Trowa abrió con cuidado la puerta de la habitación, frunció el ceño al mirar a Duo todavía dormido, a este paso lo despedirían antes siquiera de empezar.
-Vamos Duo despierta, tienes que trabajar- Trowa movió un poco al trenzado recibiendo por única respuesta un manotazo- Duo, despierta de una buena vez- Y de un jalón le quito todas las mantas.
-Trowa déjame en paz- Duo gritó molesto, sentándose en la cama- ¿Por qué no puedes compadecerte de tu hermanito y me dejas dormir 5 minutos mas?- Duo se frotó los ojos perezosamente
-Por que tienes que ir a trabajar- Trowa hizo amago de lo que quedó de paciencia- Y ya son las 7:30
Duo abrió los ojos sorprendido y sin decir nada, corrió al baño dispuesto a estar bañado y arreglado en menos de cinco minutos. Trowa solo lo miró contrariado, no sabía como Duo podría mantener su trabajo.
Media hora después Duo salía corriendo de su casa, rogando al cielo que su jefe no llegara antes que él.
-Ni siquiera desayuno- Dijo su madre, recargada en el marco de la puerta de la entrada principal.
-No te preocupes, esta demasiado animado para sentir hambre- Trowa llegó a su lado con lo brazos cruzados- Y si le da hambre no dudes en que se las arreglará; mejor entremos- Le indico pasando su brazo por los hombros de la mujer, que se dejo conducir hacia adentro de la casa.
Duo bajo del taxi y llegó corriendo a la cocina que desde este día sería su lugar de trabajo. Quatre ya estaba encargándose de escoger las cosas para comenzar con su trabajo, cuando vio al trenzado llegar- Buenos días Duo- Saludo con una sonrisa
Duo se paró en seco- Ho-hola Quatre, perdón por llegar tarde, es que…
-No te preocupes- Quatre le sonrió tranquilizándolo, mientras revisaba algunos vegetales- No hay problema si llegas un poco tarde, mientras Heero no se de cuenta, el suele ser bastante exigente y a veces da un poco de miedo, pero en el fondo es una persona, por eso…- Quatre se quedo callado de repente, pues en ese momento apareció Heero
-Muchas gracias por los halagos Quatre –Heero no parecía molestó, sin embargo miró fijamente a Quatre, haciendo que bajara la mirada un tanto avergonzado, después Heero se dirigió hacia Duo, que terminaba de ponerse el uniforme- A mi oficina Duo- Este se limito a obedecer, Heero lo siguió
-Heero- Murmuró Quatre, deteniéndolo del brazo
-No te preocupes- Suavemente se separó del rubio- No pienso matarlo ni nada por el estilo
Ambos jóvenes entraron en la oficina, Duo se sentó frente al escritorio, frente a Heero, quien lo observo en silencio, incomodo Duo se removió en su asiento, odiaba el silencio pero no podía hablar, no se le venía ninguna idea a la mente.
-Ayer dijiste que aceptabas mi propuesta, ¿Aun estas dispuesto?
-Si, en este momento no tengo muchas opciones- Duo sonrió de forma triste
-Aquí esta el contrato, es igual que el que te di ayer, léelo para que estés seguro- Le extendió unas hojas.
-Mi hermano sabe lo que voy a hacer-Murmuró Duo antes de firmar, Heero debía estar enterado- …l fue quien me convenció de esta locura
-¿Alguna otra cosa que tengas que decir?- Duo negó con la cabeza- Entonces firma; y espero que no tengas pensado hacer otra tontería en los próximos seis meses- Duo frunció el ceño iba a ser difícil soportarlo tanto tiempo, los próximos meses serían eternos, aun así firmó no podía quedarse sin hogar, si tenía la solución a su alcance.
-Perfecto- Heero tomó los papeles y los guardo en uno de los cajones del escritorio; de donde saco una chequera- Ahora mi parte del trato-Le entrego el cheque, Duo lo tomo y aflorando en él una sonrisa, por fin un poco de paz. Como ya no había nada que hablar, Duo se dispuso a salir, pero cuando se levantaba, Heero se lo impidió tomándolo de la mano, Duo quito su mano del escritorio como si la mano de Heero le quemara.
-No debes hacer eso si se supone que eres mi prometido- Heero lo volvió a tomar de la mano- Además falta un detalle
-Somos prometidos frente a los demás- Duo volvió a quitar su mano- Cuando estamos solos, no tienes derecho a tocarme ¿Entiendes?- Heero solo lo miró sin decir nada- ¿Qué falta?
Heero en vez de darle una respuesta, presiono el conmutador- Que venga Quatre
-Enseguida señor- Se escuchó la voz de su secretaria
-Si queremos que esto funcione- Le explico Heero, sin mucho interés, es mas, revisaba unos documentos- antes que nada tenemos que ser capaces de engañar a mi primo
-¿Quatre es tu primo?
-Aja- Contestó ensimismado, se pone de pie y se acerco a Duo- Veremos que tal lo haces- Y lo jaló para que se pusiera de pie, en ese momento Quatre asomó su cabeza por la puerta
-¿Me llamabas?
-Pasa- Heero se acerco aun mas a Duo que ya estaba de pie
-¿Qué ocurre?
Heero abrazó a Duo por la cintura atrayéndolo hacia él, este se sonrojo al sentir a Heero tan cerca- Solo quiero informarte que Duo es mi prometido- Duo se sonrojo, y Quatre los miró sorprendido unos segundos antes de decir algo
-¿Lo dices en serio?- Duo fue quien asintió con la cabeza- Pero si se acaban de conocer
-No, nosotros hemos estado saliendo desde hace algún tiempo, no te lo comenté antes por que primero quería que lo conocieras por su talento- Quatre sonrió, la tarde anterior Heero le había hecho probar las galletas hechas por el trenzado- Pero ya es hora de que todos sepan sobre mi decisión.-Explicó Heero sin soltar en ningún momento a Duo.
Quatre dudo un momento, pero después abrazó a su primo- Felicidades Heero -Le murmuró, después abrazo a Duo- Gracias y cuídalo, no quiero que nada lo lastime más- Le susurro, haciendo que este se sorprendiera- Mejor voy a comenzar a cocinar, ya casi abrimos y todo tiene que estar perfecto- Quatre se separo de Duo sonriendo- Heero no distraigas mucho a Duo ¿Entendido?- Y sin esperar respuesta salió de la oficina
-Has pasado la primera prueba, Quatre se lo creyó- A pesar de que estaban solos Heero no soltó a Duo, sabía que Quatre era el mas perceptivo de su familia, que sería difícil de engañar, pero había escuchado las palabras que le dijo a Duo, significaba que lo habían logrado.
-Yo… yo también tengo que ir a cocinar- Duo se separó del abrazo, aun seguía sonrojado, Heero lo ponía nervioso así que era mejor huir de la oficina.
El día en “Carpaneto” comenzaba justo cuando las puertas se abrían y las personas comenzaban a llegar atraídas por la excelencia de sus platillos, desde su inauguración, hace menos de un año, su popularidad fue creciendo poco a poco, primero por la comida que era simplemente deliciosa, después por el ambiente tan acogedor, y desde hace un par de semanas, los pasteles y panes completaban el cuadro para transformar al “Carpaneto” en el mejor restaurante de la ciudad.
Duo no podía sentirse mas tranquilo, su trabajo era muy gratificante, hacía lo que más le gustaba y sus compañeros eran muy agradables y siempre estaban dispuestos a ayudarlo, sobre todo Quatre que se convirtió en unos cuantos días en un amigo, incluso Heero era fácil de sobrellevar, cada vez que pasa por la cocina Heero le da una caricia en la mejilla, le revuelve el cabello como si se tratara de un niño pequeño, o simplemente lo observa mientras cocina, siempre ante la mirada divertida de Quatre, la razón por la cual Heero hacia aquello.
Era la hora en que el lugar estaba semivacío, Duo estaba picando unas fresas para un pastel, tan entretenido estaba que no sintió cuando Quatre se puso a su lado, recargando los brazos en una mesa cercana.
-¿Y cuando se piensan casar?- Pregunto el rubio con una sonrisa
Duo casi se rebana los dedos de la impresión- Bueno no lo hemos programado aun- Duo seguía concentrado en su trabajo, si miraba a Quatre en este momento descubriría que mentía- Además es muy pronto para eso, ni siquiera nos hemos presentado con nuestras familias…
-Entiendo...- Quatre miraba como cortaba las fresas- Después de todo para Heero debe ser difícil volver a empezar
Duo levanto su mirada para buscar en los ojos de Quatre el sentido a sus palabras, pero solo se topó con la sonrisa de este.
-Duo nos vamos- Por primera vez, Heero lo beso, fue un beso corto en la comisura de los labios, pero aun así Duo se puso completamente rojo. Heero lo tomó de la mano y salieron del restaurante, ante la mirada divertida del rubio- Te encargo todo Quatre
-Claro
-Espera- Por fin Duo reaccionó ya estaban en la salida, cuando jalo su brazo soltándose de Heero- Yo no voy contigo a ninguna parte, Trowa va a pasar por mi
-No me interesa, hoy es la cena con mi padre para que te conozca, así que sube al auto ahora- Duo iba a protestar- Esta en el contrato- Esas palabras ahogaron cualquier protesta, tenía razón, solo le quedaba cumplir con su parte, así que se subió al auto.
El auto se estaciono frente a una tienda de ropa más cara y exclusiva de la ciudad
-Explícame que diablos hacemos aquí
-Comprar algo para que te pongas, no pienso llevarte así
-Mi ropa no tiene nada de malo- Duo cruzó sus brazos y los miro con obstinación
Heero masajeó sus sienes, esta sería una larga noche- ¿Sabes que? No tengo tiempo discusiones tontas- Sacó las llaves, abrió la puertezuela y mientras salía- Te quedas aquí y no me tardo –Y con un click cerró el auto por fuera
-Pero…-Duo trató de abrir la puerta, para seguir la discusión, pero fue en vano- Oye abre- Comenzó a golpear la ventanilla- Heero no puedes dejarme encerrado, abre de una vez- Grito, pero el otro no le hizo caso.
Media hora después estaban frente a un edificio
-Aquí te vas a cambiar, es mi departamento
Duo, que estaba cruzado de brazos y miraba por la ventanilla, ni siquiera se digno a voltear.
-Bájate- Ordenó Heero frunciendo el ceño, todo el camino Duo permaneció en aquel mutismo y si llegaba con esa actitud con su padre, de seguro la cena sería un desastre- No voy a tolerar sus caprichos-Pensó molesto, se bajó del auto para después abrir la puerta del lado de Duo- Dije que te bajaras
Pero Duo solo giro su rostro hacia el lado contrario, le debía mucho dinero, pero eso no quería decir que iba a dejar que lo tratara como si fuera un títere.
Pero Heero no pensaba lo mismo, ya que lo tomó por el brazo sacándolo del auto de un jalón
-Vas a Hacer lo que yo te diga- Su voz aun era calmada, en cambio en sus ojos se podía ver el enojo.
-No-Grito Duo soltándose del agarre, y dando un paso atrás- No tienes ningún derecho de tratarme así, soy tu empleado no tu esclavo
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Quatre frunció el ceño cuando el mesero regresó el cuarto plato intacto a la cocina y se llevó otro
-¿La misma mesa?-Le pregunto al mesero, pues todo lo había regresado el mismo cliente
-Si
Se acercó al plato y lo probó, se molestó aun más cuando comprobó que la comida estaba deliciosa, como los anteriores, tenía que saber por que la estaba regresando, fue hasta la mesa- Disculpe- El cliente levanto la mirada, y Quatre se encontró con unos profundos ojos verdes, nunca había visto algo parecido
-¿Si?
-¿Hay algún problema con la comida señor?- Logro decir Quatre, pues estaba como hipnotizado por aquella mirada
-No, ningún problema gracias- Trowa siguió observando el platillo que tenía en frente, tenia que esperar a Duo y que mejor manera de entretenerse que ver la combinación de colores en cada platillo y como cada ingrediente se fusionaba con los demás, haciendo una mezcla perfecta.
-¿No?- Ahora si Quatre se enojo en serio, tomo el hombro de Trowa- ¿Entonces por que no lo prueba?
Si Trowa hubiera sido más expresivo hubiera soltado una carcajada cuando volteo para ver al chef, estaba sonrojado, con el ceño fruncido y con un ligero temblor en los labios, como si no supiera que expresión poner para mostrarse molesto- ¿Podrías decirle a Duo Maxwell que su hermano esta aquí?
-¿Duo?
-Si, me pidió que viniera a recogerlo- Trowa era el último cliente que quedaba en el lugar
-Duo salió con Heero
-Entiendo- Dada por terminada la conversación, Quatre estaba a punto de regresar a la cocina – Espera…
-¿Qué?
-Discúlpame por lo de la comida, no tenia la intención de ofenderte
-No importa- Quatre sonrió y el corazón de Trowa dio un vuelco, era mil veces mejor verlo con una sonrisa- Te invito a tomar algo
-Pero…
-Te lo debo por hacerte enojar
-Esta bien, dame 15 minutos- Quatre volvió a sonreír, sonrojado- Por cierto mi nombre es Quatre
Trowa se sintió estúpido había invitado al chef sin siquiera presentarse-Yo me llamo Trowa, mucho gusto Quatre
-Mucho gusto- Sonrió divertido- Entonces espérame aquí
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El mayordomo de la casa Yuy observo al acompañante del joven Heero, se supone que sería una cena formal, ¿Entonces por que venía vestido así? Duo llevaba un pantalón de mezclilla negro y una camiseta del mismo color, se veía muy bien pero no era adecuada para la ocasión.
-¿Algún problema?-Heero estaba molesto por que al final Duo había hecho su voluntad y ahora estaban pagando las consecuencias.
-No, el señor los esta esperando
Los jóvenes siguieron al mayordomo hasta la sala, Duo miraba asombrado cada detalle del enorme lugar.
-Heero
-Padre- Se saludan con un apretón de manos frio, como si trataran de un par de desconocidos- Quiero presentarte a mi prometido, Duo Maxwell
-Mucho gusto señor- Duo sintió un escalofrío cuando el hombre tomó su mano, en ese momento supo que aquel hombre era de cuidado. Y eso quedó confirmado dos horas después, tiempo que fue una tortura entre preguntas y comentarios mordaces sobre su trabajo, su condición social, su aspecto y un largo etcétera. Heero lo apoyó en todo momento atacando a su padre y defendiéndolo, todo el tiempo lo tomó de la mano, lo que hacia que Duo se pusiera nervioso y no pudiera pensar con claridad. Lo bueno es que ahora estaba en la mesa cenando, así que tenia un momento de calma
-Por cierto Duo- El señor Yuy inició la conversación sin importarle la mirada asesina que Heero le mandaba- ¿Heero ya te contó sobre Relena?
-Padre- Heero le advirtió. Duo no sabía que responder, nunca había sido bueno mintiendo, sonrió cerrando un momento los ojos, no era necesario mentir, solo decir la verdad a medias…
-No, no me dijo nada, pero no me interesa- Duo miró al hombre con una sonrisa tranquila- Yo quiero al Heero de ahora, al que se preocupa por todos los que están a su alrededor, al que hace todo lo posible por valerse por si mismo, el que se preocupa por mi, el que me hace sentir especial. No me importa por lo que tuvo que pasar o lo que hizo en el pasado, por que ahora Hee-chan esta conmigo- Terminó su pequeño discurso, el señor Yuy estaba sorprendido, nunca nadie le había llamado de esa manera a su hijo, ni se habían expresado así de él y por primera vez en toda la noche el señor Yuy sonrió complacido
-Bienvenido a la familia Duo- Los jóvenes se sorprendieron por las palabras, ¡Eso quería decir que lo habían logrado!
-Muchas gracias señor
-Jamás pensé que Heero encontrara a alguien después de lo que ocurrió con Relena, pero por fortuna te encontró a ti.
-Padre basta- Le advirtió Heero
-Tienes razón- Su padre seguía sonriendo- Cuéntame Duo ¿A dónde estudiaste repostería?
La noche que comenzó tan mal, pintaba a ser muy agradable.
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-Muchas gracias por acompañarme hasta mi departamento- Estaban frente a la puerta del hogar de Quatre, la velada había sido muy agradable y Trowa se encargó de hacerla así, por lo regular era bastante introvertido, pero con el ojiverde se sentía en confianza- ¿Estas seguro de que no es peligroso que te regreses en un taxi? Te hubiera llevado a tu casa- Se habían transportado en el auto de Quatre y ahora Trowa tenía que atravesar la ciudad por sus propios medios
-Ni se te ocurra, ¿Crees que podría dejar que te regresaras solo?- Trowa sonrió, en una noche el rubio lo había hecho sonreír más veces que en toda su vida- Prefiero ser yo quien regrese- Trowa se acercó poco a poco a Quatre, iba a besarlo en los labios, pero al final se arrepintió y solo le dio un beso en la mejilla- Buenas noches Quatre
-Bu-buenas noches Trowa- Y en un impulso Quatre beso los labios de Trowa; nunca había hecho aquello, pero le gustaba Trowa, le gustaba mucho; el beso se hizo mas profundo y apasionado, la lengua de Trowa se adentro a su boca, mientras, guiado por sus instintos comenzó a acariciar el torso de Trowa
-Yo también quiero tocarte Quatre- Trowa dijo entrecortado, mientras besaba el cuello del rubio- ¿Puedo?
-S-si-Con una mano Quatre tomo el pomo de la puerta, alegrándose por primera vez de haber olvidado cerrar con llave, sabía que iban demasiado rápido, que todo estaba fuera de control, pero se sentía afiebrado quería sentir el cuerpo de Trowa, sentir sus caricias…
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Casi media noche, pero por fin estaban en la casa de Duo.
-Muchas gracias por traerme- Duo abrió la puerta
-Duo, discúlpame por lo de esta tarde- Heero ni siquiera lo miraba, su orgullo no le permitía aceptar que le dolió tratarlo mal
-Ya te lo dije antes, acepto tu disculpa. –Duo le dio unas palmaditas en el hombro para después sonreír- Creo que ya entendí por que querías que vistiera mejor, lo lamento Heero, prometo no ser tan impulsivo la proxima vez
-No hay problema, al final todo salió bien, tu actuación fue muy buena, gracias por decir aquello de mi- Heero por fin lo miró
-Todo lo que dije de ti es cierto- Duo sonrió comprensivamente – Solo dije lo que he visto en cada día de trabajo, fue fácil ganar la primera batalla- Duo hizo la señal de la victoria… -Buenas noches Heero- Bajo del auto y después recargándose en la ventanilla- nos vemos mañana
-Si- Heero lo observo hasta que entró a su casa, Duo era una persona muy peculiar, con caracter, tan sociable que habia hecho bajar las defensas de su padre, con algo que hacia que brillara en donde quiera que estuviera, terco hasta decir basta, en resumen una persona de la cual cualquiera se podría enamorar- Heero encendió el auto
- Cualquiera incluso yo-Murmuró mientras se dirigía a casa
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Trowa abrió los ojos y no reconoció la cama en donde se encontraba, hasta que sintió unos brazos rodear su cintura, sonrió al recordar el pequeño cuerpo de Quatre, que ahora estaba durmiendo a su lado, temblar por sus caricias, sonrojado gemir su nombre. Con cuidado Trowa se separó de los brazos que lo rodeaban, la noche había sido buena, suspiró, mejor dicho la mejor de toda su vida, pero era hora de marcharse y seguir su vida como siempre lo habia hecho.
Se puso de pie, sustituyendo su cuerpo con una almohada para no despertar al rubio, se vistió en absoluto silencio, busco una hoja y un bolígrafo y escribió la misma nota que dejaba en cada una de sus aventuras, por que Quatre era una aventura mas… O por lo menos eso se obligo a creer al acariciar el cabello del rubio por última vez, una extraña sensación llego a su pecho cuando abrió la puerta para irse, por primera vez le dolía irse sin despedirse, pero Trowa no estaba hecho para atarse a alguien, él es libre, nunca ha tenido ataduras y hoy no será el día que comience a crearlas.
-Hasta siempre Quatre- Murmuro mientras cerraba la puerta para marcharse.
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