Despejando tus tinieblas
Acto II
A la mañana siguiente, todos los trabajadores (entre ellos científicos, administradores, cocineros, exorcistas y buscadores, entre otros) aparecieron con grandes ojeras y fuertes miradas de regaño hacia Lavi y Kanda. El primero se había disculpado un montón de veces, mientras que a Kanda no le habían exigido esa muestra de arrepentimiento, en parte por el temor que todos los presentes le tenían, a pesar de que Mugen había destruido parte de la infraestructura del nuevo cuartel general de la orden, por lo que habían gran cantidad de constructores y materiales dando vueltas por todos lados.
Mientras los demás comenzaban a desayunar, Allen seguía en su habitación, jugueteando con Timcampy. La verdad aún no sabía que pensar en relación con lo que le había dicho su maestro, pero tampoco quería seguir preocupando a nadie.
- ¿Crees que he hecho mal en quedarme aquí estos días, eh, Timcampy?- le preguntó Allen al gollem que él aún consideraba como de su maestro.
El gollem simplemente asintió, mientras sobre el escritorio se encontraba Link, escribiendo apretujadamente. No podía creer que Allen todavía tuviese miedo a salir, pero aún así, su misión era vigilarlo, así que tendría que estar aquí hasta que a Allen se le ocurriese salir de nuevo.
- Creo que deberíamos salir a desayunar, Link- le sugirió Allen, después de que sus tripas sonaran y agregó un poco más animado que los días anteriores-. No puedo esconderme todos los días aquí, ¿no?
- Por fin te comportas, Walker- le dijo Link, mientras se levantaba de la silla-. Yo he estado pensando lo mismo desde la conversación que sostuviste con el general, pero aún así tú insististe en esconderte de los demás- y agregó con tono desdeñoso-. Realmente decepcionante, sobre todo para alguien que lleva puesta la rosa cruz del Vaticano.
- Gracias Link por el apoyo- le agradeció Allen, sarcásticamente.
A la media hora Allen apareció en el comedor, seguido de Link y de Timcampy. Johnny, apenas los vio les gritó animadamente, para que supieran en que mesa estaban.
- Escuchen- les ordenó Lavi, mientras todos juntaban sus cabezas para escuchar mejor-. Hay que tratar a Allen normalmente, como si no hubiese pasado nada inusual, para que no se sienta incomodo, ¿entendido?
Todos asintieron enérgicamente, a excepción de Kanda, por supuesto. Lavi simplemente esperaba que todo resultase bien y así volver a como todo era antes, antes de que subiesen al arca.
- Eh, Buenos días- saludó Allen amistosamente a todos los presentes (Lenalee, Johnny, Lavi, Marie, Miranda e, incluso, Kanda), mientras arrastraba un gran carrito con comida.
- ¿Walker, estás bien comiendo todo eso?- le preguntó Link, quien aún no se acostumbraba a ver a alguien comiendo de semejante manera.
- Esta bien- le respondió Allen-. Soy un chico en crecimiento.
Todos rieron ante ese comentario. Por un minuto estos exorcistas tuvieron la esperanza o la pequeña certeza de que todo volvería a la normalidad, por lo menos entre ellos. Pero como esto está inspirado en D.Gray-man es un poco improbable XD.
- Han llegado los de la central- dijo Marie, contrariado, mientras agarraba sus audífonos-. De hecho vienen, con el Inspector Leverrier incluido.
- ¿De verdad?- preguntó Miranda, nerviosamente-. No me gustan para nada esos tipos.
- ¿Pero para qué vendrán?- preguntó Lenalee, mientras se mordía las uñas, pues le tenía terror al inspector Leverrier.
- Esta claro el motivo- les informó Link, con un tono de seguridad excesivo-. Darán las órdenes a seguir con respecto a la situación de Walker, después del consejo celebrado en el Vaticano.
Todos quedaron mirando a Link, con ganas de golpearlo, pues era el único al que no le afectaba esta situación tan incómoda.
- Pues a mí me da igual- dijo Kanda rompiendo el silencio-. Me importa una mierda lo que le pase al brote de habas.
- ¿Qué no te he dicho que me llamo Allen?- le preguntó Allen, enfurecido, mientras tanto a él como a Kanda le salía fuego de furia.
Mientras ellos dos comenzaban a pelear, como siempre, Lavi miró a Allen, pues sabía que tal vez lo perseguirían como a un enemigo de la iglesia. Si esto llegase a ocurrir, no sabría qué hacer.
- Se les informa a todos los exorcistas presentes presentarse en la sala B-6, pues se dará una importante información y nuevas órdenes. La presentación de todos los exorcistas es obligatoria. Repito: se les informa a todos los…- les comunico un gollem que flotaba cerca de ellos.
Todos se levantaron de la mesa casi al mismo tiempo, sospechando que nada bueno saldría de la central. Solo Lavi tenía una pequeña sospecha de lo que le podría pasar a Allen, cosa que lo desanimaba incluso más que a los demás. Comenzaron a dirigirse a la sala B-6, con pasos vacilantes y miradas confusas entre sí mismos, mientras alrededor se escuchaban una serie de cuchicheos de no muy buena índole.
Al entrar en la sala B-6, se encontraron con los 3 generales que quedaban aún con vida, a menos de que el General Cross estuviese remotamente vivo, con Krory, Chaoji, el viejo Bookman, Komui y el Inspector Leverrier.
- Bueno- comenzó abriendo su discurso el inspector Leverrier-. Los he convocado aquí porque tengo nuevas órdenes en relación a Allen Walker.
Todos guardaron silencio, pues aún no sabían nada de la conversación entre Allen y su maestro. Lavi, por su parte, tampoco podía hacer nada por Allen, pues el viejo panda había comenzado a sospechar que Lavi estaba dejando un poco de lado el Bookman dentro de él.
- Como decía,- reiteró el inspector, aclarándose la garganta- tenemos pruebas de que Allen Walker alberga las “memorias” del catorceavo…Además se les prohíbe hablar de esto…y los exorcistas…perder otro exorcista…de momento debemos mantener este Noé aquí.
No podía ser, pensó Lavi completamente choqueado. Maldito inspector, ¿cómo se había atrevido a decirles todo eso? Volvió a mirar disimuladamente a Allen, quien su semblante no presentaba un buen aspecto.
Todos comenzaron a susurrar, pues no se creían que Allen fuese un Noé. ¡Imposible! Hasta que la voz de Lenalee se alzó entre todas.
- Hermano… ¿Es eso cierto?- preguntó impactada.
- Como comandante…les daré una importante instrucción…en caso de que Allen Walker despertase…y supusiese una amenaza para la orden…- les dijo Komui, pero aún así fue incapaz de terminar.
- Si eso ocurriera, les ruego que me maten- concluyó Allen, sin mirar a nadie en particular, y con Timcampy sobre su hombro.
A los quince minutos Allen fue el primero en salir de la sala B-6, seguido de Timcampy y Link. La verdad Allen no soportaba ver la cara de incredulidad de sus compañeros ante las palabras del inspector pues, aunque hubiesen venido de él, no quitaban que fuesen verdad.
- Inspector Howard Link- le llamó el inspector Leverrier-. Por favor, deje a Walker un momento, pues debo darle nuevas ordenes.
Link, obediente, dejó a Allen y se devolvió a la sala B-6, mientras los demás exorcistas salían, aún sin creer lo que acababan de escuchar.
- Allen-kun- le llamó Lenalee, apenas, pero Lavi la detuvo-. ¿Qué pasa, Lavi? ¿Por qué me detienes? ¿No ves que Allen está sufriendo? Tengo que ayudarlo- le alegó Lenalee, mientras trataba de zafarse de Lavi.
- Lo sé Lenalee, por eso es que te estoy deteniendo- argumentó Lavi, quien miraba fijamente a Lenalee-. Trataré de hablar con él, para que no se aísle otra vez de nosotros, porque si vas tú, él tal vez no te lo diga todo, pues es un “caballero”- dijo Lavi haciendo énfasis en esa expresión, de forma irónica y agregó-. Yo soy hombre, así que tal vez me diga más cosas que a ti.
Lenalee se quedó unos segundos mirando a Lavi, y le encontró la razón- No dejes que se aleje de nosotros- le pidió Lenalee seriamente.
- Déjamelo a mí- le confirmó Lavi, mientras alzaba su pulgar. Era obvio que no lo iba a dejar solo en un momento como este. Además tenía la ventaja de que el viejo panda se había quedado escuchando la conversación sostenida entre el supervisor Komui, el inspector Leverrier, los tres generales y el inspector Link por lo que podría ir a hablar con Allen, sin sentirse presionado ni inventando escusas estúpidas o poco sólidas.
Caminó rápidamente entre los múltiples pasillos, esquivando a personas y materiales de construcción y, tragando saliva, golpeó la puerta de la habitación de Allen. Ojala que le abriera.
- ¡Allen!- llamó, pues después de tocar, nadie había contestado-. Allen voy a pasar- agregó, pues no estaba dispuesto a esperar ni dejar que Allen se siguiese martirizando.
Apenas Lavi hubo abierto la puerta lo vio, con la mirada clavada en la ventana, mirando un punto invisible en el mar.
- ¿Timcampy, lo has encontrado?- le preguntó Allen al gollem dorado, mientras este negaba con la cabeza-. ¿Maestro donde está?- se preguntó Allen a sí mismo, mientras Timcampy revoloteaba a su alrededor.
- ¿Allen, te encuentras bien?- le preguntó Lavi, preocupado.
- Lavi, ¿Cuándo has entrado?- preguntó Allen sorprendido y agregó, fingiendo despreocupación -. No te he oído.
- Eso no importa- le cortó Lavi, mientras se acercaba más a él-. Pero ¿te encuentras bien?
- Sí- le respondió Allen, un poco incomodo y agregó, tomando un mitarashi dango de una caja sobre su velador-. Es que me ha dado hambre en la sala B-6 y he querido comer mitarashi dango, ¿sabes?
Se comenzó a reír, tratando de no preocupar a Lavi y se embutió el mitarashi dango en la boca. Lavi lo miró enfurecido. No soportaba ver a Allen forzarse de esa manera, y sobre todo frente a él.
- ¡¡¡DEJA DE FINGIR, MALDITA SEA!!!- le gritó fuera de quicio-. ¡¡¡ ¿CREES QUE NO NOS PREOCUPAMOS POR TI?!!! ¡¡¡¡ ¿Crees que no me preocupas?!!!! ¡¡¡Eres un imbécil si crees que te seguiré dejando solo otra vez!!!
Lavi no pudo aguantar más. El Bookman dentro de él por unos instantes desapareció y dejó paso al Lavi humano, lo suficiente para que este, en un arrebato, besara a Allen largamente, apretando las muñecas de este sobre su cabeza, pues este quedó sorprendido. ¡¡Lavi lo estaba besando!!
Allen acorralado a la pared, con los ojos abiertos, luchaba para que Lavi lo dejase, mientras este último lo besaba con pasión, casi logrando que sus lenguas se fusionasen. Comenzó a darles calor, pero aún así Allen seguía forcejeando para que Lavi lo soltara. No podía zafarse. Lavi se acercó más a Allen, y lo aferró entre sus brazos. Lavi lentamente le quitaba la respiración, mientras lo besaba hasta la locura. Sus lenguas luchaban incesantemente, mientras Lavi lo toqueteaba suavemente por debajo de la polera.
- No te dejaré ir, ¿me escuchaste?- le susurró Lavi al oído, mientras se lo mordía.
- ¡¡¡ ¿Qué estás haciendo, Lavi?!!!- le preguntó Allen, zafándose bruscamente de un Lavi sonrojado y que respiraba entrecortadamente, mientras el labio de Allen sangraba, pues en el forcejeo, Lavi se lo había roto-. ¡¡¡ SOMOS DOS CHICOS!!! ¡¡¡ ¿POR QU… ME BESASTE?!!!
- Aún no te das cuenta- le reprochó Lavi, mientras se saboreaba sus labios-. Yo te quiero Allen. Por eso te besé y por esa misma razón deseo protegerte, aunque no deba.
- ¡Estás enfermo!- le gritó Allen, mientras echaba a Lavi de su habitación, pero este, antes de salir lo volvió a besar, aunque por más poco rato, comparado con la vez anterior.
- No pienso dejarte solo, Allen- le contradijo Lavi y agregó-. Ni yo ni nadie.
Allen, aún impactado por el ardiente beso recibido de Lavi, no respondió nada y simplemente lo echó de su habitación. Su rostro aún estaba sonrojado. Se pasó su mano sobre sus labios ensangrentados y luego la lengua, lentamente. Ya no había sabor a mitarashi dango. Solo había sabor a Lavi.
Fin Acto II
By: Nana Walker
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