Por EllyZeller
Capítulo 2: Amanecer: Tu recuerdo me invade…
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-¡Ah!….Sasu—espera… ¡duele mucho!…-
-Shh… ya pasará dobe… tranquilo…
-Ahm… Sasuke… ai shitteru Sasu—ahhh!...aahh…hmm..
-Na…ru…to…
-¡Sasuke!
Abrió los ojos con pesadez, haciéndose sombra con una mano para tapar la luz que entraba por su ventana abierta y le lastimaba los ojos, sintiendo de paso el incómodo pero agradable cosquilleo del frío viento de la mañana sobre su torso desnudo… Un momento…
¡La ventana estaba abierta!
Se sentó a prisa con el temor inundando cada poro de su cuerpo, pero un repentino e intenso dolor en su espalda baja le hizo recostarse otra vez, teniendo el suficiente tiempo para, con los ojos anegados en lágrimas y una terrible opresión en el pecho, recordar que había tenido su primera vez con Sasuke, y que al parecer –y por el hecho de que estaba solo en la casa, ni rastros de Sasuke en la cercanía y la ventana estaba abierta- para el azabache fue una noche más.
-Eres un iluso Naruto… creer que te quería…- susurró medio regañándose mientras cubría su rostro con sus antebrazos.
Entre las silenciosas gotas que rodaron por sus mejillas, se esforzó por componer una débil sonrisa y convencerse, o al menos intentarlo, de que no importaba y que saldría adelante sin él.
“Aunque mi corazón ya no sienta…”
Caminó con la mirada baja hacia la oficina de la Godaime, consciente de que su actitud le estaba ganando varias miradas curiosas durante el recorrido pero incapaz de alejarlas con su típica frialdad… Pero bueno, descubrir una cabellera rubia contra su pecho cuando abrió los ojos por la mañana sin poder recordar ni pío de lo que ocurrió la noche pasada y que por un leve movimiento se diera cuenta de que estaba a como Dios lo trajo al mundo y con… ¿ese era Naruto?... ajá, ya recordaba, con Naruto también desnudo abrazándolo por la cintura y su sonriente rostro enterrado en su pecho…
……… “¿¡Naruto!?”
No gritó porque le habría despertado y allí sí que se hubiera armado grande…
Ahora –con una resaca inhumana- recordaba que Kakashi los había retado a darle una probadita al sake durante la fiesta de cumpleaños de Ino. “Maldito Kakashi y sus probaditas…” Luego de eso recordaba haberse comido a besos al rubio y perderse con él rumbo a su departamento. Minutos después, los flashes de la apasionada ronda de amor que tuvo con el ojiazul lo atormentaron hasta el punto de un colapso nervioso –y una inevitable ducha fría- porque el hecho de abandonar a un feliz rubio atrapado aún en los brazos de Morfeo le hacía querer lanzarse de un precipicio.
No era para menos que luego de todo lo que le acababa de pasar su barrera emocional se hubiera resquebrajado y ya no entendía si estaba bien o mal lo que estaba haciendo.
“Está bien” se dijo a sí mismo, sintiendo a la vez lo raro e incorrecto de su propia respuesta, “Es lo mejor para ambos… No somos nada…no me comprometí a nada con él, simplemente nos embriagamos y pasó”. Claro que pasó, pero cómo hubiera deseado que fuera un mal sueño y nada más. “Un mero arrebato pasional entre dos amigos…”
Y se detuvo en seco.
¿Eso era Naruto para él? ¿Un “arrebato pasional”?
“A quién engaño, me acosté con el dobe porque quería y me gusta…”
Le dio al rubio compañía por una noche mientras éste se le entregaba en cuerpo y alma.
“… ¿De verdad me amas Naruto?…”
Y entonces el rostro sonrojado de Naruto repitiéndole una y otra vez sus interminables te amo como una infinita letanía aunado a las lágrimas de felicidad y la eterna sonrisa del kitsune le calaron hondo… allí donde ya no creía hubiese un corazón que sintiera por él…
Lo amaba. Amaba a su rubio y más que claro como el cristal estaba que Naruto lo amaba a él. A pesar de todo el daño que el Uchiha le había hecho el ojiazul lo amaba a él y sólo a él. Y él en cambio estaba aterrado de exteriorizar ese confuso sentimiento que le apretujaba el pecho y le dejaba sin respirar.
Lo único que tenía claro era que no podría verlo a la cara hasta aclararse porque, a su parecer, esto era lo mejor para ellos. “No va a recordar porque también se embriagó”
Ahora mismo, se sentía el imbécil más grande del mundo. Suspiró.
-Soy el imbécil más grande del mundo.
-Ese seré yo por no haberte grabado confesándolo.- frente a él, un sonriente Sai se colgaba del brazo de otro ANBU, uno al que Sasuke conocía perfectamente aún con la máscara puesta.
-¿Dónde estuviste anoche?- le llegó la voz amortiguada por la máscara del ANBU, una mirada fría del Uchiha le hizo callarse y suspirar inconscientemente.-Da igual, la Godaime te está esperando.
El azabache pasó a la par de los dos como si nada, ganándose la preocupada mirada de ambos, quienes le siguieron con la vista hasta internarse en el edificio de la Hokage.
-Sai, quiero que vayas a buscar a Naruto. –la mirada preocupada del menor sólo le hizo temer más por el rubio que tanto afecto le representaba. Notó cómo Sai clavó sus inexpresivos orbes en el suelo, cerrando con fuerza los puños al recordar cómo Sasuke y Naruto habían desaparecido la noche anterior, atando cabos en un momento sobre la actual “brecha” en el carácter del Uchiha menor. -¿No estarás pensando…?
-Itachi… sácale hasta lo más irrelevante de anoche, porque si le hizo algo te juro que—
La máscara ANBU fue retirada del rostro del mayor con discreción con el simple motivo de posar sus labios en la frente del menor, con una ternura que aún ahora le sorprendía poder mostrar y que poco a poco tranquilizó al inexpresivo chico.
-Ve con Naruto que yo me ocupo de Sasuke.
-Pero…
-Sólo ve Sai, ya te desquitarás luego con mi estúpido hermano.- pronunció el pelinegro mayor, para seguidamente formar una secuencia de intricados sellos con sus hábiles manos y mostrar una sonrisa divertida, dejando a un consternado Sai… -No te olvides que el próximo mes el Kazekage viene de visita… -y tan pronto lo mencionó, desapareció en una nube de humo.
-Claro… tú también échamelo en cara… -Y con una triste sonrisa emprendió rumbo a casa del hiperactivo ojiazul, dispuesto a ayudarle hasta donde le fuese posible.
-Sasuke-kun… sé que varias veces lo he intentado pero… quería saber si tú… -La pelirosa vio de reojo al imperturbable moreno frente a la puerta de la oficina de su maestra, indecisa de si intentar una vez más o no… ¿pero qué podía hacer? Claramente, Sakura Haruno no se daba por vencida tan fácilmente. -¿Quieres ser mi novio Sasuke-kun?
Y seguramente, aunque nunca se daba por vencida, jamás imaginó la respuesta que salió de labios del Uchiha.
-Claro… ¿Por qué no?
-Ah, hola Sai, ¿qué haces por aquí?
Descolocado.
Así había dejado la enorme sonrisa del ojiazul al pobre Sai, que estaba que era un mar de ira contra el bastardo de Sasuke por haberle-hecho-lo-que-sea-que-le-hizo a su queridísimo Naruto y va y se encuentra a un aparentemente feliz rubio haciendo un poco de limpieza en su departamento… cosa que de por sí era rara pero no cuestionaría el peculiar carácter del rubio…
-¿Qué estás haciendo?
Y sí, fue inevitable que hiciera una pregunta tan obvia pero… ¡Era Naruto! El rubio NUNCA en su sano juicio haría limpieza… y menos tan sonriente.
-¿Te has golpeado la cabeza o algo, Sai?- preguntó Naruto riendo levemente mientras tendía unas sábanas recién lavadas. A Sai se le escapó una risita nerviosa, descartando el hecho de que Naruto estuviese del todo bien, pero parecía que no había señales de que el Uchiha menor hubiese hecho algo de gravedad.
Lo que Sai ignoraba, era que las sábanas recién lavadas ya no tenían rastro alguno de la acalorada noche que Sasuke y Naruto habían disfrutado hasta unas pocas horas antes…