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Luz Nocturna por rosario_duoshin

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Notas del capitulo:

En un largo rato de inspiracion y sin mucho que hacer logre terminar el segundo capitulo de este fic.

 

Como cada tarde Quatre y Duo regresaban a casa, pero a diferencia de otros días, ambos iban bastante serios, e incluso en todo el camino no hablaron,  ya era bastante tarde, incluso había oscurecido y es que nuevamente Zack y sus amigos, los habían molestado, pero esta vez fueron en contra de Quatre, lo tiraron de las escaleras, por suerte, si se le puede llamar así, se detuvo en el descanso de las escaleras, su brazo se había roto y tenia algunos moretones en su rostro, sus padres no pudieron ir al hospital para recogerlo, por lo que Duo lo acompaño todo el tiempo, era lo mínimo que podía hacer

-Yo... lo lamento Duo- Quatre comenzó a decir bajando la mirada, cuando llegaron a la calle donde siempre se separaban- Lamento no poder ser capaz de defenderme por mi mismo

-No Digas eso- Duo lo abrazo, sabia que su amigo, solía culparse por todo, que se deprimía con facilidad, y no quería que eso sucediera- Yo tengo la culpa, no pude protegerte, pero te prometo que no volverá a ocurrir

-Duo- Quatre levanto la mirada, para después separarse de su amigo de forma suave- ¿Qué quieres decir?

-Nada Q-chan- Sonrió como siempre- Tu solo confía en mi je je je

Quatre también sonrió, prefería mil veces verlo sonriendo, que siendo serio.-Bueno aunque me das miedo cuando se te ocurre algo, pero esta bien confiare en ti, pero ahora te dejo ir, ¿No quieres que te acompañe y les explique a tus papás por que llegas tarde?

-Naahh, ellos seguramente aun no llegan de su trabajo- Duo sonrió tranquilo- Así que no te preocupes, descansa y nos vemos mañana- Comenzó a caminar rumbo a su casa

-Si hasta mañana- Quatre se despidió agitando su mano

El sol por fin se había ocultado, Milliardo se encontraba en la sala revisando algunos papeles,  el hospital de este lugar era bastante grande, para obtener la sangre con la cual alimentar a Heero y a Trowa, aunque debía tener cuidado en su sustracción, sino sospecharían y tendrían que irse demasiado pronto, y no quería que tuvieran la necesidad de cazar verdaderamente... Haría cualquier cosa para que ellos no volvieran a matar seres humanos. Sintió que alguien se sentaba a su lado, era Heero que bebía una bolsa de sangre, levanto su mano su para  acariciar su mejilla, cuando volteo al otro lado vio sentado a Trowa de su labio salía un hilillo de sangre, Milliardo lo limpio de forma suave- Pronto tendrán mas-Susurro.

-Podrías irte, no tienes ninguna obligación con nosotros- Trowa se acerco a él, y paso su brazo por la cintura de Milliardo en un semiabrazo- Podrías hacer una vida normal-Le susurro en su oído

Milliardo sonrió- Jamás podría hacer eso- Le da un beso en los labios a Trowa- Por que te amo- Siente otra mano en su cintura, es Heero que se acerca también- A ambos los amo, si me alejo de ustedes moriría- Ambos jóvenes se abrazan a Milliardo, para después darle un suave beso en la mejilla.

-Es hora de irnos Heero- Trowa se separó de Milliardo y se acerco a la ventana

-Hn- Heero imito a Trowa

Milliardo se puso de pie y se acerco a ellos, odiaba cuando tenían que salir, a pesar de que no mataban, no podían dejar su instinto de asesinos, necesitaban acechar en la oscuridad, cazar, y esto lo hacían con algunos animales que encontraban en su camino- Por favor quédense- Milliardo les tomo su mano, pero de inmediato las soltó y retrocedió un paso, pues Trowa y Heero voltearon entre gruñidos, sus ojos se habían vuelto rojos y sus colmillos se asomaban de forma amenazadora, al ver la cara de espanto de Milliardo ambos chicos regresaron a su forma normal.

-Llegaremos mas tarde- Trowa dijo antes de seguir a Heero que ya había salido por la ventana. El y Heero se sentían mal por tratar de esa manera a la persona que cuidaba de ellos, pero sobretodo que les profesaba tanto amor, pero no lo podían evitar.

Duo se quedo en la banca frente a su edificio como siempre, la verdad no tenia mucho caso entrar a su casa si esta se encontraba sola, era mejor quedarse a contemplar la nieve invernal, además tenia que pensar la forma de deshacerse de Zack y los otros, había pasado los limites de su paciencia al meterse con Quatre

-Ojala estuvieran muertos- Susurro golpeando la banca, en ese momento escucho un ruido detrás de el haciéndolo voltear, allí, a unos dos metros parado en medio de la nieve, estaba aquel chico de ojos cobalto, que lo observaba de la misma forma que anoche, a pesar del frio no iba abrigado, ni siquiera traía un suéter.

-Hola, tu debes de ser los nuevos habitantes del departamento de a lado- Duo sonrió tratando de sonar casual, pero la verdad estaba nervioso por que le reclamara por estarlo espiando- ¿Gustas sentarte?

Heero no dijo nada, pero se sentó a su lado, se supone que iría a cazar algo, pero cuando salió del departamento, lo vio y no pudo evitar acercarse.

-Soy Duo, ¿Cómo te llamas?-El trenzado sonrió.

-Heero-Debía irse de aquel lugar, se suponía que no debía ser visto por los mortales, pero la mirada violeta del chico, lo atraía a ese lugar como si fuera un imán, podía escuchar la sangre recorrer el cuerpo de aquel chico, su corazón latir,  sentir la calidez que le daba aquella sangre solo tendría que acercarse un poco mas y la podría saborear...

Duo lo observo algunos segundos, aun lo veía como ayer cuando lo descubrió viendo por la ventana, se sintió nervioso, así que desvió la mirada hacia la nieve- ¿Te ha gustado tu nuevo hogar?, Se que el edificio es bastante solitario y que a veces no es muy alegre, pero es bastante acogedor- Dijo sin voltear a verlo, había algo extraño en Heero, un olor bastante peculiar- Sangre- Pensó Duo, pero seria bastante grosero decirlo, tal vez podrían ser amigos...

-Nunca podrías ser mi amigo-Heero le dijo con desprecio, Duo levanto la mirada asombrado, era como si hubiera leído su mente, pero a su lado ya no estaba nadie.

-Después de tanto tiempo los encontré- Sonrió la figura de un hombre escondido entre las sombras que observaba los movimientos de Heero desde la azotea del edifico. Nunca pensó que aquel vampiro se dignara en conversar con un mortal, y que este siguiera viviendo.

Quatre sabia que era una tontería estar a esa hora en el lago congelado, era lógico que no iba a patinar por su brazo lastimado, tendría aquel yeso por tres semanas, pero la soledad en su casa era insoportable, el único lado positivo en todo este asunto era que por primera vez, Duo no había salido lastimado... Además de la linda vista que tenia desde la banca donde estaba sentado, la luna llena hacia que todo fuera hermoso.

Desde que salieron del departamento Heero se separo de el, pero no era extraño, desde hace años que no cazaban juntos, pues era bastante peligroso, llego hasta un bosquecillo, allí mataría a algún animal y tal vez tendría tiempo de ir a la ciudad a explorar, hace bastante que no se mezclaba con los mortales.

Trowa llego hasta un lago, allí estaba un chico sentado, se quedo un momento observándolo, desde el árbol donde estaba oculto, seria una presa fácil de cazar, estaba lastimado y se veía bastante débil, y por fin tendría sangre humana que no fuera de aquellas bolsas, pero de inmediato desecho la idea, la policía comenzaría a investigar y tendrían que irse antes de tiempo lo cual les causaría problemas. Pero era tan tentador saborear sangre humana fresca, el muchacho se puso de pie, pero resbalo cayéndose en la nieve, por alguna extraña razón, corrió a ayudarlo.

-¿te encuentras bien?- Trowa le tendió su mano para ayudarle.

-Si, gra-gracias- Quatre tomo la mano ofrecida y se levanto, no pudo evitar sonrojarse  al sentir que el otro lo observaba fijamente- No... no me di cuenta de que estabas por aquí

-Acabo de llegar, vi cuando te caías- Trowa miro la sangre que se acumulaba en sus mejillas, quería probarla, pero tenia que controlarse antes de cometer una estupidez que pusiera en peligro a Heero y a Milliardo. Intento sondear la mente de aquel chiquillo, tal vez tendría oportunidad de probar su sangre con la estrategia adecuada, pero algo estaba mal, lo miro asombrado, no podía hacerlo, por primera vez, desde que se había convertido no podía leer la mente de un humano, ¿Quién era ese chiquillo?

-¿Te encuentras bien?-Pregunto Quatre preocupado al ver la cara de Trowa

-Si, no te preocupes, yo debería preguntar eso, ¿en serio estas bien? ¿No te has lastimado?- Trowa lo miro a los ojos y nuevamente trato de leer su mente, frunció el ceño, jamás imagino que hubiera alguien como aquel niño, era muy extraño.

-Estoy bien, no fue tan fuerte el golpe- Quatre sonrió- Por cierto, me llamo Quatre, ¿Y tu? ¿Cómo te llamas?

-Trowa- La respuesta salió automática de su boca, sin pensarlo.

-Mucho gusto Trowa- Quatre se acerco y tendió su mano, Trowa la observo unos segundos, para después corresponder al saludo.

Heero entro al departamento, esta vez por la puerta, hace bastante que no las usaba cuando iba a cazar, el lugar estaba vacio y oscuro, Milliardo se asomaba por la única ventana del lugar que no estaba tapiada. En un segundo Heero estaba a su lado.

-No deberías acercarte a él- Milliardo dejó de observar hacia la calle y miro a Heero-  Es peligroso, de debes arriesgarnos por un chiquillo, no quiero que hagas algo de lo que te arrepientas, no puedes asesinar a los humanos o sino...

Pero los brazos de Heero sobre su cuello, aprisionándolo contra la pared lo detuvieron, el aire se le acababa poco a poco.

-Heero- Dijo entrecortado, con sus manos trato de quitarse al ojicobalto, que estaba transformado con su verdadera imagen, a pesar de haberla visto muchísimas veces aun le aterraba

-No te vuelvas a meter en lo que hago o dejo de hacer- Heero apretó aun más su cuello, para después acercar sus colmillos- Recuerda que con un solo movimiento puedo matarte

La visión de Milliardo se empezaba a nublar, estaba al borde de la inconsciencia, tenia que librarse de aquel agarre- Por favor suéltame...

Trowa miraba a Quatre buscando alguna razón lógica para aquel fenómeno, a simple vista parecía un simple chico de unos 15 o 16 años.

-Hermoso- Pensó al ver como Quatre se sonrojaba, tratando de ver hacia el lago, se veía bastante tierno en su intento por no parecer nervioso.

-¿Puedo preguntarte algo?- Quatre lo miro un momento para después regresar su vista al lago.

-Si

-¿Por qué me miras así?- Quatre se sonrojo aun mas

-¿Te molesta?-Trowa hizo un esfuerzo para no lanzarse sobre el y probar su sangre.

-No, no es eso, es solo que...-Quatre comenzó a jugar con sus dedos- Yo...

Pero en ese momento Trowa se puso de pie, podía sentir que Heero estaba furioso, seguramente algo había ocurrido-Disculpa me tengo que ir... Gusto en conocerte

Pero antes de que Quatre pudiera contestar algo, Trowa había desaparecido.

Heero miro a Milliardo que ahora estaba inconsciente, reacciono asustado, volviendo a su apariencia humana, recostó con cuidado a Milliardo en el sofá, acerco su rostro, aun respiraba, lo cual era un gran alivio, ¿Qué era lo que había hecho? Se acerco a Milliardo y besó sus labios

-Perdóname- Susurro.

Trowa entro al departamento más tranquilo, ya no sentía el enojo de Heero eso significaba que todo estaba bien, lo primero que vio fue a Milliardo en el sofá y a Heero sentado a su lado- ¿Qué paso?

Heero lo miro poniéndose de pie y llegando a su lado- Perdóname, no lo pude evitar

-¿Por qué?-Trowa lo miro de reojo

-No lo se- A pesar de todo su semblante era frio 

-¿Mataste a algún animal?- Trowa indago la razón por la cual había atacado a Milliardo, sabia que Heero no lo lastimaría por que si, eso era impensable.

-No

-Entiendo-Trowa frunció el ceño- No vuelvas a atacarlo, recuerda que él lo es todo para nosotros

-Lo se- Heero se acerco a un más a Trowa, pasando sus manos por su cuello, en un abrazo, para posicionar su rostro en su cuello, asomaron sus colmillos, y con calma los clavo en Trowa, probando su sangre, o mejor dicho la sangre de la cual se había alimentado.

-Heero- Trowa susurro cuando sintió el dolor de la mordida, ¿Hacia cuanto que Heero no hacia eso? Años...

-Perdóname- Susurro Heero cuando se separo de él.

-Sabes que siempre te perdonare- Dijo Trowa con una diminuta sonrisa y dándole un corto beso en los labios, Trowa podía controlar un poco mas la necesidad de matar, pero Heero eso era casi imposible, voltea a donde estaba Milliardo.

-Despertará dentro de unas dos horas- Heero sabia que Trowa estaba preocupado por el rubio al igual que él- Cuando el sol ya haya salido, por ahora no hay nada que hacer

-Nada que hacer- Repitió Trowa adentrándose a su "habitación", seguido de Heero, el sol pronto saldría y ellos tenían que descansar.

 

Notas finales:

Hasta aqui la historia, espero les haya gustado, ya saben espero sus comentarios, dudas, sugerencias, reclamos, criticas y un largo etcetera...

Hasta luego


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