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Giros inesperados por earendyll

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Llevaba unos días angustiado, más de lo normal. Pude descubrir el rencor, odio y desprecio que me procesaba mi hermana, pero ¿Por qué? ¿Qué había hecho para merecer ese trato de su parte? No lo sabía y eso me ponía aun más de los nervios. Desde que había llegado Sakura estaba prácticamente pegada a Tsuzuki, eso me cabreaba tanto que me corroía las entrañas. Quizás era en esos momentos cuando más la odiaba. ¿Tanto me odiaba como para intentar arrebatarme a Tsuzuki? De lejos sus ojos me atravesaban como dagas heladas que me traspasaban hasta el último milímetro de piel. Un roce de sus dedos era como una afilada cuchilla. Un beso de sus labios era su firma para el sufrimiento. Dolor, dolor y más dolor. Eso era lo que me esperaba al lado de mi hermana pero no podía dejarla sola, no ahora que estaba en el crudo mundo al que se enfrentaban los shinigamis ¿Sabía realmente lo que era ser shinigami? ¿Sabía el sufrimiento que tendría que soportar realizando este trabajo? No, no lo sabía. El odio la cegaba, el odio hacia mí. Yo la había traído a una eternidad de sufrimiento en la que ella prometió hacerme sufrir a mí. ¿Este iba a ser mi recuerdo de una familia? Preferiría nunca haberlo tenido. Ojalá no hubiera ido a esa misión en la mansión Kurosaki. Quizás me hubiera lamentado en un futuro pero no estaría sufriendo tanto. ¿Sería que solo existía el sufrimiento para mí? ¿Cuántas veces de pequeño me he hecho esta pregunta? Muchas sin duda y todavía seguía haciéndomelas. ¿No merecía ser feliz? ¿Era este mi castigo por nacer o por buscar venganza? Lo malo era que el sufrimiento no era solo para mí, había arrastrado a todas las personas hacia ese fango espeso que por mucho que luches no puedes escapar, hasta ahogarte en él. Tsuzuki era esa cuerda que me ayudaba a salir de esas tierras movedizas en las que yo mismo me hundía. A pesar de no estar tanto tiempo juntos como antes su mirada me seguía a todas partes. Sabía que él nunca me abandonaría. Tener certeza de eso me dio fuerzas para enfrentar a mi hermana y aclarar esto de una vez por todas. Me dirigí hacia ella. La agarré por el brazo separándola de Tsuzuki que miraba todo perplejo y me la llevé lejos. Así nadie podría vernos ni oirnos. Ella forcejeaba y gritaba como una loca y saqué a relucir toda mi fuerza de voluntad para no hacerla callar con mi puño. Que poco caballero me estaba volviendo… En un rincón la solté bruscamente y su espalda dio contra la pared. Me miró con odio y me dio semejante bofetón que me dejó con la cara ladeada hacia la izquierda. La miré sorprendido e intentó darme otra vez con el reverso de la mano. Pude cogerle la muñeca con firmeza a pocos milímetros de mi cara. La notaba temblar entre mis dedos de la furia que almacenaba en su cuerpo. Intentó soltar su mano pero no la dejé escapar. Con una mirada cargada de hielo la hice callar y estarse quieta.
- ¿Qué quieres?- su voz sonaba lúgubre pero no le quitaba belleza a la misma
- Quiero aclarar todo esto contigo. ¿Por qué este odio hacia mí? No lo entiendo
- ¡Que no entiendes!¡me quitaste a mis padres!
- ¡Yo no hice nada! ¡Ni si quiera estaba con ellos, estaba encerrado en mi habitación!
- ¡Pero siempre estabas en sus pensamientos! ¡Siempre! ¡Siempre! ¡SIEMPRE! ¿Y yo qué? ¿acaso no había un lugar de su mente como para pensar en mi? ¡Ni si quiera se dieron cuenta de que yo también era empática!
- ¿Qué? Tu eres… ¿empática?-la mirada que me dedicó fue suficiente para callarme- ¿Qué buscas con hacerme la vida imposible?
- Hacerte sufrir lo que yo he sufrido durante toda mi vida. Nadie estuvo nunca conmigo…nadie excepto Kazu-chan. Ni padre ni madre estuvieron conmigo cuando yo los necesitaba ¿Por qué? porque estaban pendientes de ti. De su heredero…su primogénito ¡Ni si quiera con tu muerte pude librarme de ti! Madre se consumía lentamente y nuestro padre intentaba ayudarla…pobre iluso, mamá solo tenía la cabeza llena de ti, de tus ojos, de tu anomalía, de tu enfermedad y de tu muerte. Pero ¿Y yo? ¿Qué había de mí? Me acuerdo que desde que se dieron cuenta de que eras un “monstruo” intentaron curarte con varios médicos. Tomabas miles y miles de medicamentos que te daban fiebre, temblores, dolores…Nuestros padres ya no sabían que hacer, estaban perdiendo a su heredero. A su único heredero porque yo no podía heredar, era mujer. Como odiaba eso. Al igual que te odio a ti. Te odio, te odio y mil veces te odio. Haré que tu vela finalmente se consuma.

El aire se fue de mis pulmones con la misma velocidad con la que mi hermana se escapó de mi lado. ¿Cómo es que no sabía estas cosas de su propia familia? Había recibido demasiada información en pocos días y no sabía que hacer. ¿Cómo solucionar los problemas que tenía con su hermana? Entendía su odio ¿o debería llamarlo celos? Su hermana le tenía unos celos enormes por acaparar la atención de sus padres. Es extraño que aun siendo empática no sepa distinguir entre el odio y los celos o ¿Esos celos se fueron convirtiendo lentamente en odio? Intentaría canalizar sus sentimientos para saber mejor como tratarla a partir de ahora.
Miro el reloj de pulsera, marcaban las 2 de la tarde. Era el descanso para la comida pero en estos momentos no le apetecía nada, solo quería pasear un rato.
Salí del Enma con la intención de volver en un rato, en realidad tenía pensado irme después directamente a casa. Quería simplemente sentarme en el sofá con Tsuzuki hablando todo el rato mientras intentaba leer un libro. Mi cuerpo se detuvo cuando un escalofrío me recorrió todo la espina dorsal. Esta sensación…no, no podía ser ¿Por qué? Me levanté la manga de mi jersey y pude ver como lentamente las marcas de mis brazos se iban haciendo más y más visibles. Solo podía oír el sonido de mi respiración y de mi corazón que palpitaba rápidamente. El miedo estaba empezando a dominarme ¿Había venido a llevarse a Tsuzuki o estaba con otro de sus macabras juegos? De repente el frío comenzó a embargarme. Vaho salía de mis pulmones. Estaba parado en mitad de la calle. El cielo se fue tiñendo de añil ¡Todavía no podía anochecer eran las 2 de la tarde! Volví a mirar mi reloj marcaban las 7 ¿Qué estaba pasando aquí? Prácticamente solo había andado unos metros. Levantó la vista inspeccionando el lugar. No había nada conocido ¿Me había metido en los suburbios? La misma sensación de antes le vino pero aun con más intensidad y el ardor en las marcas, que llevaba tapadas celosamente, empezaba a hacerse insoportable. Una mano fría se posó en mi hombro
- ¿No me digas que estás perdido?

Esa voz…esa voz hizo que me quedara congelado en el sitio sin poder moverme. Su cuerpo se pegó al mío y sus labios seguían cerca de mi oído haciéndome estremecer. Muraki…¿No podía dejarnos en paz aunque fuese un tiempo? ¿Qué buscabas ahora? ¿Te divertía martirizarnos?
- ¿qué quieres?
- Nada especial niño, Solo pasaba por aquí.
- ¿Qué buscas de nosotros?
- ¿Nosotros? Contigo no hay nadie más
- Sabes a qué me refiero
- ¡Oh! Te refieres sólo a mi querido Tsuzuki
- ¿Solo?
- Me creía que ese nosotros incluía a tu querida hermana

Mis ojos se abrieron más de lo normal.¿Cómo lo sabía? Una sonrisa prepotente se instaló en sus labios
- ¿No te acuerdas ya Hisoka? Mi padre era el médico de tu familia. Incluso alguna vez acompañé a mi padre en su labor aunque debo de reconocer que nunca me fijé en ti hasta esa noche en que gravé mi maldición en tu cuerpo. La verdad es que a penas te conocía pero a la pequeña Sakura si. Siempre lloraba en mis brazos buscando el consuelo que su familia no podía darle. Yo fui quién la sostuvo durante mucho tiempo. Su dulce voz siempre me llamaba “Kazu-kun, ven a jugar hoy conmigo”
- ¿Kazu-kun…?
- Me creía que te diste cuenta cuando ella dijo que te estaba esperando ¿No te resultó raro que ella supiera que no estabas “muerto del todo”? Ella sabía también de la existencia de los shinigami, sabía que tu eras uno de ellos y que la ayudarías a convertirse en uno. ¿quién crees que la sostuvo durante todos esos años? Lo malo fue cuando tuve que marcharme debido al extraño asesinato de una joven en el jardín de los cerezos y la repentina enfermedad del heredero del clan ¿Adivinas por qué?. Mi padre se marchó asustado y yo me fui con él. Tu hermana prácticamente enloqueció y hace poco vino a mí. Hicimos un trato. Ella me entregaría a Tsuzuki y yo le enseñaría el camino hacia su hermano para que llevara acabo su venganza.
- Todo esto es para llevarte contigo a Tsuzuki…
- Ya sabes que su cuerpo es perfecto, lo necesito
- ¿Y si te encuentro a alguien con las mismas características que Tsuzuki…lo dejarías marchar?
- ¿Es eso un trato?
- …l ha sufrido mucho. Se merece ser feliz
- No será feliz si pasas por encima de otros para conseguirlo
- Eso es si él se entera.
- Estas empezando a volverte retorcido, niño
- Te empeñas en Tsuzuki porque descubriste que era eternamente joven…inmortal. Todos los shinigamis somos inmortales…siempre jóvenes…nuestras heridas se regeneran con rapidez. Eso es mejor qué el cuerpo de Tsuzuki.
- Te recuerdo que Tsuzuki es el shinigami más poderoso
- Hay otros increíblemente poderosos. Aunque quizás no tanto como él
- Yo quiero a Tsuzuki…

Volvió a cercarse a mi oido y me contó su plan. Con un susurro su voz masculina iba contándome lo macabro de su historia. Su voz aterciopelada, fría y hermosa me inundaba el cerebro. Sus palabras flotaban en mi mente como pequeños pétalos llevados por el aire…pétalos negros, como su propósito ¿Devolverle a la vida a su hermanastro? Eso iba en contra de todas las leyes. Mientras su voz iba susurrando en mi oido en un tono de voz neutro, mis poderes como émpata me mostraban cada vez más y más la extraña oscuridad que se cernía en torno a Muraki. Esa oscuridad me envolvía. El resentimiento que le guardaba a su hermano era impresionante y el espesor de esa oscuridad me impedía ver algo más que eso. Había tantos sentimientos encontrados que no sabía separarlos unos de otros y clasificarlos. ¿Cuánto habrás sufrido Muraki?
- Si lo que deseas es revivir a tu hermano…elígeme a mí
- ¿Cómo?
- Usa mi cuerpo como recipiente para tu hermano
- ¿Quieres que use tu cuerpo?
- Mi cuerpo esta marcado por ti. ¿Qué mejor forma de controlar a tu hermano y de hacer que permanezca a tu lado? De hacerlo sufrir sabiendo que su cuerpo te pertenece… sabrá que nunca podrá huir de ti porque a donde vaya…lo encontrarás

Eso último era más bien como me sentía yo con respecto a mi cuerpo. Como odiaba estas marcas. Me sentía marcado como un perro por Muraki. Unos dedos fríos rozaron mi mejilla. Un escalofrío hizo que diera un repentino respingo.
- Esta bien. ¿Estas seguro?- lo que dijera sería mi sentencia
- Si – me pareció extraño que me preguntara…como si tuviese otra opción…
- Te necesito lo más pronto posible
- Tengo trabajo
- Sakura iba a pedirte un cambio de parejas porque sabía que Tsuzuki no podría negarse aunque no estuviese de acuerdo. Cuando se te pregunte por ese cambio tu acepta y pide permiso para, mientras tanto, hacer otro tipo de misiones fuera de la ciudad
- ¿Fuera?
- No queremos qué nadie nos interrumpa ¿Verdad? Ni si quiera Sakura sabrá donde estaremos
- ¿Cuando nos ponemos en contacto?
- Yo te llamaré…
- Pero si no sabes…
- Si lo se, Ella me proporciona toda la información necesaria. Todo esto estuvo en mis planes aunque ha habido unas pequeñas variantes sin importancia. Pero como siempre, yo salgo ganando.

Tsuzuki ¿Por qué nada nos sale bien? Al menos intentaré protegerte como tantas veces hiciste tú conmigo. Solo espero que me olvides pronto y que no averigües todo esto porque tu vida sería un sufrimiento, otro más que sumarle a tu maltrecho corazón. Estoy seguro de que todos te apoyaran y gracias a eso no llegaras a medidas más drásticas. Todavía no he dicho lo importante que resultan todos para mí y, Tsuzuki, sabes perfectamente que tú eres el más especial. Pero no puedo despedirme de vosotros…saber que quizás nunca os vea hace que se me vayan las fuerzas.
Sorprendentemente el cielo estaba plagado de estrellas. Una estrella fugaz cruzó el firmamento y sin pensarlo pedí un deseo: “que todo salga bien” aunque realmente quise decir: “Protege a las personas que quiero”. Si, Por fin pude decir esas palabras que nunca salían de mi garganta: “os quiero”. Supongo que esta iba a ser mi silenciosa despedida. Fui hacia un templo como nunca antes hice, entrelacé mis dedos y me quedé durante toda la noche rezando por el bien de todos. Borradme de vuestros recuerdos aunque eso signifique volver a sentirme solo.
Notas finales: He tardado un tiempo pero por fin he podido subirlo...Creo que este es un capitulo muy corto pero que ilumina en muchos aspectos y como seguramente ya os loo habreis imaginado la historia ya mismo llega a su fin (aunque todavía le queda varios cap)...Solo espero que os guste y hasta el proximo capitulo.
PD: Muchas gracias por seguir esta historieta!!!

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