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Mi castigo por Li_Dragon

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Notas del capitulo: Como iba a ser un oneshot esta terminado el fic. Así que lo voy subiendo lentamente jeje
Scorpius estaba en la ducha de su cuarto, aunque no le agradaba mucho ese lugar porque todo el mundo le detestaba. Necesitaba una ducha con urgencia. Y no tenía las energías para ir a otro baño. Quería quitarse esa mugre de enzima. Se sentía horrible, tan fuerte era ese pesar que ni siquiera sentía los moretones del cuerpo.

-¡Malfoy sal ya!- le grito Albus Severus Potter del otro lado del cuarto.

Scorpius se dejo resbalar entre el agua no quería salir. No sabía bien como había aguatado hasta llegar a la ducha. Pero, ya no podía moverse. Se quedo en el suelo mirando como el agua corría.

Albus Potter entro en el baño y corrió la cortina. La imagen no era nada de lo que el joven Potter se podría haber esperado. El cuerpo de Malfoy estaba muy lastimado, tenía dos moretones muy serios. Sin contar los rasguño y demás marcas menos importantes.

- ¡¿Qué te paso Malfoy?!- pregunto mientras se metía en la ducha y lo levantaba.

- Me caí de las escalera- Albus miro incrédulo al rubio. Pero no quiso preguntar lo tiro en la cama y le lanzo ropa. Suerte que aun no había subido nadie. Malfoy se trato de poner su piyama, aunque al final recibió ayuda de Albus porque aun seguía algo débil.

- Debería tener más cuidado con las escaleras- Le reto algo preocupado.

- Gracias- le respondió algo tímido. …l y Albus nunca hablaban. No había esperado que le ayudara.

- No me lo agradezca, solo lo hice porque me quería duchar- musito el moreno y se metió en la ducha. Para salir a la media hora, con un piyama de los Chudley Cannon, toda naranja con el logo en la espalda y un par de líneas negras, que le había regalado su tío.

Scorpius estaba acostado en la cama, aun no se había dormido. Había tomado un par de calmantes hacía unos minutos y esperaba que le hicieran efecto.

- Linda piyama- dijo sintiéndolo, era colorida pero no era menos fea.

- A mi me gusta hay algún problema, Malfoy- le miro molesto. Albus estaba acostumbrado a defender al equipo de su tío.

- Lo dije enserio, mis primos son fanáticos de ese equipo-

El moreno, no se esperaba eso. Trataba de no hablar con Malfoy en especial por su hermano. El sabía lo que le hacía al chico, no le parecía bien. Pero Scorpius era un Malfoy que se suponía que hiciera él ¿Qué fuera su amigo? Eso ni en broma, si su tío se enteraba lo mataba. Pero ya le empezaba a dar lastima. Tres años de verlo humillado daban pena hasta el más cruel. Y su hermano tal vez se estaba pasando. Luego de la paliza del año pasado temió que expulsaran a James. Pero al parecer Scorpius no confeso quienes fueron sus agresores.

- Buenas noches- susurro Scorp al darse cuenta que era inútil entablar una conversación con alguien de ese colegio. Mejor se preparaba para otro año hablando solo con lo profesores.

- Buenas noches- musito Albus y también se acostó. Pero se puso a leer, cada tanto le hecha un vistazo al rubio. Pero al final llegaron sus amigos y no le dijo nada.

Esa misma noche en la casa de los Potter. El jefe de Auror estaba preocupado por su hijo. Su esposa estaba arreglando unos detalles de unos apuntes para su trabajo.

- Ginny…- pero se arrepintió enseguida. ¿Qué podía decirle, que temía que su hijo fuera un patán? Se callo y termino de ponerse el piyama. La pelirroja dejo sus cosas y miro a su esposo. Le había notado raro todo el día pero aun descifraba de que se trataba.

- ¿Pasa algo Harry?-

- Ginny, tu crees que James seria capaz de lastimar a alguien- Pregunto apresurado.

Ginebra Weasley, le miro sorprendida. Eso simplemente no se lo esperaba.

- Si es defendieron algo que cree correcto, si-

- Pero ¿abusando de alguien inocente?-

- No, Harry ¿por qué lo preguntas?-

Harry aun le daba vueltas la última frase de James. Tenía un mal presentimiento. Y la desesperación con que Malfoy le hablo, en la estación, aun estaba a presente. Pero era su hijo, era James, su pequeño ¿Y si lastimaba a alguien? que debería hacer. Esa duda le carcomía.

- Nada Ginny, solo estoy preocupado-

- ¿Es por tu charla con Malfoy?-

- Si algo por el estilo-

- Harry aunque Draco no sea mi persona favorita si creo que deberías apoyarle- le dijo su mujer segura.

- ¿Eh?- Harry le miro confundido.

- En la candidatura a Fiscal, no fue de eso de lo que hablaron?-

La candidatura de Malfoy, eso lo había olvidado por completo. Es más no le había prestado atención al tema en absoluto.

- Si fue de eso, solo que aun no estoy seguro-

- Pero cariño, Malfoy será lo que será, pero como Fiscal haría un gran trabajo. Todo el mundo conoce lo sanguinario que es el estrado-

- Lo pensare Ginny, lo pensare-

- Espero que no actúes rencoroso por sus peleas infantiles-

En la casa Malfoy II, uno de los abogados más reconocidos del mundo mágico. Estaba dando vueltas en su dormitorio.

- ¡¿Por que no ha escrito?!-

- Tal vez se durmió, tu escribías todas las noches a tus padres?- Draco miro a su mujer, era verdad el tardaba varios día en escribir a sus padres. Pero Scorp no era él, y eso le preocupaba.

- Tal vez, tenés razón- Draco se acostó en su cama.

- Debería preocuparte por tu elección- le reto.

- Astoria no es momento-

Astoria Malfoy le miro molesta, esta bien que se preocupada por Scorpius pero ya iba al extremo.

- ¡Ya hiciste todo lo que podía!- Astoria no quería olvidarse Scorpius, pero sabía que no podía hacer nada. Y si Draco era fiscal esa familia seria un poquito más respetada. Y eso es lo que necesitaba Scorpius, dejar de ser el nieto de mortifagos. Y pasar a ser hijo de uno de los fiscales más grandes de la historia. Por que ella estaba segura de que Draco lo seria.

- Pero Astoria- casi gimió el rubio, odiaba que su mujer tuviera razón. Pero Scorpius era su hijo.

- Tu hijo necesita que dediques a tu trabajo, ¡Tanto esfuerzo para rendirte ahora Malfoy!- le grito su mujer.

- No, tiene razón- suspiro derrotado sabia que el trabajo era importante.

Astoria le beso. – Ya veras cariño que todo se solucionara-

Draco quiso creerle pero había algo que no le cerraba tan bien como a Astoria.

Y no estaba para nada equivocado. Scorpius escribió a sus padres diciéndole que todo estaba bien y agradeciéndole a su padre por lo que había hecho. Pero tal vez se apresuro a decirlo. Trato de pasar desapercibido, incluso de asumir las bromas que la mañana siguiente James le sometió. Trato de asumir el pelo rosa que tuvo por una semana. Trato de omitir cualquier comentaría que pudiera mal interpretarse. Si un profesor le preguntaba: él estaba bien. No quería volver a pasar por ‘eso’. Tanto miedo tenia que ya no le importo ni siquiera cuando los amigo de James lo agarraron a golpes en el pasillo.

Quedo arrojado contra un rincón, le costaba respirar. Pero se levanto y empezó a caminar a su sala común James le siguió. Con una malo indico a sus amigos que se fuera y acorralo a Scorpius contra una pared. No había nadie. Era el momento perfecto.

Scorpius se quedo quieto y solo miro el suelo. James le tomo el rostro con delicadeza pero el rubio corrió su mano.

- No me toques- Quiso sonar fuerte, pero no lo logro.

- Yo te toco cuanto quiero Malfoy- Y le apretó contra la pared. Rozando ambos cuerpo. Logrando que el más pequeño se estremeciera. Scorpius le empujo con la poca fuerza que le quedaba.

- ¡Basta!- grito, no le importaba si le oía- ¡hago lo que quieras, dejo que me humilles, no me interesa tus juego, no hablo con nadie, pero no me toques!-

James se acerco a él divertido. Lo dejo contra la pared.

- Por favor, no lo hagas- Scorpius estaba aterrado.

James nunca lo había visto tan frágil, tan bello, era una flor de cristal que en cualquier momento se podría romper. Pero era un Malfoy…

- ¿Me estas suplicando Malfoy?- pregunto entretenido.

Scorpius estaba apunto de llorar. Contenía, por el poco orgullo que le quedaba.

- Si- respondió.

James se le acerco al punto de sentir su respiración sobre su rostro. Le limpio la lagrima que insolente empezó a caer por su mejilla y le beso los labios. Lentamente, al principio solo delineándolos, pidiendo permiso para entrar. Cuando el rubio cedió, dejo que le besar recorrió toda su cabida sometiéndolo con el simple beso.

Se separa solo un poco de él. Scorpius estaba sonrojado, nunca había espera que James le besara. Mucho menos de esa manera. Tan suave, había sido hasta casi gentil.

James sonrío con ternura.

- Ves yo hago lo que quiero contigo- el tono sarcástico de James rompió la burbuja en la que el rubio estaba envuelto.

Scorpius bajo la mira. Solo era una cosa, un juguete con el que James parecía entretenerse. Nunca le había dolió el pecho como esa vez. Tampoco nunca se había sentido tan poco. Por más de que Potter había sido un millar de veces cruel. Aquello era demasiado.

- hoy a la noche en la sala de menesteres- le susurro, el moreno, al oído y se alejo allí.
Notas finales: Espero que les haya gustado.

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