INTERMEDIO: ¿C”MO ES QUE LLEGU… HASTA AQUÍ?
Eran cerca de las 10 de la noche en el aeropuerto internacional de Osaka, un rubio nada disimulado entre las personas esperaba en la sala de espera de la sala de abordaje a que su vuelo fuera anunciado; miraba a las personas como si se tratara de fantasmas: estaban pero a la vez no. Tanto estaba dentro de su mente que no había tomado en cuenta a un par de chicas que se habían acercado para pedirle su autógrafo y fueron olímpicamente ignoradas; y se hubieran ido furiosas sino hubieran visto que de los ojos mieles del rubio salían finas lágrimas que demostraba que no estaba en sí mismo. Eran muchas las cosas que habían en su mente: ¿Qué haré para que me escuche?, ¿Cómo estará?, ¿Me odiará?... eran algunas de las cosas que hacían que llorara silenciosamente en esa sala de abordaje, dándole cabida a los recuerdos y “hubieras”…
—¿Cómo es que llegué hasta aquí? Esa pregunta no ha salido de mi mente desde ayer que fui a ver a Hiro para hablar seriamente sobre Shuichi recuerdo que me dijo que me ayudaría para poder traerle de vuelta pero… ¿en verdad funcionará? su tristeza ha sido ocasionada por mi culpa porque me gustaba mantenerlo celoso y siempre dispuesto a hacer lo que yo le pidiera como aquella vez que lo vestí de enfermera y le hice mío toda la noche aunque luego no pude terminar mi novela a tiempo y tuve que trabajar enteramente un día sin la posibilidad de poder dormir ni comer siquiera pero en verdad que no tome en consideración mis acciones con él me encantaría haber dicho un te amo o un no es así es de esta forma pero mi orgullo me lo impide a pesar de que se que él jamás me lastimaría ni en mis peores pesadillas pero yo si lo lastimo a él y de todas las formas posibles…
El llanto de un bebe que era arrullado por su madre lo saca de sus pensamientos, mirando el reloj de la sala que marcaba las 10:02 . Miraba a todos lados procurando ver alguna cara familiar pero no era posible, iban todos a un ritmo de tiempo muy diferente al suyo: pareciera que todos eran veloces y que el tiempo era veloz para ellos menos para él. Pensaba en aquella ocasión en la que le dijo al pelirrosa que nunca en su vida había perdido el tiempo con tonteras suyas y ahora… como se arrepentía de no haber hecho eso, de no prestarle atención cuando debiera y dejarle solo cuando mas le necesitaba: era un tonto de primera clase.
Los ruidos de la terminal eran opacados con el latir de su corazón al ir viendo la caja de zapatos que descansaba en su regazo y más fueron los golpeteos de su corazón al abrir de nuevo esa caja, que no soltaba por ningún motivo, hasta que un pequeño travieso corrió cerca del escritor y terminó tirando la caja por accidente. Las palabras inmediatas fueron un "¡Maldito mocoso, no tires lo que me es importante!", ganándose toda la atención de las personas allí reunidas y mas al darse cuenta de que era el novelista sensación, pero pocas fueron las ganas de las personas para acercarse y pedirle un autógrafo y sin dejar de mencionar a la madre del chico, quien al ver la reprimenda que le daba el novelista, se acercó, disculpó y retiró a su hijo con varios regaños y gritos alejándose.
Sin notarlo, eran las 10:20 y estaban anunciando el vuelo a NY que salía por el andén 34B. Recogió todo como pudo, tomándose unos cuantos minutos para ordenar su tesoro y como pudo, movió todo su equipaje y dio el boleto a la azafata que al verlo, tuvo las ganas de hablarle pero al enterarse del escándalo de hace unos minutos por parte de su compañera de trabajo, solo se remitió a tomar el boleto del autor y dejarlo pasar. Al final, el escritor se acomodó en su lugar: el 12ª y le tocó el lado de la ventana. Minutos después estaban en el aire, sobrevolando el cielo nocturno de Japón y ya encaminándose a su destino.
— ¿No quiere algo para tomar, caballero? -dijo una de las azafatas al reconocerlo inmediatamente, aun habiéndose enterado de ese bochornoso incidente en el aeropuerto-
—Tráigame lo más fuerte que tenga, por favor -el tono de su voz sonaba entrecortado, pero calmado y la chica al instante se fue a buscarle su bebida, claro, sin antes pedirle un autógrafo al novelista y que se lo diera cuando le trajera su bebida-
Las horas pasaban, dejándose llevar por el vaivén del avión. Cada vez sentía que su chico ya no lo amaba, que estaba consolándose con otra persona que no fuera él y compartiendo la misma cama con esa persona. Veía las escenas de su chico en los brazos de otra persona y casi gritaba al ver esa escena. Despierta asustado, notando que eran las 4 am hora de Japón y que todos en el avión dormían plácidamente y, para su fortuna, en la línea donde se había sentado, era el único pasajero que la ocupaba: nadie iba a notar que el gran novelista Eiri Yuki tenía pesadillas. Abre la ventana y mira por la ventana una boca negra que brillaba con la luna observando con detalle que era el océano, entendiendo que aún debieran de estar a la mitad del viaje.
-Espero que no me odie mucho… debí de explicarle lo que pasó con mi editora esa vez que tuve la oportunidad…
&&&&FLASHBACK&&&&
— ¿Sabe? Yo… necesito decirle algo… -la chica lo tomaba del brazo y lo jalo hacia la puerta, saliendo al pasillo estando sumamente roja-
— ¿Se puede saber para qué me traes a rastras fuera de la habitación? ¿No entiendes que quiero cuidar de él en todo momento? -dijo con un deje de molestia y algo de berrinche, ya fuera de la habitación y a la mitad del pasillo-
—Verá, es que yo…. -baja la cabeza con el rostro ligeramente rojo y respira profundamente y toma el valor necesario- Yo… te amo, Eiri Yuki, en verdad que te amo…. -la chica cerró los ojos de la vergüenza grande que sentía, pero el novelista no se inmuto siquiera a esa declaración- Te he amado desde que te vi por primera vez, desde que entré a trabajar por primera vez en la compañía…. Me alegré en el momento en que Misaki-san dijo que se tomaba incapacidad porque estaba embarazada y era de alto riesgo… en verdad que te amo y yo…
— ¿Ya dijiste lo que tenías que decir? -dijo un rubio que escuchó todo, pero no mostró algún sentimiento por la confesión de la chica-
— ¿No me dirás nada sobre lo que te dije? -la chica le miraba determinante, esperando alguna reacción, pero no veía nada, así que se acerca al novelista con rapidez, pone los brazos del rubio alrededor de su cintura y le planta un beso, haciendo que el rubio sea tomado por sorpresa y por breves instantes lo corresponda pero al reaccionar, la aleja de su lado-
— ¿Qué es lo que crees que haces? ¿Eres tonta o qué? Yo nunca saldría con alguien de escaso cerebro, que se cree capaz de besarme
— ¿¡Entonces porque me correspondió el beso!? -la chica se zafa del agarre del rubio y lo mira con furia- ¡Dime!
— Lo hice porque quería que supieras que era un beso por mi parte -la reacción fue evidente por parte de la chica, se acercó un poco y le lanza una bofetada, dejando marcas en la mejilla del rubio, quien no se negó al golpe y vio como ella se alejaba furiosamente, casi sacando humo de las ojeras-
Dijo frotándose la mejilla por el golpe tan fuerte que había recibido —Sí que tiene carácter la niña… atreverse a golpearme así después de semejante confesión… -dijo en lo que se acercaba a la puerta y descubrió lo que acontecía…
&&&&FLASH BACK END&&&&
Miraba el diario del chico, esa libreta que no dejaba de decir verdades en cada letra, hoja, párrafo… albergaba los sentimientos del chico y no paraba de leer, como si quisiera descubrir más cosas al releerla una y otra vez. Suspiraba al bajar la mirada hacia esa caja y contenía sus ganas de llorar, el amanecer lo alcanzó al final de todo: el sol reflejaba en su cara cálidos rayos de tonalidades rojizas, amarillas y naranjas, calentándola y sacándola del frío del aire acondicionado del avión. En cierto modo ahora entendía el porqué del chico de querer ver un amanecer con su escritor, otra de las cosas de las que se enteró leyendo en esa libretilla y que jamás escuchó decir de la boca del chico, al menos que el recordara: siempre le ignoraba y no sería novedad el hecho de que hubiera ignorado ese hecho. Los amaneceres eran bellos y en cierto modo le recordaban a sus ojos, esos que cada vez que podía le decían que era lo más hermoso que había.
— ¿Por qué jamás le dije sobre ese incidente con Asuka? Sí que he sido alguien de cabeza hueca que jamás piensa en los demás solo en mí nunca me pongo en su lugar solo soy yo casi todo el tiempo ¿y él? No existía espacio en mí para él ¿Por qué me tuve que enterar de las cosas de esta forma? La libreta tiene razón jamás le di lo que se merecía y todo por pensar en que dirá la gente y en las meras apariencias pero porque titubeo cada vez que quiero decir algo tengo que cambiar si es que quiero lograr algo…
En todo el viaje los pensamientos eran sobre cómo llegar de nuevo a él porque no sabía mucho de la situación, solo sabía porque Ryuichi le había dicho algunas cosas, mas no del todo, porque la llamada era corta y apenas había logrado conseguir la dirección del nuevo departamento del chico. Arribó a NY, donde al llegar a la sala de espera, se encontró con un rostro familiar, uno el cual fue a visitar aquella noche en la que su vida se iba al caño.
—No habrá vuelta atrás, espero estés preparado para lo que te viene y hayas pensado en el viaje todo lo que harás -dijo el pelirrojo con una sonrisa seria en la cara-
—Esta vez no habrá nada que se me interponga en lo que quiero: lo buscaré y… -las palabras se quedaron atoradas en la garganta del rubio-
—No hace falta que me lo digas, solo me conformo con que lo hagas y listo -dijo yendo a tomar el equipaje de su invitado- espero no te arrepientas….
"No se cómo es que llegué a esto, pero sé que… de algún modo, lograré mi objetivo: estar de nuevo junto a ti…"
Continuará...
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español