Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

SI TU ME QUISIERAS... por Orseth

[Reviews - 516]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

            .

 

            -Sobre todo si son gratis –concluyó George.

            -Gracias –exclamó el auror inclinando la cabeza en un claro gesto de alivio.

            -No cantes victoria, falta tu principal vacacionista.

            -Es verdad –dijo Harry poniéndose de pie- tengo apenas una hora para convencerlo, me voy chicos.

            -¿Y cómo sabremos la conclusión del asunto? –pregunto Fred bajando atrás de Harry seguido por su hermano.

            -Les enviare una nota o les hablare por vía flú, lo que tenga a la mano.

            -Bien.

            Harry se despidió rápidamente para regresar a Grimauld Place sorprendiendo a Draco en su habitación.

            -¿Qué haces aquí? –preguntó adormilado el rubio cuando Harry encendió la lámpara.

            -Me escapé un momento, escucha Draco, ¿Qué te parecería que los gemelos te acompañaran en el viaje? Así no cancelamos.

            -¿Estás loco? –exclamó Draco despabilándose.

            -¿Por qué todo el mundo me pregunta eso? –exclamó frunciendo el ceño.

            -No será por nada… -respondio sentándose.

            -Vamos Draco, no hay necesidad de cancelar, ellos podrían acompañarte, mira sé que no es remotamente lo mismo que ir nosotros tres, pero disfrutarías la playa aunque sea un poco ¿no?

            -Claro que no, solo he cruzado unas cuantas palabras con ellos ¿de qué vamos a hablar, del clima?

            -Seria una buena oportunidad de que se conozcan. 

            -¿Y para qué? No me voy a casar con ellos.

            -Piénsalo Draco, este viaje te hará bien –dijo Harry sentado en la cama.

            -Dije que no ¿Qué sucede contigo?

            -Sucede… que si estoy loco –respondio desalentado.

            Draco lo miró tan desolado que hasta sintió pena por él.

            -Ya te dije que no te preocupes, esperaré hasta que podamos ir juntos, ahora ya vete que se te hará tarde.

            -Bien… pero promete que lo pensaras.

            -De acuerdo, lo pensare –respondio mas para tranquilizarlo que para otra cosa.

            -Mándales un mensaje a la tienda en caso de que aceptes –exclamó levantándose y dándole un beso- ellos están dispuestos a ir con ustedes.

            -Si, si, ya te dije que lo pensare.

            Harry se despidió para llegar al cuartel y llamar a su agente de viajes, quien adormilada, se espabiló al instante al ver quien llamaba a su chimenea con tanta urgencia.

            -¡Señor Potter!

            -Buenas noches, me disculpo por molestarla a estas horas.

            -No se preocupe ¿sucede algo? –respondio ella a la cabeza verde que salía de su chimenea.

            -Si.

            Draco mientras tanto ya no pudo dormir, por lo que simplemente permanecía quieto en su cama.

            -Si que estás preocupado –pensó recordando la aflicción de Harry- pero no puedo hacer un viaje con personas que ni conozco.

            Ni loco confesaría a Harry que en verdad ya se había emocionado con ese viaje, que ya hasta se había comprado una cámara para tomar todas las fotografías que pudiera; pero no tanto como para ir con dos personas con las que no tenía confianza, pues el chiste de ese paseo era divertirse y relajarse, pero sin la persona que amaba ¿Cómo podría hacer eso? Sería muy estresante estar con dos personas con las que no tenía nada en común.

            En eso Harry comenzó a llorar haciéndolo levantarse.

            -Ya mi amor ¿Qué tienes? ¿Tienes fiebre de nuevo? –susurró sacando a Harry de la cuna y tocándole la frente.

            -¡Ba… ba…! –balbuceó el pequeño llorando en brazos de su padre.

            Le dio su medicamento en forma de gotitas y lo acostó en la cama arrullándolo hasta que Harry por fin se durmió.

            Observó a su hijo dormir mientras acariciaba su tierno rostro, sus mejillas sonrosadas y sus pequeñas manos sujetando su mordedera de agua, verlo así le hizo pensar muchas cosas; la vida lo había dejado solo, hasta que había encontrado a Harry Potter, pero fuera del auror, no tenía a nadie más, pues su padre seguía siendo una estatua viviente, aunque contando también a Sirius, era todo lo que tenia.

            Su apellido y sus antecedentes le harían la vida difícil, a fin de cuentas era Draco Malfoy, pero su hijo no tenía la culpa de nada y además le amaba con todo su ser, por lo tanto debía procurarle una familia que lo protegiera, pero una familia aparte de la que ya tenía formada con Harry y Sirius… una familia de amigos que le quisieran y le hicieran la vida más fácil y lo cuidaran cuando él no pudiera… No podía asegurar que siempre estaría presente en la vida del pequeño, por eso era su obligación rodearlo de amor, ya lo había logrado con los señores Weasley, quienes estaban dispuestos a todo por un pequeño bebé que ni siquiera era de su familia ¿Por qué no intentarlo con el resto de esa familia? Sin contar claro a los demás hermanos, mucho menos al menor de los hijos varones; y justamente por gente como ese último miembro de esa familia, debía asegurar el amor de los demás hacia su hijo.

            -Y tú tienes un talento especial para ganarte a la gente ¿cierto? –Musito poniendo su mano en el pecho de Harry-  de por si ya te los echaste a la bolsa… rayos… -añadió pegando su frente a la de su hijo- lo que me haces hacer.

            Siendo las 3:00 am, los gemelos escucharon a una lechuza picotear la ventana de su pequeña sala.

            -Que joder ¿Por qué no dejan dormir? –balbuceó George saliendo de su cuarto todo desgreñado.

            -¿Será Harry? –dijo Fred saliendo también de su habitación.

            En cuanto leyeron la nota cabeza con cabeza, ambos pelirrojos se miraron anonadados entre sí.

            Media hora después, recibían una llamada vía flú de Harry Potter.

            -¡Vaya, por fin apareces! –exclamó Fred deteniendo su apurado andar.

            -Chicos, me comuniqué con Draco y me dijo que aceptó ir con ustedes –dijo Harry.

            -¡Exacto! ¿¡Que se supone que haremos?! –dijo George frenético.

            Nunca en su vida, Harry había visto nerviosos s los gemelos… era una experiencia verdaderamente épica.

            -¡Por Merlín, la verdad nunca pensé que Malfoy aceptaría! –exclamó Fred.

            -Ya lo veo –respondio Harry sintiendo al verlos algo de compasión.

            -Harry, siempre llevan toda una botica con ustedes ¿Qué haremos si Malfoy se pone mal? –preguntó George hincado frente a la chimenea.

            -Todo estará bien mientras no deje de tomar sus medicamentos, pero él se ocupa de eso, ustedes no tienen que meter mano en ese asunto.

            -Gracias a Dios… -musitó George cerrando los ojos verdaderamente aliviado.

            -Pero… -añadió Harry poniéndolos en guardia- si les pediré de favor que le echen un ojo, pues no sería justo decirles que Draco está en perfecto estado, de hecho tiene tantas molestias que necesita ayuda para varias cosas, como por ejemplo un… un masaje cuando le dan calambres –terminó diciendo con una expresión sonriente de ¡¡“Ups”!!

            -¿Un… masaje? –repitió Fred pelando tremendos ojos.

            -Lo siento chicos, de verdad que nunca fue mi intención hacerlos pasar un mal rato, pero Draco es muy delicado, caminar le cuesta trabajo y en las mañanas aun sufre nauseas… además de que Harry está muy inquieto últimamente.

            -¿Inquieto?

            -Si, le esta brotando su primer diente y le molesta mucho, yo pensaba cuidarlo para que Draco descansara pero no sé si ustedes puedan con eso, seguramente Draco no querrá dejar de cuidarlo él.

            -Vaya… -exclamó George suspirando- esto es algo complicado.

            -Por favor, no se me vayan a echar para atrás.

            -Un Weasley nunca hace eso –declaró George con determinación.

            -Ya nos las arreglaremos –dijo Fred secundando la declaración de su hermano.

            Harry sonrió evidentemente aliviado, por lo que se apresuró a darles los detalles del viaje.

            -Los llevaran en un auto hasta allá, pues Draco no puede viajar por traslador, pasaran por ustedes a Grimauld Place a las 8:00 de la noche para que duerman en el hotel y les rinda mas su día; ya arreglé los detalles de una persona mas con mi agente de viajes, ustedes tendrán una habitación y Draco otra.

            -De acuerdo.

            -Y regresarán el domingo a las 9:00 de la noche; y para cualquier asunto de emergencia, pueden comunicarse al cuartel, ahí me harán llegar su mensaje.

            -Bien… -respondio George levantándose del suelo- entonces ya está.

            -Gracias chicos, debo irme, les debo una.

            -Y una enorme –declaró Fred cruzándose de brazos.

            -Nos vemos –se despidió Harry sonriéndoles.

            -Espera Harry… -exclamó George antes de que el auror entrara a la chimenea- solo te advierto algo…

            -¿Y qué es?

            -Que no nos subiremos en la banana… ese deporte solo lo practica Malfoy.

            -Idiotas… -masculló Harry riendo para por fin desaparecer de la chimenea.

            -Bueno hermano, a preparar nuestro equipaje –dijo Fred.

            -Si, pero primero durmamos un rato mas.

            -De acuerdo.

 

_________________________________________________________________________________________.

 

            Faltando media hora para las 8:00 pm, la chimenea de Grimauld Place resonó avisando de una visita; por lo que después de cerciorarse de quien era, Betsy dejo pasar a los gemelos.

            -Buenas noches –saludó la elfina sonriente.

            -Hola ¿Cómo te llamas? –respondio Fred sonriéndole a la pequeña criaturilla.

            -Betsy señor y estoy a sus órdenes, llamaré al amo Draco en seguida.       

            -Gracias.

            Betsy subió las escaleras saliendo Draco unos minutos después; ambos gemelos lo vieron bajar muy despacio, rengueando de la pierna derecha hasta finalmente llegar al último escalón.

            -Hola –saludo el rubio ocultando a al perfección su incomodidad.

            -Hola –respondieron ambos gemelos.

            -Sé que esto es raro para los tres, pero pondré mi mejor esfuerzo para pasar unos agradables días.

            -Y nosotros haremos lo mismo –respondio Fred sonriendo.

            -¿Quieren un té antes de que lleguen por nosotros? –ofreció el rubio dirigiéndose a un sofá.

            -Estaría bien –dijo George sentándose también seguido por su hermano.

            -Si en Hogwarts alguien me hubiese dicho que un día vacacionaría con los gemelos Weasley, le hubiese aplicado un “Cruciatus” –exclamó Draco para romper el hielo, algo que funciono muy bien, pues los gemelos estallaron en carcajadas.

            -Si alguien nos hubiese dicho lo mismo le hubiésemos aplicado unas patadas en el culo –exclamó Fred.

            -Harry dijo que a Harry le esta brotando su primer diente –dijo George después de calmarse.

            -Si, le está molestando mucho.

            -¿Y por cuánto tiempo será eso?

            -No tengo idea, pero será mucho, pues le falta toda la dentadura.

            -Es cierto –respondio el gemelo riendo- pobrecito.

            -Está calmado ahorita, lo está cuidando Betsy.

            -¿Quieres que te ayudemos a bajar algo? –preguntó Fred solicito.

            -No es necesario, gracias; ya encogí todo y lo coloque en una maleta de mano, incluida la carreola; solo deje en tamaño normal la pañalera y Betsy bajará a Harry, ella me acompañará, es muy eficiente.

            -Bueno, pero si necesitas algo, solo dilo –dijo Fred.

            -Gracias –respondio Draco con franco agradecimiento- sé que hacen todo esto por Harry y se los agradezco.

            -Bueno si… pero también es una buena oportunidad de conocernos mejor –exclamó George algo incomodo- y francamente no sé cómo es que tú aceptaste.

            -¡Ah! Eso fue por desquitarme de la comadreja de tu hermano –respondio Draco alzándose de hombros despreocupadamente- morirá de coraje al enterarse de que ustedes fueron con el secuestrador de su amigo.

            Los gemelos lo vieron hablar tan seriamente que nuevamente volvieron a carcajearse con ganas.

            Cuando dieron las 8:00 pm, un claxon se escuchó afuera.

            -Iré a abrir –dijo Fred levantándose.

            -¡Betsy, baja todo! –exclamó Draco.

            George vio aparecer a la elfina con Harry en brazos y colgados de un hombro, la pañalera y la pequeña maleta de mano.

            Pronto estuvieron instalados dentro de un cómodo y espacioso auto que los llevó hasta Brighton, en donde cada quien se instaló en su habitación.

            -Bueno, esto no está resultando tan mal después de todo –dijo Fred a su hermano.

            -Cierto, pero esto apenas comienza.

            -Si, pero Malfoy está poniendo todo de su parte, se ve que también le está costando algo de trabajo.

            -Lo entiendo, él pensaba venir con Harry y pasar unas románticas vacaciones y en vez de eso está con dos chicos muy atractivos, que tentación para él, pobrecillo.

            -Es cierto, pobrecillo –secundó Fred riendo- sobre todo con nuestras habitaciones comunicadas por esta puerta.

            Y es que Harry había arreglado eso con su agente de viajes, una habitación comunicada con otra por cualquier cosa que se presentara.

            A eso de las 5:30 am, Fred despertó sobresaltado.

            -¿Qué sucede? –pregunto George desde la otra cama al percibir ruido en el cuarto.

            -¿Estabas despierto?

            -Si… desperté en cuanto escuche a Malfoy vomitar en su baño desde hace quince minutos.

            Fred se quedó callado al darse cuenta de que el ruido que lo había despertado eran las arcadas de la otra habitación.

            -Creo que ya arrojó hasta el hígado –dijo George.

            Ambos se quedaron callados sin saber más que decir, pues los jadeos y arcadas de Draco los impresionaron de verdad.

            -¿Crees que debamos ir? –exclamó Fred.

            -No creo… pienso que se sentiría muy avergonzado.

            -Si, tienes razón… aunque siento que eso lo debilita mucho.

            -Si, pero mejor esperemos.

           

______________________________________________________________________________________.

           

            -¿Ya mejor, amo Draco? –preguntó Betsy pasándole una toalla.

            -Si, si… oh mierda, que mal me siento… -exclamó Draco sentándose junto al retrete después de jalar la palanca.

           

           

_______________________________________________________________________________________.

 

            -Betsy, dame mis medicamentos, están…

            -En el maletín de piel negra –interrumpió la elfina solicita- en seguida se los doy, amo Draco.

            -Gracias –respondio Draco cambiando el pañal de Harry, quien solo lo miraba mientras mordía su juguete.

            -El clima es muy agradable amo, hace calorcito.

            -Si… listo –dijo dejando ya a un bebé cambiado.

            -Aquí esta una jarra con agua.

            -Bien.

            Cuando dieron las 8:00 de la mañana, Draco escuchó que tocaban a su puerta tímidamente.

            -eee… Draco ¿quieres ir a desayunar?

            -Desayunar… que horror… -pensó el rubio recostado- si, ya salimos.

            Ya estaba duchado, por lo que solo tuvo que elegir que ponerse encima, eligió una camiseta azul eléctrico y una delgada chaqueta de algodón blanca.

            Media hora después salió junto con los gemelos a la parte trasera de la habitación que daba a la playa privada en donde fueron atendidos por un par de elfos domésticos. Los gemelos pidieron un desayuno regio que casi hizo saltar los ojos del rubio, pues él solamente pidió un plato de cereal y una papilla de vegetales y pollo para Harry mientras Betsy había ido a desayunar con los elfos del hotel.

            -¿Solo vas a comer eso? –preguntó Fred al verlo cucharear su cereal.

            -Si, es suficiente.

            Cuando terminaron, vieron ante sí la hermosa playa mientras el viento matutino acariciaba sus rostros.

            -Esto es genial –dijo George- el mar se ve delicioso.

            -¿Por qué no vas a nadar? –preguntó Draco.

            -mmm… pues…

            -Les agradezco su preocupación pero pueden irse a divertir, el chiste de esto no es solo hacerme compañía, de hecho solo quiero disfrutar el paisaje.

            Los gemelos se quedaron callados, pues sentían que si lo dejaban solo, inevitablemente algo malo ocurriría.

            -Vamos chicos, vayan a nadar, Harry y yo estaremos aquí, pero les recuerdo que es peligroso nadar después de comer.

            -De acuerdo –respondio Fred sonriendo siendo imitado después por su hermano.

            Cinco minutos después Betsy aparecía mientras aquellos dos corrían al mar vestidos con sus trajes de baño.

            -¿Se le ofrece algo, amo?

            -No –respondio Draco en tanto Harry comenzaba a lloriquear- ¿Qué sucede? Ven…

            Draco lo sacó de silla para bebés al tiempo que abría su maletín de medicamentos para sacar el gel para sus encías, el cual después de colocarle, se quedó calmado.

            -Betsy, coloca una manta en el piso y saca unos juguetes de Harry.

            -Si amo.

            Pronto una manta acolchada estuvo sobre el piso de duela con Harry sentado ahí en medio de varios juguetes.

            Draco lo observaba sonriendo al verlo tranquilo mientras el pequeño balbuceaba al jugar; una hora después, los pelirrojos salieron corriendo hasta donde estaban ellos.

            -¡Vamos Draco, el agua esta deliciosa! –exclamó Fred ya con el rostro colorado.

            -¿Bromeas? Claro que no iré.

            -Yo cuidaré a Harry –dijo George secándose con una toalla.

            -Anda, yo iré contigo –ofreció Fred haciéndole señas con una mano- sería un crimen que no te metieras.

            -No, no, olvídenlo, no me meteré al  mar.

            -¿Te da miedo? No te preocupes, yo estaré ahí.

            -No es por eso –respondio Draco dándose cuenta al momento de responder, que eso era precisamente lo que sucedía, además de que sería muy penoso para él que su camiseta se adhiriera a su redondo cuerpo.

            -Escucha –dijo George sentándose y percibiendo el conflicto del rubio- esta es una playa privada, nadie nos ve, además Fred es un experto nadador, no dejaría que te pasara nada.

            -Pero… podría darme un calambre.

            -Si eso pasa, te saco enseguida.

            Draco suspiro sintiéndose presionado, pero el olor de la brisa marina y el sonido del mar, mas los rostro amigables de los gemelos, terminaron por convencerlo.

            -De acuerdo, pero no usaré traje de baño.

            -¿Irás desnudo?

            -¡Claro que no! iré con esta camiseta y este short.

            -Ah bueno –respondio Fred riendo por la cara de espanto de Draco, quien nervioso se levantó para quitarse su chaqueta.

            Después se dirigieron a la playa en donde mojaron sus pies con las pequeñas olas.

            -Escucha George…

            -Soy Fred, a George es al que le falta una oreja.

            -Bueno, quien seas… hace años que no me meto al mar, yo…

            -¿Crees que dejaría que le pasara algo malo a la pareja de uno de mis mejores amigos?... y no solo por ser pareja de Harry, claro que no, es porque llevas un bebé en tu interior, y porque eres el padre de otro, muy simpático por cierto… -añadió haciendo sonreír nervioso al rubio- y porque no eres el hijo de puta que eras en Hogwarts.

            Con esas últimas palabras, Draco se le quedó mirando fijamente, para que después de unos segundos exhalara un suspiro diciendo:

            -Bien… aquí vamos.

            Entró despacio al mar siendo seguido muy de cerca por Fred, quien a menos de un metro de distancia comenzó a nadar con él. Hubiese sido mentira sino aceptaba para sí mismo que la sensación de nadar era genial, pues por primera vez en muchísimo tiempo, la tensión en sus piernas comenzaba a relajarse poco a poco, así que con más confianza comenzó a brasear con más energía.

            Fred sonrió al verlo adentrarse un poco más para después simplemente comenzar a flotar panza arriba.

            -Mira, tu papá parece nutria –exclamó George desde la playa sentado junto a Harry, quien inquieto comenzaba a lloriquear- ¿Qué sucede, tienes hambre? –dijo cargándolo.

            -Es su diente… le molesta su encía –dijo Betsy.

            -Vaya ¿y qué podemos hacer?

            -Nada, son molestias que tendrá que padecer, pero puede darle un masaje.

            -¿Un masaje? ¿Cómo?

            Betsy desapareció para traer minutos después una gasa en agua con hielo.

            -Envuelva su dedo con la gasa fría y pásela suavemente por su encía, la mordedera le alivia pero no es suficiente.

            George hizo tal cual le dijo Betsy para pasar algo nerviosillo su dedo en la tierna encía siendo mordido al instante.

            -Tienes fuerzas –exclamó sonriendo al sentir la suave presión en su dedo- ¿te gusta? –añadió al ver a Harry tomar su dedo con sus manitas y “masticar” su dedo muy quitado de la pena.

            Rato  después, Draco y Fred salían del mar siendo recibidos por Betsy con unas toallas.

            -Lo disfrute mucho, gracias –dijo Draco envolviéndose en la toalla.

            -Vengan, pedí unas cervezas de mantequilla –exclamó George.

            Después de nadar otro rato, los tres se cambiaron para salir a dar una vuelta, aunque lo que en realidad quería Draco era echarse a dormir.

            -Vayan ustedes, por mi no se detengan, leí en el folleto que hay muchos lugares interesantes para visitar.

            -¿No irás? –preguntó Fred cargando a un Harry llorón.

            -No, quisiera descansar un poco, dame a Harry para que puedan irse.

            -Pero está muy inquieto.

            -Algo, si.

            -¿Y entonces como descansarás?

            -No hay problema, hago esto todo el tiempo.

            -Ya veo entonces porque te cargas tremendas ojeras.

            Draco se quedó helado al oír a Fred e inmediatamente la vergüenza le pinto el rostro de rojo.

            -No necesito tus consejos, gracias –exclamó tomando a Harry de un sorprendido Fred que solo atino a ver como el rubio desaparecía por la puerta.

            -¿Qué mierda le sucede? –exclamó frunciendo el ceño.

            -¡Por favor, no se enojen con mi amo Draco! –dijo Betsy inclinándose repetidamente ante los molestos gemelos.

            -¡Pero es que se alocó sin motivo! –respondio George.

            -Por favor no se enojen con él… -volvió a decir la elfina estrujándose las manos- es que… bueno, el señor eee…

            -Fred –completó Fred rodando los ojos.

            -El señor Fred dijo algo sobre la cara de mi amo y… y…

            -¿Y que dije de malo? Solo dije que estaba ojeroso.

 

.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).