siempre rompes algo
- ¡Pero es sin querer!
- Eso me da igual. No quiero que toques nada. Quiero mi casa impecable. Te escribiré algunas de las normas que tienes que seguir en mi casa de ahora en adelante. Te lo daré después del trabajo, ahora hay que irse.

Ni si quiera intenté darme prisa en ir al trabajo, total, ya llegaba tarde.
Cuando finalmente llegamos Tatsumi nos esperaba en la puerta y estaba sospechosamente tranquilo. Nos condujo hacia el despacho del jefe y de ahí no salimos hasta 4 horas después ¡4 horas después!. Teniendo en cuenta que se trabajan 8 horas diarias y empezamos el trabajo a las 8 de la mañana y llegamos al enma a las 11, y tenemos que añadirle la reprimenda de cuatro horas …nos encontramos con que tenemos que hacer TODO el trabajo en ¡1 hora!. Mi mano iba escribiendo en el ordenador a la velocidad de la luz y para mi sorpresa acabé 10 minutos antes de hacer la hora. Lentamente cogí un folio y comencé a escribir, a los pocos minutos empecé otro y poco antes de ser la hora de irnos otro. Todos escritos por ambas caras. Una vez acabados los folios y que Tsuzuki hizo su trabajo se los puse prácticamente debajo de la nariz. Los miró sospechosamente y después me miró sorprendido.
- ¿Todo esto son las normas de la casa?
- Si
- ¿No crees que te has excedido?
- No
- Hisoka ¿Qué se supone que significa que no puedo estar a mas de 2 metros de distancia tuya?
- Pues eso
- ¿Cómo piensas que cumpla la norma de no hablar, ni comer, ni hacer ruido o cosas que puedan incordiarte mientras lees?
- Es que me desconcentras
- Hisoka son tres folios
- Lo se, los acabo de escribir.

El silencio se hizo entre nosotros. Tsuzuki se revolvió el pelo resignado.
- Supongo que debo de obedecerte, al fin y al cabo es tu casa
- Me alegra que lo entiendas- dije mientras me levantaba de la silla
- ¿A dónde vas?
- A la biblioteca a leer
- No puedes leer en la casa. Me quiero ir ya de aquí
- Si, supongo que sí. Voy a recoger el libro

No sabía que era pero tenía un mal presentimiento ¿Qué podría ser ahora? No tenía ni idea, solo quería sentarme en el sofá y relajarme. No pedía más.
El trayecto a casa se estaba volviendo extraño. El silencio reinaba entre nosotros y la verdad es que no tenía ganas de acabarlo o quizás si, no estaba seguro.
Cuando llegué a mi casa me tiré al sofá mientras Tsuzuki limpiaba el destrozo de esta mañana. Me puse ropa más cómoda antes de ponerme a leer y no podía concentrarme del todo en la novela de ficcion que estaba leyendo, ¿El problema? Tsuzuki, demasiado ruido.
- Tsuzuki, ¿Te acuerdas de la norma número 243?
- Pues…-sacó los folios de mis queridas normas y empezó a buscar - ¡ah esa! No molestarte mientras lees
- Si, y la estas incumpliendo
- Prometo acabar en 10 minutos

Y lo cumplió. En diez minutos Tsuzuki estaba sentado al lado mío en el sofá y para mi gusto demasiado cerca.
- Tsuzuki
- Dime
- ¿Te acuerdas de la norma numero 3?
- ¿La 3?
- Si
- Espera que la busque…¡ah esa!
- No te acerques a mas de 2 metros
- ¿Es en serio?
- Si
- Hisoka estas siendo excesivo

Lo miré con desdén y rápidamente se calló. Se sentó un poco más lejos del sofá y por fin pude centrarme en el maravilloso personaje de esta novela, el Señor X, era fantástico aunque también extraño. No se cuanto tiempo llevaba leyendo pero si sabía cuantas páginas me había leído hasta el momento en el que algo me volvió a importunar ¿Qué era? Un peso extra sobre mis piernas ¿Qué peso? Pues la cabeza de Tsuzuki que se encontraba apoyada en mis muslos. Hoy lo mataba
- ¿Qué se supone qué haces?
- Tumbarme sobre tus piernas
- ¿Te recuerdo la norma 3?
- No, se cual es
- Pues despégate de mí
- ¿A qué le tienes miedo?
- ¿Qué?
- ¿A qué le tienes miedo, Hisoka?
- Tsuzuki…
- ¿Tanto te espanta qué otras personas se te acerquen?
- Mira tsuzuki…
- No, mira tu Hisoka, estas intentando volverte a apartar de mí como al principio de nuestra relación porque te ha dado miedo el terrible acercamiento que hemos tenido en estos pocos días. Te da miedo encariñarte conmigo por si algún día nos separamos, por si nos hacemos daño el uno al otro o simplemente decida alejarme para siempre de ti dejándote solo. Hisoka has sufrido y te entiendo, pero quiero que conmigo seas diferente, quiero que te abras a mí, que me dejes llegar a tu corazón. Nunca me iré, si tu no me lo pides, no me iré
- ¡No prometas cosas que no sabes si puedes cumplir!
- ¡Tócame! ¿Ves? Ahora mismo estoy contigo y quiero que así sea siempre- no supe porqué pero mi mano acarició su mejilla como autentificando sus palabras
- Pero Tsuzuki…
- ¿Qué hora es Hisoka?
- No se…pero llevo toda la tarde leyendo ¿no?
- Vamos a comer
- No me apetece
- Tienes que comer
- No quiero- me agarró firmemente la muñeca y me sentó en la mesa
- Siento ser tan rudo pero no quiero que enfermes. Tienes que cuidarte y a partir de ahora pienso vigilar si comes o no
- No soy un crío
- No te comportes como tal

Me preparó la comida (más bien calentó algo que hice el día anterior) pero no comí y Tsuzuki no insistió más para que lo hiciera. Me fui a mi habitación y me acosté a pesar de ser temprano hasta para eso, pero no me importaba. A los pocos minutos apareció Tsuzuki por la puerta se cambió la ropa y también se coló dentro de las sábanas.
- Hisoka, mírame

No se por qué pero lo obedecí. Me giré lentamente hasta que estuvimos el uno frente al otro. Me sonrió. Tsuzuki tenía una hermosa sonrisa que parecía iluminar todo el lugar
- ¿Por qué estás feliz, idiota?
- Porque ahora estamos más cerca el uno del otro que nunca

Si, eso era cierto ¿Quién me iba a decir que ambos íbamos a vivir juntos, trabajar juntos e iba a compartir mis momentos más crudos con él? Y lo más extraño ¿Quién me iba a decir que me dejaría rodear nuevamente por otros brazos, cuando me prometí el no volver a unirme a la personas para no salir herido?
- Hisoka, quiero quemar estos papeles- dijo enseñándome los folios con las normas
- ¿Por?
- No quiero vivir atado en mi propia casa, porque esta casa es a partir de ahora nuestra, de los dos, quiero que esta casa sea nuestro hogar Hisoka

No supe porqué pero la palabra hogar hizo que me temblara hasta el alma. ¿Significaba eso que Tsuzuki quería ser mi familia? Su mano apretó la mía
- No tengas miedo. Vamos a hacerlo juntos ¿te parece?

Ningún sonido salió de mi garganta pero pude asentir nerviosamente con la cabeza. Tsuzuki me miró con ternura comprendiendo mi miedo, él estaba igual, nunca supo lo que era una familia. Vivió solo y despreciado.
Juntos quemamos los papeles con las normas. Ya crearíamos normas nuevas hechas por los dos para nuestro futuro hogar.
Desde entonces aprendí a ser más flexible con el pobre de Tsuzuki y dejé incluso que trajera algunas plantas al hogar porque según él la casa era muy austera. Tsuzuki también supo como controlar mi carácter y a no meterse demasiado en mis cosas. No hubo percances en las 2 semanas que vivimos juntos y la convivencia fue mejor de lo que esperaba. Su compañía me agradaba y a él la mía. Tatsumi no parecía muy convencido del todo del nuevo cambio pero nos dio la enhorabuena igualmente. Hay un hecho que cabe resaltar y es que a partir de entonces dormimos fuertemente abrazados. Por las noches, se tornó costumbre ese cariñoso gesto aunque todavía me pusiera nervioso cuando notaba el brazo de Tsuzuki rodear mi cintura y pegar se pecho a mi espalda. Todo parecía paz hasta el momento.
Estaba preparando la comida de ese día mientras Tsuzuki ponía la mesa. El teléfono comenzó a sonar y fui a cogerlo
- Al habla Kurosaki ¿Quién es?
- Soy yo Kurosaki-kun
- Ah Tatsumi-san ¿Qué quiere?
- Ella ya a llegado aquí Hisoka, ya está en nuestro departamento
- Entiendo…
- ¿qué debería hacer? ¿la dejo?
- Si…
- Esto traerá problemas
- Lo se pero…quiero saber realmente que ocurrió en mi ausencia con mi familia, quiero saber que busca
- Ahora mismo solo busca venganza
- No podemos culparla…
- Tampoco dejarla libre, Hisoka vas a cometer un error
- Es mi hermana al fin y al cabo. Quiero ayudarla
- ¿A matarte?
- Tatsumi-san…
- Es cierto
- Creo que podremos arreglar las cosas
- Eso espero.
- Iremos para allá cuando acabemos de comer
- Allí os espero.

Comí tranquilamente. El corazón me martilleaba de la angustia. Esperaba que la venganza no fuera lo único que ocupara su mente.
Cerca de las 4 de la tarde llegamos al Enma. Sakura nos esperaba en la entrada bajo los eternos cerezos en flor. Los pétalos como copos de nieve rodeaban su figura. Su belleza era sublime en aquel momento. Mientras me acercaba a ella nuestros ojos estaban fijos en los del otro hasta que dimos hombro con hombro. Se inclinó suavemente sobre mi oído.
- Te quitaré lo que más quieres Hisoka
- ¿Seguro?
- Si, te quitaré a él

Su mano señalaba a Tsuzuki que siguió el camino para encontrarse con Tatsumi. ¿Sería mi hermana capaz de quitarme todo lo que había formado con Tsuzuki durante todo este tiempo?
- Te lo quitaré y estarás solo como siempre debiste haber estado, hermano. Con estas manos asfixiaré todo lo que tienes lentamente sin que nadie se de cuenta…nadie excepto tú claro está
- Soy tu hermano
- Para mi no eres mi hermano, eres mi enemigo
Notas finales: Bueno ¿Qué tal? Me sorprende que haya buena convivencia entre Tsuzuki y Hisoka jejejeje pero total. Todavía no empieza la parte que tengo un montón de ganas de escribir y os aseguro que lo peor que le podría pasar a Hisoka no es la visita de su hermanita jejeje le falta mucho que sufrir.
Hoy estoy enrrollandome más de la cuenta. Un beso, gracias por leer y hasta el próximo cap.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).