II El ensayo de la casualidad.
Los miércoles, eran los días en que me levantaba más temprano, para ayudarle a Maiko, a hacer el desayuno, y sentí la necesidad de platicarle lo que sucedía acerca de los códigos del escritor.
-Maiko, ¿que pasa si alguien se comunica con las personas y esas personas, no se dan cuenta de lo que dice, pero una persona si, que crees que deba hacer?-me recargue en el fregadero de la cocina.
-umm, no lo se, quizás ponerle atención, ya que eres el único que lo escucha.-algunas veces las hermanas dicen cosas muy buenas, verdaderas y sinceras, aunque cursis…
-si, tienes razón.- el día pasó de una forma aburrida, ese día no había podido conseguir el periódico del buzón, había llovido y se mojo, dejándolo ilegible, no había podido resolver los juegos de números, ni las diferencias de las imágenes, y no había podido leer mi horóscopo, pero lo que mas me dejaba incertidumbre, era lo que tenía escrito el periódico en esa columna especial.
Cuando regrese a mi casa, iba con Hiro, siempre los miércoles venia a tocar la guitarra, y yo a hacerle compañía con mi voz, el trajo consigo el articulo recortado del periódico de su casa, y me lo dio.
-siento, que te hace bien estar leyendo esto, no se que le ves, pero me anima que estés interesado en algo productivo, al menos se te olvido la idea de cantar vestido de cucaracha en el festival escolar.- tome el papel, y lo puse en mi cajón de ropa, luego lo leería con calma, aunque, el festival se me había olvidado, ni siquiera sabia que numero íbamos a hacer…
Los festivales escolares, eran gigantescos, y nuestra escuela había ganado popularidad por la comida que se servia, los artistas con talento que amenizaban el ambiente, y los recuerdos que se entregaban.
Cuando dieron, las 7 de la tarde, Hiro se fue a su casa, y yo me quede en mi cuarto pensando en que debía hacer con el festival, hasta que me acorde del articulo de mi cajón.
Me encuentro de nuevo en el centro astrológico, con el tema que ha hecho polémica durante años, el maravilloso misterio de la vida en otros planetas, aunque seria ilógico pensar que no hay vida en otros si aquí la hay, conociendo astrónomos dedicados a el estudio de estos enigmas que me gustaría conocer la respuesta a tantas preguntas, que la humanidad se ha hecho, tengo a la persona indicada que descubrió, una posible señal de vida, este científico que dedico su vida a las estrellas llamada Nita Yoko del CENTRO S.S por sus siglas en ingles Solar System. ¡Haciendo una referencia a que es un lugar interesante y educativo, no deje de visitarlo!
Eiri Yuki
Cada vez los artículos se hacían más difíciles de entender, pero, observándolos detenidamente, se podía ver la secuencia del mensaje, esta vez formaba una escalera, lo sabia, por que las palabras que decían algo, tenían un punto diminuto, pienso que seria error de imprenta o algo así, pero tenían una coherencia las palabras, que tenían esa marca.
.Me .encuentro de nuevo en el centro astrológico con el tema que ha hecho polémica durante años, el .maravilloso misterio de la vida en otros planetas, aunque seria ilógico pensar que no hay vida en otros si aquí la hay, conociendo astrónomos dedicados a el estudio de estos enigmas que .me .gustaría .conocer la respuesta a tantas preguntas, que la humanidad se ha hecho, tengo .a .la .persona indicada que descubrió, una posible señal de vida, este científico que dedico su vida a las estrellas .llamada Nita Yoko del CENTRO S.S por sus siglas en ingles Solar System. ¡Haciendo una referencia a que es un lugar interesante y educativo, no deje de visitarlo!
Eiri Yuki
Cuando descubrí lo que decía, me helé de pies a cabeza, ¿que debería escribir?, ¿que debería hacer?…
La frase me retumbaba la cabeza, me la taladraba “me encuentro maravilloso, me gustaría conocer a la persona llamada S.S”.
-¡shu!- Maiko subió corriendo a mi cuarto, y abrió de sopetón la puerta- ¡ya empezó, el programa de YUKI EIRI!, ¿no lo vas a ver hoy?- me quede congelado, mas de lo que ya estaba, me levante del suelo, y deje todo como estaba, hipnotizado, baje hasta la sala, y me senté en el sillón, la voz de esa persona hacia que me temblara el cuerpo, que la piel se pusiera helada, el corazón me palpitaba de una forma que no podía describir, ¿Qué era? ¿Por qué me ponía así, con una persona que ni siquiera conocía? creo que me había enamorado de un desconocido a primera vista…
Me dejaba paralizado su programa, su belleza, un hombre tan guapo, ¿era que me estaba enfermando?
Esa noche, no se me ocurrió nada, no sabía como darle una respuesta, no sabia si decirle que yo también lo quería conocer, no sabia como reaccionar, no sabia a donde verlo para conocernos, no sabia que pensar…
Y esa noche no le escribí una respuesta…
Al día siguiente, hice lo mismo, pero con más prisa, recogí el periódico y no había columna.
Me altere, y empecé a revolver las hojas del diario, como si hubieran cambiado la columna a otra sección, pero no, esta ves no había columna.
Guarde las hojas revueltas en la mochila del colegio y salí corriendo, era ya tarde, y no quería tener mas problemas en la escuela.
Cuando llegue al salón destinado, me tope con un estudiante menor que Hiro y yo, lo mire indiferente, y salude a Hiro, con un abrazo efusivo hasta tirarlo al suelo.
Me senté en mi lugar, y ordene las hojas del diario basándome en la numeración. Y ahí encontré la respuesta.
-hoy le daremos la bienvenida a un nuevo estudiante, el se llama…-cada vez que iba viendo los números en la parte inferior de la hoja, tenia escrita una palabra.- Suguru Fujisaki, te sentaras atrás de shuichi shindou.- el maestro parloteaba de cosas que no interesaban, pero me intereso cuando alguien atrás de mi, invadía mi espacio.
En la pagina 1, en donde se colocaba el numero de pagina siempre iban frases de autoayuda y esta vez estaban esas pobres palabras…
En la pagina 1 decía “tu”
En la 2 “escoges”
3 “el”
Y un salto repentino hasta la ultima hoja “lugar, Shuichi Shindou”
Las personas que no sabemos canalizar una reacción se desmayan, o solo les da un ataque de hiperactividad y se quedan inconscientes después, pero mi reacción fue…
-ja, ja, JA, JA, JA, JA!!JAJAJA!!- me levante de mi escritorio y luego me desplome, estaba tan sobresaltado que no supe como reaccionar.
-shindou! shindou!- el profesor gritaba y me lanzaba aire con su libro, y lo veía borroso.
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-Hiro!- desperté y estaba en la enfermería con un chichón, del tamaño de Brasil en mi cabeza.
-¿ya te sientes mejor?- me miro con algo de preocupación.
-si, Hiro, estoy en un gran problema.-le explique todo lo que estaba sucediendo, el solo me escucho, y se puso a pensar detenidamente, hasta que algo se cayo al piso y un “lo siento” se oyó a lo lejos…
El nuevo estudiante había escuchado la plática que tenia con Hiro, y añadió petulantemente. – Yuki Eiri, es el primo de mi tutor.- volví a desvanecerme y seguro que moría de la impresión.
Y fue cuando se me ocurrió la brillante idea de citarlo al festival escolar, para que nos conociéramos…