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Cambio de destino por Lalamy

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El nombre del nuevo compañero de David, era Guillermo, era muy amable, pero tendía a tener ciertos comportamientos extraños como pegar en la pared un collage de personas desconocidas, que sacaba de las revistas, o crear personitas con plasticina, colocándolas en su velador. En un principio David temió de estar con un loco, el muchacho tenía todas las características, era callado, tímido, y distraído, sin embargo, no podía juzgarlo tan rápido, así que lo dejo ser siempre y cuando no se metiese con él, o sino la agresión sería peor que la que le dio a Hugo.

Le informaron por parlantes- ambos residentes de la 204 dieron un salto cuando oyeron una voz omnisciente que venía de la esquina derecha de la puerta, sin saber que existía- diciendo que las clases comenzarían el día de mañana. David hizo una mueca de desagrado, no sabía si era por lo aburrido que estaba por no hacer nada, o por que comenzaría otra vez con la porquería de las pruebas, disertaciones, explicaciones y todo eso que odió alguna vez. También la voz omnisciente les ordenó ir al reconocimiento de salas, ya que las clases comenzarían a las 8 en punto de la mañana y los retrasados serían sancionados severamente, típico colegio de curas, con sus reglas intransigentes que acarreaba siempre a jóvenes con serios problemas mentales, ocultándolos como lo hacían con todo.

- ¿Vas?- dijo David a Guillermo, quien estaba mirando algo debajo de la cama.
- Eh, si…-se puso en pie.
- ¿Qué… estás haciendo?- dijo extrañado, por una parte no quería saberlo, pero por otra, no podía ignorar todo lo que hacía.
- Ah…eh… buscaba…se me cayó un arete, pero da igual, después de todo no se puede usar esas cosas- suspiró- ¿Puedo ir contigo?
- C-claro…-no deseaba establecer una relación cercana con su compañero de habitación, podía traerle problemas.

Al salir caminaron por el pasillo, estaba repleto de jóvenes que iban y venían, a Guillermo no le parecía muy cómodo la multitud aglomerada, más hubo otro hecho que pareció incomodarle: Todos miraban a David.

El hombre presa de las miradas instigadoras de los residentes de los otros cuartos, ignoró el pesar de sus ojos. No entendía bien lo que sucedía, pero tampoco le interesaba, no eran más que críos ociosos que miraban a todo lo que se movía, pero mientras más avanzaba en su camino, más acosado se sentía, no eran todos, pero los que lo hacían parecían acusarlo de algo, recargando odio sobre los hombros del hombre en cuerpo de joven.

Buscó su nombre por las salas que estaban del otro lado del patio interior, Guillermo lo siguió silenciosamente contemplando el esplendor de la construcción que se levantaba imperante alrededor de ellos. Ambos se sorprendieron al ver que le tocó en la misma clase: David Torrealba, y Guillermo Lobos, 3 año B…

“Ah, no, ¿tendré que estar aquí dos años enteros? ¡Que martirio!” Luego pensó en las palabras de su padre: “Cualquier cosa avísanos ¿bueno? Te sacaremos de inmediato”… al menos tenía una pieza del juego de su lado, si no le gustaba se iba y punto.

- ¿Te sentarás solo?- Guillermo interrumpió sus pensamientos, como odiaba que le hicieron eso.
- Mm…no, supongo que con alguien… ¿Por qué preguntas eso?
- Ah, es que… no conozco a nadie, y… pensaba, ya sabes…
- ¿Verte toda la noche en mi pieza y más encima en clases? ¿No crees que es mucho?- lo acuchilló con los ojos.
- …- se sorprendió por la hostilidad del hombre- …a… si… pensándolo de esa manera, creo que tienes razón.
- No, no, perdón…- se tapó el rostro, se sintió como un imbécil- lo siento, no quise hablarte así, estoy un poco tenso…
- No hay problema- murmuró con la mirada perdida- voy a echar un vistazo, de ahí nos vemos…- se dio media vuelta para marcharse.
- Oye…- iba a decirle algo, pero Guillermo no le hizo caso, siguiendo su camino- ¡Pero que estúpido!- dijo entre dientes hacia su persona.


Definitivamente no andaba de buenas aquel día, ni el anterior, ni el pasado del anterior, a decir verdad, de hacía muchos años.

Por su parte David decidió caminar arbitrariamente por cualquier lugar, sólo para pensar… no entendía como había llegado hasta allí, y que hacer para salir, era como estar en medio de un laberinto, y sin siquiera haber entrado voluntariamente.

Al regresar a su habitación nuevamente sintió como muchos de los presentes lo miraban de reojo, o se quedaban callados al pasar por su lado. David quiso golpearlos a todos, pero optó por la tranquilidad, actuar impulsivamente traía graves consecuencias.

Al entrar se lanzó a su cama para meditar, no, realmente no quería meditar, quería olvidarse de todo y ser inexistente. “¡Maldito el día en que maté a esa perra!” pensaba con la sangre hirviendo “¡Maldita familia, maldito internado, malditos pendejos hijos del bolsillo de sus papis! ¡Debería volverme más loco y matarlos a todos, hijos de puta! ¡No me jodan, que yo no les he echo nada!”

Luego de media hora entró Guillermo. David al verlo se sentó de inmediato, ni siquiera sabía por qué.

Guillermo se quedó quieto apoyado en la puerta, mirándolo por primera vez a la cara al igual como lo habían todos, con los mismos ojos acusadores.

“¿Qué mierda les está pasando?” pensó David con el ceño fruncido.

- Dijiste que estabas tenso ¿verdad?- dijo el joven con voz suave.
- ¿S-si?- dijo David confuso.
- ¿Es por que te violaste a tu antiguo compañero de pieza?

“¿Qué?”

- ¿Te lo violaste?
- ¿Quién mierda está diciendo esas cosas? ¿ah?- habló entre dientes.
- Yo te pregunté pri…
- ¡¿QUIEN MIERDA ESTÁ DICIENDO ESAS COSAS?!-se levantó de la cama furioso, Guillermo asustado sólo abrió un poco más sus verdes ojos, pero no demostró flaqueza.
- Todos- respondió firme.
- ¡HIJO DE PERRA!-y pateó la cama con ira haciendo que esta saltase un poco- ¡¿Y tú crees esas imbecilidades?!
- Por algo te las estoy preguntando- trató de no intimidarse.
- ¡NO! ¡NO ME LO ESTAS PREGUNTANDO!
- ¡SI!
- ¡NOO! ¡Sacaste conclusiones de inmediato! ¿Crees que soy bestia?
- Por como te estás comportando si…
- ¡ODIO A LOS MARICONES! ¡SOBRE TODO A LOS QUE INVENTAN HISOTRIAS POR QUE SE LES SORPENDRE MASTURBÁNDOSE CON LAS COSAS DE UNO! ¡ME DAN ASCO! ¡TODOS LOS HOMOSEXUALES ME DAN ASCO!- vociferó echo una fiera, que pensarán que él era un violador de hombres le revolvía el estómago.

Guillermo se tapó la boca.

Se quería reír.

David al notar esto lo encontró insólito de la falta de respeto.

- ¿Y te estas riendo?-dijo enojado.
- ¡Perdóname! Es que… es que… ¿realmente lo sorprendiste haciendo eso?- y rió a carcajadas, David estupefacto no pudo disimular un sonrisa, pensándolo bien si resultaba algo chistoso.
- Estaba oliendo mi calzoncillo…
- ¡QUE ASCO!-estalló en risa.
- ¡SI, ESTABAN SUCIOS, HASTA MI ME DIO ASCO!-y también se desternilló de la risa.

Ambos rieron a más no poder, Guillermo lloraba de sólo imaginarse la situación, en tanto David trataba de no ser muy estridente, puesto que no era su estilo.
Luego de aquello Guillermo se sentó en la cama de este para contarle lo que decían por los pasillos, que lo acusaban de haberlo violado en la noche, y querer hacerlo luego de ir a la ducha, y como Hugo se resistió le propinó un golpe amenazándolo de que si le decía a alguien lo iba a matar.

- Pero que pedazo de mentiroso- dijo escuchándolo atentamente- lo mataría si no fuese porque deseo quedarme un poco más…
- ¿Piensas irte?
- Si, claro, pero con todo este jaleo, creo que quiero estar aquí por un rato…
- ¿Piensas vengarte?
- Mm… no lo sé, todo a su tiempo…- hizo una pausa- ¡Me muero por un cigarro!
- Pero no puedes fumar aquí…
- ¡Eso ya lo sé!... pero siempre hay uno que trafica, supongo, tendré que averiguarle…
- Ah, claro…- se rascó la cabeza.
- Oye, ¿Realmente no crees que soy un violador?
- No, bueno, si lo llegases a ser, debo confesarte que me gustan las relaciones sexuales violentas, me obsesiona el dolor y todo eso…
- …
- ¡Es broma! ¡No me gustan lo hombres, ni las violaciones! Por favor no me pegues.
- Tarado-sonrió- eres un niño- le removió los cabellos con su mano.
- ¡Tengo la misma edad que tu!
- No reclames y di que “si”, ¿OK?
- Está bien, no quiero pelear.

Sin duda la cosa sería más interesante de la que David hubiese imaginado, no es que le gustara que estuviesen divulgando aquellos rumores, pero siempre sintió una atracción fatal por los problemas.

No obstante, a la hora de dormir, fue víctima nuevamente de una imagen del inconciente… cuando estaba tratando de dormir se le vino a la cabeza a Guillermo desnudo en la cama, todo sudoroso, siendo tocado por unas manos que suponía que eran de él. El joven tenía un excitante rostro de placer, y gemía delicadamente, moviéndose de arriba hacia abajo, empujado por él.

¿Sexo con un hombre?

El se sentó en la cama impactado. Y no pudo evitar mirar a su compañero que dormía babeando la almohada, no le gustó para nada lo que había visto, y si hubiera sido una premonición, la impediría a como diese lugar.

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