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SI TU ME QUISIERAS... por Orseth

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            Harry esperaba impaciente fuera de la sala en donde se llevaría a cabo la audiencia del hijo de Draco y la cual estaba fijada para las 11:00 am

 

            Eran las 10:45 y él caminaba nervioso de un lado a otro con las manos en los bolsillos; cuando ya faltaban cinco minutos para la hora concretada, el sonido de unos pasos acercándose lo hicieron ponerse atento.

 

            -Pues si no vamos de picnic, no entiendo porque cargar tanta porquería –escuchó decir a la chillona e inconfundible voz de Umbridge.

 

            -Ultimadamente usted no la está cargando, no sé realmente de que se queja- respondio otra voz airada que Harry reconoció como la de Molly weasley.

 

            Y por el pasillo aparecieron las dos mujeres, una de las cuales llevaba algo en los brazos cubierto con una manta azul cielo bordada con hilos plateados formando pequeñas lunas y estrellas y rebuscando en su enorme bolso una manta mas; atrás de ellas venían un hombre y una mujer que Harry no había visto nunca, y atrás de todos ellos, un fulano que detestó desde el primer momento en que lo vio; Michael Keller seguía a todos caminando muy ufano como si de una premiación se tratara.

 

            -¡Harry! –exclamó Molly en cuanto lo vio.

 

            -Hola Molly ¿cómo esta?

 

            -Muy bien ¿Cómo está Draco?

 

            -Muy nervioso.

 

            -Lo imagino.

 

            Entendiendo que no era lo más adecuado, ni Harry pidió ver al pequeño, ni Molly se ofreció a enseñárselo, por lo que simplemente se sonrieron algo incómodos por las miradas inquisitivas de los demás; así que para tener algo que hacer, Harry se ofreció a encoger de nuevo la pañalera en la que Molly había sacado la manta para tapar mas al bebé.

 

            -Estas mazmorras son muy frías –dijo mientras acomodaba la manta en el pequeño cuerpo.

 

            -No entiendo el motivo de esta audiencia –masculló Umbridge a su jefe- es más que clarísimo que esta… criatura, debería estar bajo la lupa de nuestro departamento; así la comunidad mágica estaría más segura.

 

            Prefiriendo no discutir, Harry y Molly no dijeron nada hasta que por fin la puerta del tribunal fue abierta; la sala estaba exactamente igual incluida la silla en el centro y la mazmorra llena de gente en las gradas.

 

            -Buenos días –saludó Balthasar Parrish desde su lugar- señora Weasley, como tutora temporal del hijo de Draco Malfoy, usted se sentará en  la silla del centro.

 

            -Como si fuera un vil prisionero… -pensó Harry enfadado- si tuviera el tamaño necesario, seguro dejarían que la silla lo sujetara.

 

            Muy dignamente, Molly guardo su pañalera encogida en su bolsillo y se sentó en la silla esperando que ésta reaccionara de algún modo; sin embargo la dichosa silla no hizo ningún movimiento raro y ella pudo respirar un poco más tranquila.

 

            Esta vez la fiscal era una mujer de unos cuarenta años llamada Anastasia Kurkova, quien con el gesto más agrio que un limón miró desdeñosamente el pequeño bulto en los brazos de la matriarca Weasley; Harry vio su reloj notando con creciente ansiedad que ya eran las 11:03 y ni Draco ni el ministro llegaban; pero entonces la puerta se abrió dejando entrar al ministro Kingsley y a su asistente Webster haciendo que todos los presentes lanzaran exclamaciones de sorpresa, a excepción de Balthasar Parrish, quien ya había sido notificado con una misiva esa misma mañana y que aparte de un ligero levantamiento de ceja, no mostró más emoción.

 

            -Buenos días damas y caballeros del Wizengamot, buenos días señor Parrish –saludó Kingsley dirigiéndose a una silla vacía que estaba junto a la mesa en donde la fiscal tenía sus cosas y la colocó en un rincón como si de un simple espectador se tratara; Webster por su lado tomó un pequeño banco que estaba por ahí y se sentó junto al ministro, quien sin decir nada más se cruzó de brazos en una actitud claramente pasiva y atenta.

 

            Balthasar Parrish podía sentir claramente las pesadas miradas del Wizengamot en su nuca como si de una enorme mano se tratara, y sabiendo que en su disgusto al recibir la carta del ministro avisando de su repentina asistencia a la audiencia había olvidado avisarles a los demás, con un ligero carraspeo se medio giró para dar una pequeña explicación.

 

            -El señor ministro me envió una carta a primera hora de la mañana para avisarme que estaría presente en la audiencia de la criatura gestada por Draco Malfoy, como simple espectador claro -Varios murmullos de disgusto se dejaron escuchar, murmullos que fueron acallados con otro carraspeo, esta vez mas fuerte del señor Parrish- y me parece que falta alguien más.

 

            Al decir eso, la puerta nuevamente se abrió dejando ver a Draco Malfoy esposado siendo conducido por Remus Lupin.

 

            -¿Pero todo esto de que se trata? –Exclamó Umbridge indignada dirigiéndose al señor Parrish- ¿es acaso esto una función de teatro? Podemos llamar a Rita Skeeter si lo desean, aun hay tiempo.

 

            -En primer lugar… -respondio Balthasar en lo que más bien pareció un ladrido, pues la actitud de la mujer no ayudaba en nada a su ya de por sí muy cabreado humor- diríjase a mí con el respeto que mi investidura merece, señora; y en segunda, al señor ministro no se le puede negar el acceso a ninguna sesión del Wizengamot aunque no participe de ningún modo.

 

            Apretando los labios por la más que evidente llamada de atención, Dolores preguntó con tono digno:

 

            -¿Y Draco Malfoy?

 

            -A pesar de la condición legal del señor Malfoy y de la naturaleza del bebé que gestó… -respondio el ministro Kingsley desde su lugar haciendo que todos los presentes lo miraran- su derecho a estar presente es inherente a ese bebé.

 

            Umbridge hubiese querido poner en evidencia la aparente preferencia del ministro por los acusados, pero algo en la mirada de Kingsley le advirtió que tal vez no era tan buena idea abusar de suerte y pisar el hormiguero.

 

            Sin tener nada mas de que echar mano, Remus se quitó el saco y lo transformo en una silla utilizando su varita para que Draco pudiese sentarse a unos cuantos pasos de la entrada; aunque no se acercó a él, Harry le dirigió una rápida mirada de apoyo, apoyo que Draco sintió y que agradeció en lo profundo de su corazón.

 

            -Bien, pues comencemos –dijo Balthasar Parrish.

 

            Después de las presentaciones de rigor, el presidente del Wizengamot le dio la palabra a Anastasia Kurkova.

 

            -Ante todo, el principal motivo que nos trae aquí… -comenzó diciendo con energía la mujer vestida de túnica color verde oscuro dirigiéndose al Wizengamot- es buscar la seguridad y bienestar de la comunidad mágica; mucho nos costó deshacernos del que no debía ser nombrado…

 

            -¿Nos costó?... me suena a manada… -pensó Harry torciendo la boca desde su rincón.

 

            -… para que ahora permitamos que una nueva amenaza haga peligrar la paz que a base de tanto esfuerzo y sacrificio de nuestros aurores caídos por fin se consiguió; tenemos aquí a una criatura aparentemente inofensiva… -continuó la mujer señalando despectiva a lo que cargaba Molly para después dirigirse nuevamente al Wizengamot mientras caminaba despacio de lado a lado- que fue obra y creación del que no debía ser nombrado, para preservar su maligna presencia en este mundo, maligna presencia que fue eliminada afortunadamente pero que dejó tras de sí a este ser, del cual no sabemos que esperar en un futuro; por lo tanto ¿Qué debemos hacer? ¿Esperar tranquilamente a que el mal germine sin ningún tipo de cuidado ni precaución? ¿Qué el mal crezca de manera inexorable mientras nuestro hijos, pensándose a salvo vayan al colegio con la certeza de que su querida escuela nunca volverá a ser atacada?... no digo que esta criatura deba ser exterminada, pues a fin de cuentas él no tiene la culpa de  lo que es, sin embargo creo firmemente que debe estar bajo una estricta y cuidadosa observación para lograr que finalmente la comunidad mágica pueda dormir en verdadera paz.

 

            A pesar de su rostro sereno, Draco tenía las mejillas rojas, signo inequívoco de que estaba furioso; algo de lo que Harry no podía culparlo pues él estaba igual después de escuchar la entrada de la fiscal.

 

            -¿Tiene los resultados de los análisis? –preguntó Balthasar.

 

            -Sí señor –respondio Kurkova apareciendo al instante un legajo de documentos frente a todos los miembros del Wizengamot.

 

            -Hay muchos términos médicos que no entendemos –dijo Parrish dándole una ojeada- que venga Russell Miller, el jefe y responsable de la investigación.

 

            -Por supuesto señor, ya lo teníamos previsto –respondio Kurkova dirigiéndose después a su asistente- trae al medimago Miller.

 

            El medimago Miller ya esperaba afuera del tribunal, por lo que solo bastó que lo llamaran para que entrara seguido por Cindy Hedges, la medipediatra.

 

            Después de saludar y tomar una dosis de Veritaserum como lo dictaba el protocolo para todo aquel que era llamado a testificar, Russell Miller comenzó a responder a los cuestionamientos del propio Balthasar.

 

            -Señor Miller, yo mismo lo elegí para encabezar esta investigación, pues considero su trayectoria como una de las más respetables en el área de investigación y ética, confío en que los resultados que ahora nos presenta estén libres de cualquier prejuicio o preferencia.

 

            -Por supuesto señor presidente.

 

            -Bien, señorita Kurkova, puede proceder.

 

            -Gracias señor presidente, señor Miller… -dijo la fiscal tomando una carpeta con pergaminos- estudié concienzudamente  sus resultados y aparentemente no encontré que haya nada anormal en esta criatura ¿cierto?

 

            -¿¡Porque no deja de una puñetera vez de llamarlo”criatura”?! –Pensó Harry enfurecido-¡es un niño, por los calzones de mi madre!

 

            -Así es  -respondio el señor Miller a la pregunta de la fiscal.

 

            -Pero tampoco encontró algo que garantice que este… mmm… pequeño ser, sea algo inofensivo ¿verdad?

 

            -No, pero…                         

 

            -Sus análisis arrojan resultados normales, es verdad; pero su concepción no fue para nada normal obviando el hecho por supuesto de que fue de una relación sexual entre dos hombres; sino que fue el mismísimo innombrable el que maquinó esta, y lo diré con todas sus letras, ABERRACION… si, logró semejante aberración, por lo tanto no podemos confiar solamente en estos estudios para decir que este ser no es peligroso ¿cierto señor Miller?

 

            El señor Miller quedó desconcertado por unos instantes al oír la perorata de la mujer en la que su investigación de semanas quedaba desechada en cuestión de segundos.

 

            -¿Cierto señor Miller? –repitió Kurkova.

 

            -Cierto –respondio el medimago con gesto serio.

 

            -En cambio existen estudios genéticos avalados por la comunidad científica en donde demuestran la predisposición de un hijo a heredar el alcoholismo del padre; aunque claro, en este caso sería algo muy tranquilizador que solo habláramos de un simple alcoholismo, pero resulta que hablamos de maldad pura, maldad del mismísimo mago tenebroso; hay estudios que tratan sobre hijos de asesinos seriales, tanto muggles como magos en donde se demuestra la predisposición de estos a seguir el sanguinario camino de sus progenitores.

 

            -En todo caso se estaría hablando de los padres biológicos –exclamó Miller furioso de ver su trabajo ser menospreciado sin más ni más- no es el caso de este niño, su padre no es el que no debía ser nombrado.

 

            -Según la declaración del mortífago que lo gestó.

 

            -Según los análisis de ADN –respondio Miller en tono gélido.

 

            -Este niño fue creado específicamente para ser un horrocrux –continuó Kurkova sin hacer el menor caso a la evidente molestia del señor Miller- el depósito perfecto para contener el alma del mago más sanguinario, cruel y malvado de todos los tiempos; un deposito no utilizado, es verdad, pero a fin de cuentas algo creado por un mago asesino utilizando magia oscura; magia que ningún mago hasta ahora ha sido capaz de utilizar… ¿algo así aplicado en una criatura puede quedar sin algún efecto colateral?... eso ni usted mismo, con toda su ciencia puede asegurarlo, señor Miller ¿o sí?

 

            -No –respondio al momento el medimago debido al efecto de la Veritaserum- es como intentar detectar si un niño es un mago o un simple squib, no se sabe hasta que entran en la pre pubertad.

 

            -Ya lo decía yo, puede retirarse.

 

            El señor Miller salió de la sala hecho una furia, por lo que la medipediatra lo miró acongojada.

 

            -Ahora veamos que sigue –pensó quedándose ahí a pesar de la salida del medimago.

 

            -Bueno… -dijo Kurkova dirigiéndose al tribunal extendiendo las manos a los lados como si no hubiese nada más que decir- como todos los presentes se habrán podido dar cuenta, el equipo de investigación que el señor presidente tuvo  a bien de elegir él mismo, no pudo demostrar que este niño no sea un peligro para todos.

 

            Dolores Umbridge, la cual estaba sentada en la mesa de la fiscal junto a su jefe Michael Keller, se removía emocionada y muy ufana en su lugar.

 

            -Parece una maldita gallina… -pensó Harry observándola- en una de esas hasta pone huevos y cacarea la muy puta.

 

            -Por fortuna contamos con personas especializadas en estos casos y me refiero al departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas, y respecto a eso, el señor Keller es el más indicado para hablar.

 

            El hombre se levantó para situarse junto a Anastasia Kurkova y hablar frente al Wizengamot.

 

            -Buenos días respetables brujas y magos del Wizengamot; señor presidente, señor ministro… como todos saben, soy el director del departamento que la señorita fiscal tuvo a bien mencionar, y como servidor público mi función principal, así como la de todos ustedes, es trabajar para el bien de la comunidad mágica, por eso solicito de manera oficial otorguen la custodia total del espécimen Z 421 para su vigilancia y estricta observación con el fin de estar prevenidos para cualquier posible resurgimiento del que no debía ser nombrado.

 

            Con gran preocupación, Harry observó los rostros de los magos y brujas que murmurando entre sí hacían gestos afirmativos.

 

            -Antes de tomar cualquier decisión… -exclamó Balthasar acallando los murmullos- aun falta escuchar a alguien más.

 

            -¿A quién, señor presidente? –Preguntó Kurkova- no llamamos a nadie más a testificar.

 

            -Usted no señorita Kurkova, pero alguien solicitó el derecho de hablar, adelante señor Malfoy.

 

            Umbridge se levantó como impulsada por un resorte en el culo dirigiéndole una mirada incrédula a Anastasia, quien de inmediato se dirigió a Balthasar Parrish.

 

            -Señor presidente, considero que el señor Malfoy no tiene ningún argumento válido que amerite ser escuchado por el tribunal, pues lo único que puede exponer en esta sala es su lado sentimental, y estoy segura que este caso es muy delicado como para dejar llevarnos por sentimentalismos baratos, pues está en juego la seguridad de la comunidad mágica y también muggle.

 

            Balthasar Parrish se quedó en silencio unos instantes ante la aplastante expectativa de todos.

 

            -Si hay algún interesado en la seguridad de la comunidad mágica y muggle, aparte del señor ministro, obviamente soy yo… y si bien tengo la apremiante urgencia de ocuparme de este asunto por demás delicado; no es mi intención tampoco cerrarme a escuchar otros argumentos.

 

            -Pero el único argumento del señor Malfoy sería su paternidad, señor presidente.

 

            -Y yo entiendo su punto, señorita Kurkova; y es ese mismo punto el que moralmente me obliga a dejarlo hablar, así que si me hacen favor de guardar silencio, procedamos a escuchar lo que el señor Malfoy tenga que decir.

 

            Asintiendo con gesto serio, Kurkova procedió a tomar asiento ante la mirada disgustada de Michael Keller y Dolores Umbridge, quienes tuvieron que imitarla a regañadientes.

 

            Remus quitó las esposas de las muñecas de Draco, quien frotándoselas se dirigió con paso lento pero firme al frente del tribunal, justo a un lado de la silla en la que estaba Molly cargando al pequeño Harry, quien ajeno a todo lo que ocurría a su alrededor, dormía plácidamente.

 

            Sintiendo una angustia aplastante en el pecho, Harry vio el pálido rostro de Draco mirar directamente a todos los miembros del Wizengamot.

 

            -Buenos días… -saludó con una voz mucho más tranquila que lo que la mayoría hubiese esperado- hace mucho tiempo mi padrino Severus Snape me contó una historia; una historia sobre unos niños cuyo padre odiaba a los muggles; este hombre transmitió si odio a su hijo, quien llevado por este odio fue a prisión junto con su padre por lastimar a un muggle y a algunos magos también; el muggle al que lastimó fue del que se había enamorado su hermana, la cual hechizó a este muggle para que se casara con ella, la embarazó y al final la abandonó; ella dio a luz en un orfanato muggle y justo después murió.

 

            Los miembros del Wizengamot se miraron extrañados unos a otros y luego a él al escuchar esa historia, la que para la gran mayoría, si no es que para todos,  no tenía ningún sentido para el caso que estaban tratando.

 

            -El padre de estos muchachos… -continuó Draco- era Marvolo Gaunt, y sus hijos eran Morfin y Merope Gaunt, y el muggle del cual ella se enamoró se llamaba Tom Riddle, nombre que Merope dio a su hijo antes de morir.

 

            Algunos magos del tribunal no hicieron ningún gesto, pues eso ya lo sabían; en cambio la mayoría, a pesar de quienes eran, nunca se habían puesto a investigar a fondo la historia de Voldemort; solo sabían que su nombre era Tom Riddle y que fue rescatado de un orfanato muggle por el mismo Dumbledore cuando fue momento de ingresar a Hogwarts.

 

            -Fue un niño problemático… aunque siendo un mago en un mundo de muggles, sin contar con nadie más que consigo mismo ¿podría culpársele? Y no, no estoy justificando ni defendiendo la causa asesina del señor Tenebroso… -añadió Draco ante el gesto de indignación que vio en algunos- solo estoy exponiendo los hechos desde la raíz; la señorita Kurkova habló sobre genética y esas cosas; pues bien, yo no sé nada sobre esas cuestiones, aunque es un hecho que cada ser humano nace con un carácter determinado y con predisposición para ciertas cosas; pero hasta donde yo sé, los genes no transmiten cultura, nadie sabe que hubiese sucedido si Tom Riddle hijo  hubiese nacido en un hogar estable, con la atención de sus padres y todo lo que la crianza de un hijo conlleva; era un genio y eso nadie lo puede negar; una mente muy aguda semejante a la del mismísimo Albus Dumbledore, una genialidad que pudo haber realizado un sinfín de cosas buenas si no hubiese elegido el camino que decidió tomar y que todos conocemos; pues bien, puede que mi hijo haya sido creado con el fin de ser un horrocrux, pero quien lo concibió fuimos Roger McGregor y yo; y bien dice la señorita Kurkova que mi hijo tenía el fin de ser un depósito, pero en realidad es un niño con alma propia, no es un cuerpo vacio esperando a ser llenado, pues si fuera así tendría la actitud propia de un inferi,  cuerpo que no tiene alma y que es propiamente una marioneta.

 

            -Pero se utilizó magia oscura, señor Malfoy –inquirió Kurkova desde su lugar- ¿puede asegurar que esa magia llena de maldad no influirá en el carácter de ese niño cuando crezca e intente dominar al mundo?

 

            -Albus Dumbledore no fue afectado por ningún hechizo maligno y aun así lo intentó –respondio Draco ocasionando exclamaciones ahogadas en el tribunal- él pensó que el mundo mágico debía dominar al muggle aun si en  el camino destruían a algunos -Anastasia Kurkova abrió la boca varias veces para volver a cerrarla sin saber a ciencia cierta que decir- y según su mentalidad todo sería “por el bien de todos”

 

            -Usted… eee… -balbuceó Kurkova continuando en su “lapsus brutus”

 

            -Si no hubiera cambiado de opinión, tendríamos a otro Tom Riddle ¿no cree? –dijo Draco dirigiéndose a ella.

 

            -Pues… yo…

 

            -La bondad y la maldad siempre estarán presentes en la vida de todo ser humano incluyendo a los niños, y es nuestra obligación educarlos de tal manera que cuando sea el momento, tomen las decisiones correctas; no es necesario que mi hijo conserve magia oscura para ser un segundo “señor Tenebroso”, la receta para eso la pueden ver en Tom Riddle y en cualquier niño maltratado y falto de amor que vaya guardando odio en su corazón; este niño puede ser un hombre de bien si ustedes le dan la oportunidad; si ustedes dejan de verlo como una amenaza, él no se comportara como una amenaza; cuando una persona es tratada como un delincuente, eso es lo que será.

 

            -Harry Potter fue un huérfano maltratado y no es un asesino desquiciado, puede que esté un poco mmm… trastornado, pero debo reconocer que no es un matón -exclamó Umbridge poniéndose de pie sorprendiendo al mismísimo Harry de que esa mujer poseyera esa información, que aunque no era precisamente información clasificada como ultra secreta, en realidad muy pocos sabían de su vida con sus tíos- asi que su teoria no vale, ese niño es un peligro aunque Potter seea un caso distinto.

 

            -Sí, y también sobrevivió a una maldición asesina ¿Quién puede negar que ese hombre es extraordinario? –respondió Draco encogiéndose de hombros,  a lo cual Umbridge quedo boqueando como pez fuera del agua sin saber que responder.

 

            -Solo es un niño… -continuó Draco dirigiéndose ahora al Wizengamot con una actitud enteramente humilde- un niño que necesita cariño y buenos cuidados, es una víctima de esta horrible guerra; no necesita que lo aíslen y lo traten como un monstruo, él… él es solo un bebé  -concluyó Draco tragando en seco para deshacer el inoportuno nudo que se le había formado en la garganta.

 

            La sala quedó en silencio por unos momentos hasta que Balthasar Parrish cerró la carpeta que tenía en frente dirigiéndose después a Draco.

 

            -Bien señor Malfoy, si ya no tiene nada más que agregar, puede retirarse.

 

            Draco se quedó quieto unos instantes mirando al viejo mago fijamente y luego giró la cara para mirar a Molly, quien con gesto compungido entendió a la perfección lo que el rubio queríra; así que cuando Remus fue por él y lo tomó de un brazo para conducirlo a la puerta, ella quitó las mantas que cubrían al pequeño permitiendo a Draco verlo tan solo unos segundos antes de ser esposado y sacado de la sala.

 

            Todo el tiempo Draco mantuvo la cara en alto, manteniendo la compostura; hasta que ya en la privacidad de su habitación se giró hacia Harry lleno de emoción.

 

            -¿¡Lo viste Harry?! ¡Está enorme!

 

            -Sí, si lo vi –respondio Harry sonriendo- y ha cambiado.

 

            -¡Si, y está muy melenudo!... Dios, cuanto lo extraño… -añadió alzando la cara al techo al tiempo que se la cubría con ambas manos.

 

            -Draco… -dijo Harry poniéndole una mano en un hombro.

 

            -Tengo que ir al baño –exclamó Draco de repente soltándose de Harry y yendo con paso apresurado al cuarto de baño cerrando de un portazo.

 

            -Draco, no es necesario que te encierres, sabes que…

 

            -¡Quiero orinar! –gritó Draco desde adentro en donde volvió a cubrirse el rostro con ambas manos mientras un sollozo salía de su garganta.

 

            Se recargó en la puerta unos segundos para luego caminar despacio hasta el lavabo, en donde inclinó la cabeza apretando los puños sobre ella.

 

            No se dio cuenta cuando la puerta se abrió, hasta que unos brazos lo tomaron por los hombros y lo giraron con gentileza para envolverlo en un tierno abrazo que termino por derrumbar sus barreras una vez más.

 

            -¡Mi niño…!... mi pequeño niño… -balbuceó en el cuello de Harry, quien solamente lo abrazó con más fuerza.

 

            -Shhh…

 

            -Quiero a mi hijo… Harry, lo necesito tanto… quiero a mi nene…

 

            -Y lo tendrás, ya lo veras… -respondio Harry- ahora ven, vamos a la cama, necesitas descansar.

 

            -No quiero descansar, no lo necesito.

 

            -Claro que lo necesitas, ven conmigo y no me digas que no –dijo Harry caminando a la habitación sin soltarlo.

 

            En medio de un suave llanto, Draco se quedó dormido después de haber sido revisado por el señor Jackson.

 

            -¿Y bien? –preguntó Harry.

 

            -Esta estable.

 

            -¿Pero?

 

            -Pero me preocupa su presión sanguínea, primero estaba por los suelos y no se estabilizaba sino era con medicamentos, luego se le elevo hasta las nubes, francamente no lo entiendo, los malditos hechizos que tiene encima están afectándolo más de lo que creí.

 

            -Es muy malo eso ¿verdad?

 

            -Malísimo, puede sufrir un infarto en cualquier momento.

 

            Harry cerró los ojos al escuchar al medimago.

 

            -Pero ahora está estable ¿no?... es decir… mientras tome sus medicamentos…

 

            -Pues sí, pero aun así ya viste lo que sucedió el día de su juicio.

 

            Harry se paso la mano por la boca en un además nervioso mientras se ponía una mano en la cintura y caminaba por la habitación.

 

            Unos golpes en la puerta y Remus entrando enseguida, interrumpieron el momento.

 

            -¿Cómo viste todo, Remus? –preguntó Harry.

 

            -La verdad no sé que pueda pasar, y eso es bueno, si todo hubiera quedado en las palabras de la fiscal, Draco ya podría estar despidiéndose de su hijo, pero después de hablar él, ahora ya no se ¿Cómo esta él?

 

            -Bien, está descansando.

 

            -Ahora solo queda esperar.

           

             -Si Remus, solo queda esperar –concluyó Harry mirando hacia la cama.                                                      

 

 

 

 

 

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Notas finales:

BESOS!!!!


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