Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Giros inesperados por earendyll

[Reviews - 52]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Los tacones de mi madre hacían eco en las lustrosas paredes de piedra. Lentamente se fueron acercando hasta que pude ver los elegantes zapatos de su imperturbable color negro, como siempre.
- Querido Seichiro hacía mucho que no te veía.
- Si, señora Kurosaki ¿Cómo ha estado?
- Muy bien. Me alegra ver como me hablas con respeto e increíble formalidad…pasa, debes de estar cansado de tu viaje.
- Pero el muchacho…
- Oh tu sirviente…no te preocupes podrá quedarse con nosotros pero que vaya a traerte un té

Salí de la habitación sin mirar la cara de mi madre. Todavía no era capaz de dirigirle la mirada.
Al llegar con un té de rosas y pastas para el mismo, me sorprendió que mi madre al dejar un té para ella me agarrase la mano.
- Me gustaría mirarte a la cara muchacho – Mis manos me temblaban y me ardía la zona donde, como una garra, me apresaba mi madre para no dejarme escapar. Era extraño que presentara interés por un simple criado. Poco a poco fui elevando el rostro hasta que pudo verlo bien, pero mantuve mis ojos tras los párpados- tus ojos…¡ábrelos!

Su orden era clara, como siempre. Como hacía ya tantos años…
Al alzar mi mirada pude ver como sus ojos me miraba con desagrado. Cuantos años parecía haber envejecido mi madre. Su increíble cabello color de oro era ahora de un blanco apagado. Su piel antes suave y tersa estaba manchada y con arrugas. Sus bonitos ojos claros estaban vacíos ¿Por cuánto sufrimiento habría pasado ella también?
- Preferiría que nunca más me mirases con eso ojos me resultan muy desagradables…me recuerdan a un pequeño rufián que teníamos por aquí.
- Como usted mande señora
- Y te advierto: Nunca me dirijas la palabra a menos que yo te lo mande. Recuerda que no eres nadie importante- apreté mis puños fuertemente. La ira comenzaba a cegarme. Me mordí la lengua hasta hacerla sangrar para no soltar cualquier barbaridad
- Es cierto señora, sólo soy un humilde sirviente y como tal, se que es lo que debo hacer y lo que no
- Señor Mamiya a los sirvientes hay que tratarlos como perros. Hay que adiestrarlo con dureza para que aprendan. Nunca les tiendan la mano porque le cogerán hasta el brazo
- Señora Kurosaki siento estar en contra de lo que usted cree. A pesar de no ser “nadie importante” son personas iguales que nosotros…tienen preocupaciones, dudas, miedos…como cualquier persona y si está en mi mano el ayudarlos, lo haré.
- Que conmovedor Sei-chan…pero a eso se le llama hipocresía quizás ambos seamos personas, ricos y pobres me refiero, pero no compartimos los mismos miedos, preocupaciones, etc. Porque los miedos, preocupaciones y demás de los pobres y de los afortunados son diferentes. A mi no me da miedo el intentar llegar a fin de mes y a ellos no les preocupa la bolsa o simplemente una fiesta que hay en la casa de algún conocido. Nosotros somos superiores. Se matarían entre ellos por nuestro dinero
- Quizás no se matarían si se les ofreciera parte de lo que quieren. Ellos siempre intentaran desesperadamente que a sus hijos no les falte de nada y si para ello tienen que trabajar toda su vida a 16h diarias lo harán. A veces pienso que a nosotros los “afortunados” se nos olvida a veces que somos personas y no solo eso, sino la parte maravillosa de ser persona: el compañerismo, el simple regocijo de ayudar a alguien…¿Dónde queda todo eso?
- Eso viene después del dinero Seichiro. Te crees que el mundo es un paraíso. Pero déjame decirte que la Tierra es el peor de los infiernos. Si quieres sobresalir tendrás que hacer que alguien se encuentre por debajo. Aunque sea pisoteándolo
- Eso es muy cruel
- Esa es la realidad. Si hay ricos es porque hay pobres. Es el yin y el yang

Las ideologías de Tsuzuki y de mi madre evidentemente eran muy distintas y quizás opuestas. Mientras que una era cruelmente realista la otra era demasiado idealista, típico de Tsuzuki…mi madre ya empezaba a verlo con otros ojos. Antes eran vacíos, ahora transmitían una frialdad agonizante que me erizaba la piel. Aun sin mi empatía podía percibirla. Todos estos años habían enfriado el corazón de mi madre más de lo que yo hubiese esperado. La oscuridad dentro de ella era como un abismo profundo que ni yo era capaz de divisar su final. ¿Que cosas trágicas habían pasado para volverla así?.
- Bueno querido… no es hora de una comida ya que hace media hora que fue servida. Quien no va al salón a las 2 en punto no come. Aunque puedo ofrecerte un té
- Me agradaría tomarlo
- Niño ¿Qué esperas para traerlo?

Empezaba a haber una ligera tensión en el ambiente. La sonrisa inicial de Tsuzuki había desaparecido completamente de su rostro. Lo único que quedaba era la fría formalidad.
Mientras Tsuzuki tomaba el té con mi madre no se cruzó palabra alguna.
- Ey chico acércate- susurró Tsuzuki en voz alta. Noté como le costó trabajo no decir mi nombre…no habíamos pensado como llamarme en esta misión
- Dígame
- Extiende la mano- sin saber muy bien para qué la extendí. En la palma de mi mano se encontraba una pasta para el té- debes de alimentarte, apenas has comido hoy
- Seichiro querido, un sirviente no come hasta que no ha acabado sus tareas
- Pero para mí él es más que un simple sirviente…llevamos demasiado tiempo juntos
- Me estás decepcionando cada vez más Seichiro Mamiya.
- Pues lo siento señora
- ¿Has acabado?
- Si
- Pues entonces vayamos a visitar el jardín, mi esposo debe de estar allí.

Debía de seguir a Tsuzuki a cualquier sitio a donde fuera pero no me sentía con fuerzas de ver no solo a mi madre, también a mi padre y…lo peor de todo, el jardín de hermosos cerezos, cerezos tintados de rojo. Me consolaba ver simplemente la espalda de Tsuzuki, sabía que estaba conmigo y si pudiera me ahorraría el sufrimiento. Pero a esto debía de enfrentarme yo solo.
- Oh vaya tu debes de ser Seichiro. Has crecido muchísimo. De pequeño eras rubio, como cambia la gente…me alegro muchísimo de verte.
- Y yo a usted ¿Cómo ha estado?
- Perfecto pero hablemos mientras damos un paseo por los cerezos.

No tuve ni las fuerzas suficientes para alzar la mirada y observar a mi padre. Mi madre antes de saber de mi “anomalía” me cuidaba. Siempre me abrazaba con ternura y me besaba en la frente antes de dormir. También recordaba la cálida mano de mi padre revolviéndome el pelo y acariciando mis mejillas ¿Cómo había acabado todo así? Bueno la respuesta es sencilla: por mi culpa. Si no le hubiera dicho de mi empatía hubiese crecido con una familia normal con una madre que me besara las heridas cuando me caía y un padre que me alzara sobre sus hombros para intentar llegar a la rama de un árbol. Pero…inocente de mí, creía que mis padres iban a decir un “no te preocupes, estamos aquí contigo” o quizás “nos da igual como seas, eres nuestro hijo”. ¿Por qué todo el amor que me profesaban se convirtió en odio? No…no era odio, era miedo. Les aterrorizaba acercarse a mí. Mi madre con el tiempo pasó del miedo al odio y lo entendía: el primogénito era un “monstruo”…que clara suena esa palabra todavía en mis sueños…monstruo…si…a los ojos de mi madre no era mejor que eso ¿Quién sino podría saber que pensaba cada persona? ¿Quién sino podía casi predecir lo que iba a suceder? La respuesta para mis padres fue un monstruo. Dolía cuando una madre te despreciaba pero ese desprecio era porque todas las ilusiones de tener un heredero se esfumaron el día en que yo les conté todo. También dolía la indiferencia de mi padre incluso más que la de mi madre porque el simplemente parecía que se le había olvidado que tenía un hijo. Siempre que miraba a mi padre era a su espalda, ya ni si quiera me acuerdo de su cara, aunque todavía recuerdo la calidez de su mano cuando me acariciaba y la felicidad que me envolvía cada vez que lo hacía. Y como no, su sonrisa, la sonrisa de mi padre era increíblemente luminosa hasta que ya no pude verla más.
- Muchacho ¿estas bien?

Mi padre me había sacudido el hombro levemente y me veía con cara de preocupado. Hacía tanto que no veía su cara…hacía tanto que no veía esa preocupación por mi culpa…El también había envejecido tanto o más que mi madre…¿Estaba la familia Kurosaki destinada al sufrimiento? Lágrimas caían por mis mejillas.
Notas finales: Este es cortito pero como tarde mucho en escribir es malo XD (significa que se me fue la inspiración) asi que hay hay otro cap. Todavía no se exactamente por donde cortar la historia...no se si acabar este fic (que va para rato) y hacer un continuación o hacer las dos juntas.... Pffff que estrés XD

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).