Hacia frio, mucho frio…
Era la primera vez que nevaba en central…. La primera desde que el estaba hay.
-Riza-llamo un pelinegro a su amiga-será mejor que regreses a casa…
La mujer miro a su jefe –es verdad-y luego dirigió su vista hacia la ventana, detrás del escritorio del militar-parece que la tormenta se hará mas fuerte, usted debería hacer lo mismo-y sin mas Riza tomo su abrigo blanco y salió de la oficina.
Hace unos meses Roy hubiera preferido irse a su hogar en vez de pasar las noches en su fría oficina, pero todo en su casa le recordaba a el, las almohadas estaban impregnadas de su aroma… al cruzar la puerta de madera fina Roy sentía un vacio enorme que era consecuencia de un amor no correspondido.
Encendió un cigarrillo…. No era muy agradable el olor que desprendía, pero al menos le daba algo de calor y calmaba su mente.
¿Cuánto tiempo había transcurrido ya?
Una, dos tres semanas… si hace tres semanas que le dio su respuesta… y por mas que el hubiera pensado que seria afirmativa… no necesito oír nada, bien dicen que una imagen vale mas que mil palabras.
Por mas que había insistido en que pusieran una calefacción sus superiores lo habían pasado por alto, realmente se estaba congelando, eso y los recuerdos de aquella despedida le habían quitado sus, ay de por si pocas ganas de terminar de firmar el papeleo.
A diferencia de su escuadrón, que vivían en el cuartel, el había preferido comprar una vivienda en una zona tranquila, no era algo apantallante ni mucho menos, pero era todo lo que necesitaba,
Una casa de dos pisos, una cocina, tres recamaras, una sala de estar, dos baños, una biblioteca, todo eso con un pequeño jardín trasero, parecía el lugar perfecto para una familia….
Metió la llave en la cerradura y entro a la casa, subió las escaleras hasta llegar a su alcoba, esta era la primera habitación, se recostó en la cama…
-Edward-su voz parecía triste… parecía dolida, y ralamente así se sentía, triste, traicionado, dolido
-edward-volvio a sollozar-por que… - no se atrevió a formular la pregunta, prefirió simplemente dormir.
Llevaba demasiado tiempo pensando en Edward, estaba decidido… no sabia como, pero lo haría, Roy mustang olvidaría a Edward Elric.
Seis años habían pasado desde aquello…
El pelinegro despertó en su cama, con pereza se levanto y camino hacia el balcón, hizo a un lado la bella cortina blanca que le impedía mirar el horizonte, nieve, otra vez era invierno.
-papi-se escucho una dulce voz que provenía de su cama-ya te levantaste
-si-la voz del coronel era suave y paternal, se acerco a la cama que era compartida por el y su pequeño niño de 4 años
-ne papi-llamó el niño lleno de energía-mira hay nieve-señalo el paisaje.
El pelinegro mayor cargo a su casi clon y lo llevo hasta el balcón
-oye pequeño -su hijo se abrazo a el cuando sintió el frio-dime que prefieres… ir a trabajar con papi o quedarte en casa con una niñera- el niño hizo un puchero adorable y se abrazo mas a su papa
-nuuuu-dijo el pelinegro menor-prefiero ir contigo-Roy sonrio-ademas… si no voy quien cuidara que papa no haga algo torpe
-oye-fingió molestia-no deberías hablar así a tu padre- el niño sonrió divertido a su papa y le saco la lengua
-jaja si así eres ahora, no me imagino como serás en tu adolescencia
Ambos pelinegros rieron, Roy amaba mucho a su hijo, era tan parecido físicamente a el pero… a veces su carácter era igual que al de su madre…
Roy había tardado tanto en superar lo ocurrido seis años en el pasado… en todo ese tiempo su carácter se había vuelto débil y su voluntad era tan frágil, pero ella siempre estuvo a su lado… recordándole el por que de su existencia, ella y su amigo Maes lo habían ayudado a salir de su depresión, fue por eso que Roy, decidido a dejar para siempre en el olvido a Edward, se caso con Riza.
Su vida era muy feliz, aun recordaba la vez que Riza le dio la noticia de su embarazo, fue un hermoso día de Primavera…
Llevaban casi un año como esposos, Riza había decidido tener un puesto de oficina en la milicia, no era tan emocionante, pero al menos podía estar siempre con el coronel, y sus vidas no estaban en riesgo.
Roy no pudo contener la emoción cuando Riza le confirmo que tendrían un bebe, pero la felicidad no duro mucho…
A Riza le diagnosticaron una enfermedad, al parecer disparada por el cambio hormonal que fue el estar embarazada, era algo incurable, pero la chica amaba demasiado al coronel.
Aquí estaban el y su amado Ryu, Y su esposa… ahora ella estaba en coma, pues la enfermedad aun no la había matado por completo, Roy casi nunca hablaba con su pequeño de Riza, y hasta ahora no había tenido la necesidad de decir algo sobre ella, Ryu había crecido con su padre y en el cuarte, el ser el único niño, todos los soldados jugaban con el de vez en vez, la verdad es que Ryu tenia una vida tranquila, sonaba con ser como su papa, un alquimista, y Roy le había enseñado las bases de la alquimia.
Los dos Mustang llegaron a la oficina en central, Roy con su uniforme militar y Ryu con un pantalón azul marino y una chamarra del mismo color.
-Coronel-saludaron sus subordinados- le sorprendió que todos estuvieran frente a su oficina… como impidiéndole entrar… Roy lo sabia, no por nada los había conocido por tanto tiempo ya.
Mustang hizo un gesto de duda y su hijo lo miro algo intrigado.
-Coronel-esa voz… era de-vaya hace tiempo que no nos veíamos- hablo nerviosamente un rubio…