Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

SI TU ME QUISIERAS... por Orseth

[Reviews - 516]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

HOLIS HOLIS, MIS QUERIDOS LECTORES DE MENTE PUERCA.

AQUI ESTOY DE NUEVO ENTREGANDOLES UNA DOSIS DE DRACOPOTTERMANIA, Y ACLARANDOLES QUE AUNQUE HABIA DICHO QUE ESTA ES LA ULTIMA ENTREGA, LA VERDAD ES QUE NO, YA QUE QUIERO DEJARLOS EN SUSPENSO MUAJAJAJAJA!!!

ASI QUE ESPERO QUE ESTO LES GUSTE, LES MANDO BESOS Y BUENOS DESEOS, A LEER!!!

_____________________________________________________________________________________.

 

            Cuando vio a Ron salir de su chimenea, la sonrisa de Harry fue borrándose lentamente mientras su cuerpo se tensaba listo para responder a cualquier agresión.

            -Harry… quiero hablar contigo.

            -Tú y yo… no tenemos absolutamente nada… de qué hablar -masculló Harry lentamente, conteniendo ese golpe de adrenalina que le había calentado el rostro mientras apretaba los puños- vete de aquí antes de que yo mismo te saque a patadas.

            Ron aspiró profundo viendo esa chispa de… ¿odio? En los ojos verdes de su antes mejor amigo, Harry Potter.

            -Solo un momento, por favor –respondio el pelirrojo en una actitud bastante serena para gusto de Draco, quien ignoraba por completo quien había estado detrás de la “broma” del mensajero de las fotografías.

            -Vaya… ¿una plática civilizada para hacer entrar en razón a su mejor amigo y salvarlo de mí? –Pensó Draco fastidiado- si que tiene bolas este tipo.

            -Ya te lo dije, no necesito, ni tengo, ni quiero hablar contigo –respondio Harry dando un pequeño paso hacia adelante- así que te lo diré por última vez, sal de mi casa.

            -No vengo a agredirlos –exclamó Ron mostrando sus palmas.

            -Sería el colmo… -dijo Draco con sarcasmo.

            -¿Es que no entiendes que no me interesa a lo que vengas? –Exclamó Harry con fastidio- lo único que quiero es que te largues.

            -Lamento lo que sucedió, nunca fue mi intención que algo malo pasara–dijo Ron al verlo acercarse a él con paso decidido.

            -Me importan una mierda tus putas intenciones.

            -¿De qué habla? –preguntó Draco desde el sillón.

            -Fue él quien envió al tipo de las fotografías –respondio Harry quedando frente a frente con Ron.

            Draco alzó ambas cejas al comprender a que se refería Harry, por lo que deseó con más ganas que el menor de los weasley saliera de una vez por todas de su casa.

            -Y fue un error que lamento mucho –dijo Ron sin retroceder ante la actitud amenazante de Harry.

            -¡Oh! ¿Y debo sentirme halagado de que vengas a pedir disculpas? –Exclamó Harry riendo- ¡hombre, pues gracias!

            -Yo… no vengo solo a eso –dijo titubeante al ver la amargura que el moreno exhalaba por cada poro.

            Por toda respuesta, Harry alzó un brazo con violencia, pero no para golpear a Ron como esto lo supuso al cerrar los ojos, sino para tomar un puño de polvos flú y arrojarlos a la chimenea mientras gritaba “la madriguera” como destino. Acto seguido lo tomó por las solapas y lo arrojó dentro sin darle tiempo a reaccionar.

            -Ven, siéntate –dijo Draco al verlo resoplar después de que Ron desapareciera entre las llamas verdes.

            Pero Harry no fue a sentarse junto a él, lo que hizo fue salir de la sala sin decir nada.

            -Genial… -pensó Draco exhalando un suspiro mientras veía a Harry desaparecer por una puerta.

 

____________________________________________________________________________________.

 

            Cuando la familia Weasley arribó a Grimauld Place, fueron recibidos por Betsy, quien solicita los hizo pasar a la enorme sala.

            -Avisaré a los amos que han llegado.

            -Gracias –respondio Arthur cargando al pequeño Harry, quien dormía recargado en su hombro.

 

____________________________________________________________________________________.

 

            -Amo Draco, la familia Weasley ya llegó –informo la elfina a Draco mientras éste había acumulado un montón de ropa sobre la cama mientras exclama angustiado:

            -¡Nada me queda!... ¡no puedo presentarme frente a ellos con ropa de hospital! Menos mal que llegaron tarde y recordé que traigo la maldita bata puesta.

            -¿Y porque no la agranda con un hechizo, amo?

            -¡Ya lo intenté, genio!... pero ya la agrande tantas veces que la tela ya está muy traslúcida… mierda –masculló aventando un pantalón al suelo mientras se recargaba en el armario al tiempo que se rascaba la cabeza nerviosamente- me veo horrible.

            -No es verdad amo, usted se ve muy bien.

            -¡Oh vaya! ¡Viví engañado todo este tiempo! Creí que tenía una elfina a mi servicio, pero ahora me doy cuenta de que en realidad eres una experta en modas –refunfuñó Draco haciendo a la pobre elfina encogerse en su sitio.

            -Perdón amo.

            -Llama a Harry ¡rápido!

            Cuando Harry llegó, encontró a Draco sentado en la cama meneando un pie a modo de tic nervioso.

            -¡Harry, ya no tengo que ponerme!

            -¿Y, quieres que vayamos de compras ahorita?

            -No tienes por qué ser tan grosero, como a ti si te queda todo.

            -Pues ya hubieras agrandado tu ropa, además no sé porque tanto drama, ellos ya te vieron así en el hospital.

            -Ya lo dijiste, en el hospital; pero ahora estoy en mi casa, no puedo estar instalado en la fodongues…

            -No exageres, tampoco es que tengas ropa al último grito, tu guardarropa se compone de camisetas y pantalones deportivos gigantes.

            Esta vez Draco ya no respondio, solo dirigió su vista al montón de ropa sobre la cama para después tomar una camiseta roja, un pantalón blanco, su varita y levantarse con dificultad haciendo que Harry se apresurara a ayudarlo.

            -Lo siento, no debí decir eso… ¿A dónde vas? –preguntó al verlo caminar.

            -¿Qué no ves? Voy al baño, necesito un poco de privacidad.

            -Oye, soy un torpe, perdón por decir esa estupidez –dijo poniéndosele en frente y tomándolo por los hombros- cuando pase esto iremos de compras, ambos necesitamos un cambio de look… es que la visita de Ron me descolocó.

            Draco miró el rostro preocupado de Harry dándose cuenta de que en verdad el pobre estaba muy arrepentido, por lo haciendo un verdadero esfuerzo, aceptó la disculpa.

            -No te enojes, ven vamos a que escojas algo mío para agrandar –continuó el auror pasándole un brazo por los hombros y haciendo que se diera la vuelta.

            -No quiero ninguna de tus túnicas, me vería como una tienda de campaña.

            -Nunca uso túnicas, ya lo sabes, solo tengo dos y son para ocasiones en las que me obligan a ir con ellas.

            -Pero de todos modos me veo horrible…

            -Te ves genial –dijo Harry poniéndosele de nuevo en frente mientras ponía sus antebrazos en los hombros del rubio.

            -Ni siquiera podemos abrazarnos bien –masculló Draco viendo su enorme vientre pegar en el estomago de Harry.

            -Pues aun así me dan ganas de cogerte cada que te veo desnudito –continuo el moreno dándole un suave beso en los labios.

            -Mentiroso…

            -En serio… tus piernas siguen siendo hermosas y me encanta tocarlas e imaginarme en medio de ellas… recordar como las abres para mí… y tus nalgas… Merlín, me enloquecen tus nalgas… -masculló besándole el cuello mientras bajaba una mano y estrujaba una- abrirlas y lamer lo que está ahí mientras mis manos las acarician y aprietan.

            -mmm… -gimio sintiendo los dientes en su cuello.

            -Me sigue enardeciendo ver tu piel blanca… tan suave que solo quiero morderla y acariciarla todo el tiempo…

            -Pero… estoy…

            -¿Gordito?

            -¡No! iba a decir… bueno, si… estoy enorme…

            -¿Y crees que me molesta verte así? –continuo Harry besándole las mejillas y el otro lado del cuello- al contrario… me gusta verte así porque me hace recordar que estas así porque te la metí hasta el fondo… porque soy yo y nadie mas quien te hace el amor, porque les demuestra a todos que eres mío…

            -Harry… eres un maldito macho de ideas retrógradas.

            -Y solo porque tu salud no me deja, pero si pudiera, ahorita mismo te encueraba y te hacía el amor hasta que naciera el bebé.

            -Tonto… -musitó Draco sonriendo al tiempo que pegaban sus frentes- ¿en serio te sigo gustando así?

            -Que me caiga un rayo si miento –respondio viendo temeroso hacia arriba recibiendo un golpe en el estomago que lo hizo reír mientras soltaba a Draco.

            -Tarado cerebro de pulga –exclamó Draco dirigiéndose de nueva cuenta al armario, solo que esta vez a la sección de Harry.

            Cinco minutos después, una camiseta de manga larga de color azul eléctrico con una motocicleta estampada al frente y un pantalón deportivo de color negro, eran agrandados justo a la talla de Draco, quien ayudado por Harry, por fin se vistió rematando su atuendo con una delgada chaqueta de algodón para cubrir lo más posible su figura.

            -Quiero los azules… -exclamó señalando unos zapatos deportivos- y calcetines negros.

            -A la orden –respondió Harry chocando los talones.

            -Y rapidito por favor.

            Rodando los ojos, Harry obedeció hasta que el rubio por fin se dio por bien servido y después de casi media hora, salieron tomados de la mano.

            -Hemos sido unos groseros al hacerlos esperar tanto ¿Dónde quedaron tantas clases de etiqueta que te inculcaron en tu casa?

            -Fueron desplazadas por tus modos cavernícolas Potter, así que deja de joder –respondio Draco entre dientes mientras sonreía a los lejos a los señores Weasley.

            -Vaya, pensé que ya estaban haciendo cochinaditas –exclamó Fred al verlos aparecer por un pasillo recibiendo al instante un sopapo en la cabeza.

            -¡Fred! –exclamó Molly.

            -Pues ganas no me faltaban -respondio Harry muy quitado de la pena haciendo que Draco se pusiera rojo hasta las orejas.

            -Tardaron tanto que Harry volvió a dormirse –dijo Sirius con el nene en el pecho.

            -Bueno, ya despertará –dijo Draco sentándose junto a él con ayuda de Harry.

            -¿Ya los atendió Betsy?

            -Si Draco, muchas gracias, nosotros trajimos una tarta de chocolate y crema como postre –respondio Molly haciendo que Sirius y Draco se sonrieran entre sí.

            -Harry… -exclamó Arthur llevándoselo discretamente a un lado del salón- dime la verdad ¿Ron vino aquí?... lo vi salir de la chimenea y su expresión me dio mala espina.

            -Si, vino aquí.

            -¡Diablos!... espero que no haya causado más problemas, hablare con él, te lo aseguro.

            -No causó ninguno, afortunadamente yo estaba en la sala, pero no se aflija, usted no es responsable de lo que él pueda hacer.

            -De todos modos Harry, me apena que cause problemas.

            -Tengo todo controlado, recuerde que ya estoy en casa todo el tiempo.

            La reunión fue transcurriendo agradablemente con todos platicando muy animados, después pasaron a merendar y finalmente se despidieron dando casi las 11:00 pm, hora en la que Draco solo se mantenía despierto por gracia de Dios.

            -Después hablamos de lo que dijo Harry –exclamó el rubio cuando los gemelos fueron a despedirse de él.

            -¿De qué hablan? –preguntó Sirius muy intrigado al oírlos mientras se ponía de pie para despedir a la familia de pelirrojos.

            -Ya le contaré luego –respondio Draco sin levantarse.

            Cuando al fin todos se fueron, Draco echo la cabeza hacia atrás exhalando un suspiro.

            -Estoy exhausto… me muero de sueño.

            -Se nota, ven vamos a dormir –dijo Harry tendiéndole la mano.

            -Bueno chicos, me voy a la cama, buenas noches.

            Cuando Sirius se retiró, Draco tomó la mano de Harry para levantarse.

            -¡Uff!... me duele la cintura…

            -Te daré un masajito antes de dormir –dijo Harry viéndolo caminar como pato.

            -Este niño viene más grande que Harry…

            -Si, Harry era de talla muy pequeña y Sirius viene enorme.

            Cuando al fin llegaron a la habitación, Draco se preparo para dormir en tanto Harry sacaba unos pijamas del armario.

            -Oye Harry… -exclamó Draco saliendo del baño- dime una cosa, si no me hiciera daño ¿en verdad te gustaría que hiciéramos el amor?

            -¿Por qué la pregunta? –respondio sacándose la ropa para ponerse la pijama.

            -Por nada, simple curiosidad.

            Harry se puso una camiseta mientras le sonreía al rubio.

            -No crees cuando digo que me gustas tal como estas ¿verdad?

            -Pues es que siendo sincero, la verdad no… ¿Quién en su sano juicio querría acostarse con un hombre tan barrigón? Ayúdame a quitarme los calcetines –añadió sentándose en la cama.

            -Draco, la atracción no es solo cosa física, me gustas tal como estas… llámalo “amor” o lo que sea, pero…

            -Es que estoy repulsivo… mi barriga es muy grande, no va acorde con mi estructura… -interrumpió viendo al moreno hincado frente a él quitándole los calcetines.

            Harry alzo la cara y vio el compungido rostro de Draco, por lo que terminó sentándose junto a él.

            -¿A qué viene todo esto? –preguntó gentil.

            -Es que hoy vi a los gemelos y están muy bien.

            -¿Cómo que están muy  bien? –respondio frunciendo el ceño.

            -Si… son altos y tienen muy buena figura, no me digas que no lo has notado y no me pongas esa cara que estar gestando a un niño no me hace ciego.

            -De acuerdo, de acuerdo… pues sí, tienen buena estampa ¿y?

            -¿Te gustan otros hombres?

            Harry se rascó la cabeza mientras buscaba las palabras correctas para responder.

            -Draco, se nota que no tuviste mucha vida romántica recorrida.

            -¿Qué quieres decir? –respondio frunciendo el ceño.

            -Que esas cosas no se preguntan ¿Cómo me explico?... mira, el estar con alguien no nos hace ciegos como tú mismo lo dijiste, por eso…

            -O sea que si te gustan otros –interrumpió mirándolo fijamente.

            -Digamos que sigo apreciando la belleza masculina, nada más… pero cuando se hacen este tipo de preguntas están dos respuestas.

            -¿Cuáles?

            -La sincera y la que quieres oír.

            -Bien, ya entendí –respondio haciendo un gesto despectivo con la mano.

            -No, espera… lo que quiero decir es que si soy sincero, claro que veo a otros hombres, no puedo cerrar los ojos, pero el que aprecie su físico, no significa que me gusten… Draco, te sientes muy inseguro por lo que estás viviendo, pero cuando esto pase, te aseguro que el que tendrá que preocuparse seré yo, además no creas que ya se me olvidó que les estuviste checando el trasero a Fred y a George.

            -No les estuve viendo… bueno si, un poco… -respondio sonriendo sin poder evitarlo- tienes razón, me siento muy inseguro por verme cada día más gordo.

            -¿Lo ves? Estoy seguro que en otras circunstancias no me preguntarías eso.

            -Pero… ¿de verdad te sigo gustando así? –Insistió señalándose a sí mismo- sé que me amas, pero… la verdad no estoy muy antojable, no me quieras engañar.

            -Claro que me sigues gustando –respondio besándole la mejilla.

            -¿Y si el señor Jackson lo autorizara, tendríamos sexo? –preguntó mientras alzaba una ceja.

            -Claro.

            -Pues fíjate que le pregunté y me dijo que podía –declaro Draco girándose un poco para verlo mejor.

            -Sí, claro.

            -En serio, quería estar completamente seguro y hablé con él al respecto.

            Harry se giró también al verlo hablar muy seriamente, por lo que viéndolo muy tranquilo y con rostro serio, exclamó:

            -¿Hablas en serio?

            -Muy en serio.

            -Pero estás muy delicado, no creo que el  señor Jackson permita que te arriesgues así.

            -Muriéndome de la vergüenza, te diré lo que me respondio… me dijo que si solo nos limitábamos a la penetración, ya no había riesgo, a menos claro, que practicáramos “El salto del tigre” desde el armario, algo que por obvias razones debemos evitar.

            -¿El salto del tigre? –repitió Harry estallando en carcajadas.

            -Ajá… dijo que debo evitar toda actividad brusca, pero que la estimulación que proporciona el sexo me haría mucho bien.

            -¿De verdad, de verdad hablas en serio?

            -Si quieres pregúntale.

            -Noooo, gracias.

            -¿Lo ves?... no haríamos nada aunque pudiera –exclamó sonriendo cansinamente.

            -Nene, te mueres de sueño –respondio Harry pegando su frente con la de Draco- la recomendación del medimago fue reposo absoluto, no es que no te me antojes, es que se me hace difícil de creer que el señor Jackson lo permita;  no creo que meterte mi polla te haga mucho bien cuando hace apenas un  mes tuviste una hemorragia muy fuerte.

            -Yo podría…

            -Y ni sugieras que seas tú quien me la meta.

            -¿Por qué no?

            -En primera porque creo que con esa barriga, no le atinarías y en segunda… porque sabes que mi preferencia es otra.

            -Pues deberías probar y no ser tan cerrado de mente.

            -Pues fíjate que ya lo hice.

            -¿En serio? Me habías dicho que no.

            -Lo hice solo dos veces y aunque sí llegué al orgasmo, la verdad no lo disfruto tanto que cuando soy yo quien la mete; no lo sé… es lo que me gusta –declaro encogiéndose de hombros- además, eso exige mucha energía, eso hasta tú lo sabes.

            -Si, eso es cierto… -respondio Draco alicaído.

            -¿En serio, en serio te dijo que si podíamos? –preguntó con los ojos entrecerrados.

            -¡Que sí, ya te dije que sí!

            -¡Ah bueno!... pero ¿Cómo te sientes? Sé sincero por favor.

            Draco torció la boca para terminar respondiendo:

            -Cansado.

            -¿Ya ves que no soy yo?... aunque no me creas, me gustas tal como eres, solo que no puedo demostrártelo como me gustaría, ahora a dormir –concluyó besándole sonoramente la sien al tiempo que se levantaba para terminar de cambiarse.

            Haciendo pucheros, el rubio hizo lo mismo para caer como piedra en cuanto su cabeza tocó la almohada haciendo sonreír a Harry mientras lo veía dormir.

            -Oh Draco… -pensó recargado en su codo- si tú supieras cuanto es lo que te quiero, nunca volverías a preguntarme si me gustas tal como estas.

            Aunque era un hecho de que Draco se sabía amado, de eso no le cabía la menor duda; se sentía amado, pero no se sentía atractivo; por eso sabía que si Draco quería hacer el amor, no era precisamente porque tuviera muchas ganas… aunque ciertamente el rubio era un calenturiento de marca mayor, pero ahora solo quería reafirmarse, deseaba sentirse atractivo a pesar de tener nada más y nada menos que a un bebé gigante en donde solo debería haber un vientre hermoso y plano. De cierta manera él lo comprendía, seguramente no era nada fácil tener en mente la imagen de un hombre como tal, pero con la estampa de haberse tragado un balón de básquetbol y estar así durante meses; era sincero cuando le decía que su cuerpo no le desagradaba en lo absoluto, de hecho hasta se le hacía tierno, algo que ciertamente nunca le diría al rubio a riesgo de recibir una patada en las bolas.

            Sonrió mientras se colocaba atrás de Draco quedando en posición de cucharitas de estante, aspirando el aroma de su cabello y pasando su mano por el hinchado vientre sintiendo al instante un leve golpecito en su palma con el cual Draco ni siquiera se movió. Dejó ahí su mano por un buen rato y con sus ojos libres de sueño lo único que se dedicó a hacer fue a disfrutar de la cercanía de aquel cuerpo tibio y querido, tan querido que con estar en esa simple posición, se sentía feliz de tenerlo solo para él.

            Draco suspiró en medio de su tranquilo sueño, haciendo que Harry se recargara en su codo otra vez y observara su perfil; miró las doradas y largas pestañas adornar esos ojos grises ahora dormidos que tanto le gustaban, observó esa nariz respingada que había heredado su hijo… miró su mejilla sonrosada y esos labios entreabiertos tentándolo a comérselos a besos.

            Dio un beso a esa mejilla que él consideraba como suya y volvió a recostarse sonriendo al recordar las palabras de Draco…

            -“Un macho de ideas retrógradas”… sí, eso soy y me importa un soberano pito…

            Y sin más, cerró los ojos quedándose dormido en cuestión de minutos.

 

____________________________________________________________________________________.

 

            -Buenos días… -escuchó mientras recibía un beso en la mejilla- ya son las 9:00 am ¿Qué no piensas levantarte?

            Harry abrió un ojo mientras se cubría la cabeza con la manta.

            -¡No seas holgazán! –exclamo Draco jalándola hasta quitársela por completo.

            -Déjame dormir… tengo mucho sueño… -protestó mientras se abrazaba a la almohada.

            -¿Acaso te crecieron las bolas durante la noche y por eso no te puedes levantar? ¿Tanto te pesan? –dijo Draco riendo.

            -No, pero me creció otra cosa, si quieres te la enseño.

            -Tarado… -respondio riendo mientras sacaba una toalla del armario.

            -¿Vas a bañarte?

            -Ajá.

            -¿Y porque no empezaste por ahí? –respondio Harry levantándose.

            -Porque ya compramos una silla de baño, puedo sentarme ahí y bañarme sin riesgo a caerme.

            -Si, pero yo también quiero bañarme –dijo mientras se estiraba para después dirigirse perezosamente al armario y sacar otra toalla.

            Ya en el baño, Draco comenzó a desvestirse hasta quedar completamente desnudo mientras Harry hacia lo mismo, después abrió el grifo dejando salir el agua caliente y se sentó en seguida en su silla para revolver su cabello con el agua. Harry lo siguió para quitar sus manos y hacerlo por él ayudándolo después con todo lo demás.

            Ya bañados los dos y vestidos con sus batas de baño, regresaron a la habitación en donde Harry comenzó a sacar prendas de su ropa para los dos.

            -Me gustaría ir a dar una vuelta al jardín, quiero ver todo el trabajo que nos espera con él.

            -Claro.

            Después de desayunar y con la carreola empujada por Harry, los chicos salieron al jardín acompañados por Betsy.

            -Están horrendos –exclamó Draco del brazo de Harry mientras veía las hectáreas llenas de maleza- seguro está infestada de gnomos y de no sé cuanto bicho más.

            -Una vez di un vistazo y me parece que en la parte norte está el invernadero que mencionó Sirius ¿quieres que vayamos allá?

            -Vamos.

            A media mañana, regresaron después de ver solo una pequeña parte de los enormes jardines encontrándose con una inesperada visita.

            -Mira, la verdad no sé cómo decirte que…

            -Solo dame un minuto –exclamó Ron parado a media sala en tanto Draco sacaba a Harry de la carreola y se lo llevaba a la cocina con Betsy pisándole los talones.

            -Prepara una papilla de manzana.

            -Si amo.

            Cuando quedaron solos, Harry miro al pelirrojo que continuaba de pie ante la chimenea, como temeroso de dar un solo paso más.

            -Vete Ron, no quiero bloquear la entrada a la “Madriguera” por respeto a tus padres, pero si es necesario…

            -Solo…

            -¡Lárgate ya!

            Apretando los labios en un claro gesto de impotencia, Ron se dio la vuelta y se fue de ahí.

 

_____________________________________________________________________________________.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).