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Pastel de calabaza por saylor_mero

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Notas del capitulo: Nuevo capítulo!! ^^
Gracias a todas las personas que me dejaron reviews =)
Cuando Harry llegó al número 12 de Grimmauld Place, la casa estaba silenciosa y desierta. Dedujo que Kreacher estaría peleando todavía con Malfoy para que éste le acompañara, y sonrió divertido ante la imagen. Sabía que tarde o temprano Draco acabaría en aquella casa, si bien no porque reaccionara y se diera cuenta de que no tenía otra salida, tal vez porque el elfo, y eso lo sabía bien Harry, podía resultar muy persuasivo.

Si alguien le hubiese preguntado a Harry porqué hacía todo aquello por alguien que había sido su enemigo en sus años de adolescencia no hubiera sabido responder. Quizás fuese simplemente el instinto de preocupación y de ayuda que tenía con todo el mundo, por su instinto de héroe, como solía llamarlo Ginny. O quizás fuese porque en el fondo, de alguna manera, Draco y él eran iguales. Solos y obligados a vivir algo que no querían. Nacidos con un nombre que les venía grande.

Harry suspiró y subió las escaleras de la casa, rumbo a los dormitorios. Pasó el suyo en el cuarto piso, el que una vez había pertenecido a Sirius Black, y que estaba decorado con los colores de Gryffindor, luciendo orgullosos. Se anotó mentalmente que debía ordenar esa habitación… multitud de pergaminos se encontraban repartidos por el suelo, y el gran escritorio de madera estaba repleto de tinteros, plumas, más pergaminos y otras muchas cosas que Harry no se quiso parar a mirar. Lo único que parecía estar pulcramente intacto en aquel cuarto era la inmaculada foto mágicamente adherida a la pared, que, aún de haber podido arrancarla, no lo habría hecho.

Al pasar el pasillo llegó al cuarto de invitados. Abrió la puerta con cuidado, realmente hacía bastante tiempo que no entraba en esa habitación… Echó un vistazo adentro y comprobó que la habitación, a pesar de no estar siendo usada por nadie, estaba limpia y arreglada. Kreacher siempre se ocupaba de todas las habitaciones de la casa, siempre dispuesto a mantener en perfecto estado la casa de sus amos. La luz se colaba por la ventana, iluminando el cuarto, acogedor y tranquilo. La gran cama de sábanas color crema que ocupaba la pared frente a la ventana, respaldada por dos mesillas de noche con cajones, y un enorme armario encajado en la pared daban una ligera sensación de majestuosidad, a pesar de ser una de las habitaciones más pequeñas de la casa.

Harry cerró la puerta tras de sí, pensando que Draco no tendría por qué quejarse. Si bien esa habitación no era su cuarto en la mansión Malfoy, tampoco era una nimiedad.

Bajó de nuevo a la sala de estar. La chimenea crepitaba ligeramente, provocando un sonido relajante y confortable. Se sentó en el enorme sillón verde esmeralda y cerró los ojos, al tiempo que llevaba una mano a la pequeña mesita de cristal, y cogía de ella una rana de chocolate de brillante envoltorio.

Esos momentos eran los preferidos de Harry, saborear una rana de chocolate al calor de la hoguera, sin preocupaciones, con tranquilidad. Se estaba preguntando si habría suficiente comida en la despensa cuando un ruido como de un estallido le hizo abrir los ojos de golpe y saltar en el sillón. De repente, la tranquilidad de la casa se rompió, dando lugar a las quejas y a los gritos.

-¡Suéltame, bicho del demonio!

Harry se levantó de golpe y salió al hall de entrada, de donde provenían los ruidos. Draco Malfoy estaba en el suelo, forcejeando con el obediente Kreacher, que se aferraba a él con uñas y dientes. Unas cuantas maletas de viaje estaban tiradas a su lado, demostrando que realmente el pequeño elfo había cumplido bien su cometido.

-Kreacher, ya está bien, puedes soltarle…

-¿¡Lo has oído, maldito pulgoso!?¡Que me sueltes!

Kreacher parecía reacio a soltarle, pero al final obedeció, con el ceño fruncido.

-Amo, Kreacher ha traído al joven Malfoy y a su equipaje como ordenó…

-Muy bien, Kreacher, muchas gracias…

Draco se sacudía la túnica, ya de pie, malhumorado.

-Potter, si yo estuviera en tu piel escaparía, voy a matarte…-comentó el rubio, arreglándose el pelo en el enorme espejo del vestíbulo.

-Permíteme que lo dude, Malfoy- contestó Harry, divertido ante la situación- Yo en tu lugar gastaría esa energía en deshacer las maletas.

Draco bufó, visiblemente enfadado.

-Potter…- el rubio parecía querer mantener la calma- ¿Se puede saber…quién te crees que eres… para… ¡secuestrarme!..¡en contra de mi voluntad!

-Si fuera por propia voluntad ya no sería secuestro…- Malfoy cada vez enrojecía más por la rabia, mientras que Harry se apoyaba contra la pared, desenfadado.

-¡Potter! ¡Más vale que le ordenes a tu apestoso elfo que devuelva MIS cosas al lugar de donde las cogió, porque…!

-Draco, ya vale.

El repentino tono serio de la voz de Harry enmudeció a Draco de repente, que alzó las cejas.

-En serio, preferiría no tener que discutir esto, cuando todo sería más fácil si de una vez dejaras de lado tus inmaduros prejuicios y te dejaras ayudar por una vez.

Los ojos de Harry se clavaban en los de Draco, que sólo atinaba a mirarle con el poco reproche que era capaz de fingir, para enseguida contagiarse de la severa mirada del moreno y mirarle de la misma manera.

-Todavía no entiendo por qué haces esto.

-Sólo quiero ayudarte.

-No soy tu amigo, no tienes que ayudarme.

-Es cierto, pero quiero hacerlo.

Ambos se quedaron en silencio unos instantes, manteniendo la guerra de miradas, hasta que Harry habló, adoptando una expresión de incomodidad.

-Mira Draco…no quería decir esto, pero vista la situación…- Harry se enderezó, y clavó su mirada todavía más intensamente en la del rubio- No sé porqué, pero eres reacio a dejar que los demás te ayuden. Nadie puede con el peso del mundo por sí sólo, y tú tampoco. Severus te ofreció su ayuda, y la rechazaste. Dumbledore te ofreció su ayuda, ¡y la rechazaste! ¿Te has parado a pensar cómo hubiera resultado todo si hubieras aceptado? No lo habrías pasado la mitad de mal, Draco… Ahora yo te estoy ofreciendo la solución a tus problemas. ¿Vas a rechazarme a mí también?

Aquello había sido un golpe directo, y así se reflejaba en los ojos de Draco, que se mantenían clavados a los de Harry, pero esta vez con un matiz de culpabilidad en ellos. Tras unos segundos, Draco cedió, y bajó la mirada a sus pies.

-¿Cuál es mi cuarto?

Harry sonrió, victorioso, mientras le hacía un gesto a Draco para que lo siguiera.

-¿Qué te hace pensar que tienes un cuarto propio?- bromeó Harry, mientras subían las escaleras.- Tenía pensado dejarte a dormir con Kreacher en la caldera.

-Ni siquiera tú eres tan retorcido, Potter. Además, si me apuras, prefiero instalarme allí con tal de que no me metas en un cuarto con los colores de Gryffindor…-contestó Draco, rodando los ojos.

- Jamás daría ese honor a una serpiente rastrera. Eso sí, no te esperes una habitación verde esmeralda…

Harry se paró en seco en el rellano. De hecho, sí que había una habitación con los colores de Slytherin en aquella casa. Y de hecho, estaba justo enfrente de la suya.

-¿Potter?

-Vaya, Malfoy, es posible que tengas suerte. ¡Kreacher!

El obediente elfo se apareció ante ellos con un estallido.

-Kreacher, ¿está en buen estado la habitación del señor Regulus?

-Sí, amo, Kreacher la limpia y ordena todos los días.

-Bien…pues, por favor, sube allí el equipaje del señor Malfoy, a partir de ahora será su cuarto.

Volvió a producirse otro estallido, y Kreacher desapareció.

Al llegar al cuarto piso, Harry se paró.

-Bien, Malfoy…ése es mi cuarto, por si necesitas algo...y éste- Harry abrió lentamente el picaporte de la puerta que estaba justo enfrente de la suya- es el tuyo.

Después de haber echado un rápido vistazo a la habitación de Harry y haber murmurado un leve “Repugnante” Draco dirigió la mirada al interior del cuarto que el moreno le estaba mostrando. Las paredes, de color verde esmeralda, lo hacían relucir. Hasta los más ínfimos detalles estaban cuidados… Las colchas de la cama eran de un plateado leve, que contrastaba con el verde de las paredes, y los doseles de la cama parecían líquidos, de lo finos y cuidados que eran. Hasta los tiradores de la cómoda y del enorme armario tenían forma de serpiente retorcida, como los grifos y soportes del baño individual que se adivinaba al fondo.

Draco esbozó una sonrisa conforme.

-Me sorprende que no hayas quemado todo esto, Potter.

-A mí también.- respondió Harry, arrugando la nariz.

Las maletas de Draco descansaban sobre la cama ordenadamente.

-Será mejor que deshagas tu equipaje- Harry salió al pasillo- si necesitas algo, estoy en la sala de estar, primer piso. Cenaremos en un rato, así que intenta darte prisa. Comedor, planta baja.

Entonces desapareció, dejando sólo a Draco en su nueva habitación.

Mientras bajaba por las escaleras, se preguntó cómo es que no se le había ocurrido antes dejarle a Draco esa habitación. Quizás hubiera sido porque simplemente ni se había planteado poner a Draco justo enfrente de él, teniendo una casa tan enorme. Pensó en Kreacher…el elfo había cambiado notablemente desde que lo conocía… ya no era gruñón y no se quejaba por tener que obedecerle, le trataba con cariño, incluso a Hermione le sonreía, pero todavía no había desterrado del todo sus viejos prejuicios y su profundo respeto por el linaje de los Black. Probablemente, de haberse tratado de otra persona, a Kreacher no le hubiera hecho ninguna gracia que el cuarto de su amo Regulus fuese utilizada. Pero, al fin y al cabo, se trataba de Draco Malfoy, sangre limpia, y un Slytherin de pura raza, y eso cambiaba mucho las cosas.

Harry sonrió para sí. Probablemente Draco acabaría por sentirse cómodo en aquella casa… al fin y al cabo, las alusiones a Slytherin y a la pureza de sangre no se limitaban sólo al cuarto de Regulus Black.

Tras la suculenta cena de Kreacher y una dulce tarta de chocolate de postre, Draco subió de nuevo a su cuarto, alegando que había sido un día largo y que se moría de sueño. Poco después Harry se retiró también, despidiéndose de Kreacher y echando un último vistazo a la desierta calle, iluminada por la luz de la luna.

Caminó con cuidado por el pasillo del cuarto piso, intentando hacer el menor ruido posible por si Draco estaba ya dormido. El silencio era dueño de toda la casa, por lo que Harry dedujo que el rubio ya se habría rendido al sueño. Entró en su cuarto, cerrando la puerta tras de sí, y tras haber cogido su pijama escarlata de la cómoda, se dirigió al baño para darse una relajante ducha.

Mientras el agua caliente caía sobre su cuerpo, se entregó a sus pensamientos. Recordó la incomodidad que había reinado durante la cena… Era lógico, puesto que ambos habían sido enemigos siempre, y, prácticamente, eran unos desconocidos viviendo en la misma casa, a sólo unos metros el uno del otro. Harry ni siquiera había sabido si darle o no las buenas noches, preguntándose si aquello no sería ya un exceso de una confianza que no le había sido brindada.

Suspiró, cerrando el grifo. Tenía la esperanza de que aquella situación de hiciera menos tensa con el tiempo, sólo habría que dejar que Draco cogiera confianza.

Salió del baño sólo con su pantalón de dormir, intentando secar la maraña de pelo negro con una toalla. Estaba cerrando la puerta cuando un grito desgarrador le sobresaltó, y le hizo alertarse de inmediato.

Otro grito todavía más potente rompió la armonía de la casa… Un lamento horrible que le puso la piel de gallina. Abrió la puerta de su cuarto de un golpe y se quedó helado en el pasillo, escuchando los lloriqueos y lamentos de Draco al otro lado de la puerta de su cuarto.

Harry se obligó a sí mismo a reaccionar, y golpeó fuertemente la puerta con los nudillos.

-¿Malfoy? ¡Malfoy! ¡Malfoy contesta!

Pero Malfoy no le oía, sino que seguía gimiendo de angustia. Sin poderlo aguantar más Harry abrió la puerta de un manotazo, encontrándose con Malfoy retorciéndose entre las sábanas esmeralda, temblando, llorando como un bebé desprotegido.

Corrió hacia él, con el temor azotando su columna, y le agarró por los hombros, sacudiéndole.

-¡Malfoy, despierta! ¡¡Malfoy!!

El rostro de Draco estaba cubierto de unas perladas gotas de sudor frío, y de ahogadoras lágrimas que caían una tras otra. Mantenía los ojos cerrados, y una expresión de profundo dolor.

Harry lo sacudió todavía más fuerte, intentado que volviera a la realidad.

-¡Malfoy!¡¡Draco, despierta!!

Draco abrió los ojos de golpe, pero no reaccionó, creyendo estar todavía en su pesadilla.

-¡¡NO ME TOQUES, NO ME TOQUES!! ¡¡D…JAME EN PAZ!!

A pesar de los esfuerzos de Malfoy por librarse de él, Harry seguía sosteniéndole por los hombros.

-Malfoy, tranquilo, ya está, ya se acabó… Soy yo, soy Potter, ¿ves?

Draco se retorció un par de veces más, hasta que consiguió enfocar sus ojos en Harry.

-¿P…Potter?

EL rubio seguía llorando desconsoladamente, sin poder evitar la caída exagerada de sus lágrimas. Harry se sobresaltó cuando dejó caer su cabeza contra su hombro, con la respiración entrecortada y temblando de pies a cabeza.

-¿Por qué no me deja en paz? ¿Por qué no me deja…?

Los sollozos sin sentido de Malfoy desarmaron completamente a Harry, que no pudo evitar dejarse llevar por su sentido protector, desplazando sus manos de los hombros del rubio por su espalda, abrazándole superficialmente. Draco, más en la inconsciencia que en la realidad, se dejó abrazar, controlando poco a poco su llanto, respirando profundo.

Harry no supo por cuánto tiempo estuvo así, hasta que se dio cuenta de que Draco ya no sollozaba, y su respiración era tranquila y acompasada. ¿Quién le iba a decir a él que Draco Malfoy se iba a dormir en sus brazos?

Sacudió la cabeza y arrugó la nariz, disconforme. Dejó a Draco con cuidado entre las sábanas, con una expresión de anhelada paz en el rostro, y se levantó camino a la puerta.

Pero en cuanto Harry llevó la mano al picaporte para cerrarla, Draco gimió levemente, removiéndose en las sábanas, poniendo a Harry en un dilema mental. Tras debatirse consigo mismo durante un instante, se dirigió de nuevo hacia la cama de Malfoy, sentándose en el suelo y apoyando la cabeza en el colchón, quedándose dormido enseguida.
Notas finales: A comentar que he cambiado ciertas cosillas en Grimmauld Place xD Se supone que tanto el tapiz de la familia Black, como el retrato de la señora Black, como las fotos de chicas muggles en bikini y de motos de Sirius (xD) y los recortes de periódico de Regulus tienen un hechizo de presencia permanente...Pero como que no me cuadraba en la historia, así que lo eliminé todo menos el tapiz xD No me parecía muy lógico que Harry se quedara en una habitación con chicas en bikini xD

Hasta el próximo capi! =)

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