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SI TU ME QUISIERAS... por Orseth

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            Docenas y docenas de personas habían sido interrogadas, y es que con una movilización nivel 2, un auror podía interrogar a cualquier persona que se le hiciera sospechosa haciéndole beber un sorbo de Veritaserum, sin importar el lugar en el que se encontrara.

 

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            -Buenos días Baltasar –saludó el señor Gordon al entrar a la oficina del señor Parrish.

            -Buenos días Gregory, ya me enteré que representas a Lucius Malfoy.

            -Así es y por eso estoy aquí –respondio el abogado tomando asiento frente al presidente del Wizengamot.

            -Cada vez que pienso que ya no me sorprenderás, sucede algo que hace que reconsidere eso –exclamó el presidente del Wizengamot ofreciéndole un té, que el abogado aceptó.

            -Eso es un halago viniendo de ti, recuerdo que en Hogwarts el que siempre sorprendía a todos eras tú.

            -¿Estabas atento a mis acciones? –pregunto Baltasar poniendo dos cubitos de azúcar a su taza.

            -Claro ¿Por qué te sorprende?

            -Porque tú ibas en segundo cuando yo iba en séptimo, por lo general los niños de primero y segundo se ocupan de otras cosas.

            -Pues ya ves que yo no soy como los demás.

            -Si, me di cuenta de eso hace muchos años, pero dime ¿Qué se te ofrece?

            -Bueno, Draco Malfoy me contrato para representar a su padre y aunque por ahora este desaparecido con riesgos de no regresar nunca, debo de hacer mi trabajo, pues ya me dio una parte de mis honorarios.

            -¿Y?... sabes que Lucius Malfoy está incapacitado para ser juzgado.

            -Si ¿pero por cuánto tiempo permanecerá en un lugar en donde solo lo cuidan? Él necesita atención medica que se ocupe de su recuperación, no que solo se ocupen de asearlo y de darle de comer.

            -¿Pretendes sacarlo de San Mungo para que se recupere en casa como si estuviera libre?

            -Exacto –respondio Gregory sonriendo mientras levantaba su tasa provocando que Baltasar sonriera mientras agregaba otro cubito de azúcar- no sé porque lo ves tan difícil, es más… con lo que está pasando, la gente comprendería que Lucius Malfoy quedara exonerado de todo cargo y se fuera a su casa con su hijo y sus nietos.

            -Claro, no sé porque me complico tanto la vida ¿verdad?

            -Ajá.

            El viejo abogado miró la sarcástica sonrisa de Baltasar Parrish mientras éste dejaba su tasa en el platito.

            -Quien mejor que tú sabes que un preso tiene derecho a estar lucido en su propio juicio –dijo finalmente el presidente.

            -Lo sé.

            -Además ¿Cómo ayudará a preparar su defensa?... ¿también eres ventrílocuo?

            -No todo tiene que ser tan difícil Baltasar... –exclamó Gregory inclinándose sobre el escritorio como para darle más énfasis a sus palabras- La historia de la familia Malfoy es muy complicada, es verdad… pero también ha pagado su cuota como todos los demás.

            -Cuota que ellos mismos se buscaron si mal no recuerdo.

            -Deuda que ya pagaron si mal no recuerdo yo.

            -¡Vaya! No sabía que ya estábamos en juicio –exclamó Baltasar alzando las cejas.

            Gregory sonrió sabiendo que pisaba terreno resbaloso, pues si bien Baltasar Parrish era un antiguo condiscípulo de Hogwarts, también era el presidente del Wizengamot.

            -No, es obvio que aun no lo estamos, pero podríamos estarlo si tu lo autorizas.

            -¿Y porque habría de hacerlo?

            -Porque puedes, eres el presidente del Wizengamot.

            -Eso no significa que pase por encima de la ley.

            -Vamos Baltasar, no te pongas en ese plan, sabes que no infringirías la ley; como presidente del Wisengamot tienes la autoridad para autorizar un juicio en el estado mental de Lucius Malfoy, no estamos en el mundo muggle.

            -Eres todo un retorcido… -respondio Baltasar ya no tan sonriente- si la situación fuera adversa y yo recurriera a esa autoridad, alegarías que Malfoy no está capacitado para enfrentar su juicio, y yo, por esa absurda moralidad, no podría hacer nada; tenga cuidado abogado, no me gusta que me tomen el pelo.

            -Te lo tomaría si lo tuvieras –dijo Gregory sabiendo que abusaba de su suerte- pero eres demasiado listo para eso, estoy consciente.

            Baltasar no pudo reprimir una sonrisa ante el desfachatado comentario del abogado.

            -Tienes suerte de que no te saque a punta de varita de mi oficina.

            -Si, soy un suertudo… pero vamos Baltasar, estamos ante una laguna jurídica, así que ¿Por qué no tomar entonces la decisión más práctica? Porque hay que aceptar que Lucius Malfoy es una carga para ti, para el Wizengamot y hasta para el ministro; ese hombre es uno de los últimos rescoldos de la guerra, algo que debe quedar atrás, y tú mi querido amigo, tienes la solución en tus manos.

            -¿Desde cuándo somos amigos? –exclamo alzando una ceja.

            -La mentalidad de la gente cambia como el viento.

            -Sé a dónde te diriges… y te advierto que la gente dañada por Lucius Malfoy no olvidará el daño causado por ese hombre solo porque la mayoría se compadezca de él.

            -Es verdad, pero también es cierto que esas personas que supuestamente él dañó, estarían ahora hundidas en la miseria y pánico, al igual que todos nosotros debo añadir, si ese hombre no hubiese acabado con Lord Voldemort en el preciso momento.

            Baltasar se quedó sin palabras por un instante, por lo que Gregory aprovechó para seguir hablando.

            -Mira Baltasar, no te pido que firmes un pergamino y lo dejes libre en este instante, lo cual sería muy agradable claro; solo te pido que veas la situación de Lucius Malfoy desde una perspectiva diferente a la que cualquier doctor en leyes haría.

            -¿Y cómo sería eso, si puedo saber?

            -Lucius Malfoy no es un prisionero ordinario, por lo tanto no merece un juicio ordinario.

            -¿Entonces que merece, según tu?

            -Déjame hablar con el Wizengamot y exponerles este caso.

            -Ya entiendo, no pides un juicio ordinario, me estas pidiendo una audiencia sin fiscal ¿no es así?

            Gregory miró al anciano con gesto serio y reconoció que las palabras dichas al viejo mago sobre su astucia, eran ciertas.

            -Si –dijo finalmente- eso quiero, pero no es un absurdo ¿Qué mejores fiscales que ustedes? Además Baltasar… ya han hecho eso anteriormente ¿recuerdas el caso de Sirius Black y Draco Malfoy?... abusando de mi suerte, no se cual es el problema ahora.

            -Que precisamente queremos evitar que eso pase de nuevo –replico molesto el viejo mago- la gente clama por justicia pero cuando esa justicia no les conviene, es entonces cuando vienen con sus malditas quejas.

            -A mi no me interesa la gente, me interesa mi cliente… vamos compañero, no te molestes por mis francas palabras, solo dame una oportunidad y yo sabré aprovecharla.

            Baltasar sonrió mientras negaba con la cabeza, pero su negación no era por el juicio, sino por la astucia y desfachatez del viejo abogado.

            -Sé que no pido un absurdo –añadió viéndolo recalentar su té con su varita- y tú también lo sabes, Baltasar; déjame exponer este caso, tengo argumentos.

            -No lo dudo.

            -Podríamos ahorrarnos muchos dolores de cabeza, tanto tuyos como míos, piénsalo.

            -Bien, lo pensaré.

            -Gracias –dijo Gregory poniéndose de pie mientras le daba la mano- mantenme al tanto por favor.

            Baltasar Parrish lo vio salir de su oficina teniendo muy presente al chiquillo de cabello negro que había llamado la atención de los profesores en el colegio hacía muchos años, y de él mismo, reconoció; pues Gregory Gordon fue todo un Slytherin desde que puso un pie en el viejo castillo.

 

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            -¿Draco? –Exclamó Harry asomándose al baño viendo al rubio inclinado en el inodoro -¿Cómo estás?

            -Mis nauseas ya no son tan fuertes como antes, estoy bien –respondio secándose la frente.

            Harry esperó un rato mas viendo a Draco dar algunas arcadas mas para finalmente caminar hasta el lavabo.

            -Nos trajeron otro pan –musitó después de asearse- detesto el pan…

            -Sí, lo vi en el colchón –respondio el moreno tendiéndole la mano.

            Caminando con pasos lentos, regresaron a la habitación en donde el rubio simplemente se quedó de pie.

            -¿Qué sucede, no vas a acostarte?

            -No Harry… ese colchón es muy incomodo, además me hace falta la almohada entre las piernas, me sofoco y no puedo respirar, prefiero estar de pie.

            Harry vio la sonrisa con la que Draco intentaba tranquilizarlo y sintió más pesar al verlo recargarse en la pared con las manos en la espalda.

            -Vamos, come el pan –dijo entonces.

            -No tengo hambre.

            -No es por hambre.

            -Ya lo sé, pero el pan me provoca acidez, ya lo sabes.

            -¡Draco, no estamos para estúpidos remilgos, come el maldito pan! –gritó levantando el pan a pesar de sus dolencias y tendiéndoselo.

            Draco miró el enrojecido rostro de Harry y en lugar de molestarse por su actitud, tomó el pan y comenzó a comer en silencio mientras alzaba una ceja.

            Harry exhalo un suspiro en tanto se sentaba con cuidado en el colchón.

            -Lo lamento, no quise gritarte…

            -Lo sé, por eso te lo paso, si estuviéramos en casa te hubiera mandado a la mierda.

            Harry ya no dijo nada, la angustia lo estaba matando y cada vez se sentía más desesperado.

            -No tengas mied…

            -No tengo miedo –interrumpió el rubio mirándolo fijo.

            Era una soberana mentira, pero veía como Harry estaba desesperándose cada vez más y no podía culparlo, pero no necesitaba angustia extra a la que ya tenía.

            -Dios… -musitó Harry agachando la cabeza; estaban en un callejón sin salida, completamente rodeados de enemigos y sin ninguna ayuda, con Draco a punto de tener al bebé y sin medicamentos. Ahora entendía porque no dejaban que los familiares se involucraran en los casos a investigar- no sé qué hacer…-pensó apretando los puños.

            -mmm…

            Alzó la cara al oír el suave quejido de Draco, quien había recargado sus manos en sus rodillas.

            -¿Te sientes mal? –preguntó alarmado.

            -No… es solo que me duele la espalda y la cintura.

            Draco alzó la mirada al oírlo levantarse e ir hasta él.

            -Date vuelta –pidió el moreno haciéndolo recargar las manos en la pared.

            El rubio obedeció sintiendo un alivio inmediato al recibir un masaje en la cintura.

            -Eso se siente bien…

            -Me alegra.

            Al cabo de cinco minutos, se dio la vuelta poniendo una  mano en el hombro de Harry.

            -Es suficiente, quisiera sentarme.

            Mientras lo ayudaba a sentarse en el mugroso colchón al ras del suelo, odió tanto a Michael Kingston por someter a Draco a esos sufrimientos en esa etapa tan avanzada de gestación.

 

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            -¿Cómo vamos, Billy? –preguntó Wright a un chico estudiante de la academia que atendía el sin fin de lechuzas que llegaban al cuartel, provenientes de la gente.

            -mmm mujer de setenta años dice que ayer a media noche, Harry Potter se metió a su cama y tuvo sexo con ella; solicita a un auror.

            -Le enviaría a un loquero si tuviera tiempo.

 

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            Tres días habían pasado desde el secuestro, pero los chicos no tenían noción del tiempo encerrados en aquella habitación.

            -¿Puedes ayudarme a levantar? Quiero ir al baño.

            Para aquel entonces, los papeles se habían invertido, pues ahora el que requería ayuda para ponerse de pie, ya no era Harry, quien a pesar de la raquítica alimentación, ya se sentía mucho mejor de sus golpes, pero con pesar vio a Draco comenzar a renguear y sin necesidad de preguntar, supo que la pierna del rubio había comenzado a doler. Pero Draco no se quejaba de nada, simplemente intentaba quedarse en un solo lugar aguantándose sus dolencias.

            Sonrió al ver a Harry afuera de la puerta esperándolo y le extendió la mano para apoyarse en él, sentían que el tiempo se había  detenido en ese lugar.

            Pero lo que menos hacía el tiempo era detenerse, pues afuera las cosas seguían moviéndose a velocidad vertiginosa.

            -¡Vaya! Fue más rápido de lo que pensé –exclamó el abogado Gordon al recibir una lechuza del ministerio.

            -¿Qué dice, querido?

            -Me han concedido la reunión con el Wizengamot –respondio sonriéndole a su esposa- francamente llegue a pensar que me la concederían hasta dentro de algunas semanas... esto es bueno.

            -¿Significa que están ansiosos por concluir este asunto?

            -Así es o al menos eso espero, también puede ser para que deje de molestar y me pongan las cartas sobre la mesa, esta reunión es decisiva.

            -¿Para cuándo es?

            -Hoy a medio día.

            -¿Hoy? –Exclamó sorprendida- ¿te da tiempo a prepararte?

            -Si, pues no tengo ningún testigo que preparar ni nada de eso, por lo demás, yo siempre estoy listo.

            Sophia sonrió al ver la gran confianza de su marido en sí mismo y esperaba que eso no le trajera ningún problema, como siempre había temido.

 

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            -Sirius –dijo Remus entrando al cuartel.

            -Vine en cuanto recibí tu Patronus –respondio Sirius caminando hasta su amigo a grandes zancadas- ¿Dónde están, cuántos son?

            -Son dos, ya están en una mazmorra de interrogación, solo sabemos que iban a venderle trasladores sin registro a Michael Kingston.

            Con pasos rápidos salieron de ahí y se dirigieron a otra parte del ministerio.

 

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            Pero a pesar de la gran confianza mostrada por Gregory ante su esposa, el viejo abogado sabía que con el montón de magos y brujas de ideas conservadoras que conformaban el Wizengamot, nada estaba escrito; así que exhaló un rápido suspiro intentando relajarse.

            -Puede pasar –dijo una mujer de aspecto adusto abriéndole la puerta y saliendo de ahí para dejar la sesión en absoluta privacidad.

            No pudo evitar sentirse algo intimidado al ver frente a si, a un grupo de magos y brujas sentados en sus lugares como si de tronos se trataran mirándolo fijamente; sin embargo su innata confianza en sí mismo lo hizo alzar los hombros y esbozar una amable sonrisa mientras dejaba su vieja carpeta de piel en la mesa y saludaba al Wizengamot, presidido por Baltasar Parrish, quien después de responder, comenzó la sesión.

            -Informé al honorable consejo del motivo de esta reunión extraordinaria y está realmente muy ansioso de escuchar sus argumentos, abogado Gordon.

            -Estamos en una crisis, abogado –exclamó un anciano mago de calva brillante- ¿era necesario armar todo este alboroto en un momento así, acaso no podía esperar a que todo esto termine?

            -Sí, es una crisis que la comunidad mágica está pasando –convino Gregory Gordon- crisis de la cual el honorable departamento de aurores se está encargando; además no sería ético esperar el resultado de tal situación para ponerme a trabajar si ya Draco Malfoy ha pagado mis honorarios, digamos que soy como ustedes… trabajo todo el tiempo.

            Baltasar no pudo evitar esbozar una leve sonrisa al escuchar el zalamero y totalmente falso cumplido para responder al viejo Smith, miembro del Wizengamot desde hacía diez años.

            -Así que con esta reunión pretendo exponer los puntos que deben ser observados para ocuparnos del asunto de Lucius Malfoy.

            -Entonces hablemos sin reparos –dijo otra bruja de aspecto “caballesco” –Baltasar ¿podemos comenzar nosotros?

            -Claro Gertrudis.

            -Bien, esto es una tontería.

            -Vaya, que elocuencia… -pensó Gregory desde el centro de la habitación esperando más argumentos, mismo que no llegaron; por lo que otro mago tomó la palabra.

            -¿Está consciente del papel desempeñado por la familia Malfoy en esta guerra, señor Gordon?

            -Absolutamente, por lo que su mismo comentario da pie a que  replanteen su posición ante mi cliente.

            -¿Mi comentario?

            -Exacto, usted se refirió a la familia Malfoy y con el debido respeto, debo decir que eso es muy prejuicioso.

            -¿Cómo? –replicó molesto el mago.

            -Si, y debo decir que esa misma mentalidad la tiene gran parte de la gente, y por eso mismo deseo pedirles a todos ustedes que se atrevan a mirar esta situación con una perspectiva diferente, con una mentalidad que solo el Wizengamot podría tener, ya que tienen algo que muchos magos y brujas no tienen… tienen experiencia, tienen conocimiento de causa que la gente fuera de este recinto no tiene.

            Ante ese comentario, el mago ya no supo que responder, pues se sintió pillado de alguna forma, por lo que carraspeando, simplemente miró a Baltasar para que éste siguiera el debate.

            -Lo que todos aquí quieren decir, abogado Gordon… -dijo Parrish- es que Lucius Malfoy fue la mano derecha de Voldemort, por lo tanto cometió muchos crímenes que ahora simplemente no se pueden olvidar.

            -Y yo no pido que olviden, simplemente pido que la situación de este hombre sea expuesta en todos sus sentidos.

            -¿Y cuáles son, según usted? –dijo una bruja.

            -Que Lucius Malfoy es un grano en el culo para todos ustedes.

            Varias brujas se escandalizaron ante tal comentario, pero la gran mayoría torció la boca no por tal expresión, sino porque Gregory Gordon tenía razón.

            -¿Y solo por eso debemos pasar por alto sus delitos? –dijo un mago.

            -No, pero sí de castigos se trata, yo pienso que ese hombre ya pagó su deuda con la sociedad ¿Qué mejor pago que matar a Lord Voldemort?

            Baltasar Parrish simplemente guardaba silencio, no por no tener nada que decir, sino porque deseaba que cada miembro del consejo tuviera la oportunidad de exponer la más mínima duda del asunto.

            -Miren, yo sé que Lucius Malfoy cometió muchos crímenes, pero ¿Qué mas castigo quieren que reciba además del asesinato de su esposa, de la tortura física sufrida por años y del uso abominable que se le dio a su hijo?

            -Tal vez él se lo buscó –dijo una bruja.

            -Podría ser, pero entonces ¿no recibió ya el castigo merecido?

            Ante estas palabras, todo el consejo se quedó en silencio, hecho que Gregory aprovechó.

            -Podríamos traer a las víctimas de Lucius Malfoy, pero ¿Qué castigo podría recibir ya?... ¿el beso del dementor?... creo que tener conciencia de las cosas que le pasaron a su familia fue peor que recibir un beso que lo hubiese dejado ignorante de todo eso; además esas mismas personas que atestiguarían contra él, estarían hoy sometidas si Lucius Malfoy no hubiese acabado con Voldemort.

            -Pudo hacerlo gracias al sacrificio de nuestros aurores –respondio la misma bruja.

            -Sacrificio que hubiese valido un cacahuate si Voldemort hubiese conseguido realizar el ritual en el bebé de Draco Malfoy y hablo con conocimiento de causa pues tuve acceso a los informes de esa operación y en el informe dice que Voldemort estuvo a punto de asesinar a Harry Potter, cuando el Avada Kedavra  de Lucius Malfoy acabo con la vida de este desgraciado…. ¿se imaginan? Voldemort hubiese conseguido terminar con la vida del chico que nos dio esperanza durante tantos años, con la vida del chico que regresó de la muerte y nos dio otra vez, una nueva oportunidad.

            El Wizengamot volvió a quedarse en silencio mirando sus pergaminos sin verlos realmente y otros mirando al viejo abogado.

            -Ustedes tienen la autoridad para concluir con este asunto, Lucius Malfoy es algo que vienen arrastrando y que arrastraran durante mucho tiempo si este hombre sigue en custodia en una sala de hospital.

            -Y quiere que lo dejemos ir, sin más ni más –concluyó la bruja con mala cara.

            -Señora Grossman ¿podríamos dejar al hombre terminar? –dijo otro mago mirando a la mujer con cara de fastidio, y esa era precisamente la actitud que Gregory Gordon esperaba, pues era signo de que su teoría era cierta- diga claramente que es lo que quiere, señor Gordon ¿aplicar una amnistía? ¿No cree que eso sería insultante para los que fueron víctimas de Lucius Malfoy?

            -Ese es precisamente el punto, no solicito una amnistía, pues solo represento a un hombre, no a un grupo y la amnistía afecta a una pluralidad; lo que yo solicito es un indulto; pues el indulto supone el perdón de la pena, mientras que la amnistía supone el perdón del delito.

            -Es cierto… -exclamó Parrish notando al observación- el indulto no extingue la responsabilidad civil derivada del delito, la amnistía si lo hace.

            -Y eso sí que sería insultante para las victimas ¿no les parece? Miren, el juicio de Lucius Malfoy puede convertirse en todo un circo si lo juzgan con los parámetros de un mortífago común y corriente… Lucius Malfoy dejo de serlo desde hace años.

            -No quiere un juicio, pero para aplicar un indulto es necesario un acto administrativo –exclamó Baltasar- o sea, un juicio.

            -Exacto, pero a lo que yo me refiero es que ese juicio no tiene que ser algo tan llamativo para la comunidad.

            -¿Sugiere que lo mantengamos en secreto? –dijo un mago alzando una ceja.

            -Por supuesto que no, de hecho si todo sale bien para mi cliente, me gustaría que saliera en primera plana en “El Profeta”.

            -No nos adelantemos tanto –intervino Parrish.

            -No lo hago, señor Parrish –respondio Gregory- solo pido un juicio para Lucius Malfoy como un mero requisito para poder aplicar el indulto, pues considero que mi cliente ha pagado su deuda con la sociedad.

            Dicho eso, Gregory Gordon guardó silencio dando a entender que había expuesto su punto en su totalidad.

            -Bueno, hemos escuchado su petición, es momento de que nos deje deliberar sobre esto, el resultado le será informado en cuanto esté listo.

            -Gracias señor presidente, y gracias al honorable Wizengamot por escucharme, con su permiso me retiro.

            Y tomando su vieja carpeta que ni siquiera abrió, salió de la fría mazmorra.

 

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            -¿Qué tenemos, Sirius? –Preguntó Wright viéndolo salir del cuarto de interrogatorios- ¿lograste sacarles algo?

            -Si, uno de ellos era iba a venderle un traslador ilegal a Kingston con destino a Suiza, pero debido a la movilización nivel 2 ya no pudo contactarlo.

            -¿Sabe dónde se esconde?

            -No y créame jefe, que usé todos los medios de interrogación que conozco.

            Wright ya no respondio mientras leía el informe de Sirius.

            -Al menos dio unos puntos de referencia, triangulen esta posición y concentren a los equipos dos, tres, cuatro, cinco y seis a este punto, Remus quiero que te ocupes de la examinación química de la ropa de estos tipos, puede haber algo ahí.

            -Sí jefe.

           

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            -Te sigue doliendo la cintura ¿verdad? –preguntó Harry al ver a Draco removerse inquieto en el colchón.

            -Si, pero no es eso, me duele aquí… -respondio señalando su cadera.

            -Sus riñones… -pensó Harry apesadumbrado.

            -¿Cómo van? –Exclamó Kingston entrando a la habitación- ¿todo bien o necesitan una ayuda?

            -Váyase al infierno –respondio Harry sentándose.

 

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