-¿Podríamos ir con Oishi y Eiji a comer un helado? –pregunto Fuji con esperanzas.
-No creo que sea buena idea, sabes que no quiero que se metan en nuestros asuntos –dijo Tezuka negándose a la propuesta.
-No les diremos que estamos juntos, solo es un helado, todos somos amigos y además, ¿qué tendría de malo si supieran? –dijo Fuji dolido, mientras caminaban a sus casas.
-Es algo de nosotros en lo que los demás no tienen por qué meterse –dijo Tezuka fríamente.
Se despidieron con un fugaz beso por parte de Fuji y luego de recibirlo el chico de lentes se dirigió a su casa sin dar siquiera una mirada más al tensai, que se quedo un poco triste por lo que Tezuka había dicho, y deseo que entre ellos hubiera más comunicación.
-Pareciera que me esconde algo –murmuro Fuji mientras emprendía el camino a su hogar.
Fuji sabía que a Tezuka no le agradaba la idea de decirle a los demás sobre ellos, pues a su parecer no tenían por qué enterarse pues solo les concernía a ellos así que el castaño no tenía otra opción más que conformarse pero eso no evitaba que fantaseara con decirle a los demás que Tezuka era suyo, además porque tenía que aguantar a Eiji que siempre hablaba y presumía delante suyo lo maravilloso que era Oishi, no era que le molestara pero por dentro se moría por alardear de Tezuka, pero no desesperaba sabía que su tiempo llegaría; por el momento estaba complacido con que el capitán solo tuviera ojos para él y que solo a él le dedicara sus caricias nadie tenía que saberlo, mientras Tezuka fuera solo de él.
Tezuka le había llevado a Fuji unos apuntes a su casa pues según el tensai los necesitaba para estudiar, pero la verdad había sido puro pretexto para estar un rato juntos en la casa de Fuji, este no necesitaba ninguna ayuda para sus estudios así que aprovecharon ese tiempo que estuvieron juntos en algo que los dos encontraban más productivo y satisfactorio sin embargo el tiempo se les acababa y Tezuka tenia que atender sus propias tareas.
-Tienes que estudiar –dijo Tezuka tratando de apartar a Fuji de él.
-Ya se me el tema muy bien –dijo Fuji oponiéndose –no me hace falta.
-Pero tú te ofreciste a ayudarle a Kikumaru y no tarda en llegar.
-No quiero que te vayas –dijo Fuji soltando a Tezuka.
-En cuanto termines con Kikumaru te espero en mi casa –propuso Tezuka al castaño –mis padres no están y mi abuelo salió a ver unas amistades no volverá en todo el fin de semana, tengo la casa para mí.
-Suena bien.
Tezuka se levanto al fin de la cama donde Fuji lo tenía aprisionado, se puso la camisa con rapidez, al igual que el tensai, y arreglo su cabello, tomo sus cosas ya para retirarse y cuando estaba por girar el pomo de la puerta el castaño se atravesó en su camino sin dejarlo pasar, las manos del tensai se habían deslizado por debajo de su camisa empezando a recorrer su abdomen y mientras el castaño mordía suavemente el lóbulo de lo oreja del capitán, Tezuka respiro profundamente unos momentos para no perder la compostura ante Fuji.
-No lo hagas, tienes que ayudar a Kikumaru.
-No te vayas, por favor, quiero jugar –dijo Fuji al oído de Tezuka.
Tezuka acaricio el rostro y miro los ojos del castaño, que lo veía con cierta picardía ya que su mirada estaba llena de deseo, esbozo una ligera sonrisa ya que siempre bajaba la guardia ante Fuji y a decir verdad le encantaba caer ante el tensai.
-Entonces juguemos –dijo Tezuka tomando a Fuji de la mano.
El chico de lentes condujo a Fuji a la cama donde lo sentó en la orilla mientras que el se arrodillaba y desabrochaba el cinturón del castaño, que estaba algo sorprendido ante la acción de Tezuka.
-¿Qué haces? –pregunto Fuji sorprendido.
-Procura no hacer ruido tu hermana esta abajo –dijo Tezuka bajando la bragueta de Fuji.
Antes de que pudiera decir otra cosa, Fuji sintió la boca de Tezuka cerrarse sobre su miembro, Tezuka comenzó a trabajar el miembro de Fuji empezando a imprimir una serie de movimientos rítmicos sobre este, Fuji trato de reprimir los gemidos de placer que el chico de lentes estaba provocando por lo que se mordía el labio con fuerza hasta casi sacarse sangre, arqueo la espalda ante la ola de placer que experimentaba, las manos del tensai fueron involuntariamente a la cabeza de Tezuka, donde empezó a jugar con el cabello de Kunimitsu.
-Esto es… ¡aaahhh!... demasiado bueno –dijo Fuji entrecortadamente.
Tezuka estaba bastante complacido pues el tensai apenas tenía control sobre si, adoraba esos momentos en los que no era capaz de decir algo coherentemente; casi siempre era una lucha por ver quién era el dominado, había momentos en los que alguno de los dos bajaba la guardia y concedía con tal de que el otro no se detuviera, era el turno de Fuji de ser torturado lo cual lo dejaba sin un resquicio de lógica.
-¡Aaahhh!... si no te detienes voy a ve…
Fue tarde la advertencia de Fuji pues en ese momento termino en la boca de Tezuka, el chico de lentes dio una última pasada a su amante y se incorporo, Fuji con una sonrisa calida paso un pañuelo por la comisura de los labios de Tezuka para limpiarlo, el capitán tomo su mano y lo atrajo hacia él para unir sus labios con el tensai, el cual lo abrazo y profundizo mas aquel beso.
-¿Quieres seguir jugando? –dijo Tezuka al cortar el beso.
-Aja –contesto Fuji son una sonrisa.
Tezuka volvió a besar a Fuji y se quitaron la ropa que se acababa de poner, con ayuda del tensai para jugar un poquito más. Fuji acompaño a Tezuka a la puerta de su casa, con una sonrisa muy pronunciada en su rostro, quedaron de verse en la casa del capitán una vez que hubiera terminado de estudiar con Eiji, para estar solos el fin de semana pues el tensai se inventaría algo para no estar en su casa y pasarla con el chico de lentes, cuando se despidieron el castaño le robo un pequeño beso a Tezuka, el capitán se fue sin decir más después del fugaz beso y Syusuke se dirigió a la cocina en busca de alguna golosina.
-Syusuke tu amigo esta aquí –aviso Yumiko.
Fuji que aun pensaba en el chico de lentes salió presuroso de la cocina con una barra de chocolate, en su mente Tezuka había vuelto para una mejor despedida.
-Mit…mi amigo el gato –se corrigió Fuji al ver al pelirrojo.
-Pareces decepcionado, nya –dijo Eiji algo intrigado –¿esperabas a alguien más?
-Claro que no, imaginas cosas gatito –dijo Fuji alborotándole el cabello –vamos a mi habitación.
Fueron a la habitación del tensai para dar comienzo a la tortuosa tarea de ayudar a Eiji a estudiar, donde el gato de un brinco se acomodo en su cama con intenciones de platicar, jugar, cualquier cosa menos estudiar; el castaño se armo de paciencia y empezó a tratar de incluir a Eiji en el estudio, después de un rato Fuji había terminado por sobornar al pelirrojo para que se pusiera a estudiar dándole su chocolate y Eiji ahora con el incentivo apropiado se dispuso a agarrar un libro y empezar a estudiar. Una vez que el gato se hubo centrado en el estudio fue más fácil para el castaño ayudarle con sus dudas pues ahora Eiji si cooperaba y prestaba atención, cuando estaban repasando Eiji tomo una de las libretas que estaban sobre el escritorio de Fuji.
-Por última vez –dijo Fuji con paciencia –los tipos de bases nitrogenadas son…
-Puricas de dos anillos y pirimidicas de un anillo… ¿una libreta de Tezuka? –pregunto curioso Eiji al hojear la libreta.
-Tiene buenos apuntes y tú necesitabas ayuda así que se la pedí prestada –dijo Fuji con rapidez –bien contestado, ahora, ¿cuáles son?
-Puricas: adenina y guanina, pirimidicas: citosina, timina y en ARN uracilo en vez de timina… ten cuidado no se vaya lanzar sobre ti –dijo Eiji riendo con cierta picardía.
-¿A qué te refieres? –pregunto Fuji temiendo que Eiji ya supiera.
-Bueno… pues Tezuka se ve muy seriecito pero la realidad contrasta bastante.
-¿Qué tratas de decir? –dijo Fuji intrigado.
-Oishi y yo nos encontramos hace unos días con Oshitari y Gakuto y nos enteramos de algunas cosas –dijo Eiji.
-¿Qué cosas?
-Pues que al parecer Atobe ha tenido que ver con nuestro capitán –dijo Eiji medio riéndose.
-¿Qué? –pregunto Fuji sintiendo una opresión en su pecho.
-Pero no es todo, también tuvo que ver con Sanada del Rikkaidai.
-No es cierto –dijo apenas audible Fuji.
-Deja que te cuente los detalles Atobe le conto a Oshitari que es su mejor amigo y pues Oshitari le dijo a Gakuto –dijo Eiji acomodándose en la cama –y por eso nos enteramos, y ya que no había remedio Oshitari nos empezó a contar lo que sabía.
-¿Cómo…?
-Creo que fue durante el campamento para la selección juvenil cuando tuvo que ver con Sanada, al parecer fue cosa de una sola noche y después entro Atobe en el mismo campamento se ve que estuvo ocupado el capitán, al parecer fue cosa del momento.
-No creo que el hiciera esas cosas –dijo Fuji tratando de negar aquello que estaba escuchando.
-Ya te dije se ve muy serio pero tiene su historia, cuando Atobe trato de que lo suyo con Tezuka fuera más en serio –continuo hablando Eiji muy entretenido –el capitán se retiro pues no quería nada en serio y no quería que nadie se enterara de lo que tenía con Atobe pero pues al insistir en eso Tezuka termino con lo que tenían.
Cada palabra pronunciada por Eiji lastimaba al castaño, quien no podía dejar de pensar en que Tezuka tampoco quería que alguien se enterara de lo suyo y estaba haciendo con él lo mismo que con Atobe, trato de mantener su sonrisa pero esta empezaba a desvanecerse, en su mente una parte se negaba a creer lo dicho por el pelirrojo mientras que la otra se repetía una y otra vez que Tezuka estaba jugando con él; ni siquiera lo pensó y cuando se dio cuenta había abandonado la habitación.
-¿Fujiko a dónde vas? –pregunto Eiji confundido.
No presto atención cuando su hermana lo llamo, salió de la casa con una sola cosa en mente, tenía que saber si lo que Eiji había dicho era verdad y para eso tenía que ir a la casa del chico de lentes y enfrentarlo; sus pasos eran lentos y sus ojos permanecían abiertos con una mirada en sus hermosos ojos azules que intimidaría a cualquiera, llena de algo que era combinación de todo, dolor, venganza y hasta curiosidad e intriga. Se detuvo en la esquina cuando llego a la calle que era su destino y vio con algo de temor la casa a la que se dirigía pues una parte de él no quería saber la verdad y fingir que todo estaba bien, pero otra mucho mas fuerte sabía que tenía que enfrentarlo y saber de una vez por todas si Tezuka solo estaba jugando con él.
-Te esperaba más tarde –dijo Tezuka al abrir la puerta.
-Tenemos que hablar –dijo Fuji secamente.
Tezuka se hizo a un lado para que el castaño pasara quien no había pronunciado palabra alguna a manera de saludo y esa actitud de Fuji le extrañaba, pero el silencio de Fuji no duro porque tan solo momentos después volteo a verlo con esa mirada inquietante en él y Tezuka supo de inmediato que algo no andaba bien.
-¿Es cierto? –pregunto Fuji sin apartar su vista de Tezuka.
-¿Es cierto que? –pregunto Tezuka confundido.
-¿Te acostaste con Atobe y con Sanada solo porque si? –dijo Fuji dolido.
-¿Cómo…?
-Responde –exigió Fuji.
-Si es cierto –dijo Tezuka con seriedad.