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Bacanal por Medora

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Notas del capitulo:   Vuelvo a la carga. Gente linda de amora yaoi, disculpenme por tardar tanto. Espero su opinión.

Para Atalantis y su Kakashi con ojo chemo.


Para Aome… linda Higurashi-imouto espero que ya estés mucho mejor.


Shinobu_k , Sarhaliene, Belldandy, Leviq, Dark lady, Itzuko Y Kaoru dono, espero que me dejen su comentario y esto también se los dedico.



Como ya sabrán este fic es de un cuarteto y ya habrá un Youji- Aya más adelante.

LEMON Y MAS LEMON, así que ya saben.






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¿Qué seguía?, esa era una buena pregunta. El aguante de todos era magnífico y más por el hecho de saber que en lugar de estar en la florería atendiéndola, estaban dándole gusto a las sábanas.

Youji necesitaba consumar la fantasía de entrar en el hermoso cuerpo de Ran Fujimiya, pero éste se le presentaba bastante distante para lo que su sucia mente maquinaba.
No había de otra, lo que tenía que hacer era aliarse con los otros dos… el dilema iba estar en ¡¿cómo diablos decirles sin que Aya los escuchara?!


Por otro lado el pelirrojo ni en cuenta de lo que el castaño gato tramaba.

Súbitamente el Balinés tomó de la mano a Ken y sin más se lo sentó en las piernas para luego besarlo.

-Vaya Kudou, aún estás caliente- dijo Ran a modo de observación ya que esa acción lo pilló desprevenido… igual que al exfutbolista.


Jamás de los jamases iba admitir que la lengua de Kudou le resultaba deliciosa, pero mejor era que, una vez repuesto de la sorpresa, disfrutara del gesto.

Las manos de Youji acariciabanle la nuca, quitándole algunos cabellos para poder besar el brillante cuello.

El Balines hundió su lengua en la cavidad que dejaban los músculos del cuello y haciendo con ello gemir al dueño.

Justo en el momento que se separaba de la piel del neko futbolero y abría los ojos, Aya se disponía a jugar nuevamente con Omi. Sin embargo el de los ojos verdes le impidió tal acción al agarrar al menor de la mano, a tal guisa como antes hiciese con Ken, hasta acomodarlo en la pierna que libre estaba.

Así uno en su diestra, el otro en la izquierda, lo cierto es que el trío ofrecía una imagen sin igual.

Besaba uno y a otro de cuando en cuando. De hecho cuando no besaba a uno, si lo manoseaba y viceversa.

Ran sentía, muy a su pesar que su boca se tornaba seca. Esa imagen… ese Kudou era el que siempre se había imaginado. Tan descarado como excitante. Mientras que los pequeños se veían adorables, tratando de resistirse, aunque claro, sin hacerlo de manera convincente.

Entre todo ese manoseo, los menores pronto alcanzaron una nueva erección.

Los cuerpos brillaban de sudor, al tiempo que los gemidos se dejaban escuchar, cada vez más y más fuerte.


El sólo verles provocó que su hombría se irguiera orgullosa.


El ojiverde sonrió el jefe ya estaba "listo"

Iba a acercarse y dejarles en claro que a él nadie, absolutamente nadie dejaba de lado. Cada vez estaba más cerca de ellos. Cuando estuvo a unos pasos de distancia ambos chicos que yacían en el regazo del mayor se levantaron y se dirigieron a Fujimiya.

Como era de esperarse el pelirrojo los vio con desdén, hasta que notó que empezaban a acariciarlo. Ken se ocupaba del costado derecho, mientras que Omi del izquierdo.


Siberiano se quedó de pie, mientras que Bombay se hincó.

Los tímidos labios de Ken consintieron las tetillas del jefe neko, en tanto que Omi le basaba el vientre, todo esto era visto ahora por el gatito castaño.


Un poco de desconfianza le impedía obsequiarles a esos chicos los gemidos que se merecían por tan buena labor realizada en su cuerpo.

Para mayor deleite de Aya, Ken bajó lentamente besándole la piel desde los pectorales hasta llegar a la ingle, donde ya lo esperaba Omi.

Después de un intercambio de lascivas miradas, los dos pequeños nekos se dispusieron a atender esa dureza.


-¡Ah!… pequeñajos del demonio… ¡ah!… sigan así- jadeó el de los ojos violetas al sentir esas dos pequeñas lenguas humedeciéndole y calmándole de algún modo el calor.


Por un instante el Balines casi se olvida de lo que pensaba hacer, pues ese era un espectáculo que verdaderamente no se ofrece todos los días.


El deseo lo llevó a posar una mano en la respectiva cabeza que tenía entre sus piernas.

Un helado, una paleta… lo que sea que fuese, pero en definitiva esos niños le lamían de manera soberbia. Ambos le acariciaban la punta o sino uno iba a la base, en lo que el otro se quedaba delineando la cabeza; obteniendo como premio el salino líquido preseminal.

Fue entonces, en el momento en el que echó la cabeza para atrás en el que notó que Balines estaba a su espalda.

El éxtasis que esos nekos le causaban le impidió defenderse del cable que, el de los ojos verdes, pasara por su mano derecha para luego agarrarle la otra y así inmovilizarlo. Y no sólo eso, sino que el castaño ató ese cable a una argolla que se encontraba clavada en el techo.

-Vaya…- dijo como toda expresión de sorpresa, aunque ciertamente le había divertido que ahora el atado fuese él.



Aunque se trataba de una treta para amarrarlo, lo menores no dejaron de lado su tarea, lo que si hicieron fue disminuir la velocidad de las caricias administradas.


El cuerpo del castaño se pegó al del pelirrojo por detrás, abrazándose de su cintura, acción que dejó en claro para Aya lo que el ojiverde quería de él.


Los atrevidos labios de Kudou se cerraron posesivos sobre el cuello de Ran para luego dirigirse a su oído y musitarle un "serás mío".

La invitadora y sugestiva voz hizo que la piel de la zona se le erizara sin remedio.


-Despacio nekos, no quiero que acabe antes de tiempo- ordenó Youji.




-¡Ugh!… Balines… ni creas que me vas a poseer así de fácil- dijo el pelirrojo a modo de advertencia, al sentir unos dedos escurridizos colándose en su interior.


-¿A si?, pues déjame decirte que prefiero pedirte perdón que pedirte permiso.

Entraban y salían de manera deliciosa… pues muy a su pesar lo disfrutaba, ya que las lamiditas cada vez más escasas le atenuaban cualquier protesta.


-¡Ah!… ¡Kudou!


-¿Dime?


-… si vas a hacerlo hazlo… ¡ya!


-Me encanta cuando te pones impaciente…- dijo el de los ojos verdes y como lo que ordena el jefe es ley, en unos momentos más iba a entrar en ese hermoso y viril ser.


Una mano atrevida fue bajando hasta quedar en su pierna, con la intención de levantársela y así hacer que la penetración fuese más profunda.





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Bien ya me tengo que ir… no he dormido bien.


Cuídense y COMENTARIOS por favor.


Gracias por leer.


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