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Pastel de calabaza por saylor_mero

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Notas del capitulo: Rápidamente el capítulo 3 ^^
El 4 todavía está en proceso, así que no actualizaré tan pronto xD
…ste es un poco más largo que los dos anteriores.
Ojalá que les guste! ;)
Harry no pudo despegar la mirada de aquel chico que permanecía sentado en frente de todos aquellos magos, con la mirada apagada y perdida, más delgado de lo normal, despeinado y sin ése aura de glamour que lo había acompañado toda su vida. Aquél ya no era el orgulloso y altivo Draco Malfoy, si no que era una sombra hundida por los acontecimientos, una víctima más, que, encima de haber sufrido la guerra en carnes propias, ahora debía rendir cuentas por su cobardía. Una cobardía que cualquiera tenía derecho a tener sin que nadie se lo echase en cara.

-Señor Potter…- le saludó una bruja de cabello canoso que se había sentado a su lado.

-Ah…Buenos días- respondió Harry, con un movimiento de cabeza.

Kingsley Shackebolt llegó a la Sala poco después, y se sentó en su sitio correspondiente, con su fiel secretario al lado. Percy Weasley le saludó solemnemente, con un movimiento de cabeza, a lo que Harry respondió con una sonrisa.

Harry observó como una menuda auror de aspecto tierno llevaba hasta Malfoy un vaso opaco, que colocó entre sus manos, haciéndole un gesto para que se bebiera su contenido.

-¿Qué le está dando?- preguntó más para sí mismo que para la bruja que estaba a su lado.

-¿Realmente piensas que es té?- le respondió la bruja, con una mirada sarcástica.

-Veritaserum.

La anciana bruja le regaló una significativa mirada, y Harry supo que estaba en lo cierto.

Kingsley aclaró la voz y habló.

-¿Es usted Draco Lucius Malfoy?

Malfoy levantó un poco la mirada, y respondió con voz firme pero débil.

-Sí, soy yo.

- ¿Es usted hijo de Lucius y Narcisa Malfoy, condenados a cadena perpetua en Azkaban?

- Sí, lo soy.

Harry empezaba a ponerse nervioso, con todas esas preguntas protocolarias.

-¿Reconoce usted haber apoyado a la causa de lord Voldemort y haber participado en sus filas?

Draco tembló casi imperceptiblemente.

-Sí, señor.

-¿Reconoce usted haber sido el responsable de la incursión en Hogwarts que posteriormente acabaría con la muerte del director Albus Dumbledore?

Draco empezaba a ponerse más pálido si cabía. Harry se preguntó si realmente no pensaba defenderse, decir que había sido obligado a hacer todas aquellas atrocidades…

-Sí, señor.

-¿Reconoce usted haber apoyado a los hermanos Carrow durante su estadía en Hogwarts?
-Sí, señor.
-… ¿Reconoce usted ser portador de la Marca Tenebrosa que lord Voldemort grababa a todos sus mortífagos?
La mandíbula de Draco tembló, cerró los ojos y respirando hondo, contestó.
-Sí, señor, lo reconozco.

El silencio se hizo dueño de la Sala del Tribunal durante unos instantes. Los magos y brujas que allí habían parecían tan sorprendidos como Harry, aunque ellos, por su parte, probablemente porque les parecería horroroso que alguien tan joven pudiese ser un mortífago.

-Bien- Kingsley retomó la palabra- si nadie tiene nada que añadir, se procederá a la votac..

-Me gustaría intervenir, si no es mucha molestia.

Harry se había levantado de su asiento, y había adoptado una mirada seria hacia el ministro. Draco abrió los ojos como platos. Ver allí a Harry Potter es lo último que se hubiese esperado.

El ministro pareció vacilar un momento, pero enseguida le indicó a Harry que procediera con un gesto de su mano.

-Me gustaría hacerle unas preguntas al señor Malfoy, si es posible.

-Adelante.

Harry despegó su mirada de Kingsley y la dirigió hacia Malfoy, quien lo miraba con una mezcla de asombro e incredulidad.

-Señor Malfoy.-no pudo evitar sentirse raro al llamarle de aquella manera, sin desprecio en su voz- ¿reconoce usted haber cometido alguno de los actos que lord Voldemort le requería por propia voluntad?- Harry recalcó las tres últimas palabras.

-No.

Un leve murmullo se extendió por la sala, quedando apagado de inmediato.

-¿Alguna vez ha sido usted de ayuda para derrotar a lord Voldemort, o ha intentado serlo?

-Sí.

Malfoy mantenía clavada su mirada en el suelo, no queriendo enfrentar la mirada de Harry.

-¿Podría contarnos cómo?

- Cuando los carroñeros del Señor Tenebroso trajeron a Harry Potter a la mansión de mis padres, lo reconocí de inmediato, pero no dije nada, tenía la esperanza de que Potter lograra salvarnos a todos.

-¿Fue usted amenazado por lord Voldemort si no hacía lo que él le pedía?

-Sí.

-¿Con qué?

-Con la muerte de mis padres y la mía propia.

Draco apretó la mandíbula, estaba claro que contar todo aquello le hacía daño.

-Señor Malfoy… ¿La Marca Tenebrosa que lleva en su brazo, se la grabó por propia voluntad?

- No. Me la grabaron a la fuerza.

Harry dirigió su mirada al Ministro durante un instante. …ste parecía ensimismado en sus cavilaciones.

-Una última cosa, señor Malfoy… ¿Ha asesinado o torturado a alguien en algún momento?

Toda la sala estaba en silencio, todas las miradas pegadas a aquel chico rubio platino que ahora parecía distinto.

-Jamás.

El murmullo se hizo más notorio, y llenó la sala durante unos instantes.

-No tengo más que decir.

Harry se sentó, con la mirada de Malfoy escrutándole por completo.

Tras unos instantes de incesante murmullo, el Ministro de Magia carraspeó.

-Brujas y Magos del Wizengamot. Procederemos a votar en unos minutos, que dejaremos para la deliberación.

En un segundo el ambiente se hizo más relajado. Las brujas y magos comenzaron a hablar entre ellos. Harry dirigió una mirada a Kingsley, y éste le devolvió una sonrisa. Desplazó su mirada a través de las tribunas hacia Malfoy, que se encontraba todavía con los ojos fijos en él.

Cruzaron una mirada intensa, con demasiadas cosas que decirse el uno al otro. Draco no podía evitar lo interrogante de su mirada, que cambió a una de sorpresa cuando Harry le dedicó una amable sonrisa. El mundo se había vuelto loco.

Minutos después, Kingsley volvió a hablar.

-Bien, pasados estos minutos, votaremos.

El silencio se apoderó del Tribunal.

Harry tragó saliva, no podía evitar sentirse nervioso. Draco levantó la cabeza, con un brillo distinto en la mirada.

-A favor de la condena.

Absolutamente nadie levantó la mano.

Harry suspiró y sonrió sin poder evitarlo. Miró a Malfoy, que mantenía los ojos tan abiertos que parecían que se le saldrían de las órbitas.

Más por protocolo que por otra cosa, Kingsley volvió a hablar.

-A favor de retirar todos los cargos.

Y todo el tribunal levantó la mano, dejando oficialmente a Draco libre de culpas.

-Señor Malfoy, está usted libre de todos los cargos de los que se le acusa. He de decirle, aunque ya debe saberlo, que las pertenencias de su padre, la mansión y la fortuna serán requisadas por el ministerio hasta su defunción, momento en el que le serán devueltas. ¿Algo que añadir?

Draco negó con la cabeza, todavía en shock.

-Doy por concluida la sesión.

Entre la gente que empezaba a irse del lugar distinguió cómo el rudo auror que había acompañado a Malfoy hacía algo con su varita. Harry dedujo que le estaba quitando el encantamiento localizador que les ponían a todos los magos pendientes de juicio.

Harry también se levantó y salió de la sala, recorriendo presurosamente el pasillo que lo separaba de la entrada principal del Tribunal por donde Draco saldría.

Poco después distinguió su ahora opacada cabellera rubia, y se dirigió hacia él.

Draco le vio llegar y se detuvo, mirándole a los ojos.

-Supongo que debería darte las gracias.- Draco le miraba completamente serio, sin ningún tipo de expresión en su mirada.

-No he hecho nada, eras inocente.

-¿Por qué has venido? Es la segunda vez que me salvas, Potter. Una de la muerte y ahora de los dementores. ¿Acaso todavía sientes tener una deuda con mi madre?

Harry recordó aquel día en el bosque… ni siquiera recordaba bien lo que había pasado, sólo recordaba a Narcisa Malfoy cubriéndole, mintiendo para salvar su vida, y así también la de su hijo.

-No, Malfoy. Simplemente creo que ni te mereces morir ni te mereces ir a Azkaban.

Draco pareció no tener nada más que decir, así que bajó la mirada y se quedó así, en silencio, con los mismos ojos serios.

-Malfoy… ¿dónde has estado viviendo? ¿Cómo has sobrevivido por un año, sin el dinero ni la casa de tus padres?

Draco levantó la vista y la clavó en la de Harry, como reprochándole que le estuviera preguntando sobre su vida. Aún así, sólo resopló y respondió.

-He estado viviendo en la casa de mi padrino, en la calle de la Hilandera.

Harry levantó las cejas.

-¿Es un buen lugar?

-No lo es. Es un sitio muy pequeño y frío. Además, no es mío, Pronto me lo embargarán.

-¿Y qué piensas hacer?

-Honestamente, no lo sé.

Harry comenzaba a sentirse extraño hablando en buenos términos con Malfoy, e imaginó que él estaría sintiendo lo mismo. Nunca jamás habían hablado como personas normales, siempre se habían insultado o burlado el uno del otro. Suspiró. La guerra había cambiado a mucha gente, y ambos habían madurado. Quizás Malfoy no fuera tan repelente en el fondo.

-Oye, Malfoy…la casa que me dejó mi padrino es enorme, quizás podrías permanecer allí hasta que…

Draco no le dejó terminar, a la mitad de la frase ya lo estaba acribillando con la mirada.

-Potter…- Draco parecía enfadado.- Ya me has salvado dos veces sin venir a cuento, si quieres que te dé las gracias, pues bien, gracias. Pero es suficiente. No necesito tu compasión.

Harry se quedó sin palabras por la reacción de Malfoy. Al final, seguía siendo aquel mocoso engreído y orgulloso de Hogwarts, aunque ya no tuviera nada de lo que enorgullecerse. Pero aunque fuera un imbécil y fuera Malfoy, Harry no iba a dejar que se quedara en la calle, sin nada que comer, teniendo plena consciencia de ello.

-Malfoy, no tienes otra opción.

Draco le miró con reproche.

-¿Qué?

-Eso. Que no tienes otra opción. Esta vez no puedes permitirte actuar según tus caprichos, así que va a ser mejor que no protestes y vayas a recoger tus cosas.

Draco parecía en shock.

-¿Cómo?

- ¿También estás sordo? Kreacher!- Draco se sobresaltó cuando el pequeño elfo doméstico se apareció ante ellos- por favor, acompaña al señor Malfoy y ayúdale a llevar sus cosas a casa, se quedará con nosotros una temporada.

-Sí, amo- respondió el elfo obedientemente.

Draco todavía tenía la mandíbula colgando.

-Po…¡¡Potter!!

-Kreacher, asegúrate de que vaya a Grimmauld Place, por favor.

- Sí, amo.

-Hasta luego, Malfoy.

-¡¡POTTER!!

-¡Adiós..!

Harry desapareció por el pasillo camino al Departamento de Misterios, con una sonrisa de autosuficiencia en los labios, y dejando a un Draco muy descolocado intentando quitarse de encima a un elfo muy efusivo.
Notas finales: Nos vemos en el próximo capi! =)

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