Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

UNA TRISTE Y DULCE CANCIÓN DE AMOR por sayaka no sekai

[Reviews - 45]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ya ni decir perdón es bueno u_u

Pero pronto, pronto, daré termino a esta historia, la cuál estoy reescribiendo de cero D: algo difícil pero no imposible. Espero les guste DD:!

-¿Pero, qué es lo que hacen aquí…Shindou-san… Matt? –dijo tratando de no caerse de la impresión de tener a ambos jóvenes frente a si-.

-Tu… ¿qué diablos estás haciendo aquí? ¿¡Acaso veniste a asegurarte de que no regrese con él!? –dijo el pelinegro; si antes estaba lleno de alegría y felicidad ahora se sentía desesperado y alterado, no quería verla más-.

-Shu… ¿la conoces? –la voz de Matt demostraba asombro ante la forma de reaccionar del pequeño-.

-Desgraciadamente si… y veo que tu igual…

-Oigan, ¿qué está pasando? No entiendo nada –decía un Sakuma que solo veía incómodamente la situación que se desarrollaba en lo que jugaba a que Kumagoro tampoco entendía-.

-P-por favor… Matt… yo –decía mientras estiraba una mano para tocarlo pero el chico retrocedió lentamente: ahora comprendía la situación sin necesidad de ser explicada-.

-Vámonos… no pienso soportar esto…

-¡Shindou-san! Necesito hablar con ust…

-No tengo nada qué hablar contigo, él ya es tuyo ¿no? ¿O que, acaso quieres que el anillo que una vez me dio te lo de a ti porque queda contigo? ¿Quieres te diga qué le gusta comer? Le gustan los pasteles, todo lo dulce en general… ¿Quieres saber su cuenta de banco? Lo siento, no lo tengo… ¿Qué quieres saber? ¡Dime! No espera… ¡no tengo qué saber nada de ti ni mucho menos de él, habíamos quedado que ya es tuyo!.... me largo –dijo sin esperar a la reacción de Matt, y como pudo tomó de la mano a Ryuichi que cada vez iba entendiendo las cosas, su modo adulto delataba sus pensamiento: sonreía por lo bajo, pasando desapercibido para todos-.

-¡Espera! ¡Por favor, no comprendes!

-¿Así que te metiste con alguien que no solamente te golpeó, sino que decidiste quitarle a ese alguien a él en específico? Pensaba que eras una tonta, pero veo que eres más astuta de lo que realmente aparentas: solo te interesa la fama, entiendo el porqué no me escogiste a mí…

-No, Matt… no es lo que tú piensas, es todo un gran malentendido… -se encontraba al borde de las lágrimas, nada de lo que hacía le traía resultados-.

-No, no lo es… Ya he escuchado tu versión y la de Shuichi y ya llegué a mi conclusión: eres una estúpida que solo pensó en sí misma sin importarle la gravedad de las cosas, que solo vio lo que le interesaba y no tomó en cuenta sus consecuencias y ahora quieres solucionarlo con un simple “perdón”. Pensaba eras alguien que solo… no, eso es darte mucho crédito… solo fuiste alguien que se dejó llevar por su instinto y no por su cerebro…

-¡Basta, por favor! –se había derrumbado al piso, tapándose las orejas con las manos a manera de no escuchar las agudas y penetrantes palabras del joven que solo miraba al piso para no tener que verla-.

-¡No, ahora escúchame tu a mí! ¡Siempre llorando y diciendo cosas cuando en realidad tú has causado todo este embrollo! ¡Te amaba! ¿¡Es que acaso eso nunca te importó!?

-…claro que sí me importó… pero tu… -apenas y podía articular palabra, pero con suma rapidez logró notar cómo se alejaba el joven de donde se encontraba ella-.

-No te quiero volver a ver, es más… no quiero vuelvas a aparecerte por mi casa ni por donde pase: ya no existes para mi, así como yo nunca existí para ti… -dijo esto último llevándose una mano cerca del pecho, la cual empuñó con toda su fuerza para irse, dejándola llorando en el piso de la antorcha. Ya no había vuelta atrás ante su decisión.

 

-Las vueltas que da la vida ¿no? Por fin es mi oportunidad –dijo mientras se pasaba la mano por la barbilla- al fin podré… ¡diablos!... alguien viene…

 

Después del desastroso problema entre Shu y Matt por Asuka, ambos habían quedado en salir a cualquier bar a hundir sus penas lo más que pudieran, tratando de evitar a una Rage que estaba furiosa* con la desaparición de la pelusa negra teñida del estudio. No les importaba que la gente los señalase, al fin y al cabo Shuichi estaba acostumbrado a ese tipo de señas desde Japón: la discriminación era igual en ambas partes del mundo.
Contaban con el pasar de las horas las historias de cada uno, tomando nota de los puntos de encuentro de cada una para tener por fin el panorama completo de la verdad, aunque siempre les faltaban puntos que solo un par de personas podían develar, las cuales no eran muy bienvenidas para ninguno de los dos. Solo desde lo lejos se veía a alguien observándoles con suma cautela, viendo los movimientos del pelinegro, ignorando totalmente al rubio. El bartender tuvo que sacarlos casi a patadas del lugar después de la hora de cierre: el rubio se encontraba en perfectas condiciones a pesar de haber tomado mucho, sin embargo su compañero apenas y podía ponerse de pie.

Con cuidado lo llevó hasta su casa, donde se encontró con un paquete interesante dirigido al dueño del lugar: “Para la persona que más anhelo en este momento: déjame ser aquel que seque tus lágrimas, borre tus tristezas y te acompañe en tu dolor. Tu y yo compartimos demasiado… déjame amarte. Con amor: XXXX”.

-Vaya… oye tu borracho –dijo moviendo su hombro, en el cual se encontraba reposando la cabeza del joven, quien venía cargado en la espalda del rubio- tienes otro mensaje de tu admirador…

-Yuki…. Déjame…. Total… que es para… ti… -sus balbuceos eran sumamente bajos pero entendibles-

-…y dices que ya dejaste de quererlo… por favor –dijo suspirando en lo que trataba de abrir la puerta del lugar, manteniendo el equilibrio entre el borracho y el paquete recién llegado pero le falló, terminándose de estrellar con todo y saco borracho al piso-.

 

­“Eiri-san, soy Touma… por favor, regresa a casa, aquí a Japón… ya casi es Navidad y aún no has recibido ninguna respuesta por parte de Shuichi-san… mejor dicho, Mika dice que aún no hablas con él. Estás perdiendo tu tiempo, te lo suplico, regresa. Date cuenta que esto significa no era para ti, en cambio nosotros siempre estaremos…” y el cable de la contestadora había sido desconectado bruscamente por un rubio malhumorado, que había pasado de nuevo otra noche en vela, pensando la forma de pedir la nueva dirección de la casa de Shuichi: tenía la ligera sospecha de que él vivía cerca de Rage, ya que era la única persona que conocía en NY y que además le ofrecería todas las comodidades posibles después de firmar con esa empresa disquera.

Poco le importaba lo que ingería, lo que había provocado bajase de peso al menos unos cinco kilos que, teniendo la complexión que tenía se le notaban demasiado. Se encontraba como un león, esperando el momento preciso para salir corriendo y atacar a su presa pero igual se sentía como un venado, que cualquier cosa lo alejaría y no lograría acercarse. Con un poco de valor se terminó de fumar el cigarrillo que tenía en las manos, tomó la bebida deportiva que compró momentos antes en una tienda cercana y salió de nuevo a las calles, determinado a encontrar el lugar donde vivía aquella persona que le había devuelto el alma y al mismo tiempo se la robaba con este problema. Después de andar mucho tiempo por las calles sin siquiera tomar un taxi, logró dar con el edificio de XMR, un edificio sumamente pragmático para  la cantidad de artistas que representaba. No era la misma sensación que tenía ahora a la de hacía un tiempo: antes estaba seguro de que Shu lo seguiría aun dijera no, esta ocasión… no sabía si era buena idea entrar a enfrentar la verdad.

-Tan solo debes estirar la mano, Yuki-san –dijo alguien que se encontraba detrás de él, igual acababa de llegar al lugar-.

-Creí que ya no vendrías hoy aquí chico conejo –no hubo la necesidad de darse la vuelta para saber que era Ryuichi, era el único con esa tonalidad de voz tan suave y aniñada pero muy fría y cortante en su modo adulto-

-Hmm… creo que alguien no quiere esté por aquí, ¿por qué será? –dijo pasando a un lado del rubio, abriendo la puerta y dejando pasarlo en lo que le detenía la puerta-. Me imagino que no pensabas tocar esa puerta, no al menos hoy…

-¿Qué quieres?

-¿Yo? Nada, ya tengo todo lo que quiero ¿y tú? ¿Sigues buscando a Shu-chan? –dijo esto último con algo de malicia en su rostro, riendo por lo bajo, cosa que de inmediato notó el escritor y por tanto no pudo ocultar Sakuma-.

-Repito, ¿qué quieres?

-Más bien, tú qué quieres –puso uno de sus dedos sobre el pecho de Yuki, quien al sentirse violentado en su espacio personal, apartó de un manotazo el dedo de Sakuma- Vaya, ya salió el león Uesugi al ataque.

-Te recuerdo que…

-Perdón, yo te recuerdo que soy mayor que tu y eso significa que me debes respeto –la risa descarada de Ryuichi no se hacía esperar, disfrutaba con sumo deleite el recordarle a Yuki las circunstancias de su estatus- y si quieres que te ayude a conseguir la dirección de Shu-chan, debes…

-Olvídalo, me largo –su paciencia era corta y más con ese personaje sacado de Alicia en el País de las Maravillas: si Tatsuha lo soportaba, ése era su problema, no del gran novelista Eiri Yuki-

-¿Qué, acaso temes él no te perdone? ¿Sabes que vive con Rage y los he visto muy juntitos? –esto detuvo en seco al escritor, quien ya estaba tocando la puerta del edificio para salir de él- Así es, los dos andan saliendo por todo Manhattan a hacer de todo: patinar, cenar, correr, jugar, reír… creo él ya te está olvidando… -canturreaba esta última frase, como si el dolor del rubio lo pusiera alegre- creo que sales sobrando precisamente en este momento…

-¿Cuál es tu interés de todo esto?

-¿Mi interés? Que te vayas

-Hmmm… que me vaya, dices… ¿tú que sacas de todo esto? –su mano temblaba disimuladamente, pensando en el peor de las situaciones, no quería fuese lo que por su mente pasaba o al menos no quería escuchar eso de “esa” persona-.

-He cumplido con mi promesa a Shu de decirte donde estaba si te veía, pero él nunca me dijo que no tratara de apartarte de su lado. Él no sabe que estás aquí ahora mismo, aunque sí sabe que vendrás para acá mas no cuando… si logro hacerle creer a mi pelinegro que nunca viniste, por fin logre mi cometido.

-¿Acaso tu…? –los ojos los tenía tan abiertos que por fin se dio cuenta de toda la situación, de por qué había rechazado a Tatsuha de esa forma tan cruel cuando intentó éste acercarse al chico conejo (aún se lo hubiera ganado), sus comentarios algo fuera de lugar sobre él y Shu y de su constante modo adulto en casa de Touma-.

-¡Aleluya! ¡El señor narcisista por fin se ha dado cuenta! –dijo riendo infantilmente con Kumagoro en las manos- ¿Ves kumagorito? Te dije que iba a ganar esta apuesta, me debes dos malteadas

-¡Deja de decir estupideces! –su grito había llamado la atención de todos en el vestíbulo del edificio, provocando la aparición del guardia de seguridad que fue inmediatamente a revisar la situación, siendo confrontado por Ryuichi quien dijo todo estaba bien, solo era un extranjero perdido. Para poder seguir hablando, lo arrastró al baño de hombres y puso seguro a la puerta, para evitar metiches-.

-Yo no dije nada estúpido Uesugi-san: siempre me interesó Shuichi, más al verlo tan lindo y alegre, pero siempre opacado por su frialdad e indiferencia… ¿sabes cuantas veces lo he visto llorar y mencionar tu nombre en todas las frases que sale de su linda boca rosada? ¿Cuántas veces no quise abrazarlo y decirle que las cosas no eran tan malas y todo saldría bien? ¿Cuánto desee besarlo y consolarlo? ¡Tú eres el origen de sus males, incluso tu dominas esa majestuosa voz que solo sale al oír tu maldito nombre! Yo podré ser aniñado, pero jamás lo haría sufrir así –dijo apretando al muñeco contra su pecho-. Por eso decidí ir tras él. Somos tres ya tras él y pronto seremos dos.

-¿A qué te refieres? –ya estaba pálido de la impresión, no tenía la idea tan clara de la obsesión de Sakuma con Shuichi, su Shuichi-.

-Rage… quien me lleva cierta ventaja ahora, yo que me estoy esforzando en salir con él e igual tratando de sacar de la jugada a ese rubiecito y finalmente tu, que tienes las de perder aquí.

-Sabía nunca debí dejar que ambos se cruzaran con frecuencia… -el dolor de estómago por toda esa información era terrible, pero tenía que aguantar un poco más, tenía que aguantar un poco más-

-Toma –dijo arrojándole una pequeña caja de cerillos- para que no quedes en desventaja: te haré el favor de ponerte en el juego. Allá está escrita la dirección de Shuichi, que eso supongo vienes a averiguar. No te miento, puedes ir en cualquier momento a corroborar. Ahora de ti depende con quien él escogerá quedarse. Que gane el mejor –dijo riendo por lo bajo, como si acabara de hacer una pequeña pilluelada, aunque eso en realidad significaba una advertencia: no se dejaría vencer, ni siquiera por el ex – amante del cantante. Era una declaración de guerra.

Notas finales:

Si quieren lo termine o lo dejo sin terminar, díganme, en serio, ya no tengo crítica moralista sobre esta historia </3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).