Al día siguiente, Ciel desperto en los brazos de su mayordomo y se dio cuenta que el le observaba con ternura.
- ¿Que tanto me miras?- le dijo con el ceño fruncido.
- Que usted cuando duerme se ve muy tranquilo lo contrario cuando esta despiertó- le dedicó una sonrisa, causando que el más pequeño se sonrojara.
- Callate Sebastian- dijo sentandose en la cama- Ahora preparame un baño- ordeno.
- A la orden- parandose y colocandose sus ropas.
Al terminar su baño, se dirigio a su oficina para seguir con su trabajo, ya que ayer no lo pudo terminar por culpa de sierto demonio
Pero al llegar se dio cuenta que toda esta en su lugar, y que tambien su trabajo estaba terminado.
- Se lo dije amo, yo terminaria su trabajo después- dije un Sebastian que llegaba de la nada.
El joven amo no dijo nada, y solo se dirigio a sentarse en su como sillón.
- Pero aun tengo el trabajo de hoy- dijo comenzando a hacerlo.
- Bueno me retiro parahacer mi trabajo- haciendo una reverencia y retirandose.
Al si paso la mayoria del día, Ciel trabajando y Sebastian con las cosas de la masión.
- Ya me canse- dijo suspirando- Me recostare un poco en el sillón- parandose de su silla y dirigiendose al comodo sillón.
Pero al pararse sintión un mareo, no podia caminar y le venian unas ganas terribles de vomitar.
- ¡ SEBASTIAN !- grito el pequeño, no se sentia nada bien.
- ¿Que sucede amo?- entro azotando la puerta, por la forma que le llamo.
- No me siento muy bien- dijo al vorde del desmayo.
- ¿Que siente?- dijo algo preocupado por lo que le sucede a su amante.
- Tengo mareos, y qiero vomitar...- fue lo ultimo lo que logro decir ya que callo desmayado en los brazos de Sebastian.
- Mmm...no tiene fiebre-dijo tocandole la frente- sera mejor que llame al doctor.
Se dirigio al cuarto a recostarlo, y colocandole ropa más comoda. Salio del cuarto para llamar al doctor.
Al llegar reviso a Ciel, mientras Sebastian esperaba pacientemente afuera del cuarto, algo preocupado por lo que le sucedia.
- Bueno, lo que tiene el Sr. Ciel no es nada grave- Suspira- Pero es algo raro en esta epoca, son muy pocos los hombre que pueden hacer "eso".
- Pero ¿que tiene?- dijo ya alvorde del colapso.
-El joven amo... esta embarazado- dijo secamente.
- Pero ¿como?- dijo algo atontado Sebastian.
- Señor Sebastian, usted de más deberia saber como se hacen los bebés- dijo con el ceñó frunciodo.
- Bueno gracias, por su atención doctor- dijo con una reverencia- Le acompaño hasta la puerta.
- Esto es raro, no puedo crees que el joven amo este embarazado, aparte que el hijo que espera es mio- pensaba todavia sorprendido el pelinegro- Ahora la pregunta es como se lo dire al joven amo- Seguía pensando, mientras se dirigia a su cuarto que compartia con su amante.
Continuara... :D
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