Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

SI TU ME QUISIERAS... por Orseth

[Reviews - 516]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

           

 

            -Ya llevas un buen rato tosiendo… creo que te resfriaste –dijo sintiendo con agrado los dedos del moreno en su cabello.

            -Eso parece.

            Draco se giró un poco mientras decía:

            -¿Puedes invocar un Lumos?

            -Sí.

            -¿No atraerá eso a los otros?

            -No, coloqué hechizos de protección.          

            -Entonces déjame verte.

            Cuando Harry invocó el hechizo de iluminación, Draco pudo verlo claramente.

            -Estás horrible.

            -Gracias.

            Draco se sentó siendo ayudado por Harry, para después volver a ver su rostro.

            -Me refiero a que te vez terrible.      

            -Bueno, no me he afeitado en días… no me gusta la barba, por eso me veo así… en cambio tu rostro está muy terso… -añadió poniendo su mano en la pálida mejilla- es la ventaja de tu exceso de progesterona.

            Draco miró el sudoroso rostro y le tocó la frente diciendo:

            -No hablo de eso; estas afiebrado… y mucho.

            -Solo un poco –replicó sintiendo que su cabeza explotaba.

            -Harry, estás enfermo.

            -Estoy bien… vamos, recuéstate de nuevo. 

            Draco lo observó unos segundos con expresión preocupada.

            -No…

            -¡Acuéstate te digo! –exclamó molesto y desesperado; pues era verdad que ya estaba sintiéndose muy mal, la garganta le ardía, la cabeza le explotaba y el cuerpo le dolía; si llegaba a desmayarse, todo podía irse al carajo.

            -No… acuéstate tu –dijo jalándolo suavemente- anda Harry, descansa un poco, lo necesitas.

            Ya sin fuerzas para replicar, Harry obedeció quedando su cabeza en las piernas de Draco, quien las había estirado para darle espacio.

            -Pronto vendrán… ¿verdad?...

            -Claro cariño, ya viene la ayuda –respondio peinando ahora él, el cabello negro con los dedos.

 

_____________________________________________________________________________________.

 

            Ya había transcurrido un par de horas cuando Wright distinguió a lo lejos, un destello brillante que se dirigía directamente a ellos, por lo que sacando su varita se preparó para lo que fuese.

            -¿Qué diablos es aquello? –Pensó viendo algo así como un fantasma- ¡Que rayos…! –exclamó al verlo ya a tan solo un par de metros- ¿¡un Patronus?!

            Solo que ese Patronus pasó de largo junto a él para ir directamente al encuentro de…

            -¡Por Morgana! –jadeó Sirius viendo ante sí a un brillante ciervo de majestuosa cornamenta- ¡el Patronus de Harry!

 

__________________________________________________________________________________.

 

            -¡Oh!... –gimió Draco poniéndose una mano en el vientre- ¡rayos!...

            Ya eran varios los accesos de dolor que le hacían encogerse sin que el mismo Harry se percatara de ello y es que el rubio veía con creciente angustia como el malestar del moreno iba en aumento; ya sudaba copiosamente y se estremecía como si tuviera mucho frio.

            -Harry…

            Pero Harry ya no respondio, por lo que haciendo un gran esfuerzo, se lo quitó de encima para después gatear y mojar su pañuelo con la lluvia y ponérselo en la frente para calmarle aunque sea un poco la fiebre, mientras él mismo sentía su cara escurrir de sudor debido al dolor que tenía que aguantar.

            -¡Agh!... ¡oh Dios mío!... –jadeó pegando su frente al tronco mientras Harry yacía inconsciente a su lado.

            No le importó llenarse las rodillas de lodo, ni las manos… lo único que sentía era un tremendo dolor en el vientre como si una daga lo estuviera abriendo en carne viva.

            -¡Dios, por favor…! ¡Ayúdame…! –gimió sintiendo los ojos arrasados de lagrimas.

            Mientras tanto Kingston y sus dos mortífagos más Rupert continuaban su búsqueda con desesperación, y es que sabiendo que Harry había sido uno de los mejores aurores, con seguridad habría colocado hechizos de protección en donde quiera que estuviese.

            -No me importa quemar todo el maldito bosque… -pensó mientras caminaba en medio de la lluvia- Los mataré… juro por mi vida que no saldrán vivos de este lugar…

 

__________________________________________________________________________________.

 

            -El medimago tendrá todo listo para recibirlos –dijo Remus a través de su intercomunicador después de darle las coordenadas a Wright, quien volaba tras Sirius siguiendo al Patronus de Harry.

            -Ya vamos chicos, ya vamos… -pensó el último de los Black mientras la lluvia azotaba su cuerpo.

 

_________________________________________________________________________________.

 

            -Por aquí detecto algo… -dijo Kingston con uno de sus mortífagos siguiéndolo- si… soy muy bueno en hechizos de rastreo…

            -¿Los encontrará así?

            -No imbécil… si Harry Potter no desea ser encontrado, no lo encontraremos…

            -¿Y entonces?

            -Quemaremos el bosque… -respondio sonriendo resignado- aunque no pueda ver como se mueren, al menos tendré la certeza de que de esta no se salvarán esta vez.

           

_______________________________________________________________________________.

           

            En medio de un sueño pesado como agua que no lo dejaba salir a flote, Harry alcanzaba a escuchar los gemidos de Draco, por lo que haciendo un esfuerzo sobrehumano, abrió los ojos.

            -Dra-Draco…

            Draco giró un poco el rostro al oír a Harry, pero no pudo responderle por un nuevo acceso de dolor.

            -¡Ah!...

            -Dra…co…

            -¡Harry!... ¡Harry… ya… ya no… puedo!

            -N-nene… resis… resiste…

            Llanto convulso fue la respuesta del rubio, a quien ya no le importaba el tremendo frio y solamente podía estar despatarrado en el suelo con las manos sujetándose el vientre.

            -¡Me du-duele!...

            Pero Harry volvió a sumirse en la inconsciencia, pues su temperatura seguía en aumento.

 

__________________________________________________________________________________.

 

            -Bien… lárgate ya si quieres… -dijo Kingston  a su compinche- incendiaré el bosque; ellos están aquí, están muy cerca… Potter intentó despistarnos yendo hacia el lado contrario de donde el otro marica está escondido, no soy estúpido.

            Sabiendo que el tipo aquel ya no estaba en sus cabales, el hombre salió corriendo de ahí mientras Kingston murmuraba un hechizo incendiario en un árbol prendiéndose este de inmediato a pesar de la lluvia; hechizo que repitió en varios árboles causando un fuego que comenzó a devorar lo que estaba cerca expandiéndose cada vez mas.

 

___________________________________________________________________________________.

 

            -¡En cuanto lleguemos hagan un perímetro de medio kilometro de donde nos lleve el Patronus y coloquen hechizos de anti desaparición! –ordenó Wright a sus escuadrones.

            -¡Ya casi llegamos! –exclamó Sirius.

            Mientras tanto, Draco comenzó a olfatear madera quemada desde su escondite y alcanzó a vislumbrar, a pesar de que ya casi amanecía, la luz rojiza del fuego a lo lejos.

           

__________________________________________________________________________________.

 

            Los escuadrones de aurores vieron humo salir de entre el bosque y también al Patronus dirigirse en aquella dirección, y para cuando ya estaban muy cerca, el brillante ciervo simplemente desapareció.

            -¿¡Qué demonios!?... –exclamó Sirius deteniéndose bruscamente.

            -Hechizos de ocultamiento –dijo Wright deteniéndose a su lado- el Patronus regreso a su convocador pero los hechizos que seguramente puso Harry, ya no nos dejan acercarnos.

            -¡Maldita sea!

            Solo un escuadrón se quedó con Sirius y Wright mientras los demás rodeaban la zona.

            -Ustedes busquen el origen del fuego y deténganlo –dijo Wright a uno de los escuadrones compuesto de diez aurores- tengan cuidado, no sabemos cuántos mortífagos queden aun.

            Sirius mientras tanto se quedó  volando en el mismo lugar, sabía que si intentaba internarse en el bosque solo andaría a ciegas perdiendo valioso tiempo.

            -Vamos Harry… -pensó escudriñando el bosque- dame otra señal…

           

_________________________________________________________________________________.

 

            Draco vio sorprendido como un ciervo luminoso llegaba hasta ellos y desaparecía frente a sus ojos.

            -¡El Patronus de Harry! –Pensó con asombro y alivio a la vez sabiendo lo que eso significaba- ¡esta aquí!... ¡la ayuda está aquí!... ¡Ha-Harry!... –exclamó moviéndolo por un hombro- ¡Están… aquí!...

            Pero Harry no respondio, y él ya no pudo seguir moviéndolo, pues un agudo dolor en el bajo vientre lo hizo lanzar un alarido que lo dejó sin fuerzas.

            -¡Ay…! ¡Oh…! ¿¡Q-qué?!... –balbuceó atónito mirando sus piernas al sentir algo caliente en ellas.

            A pesar de su ropa oscura pudo adivinar que era lo que sucedía, entonces con una mano temblorosa tocó su entre pierna descubriendo con horror sus dedos manchados de sangre.

            -¡No, Dios mío!... –gimoteó sintiendo desesperación y angustia- ¡N-no… por favor!...

            Entonces comenzó a gritar medio saliendo del árbol.

            -¡A-ayuda!... ¡ayúdennos… por favor!... ¡aquí es-estamos!...

            Pero el sonido de la lluvia fue lo único que recibió por respuesta a sus gritos, así que se quedó callado sin energía para gritar más.

            -No… no puedo… -balbuceó sorbiendo la nariz y con la cabeza inclinada- no quiero… n-no quiero morir aquí…

            Sabiendo que los hechizos impedirían a los aurores encontrar el lugar exacto de su escondite y que él no podría quitar la protección que puso Harry aunque contara con la varita, no se le ocurrió nada más que llamar de nuevo al moreno, que yacía a su lado.

            -Ha-Harry… -jadeó moviéndolo de un hombro- Harry… des… pierta…

            Pero Harry solo respiraba entrecortadamente sin abrir los ojos, para desesperación de Draco, quien apenas podía hablar.

            -Por favor… -sollozó apretando los dientes de puro dolor- Harry…

            Entonces se inclinó hasta él poniendo sus manos en su pecho y hablándole al oído.

            -Despierta… qui-quita los he-hechizos… Harry ayúdame… solo no puedo… te necesito… ¡te necesito!...

            Entonces Harry abrió los ojos con el último gemido de Draco, quien simplemente recargo su frente en el hombro de Harry.      

            -Dra…

            -¿¡Harry!?...

            Harry volvió a cerrar los ojos mientras alzaba una mano y tocaba a Draco, quien haciendo otro esfuerzo, se enderezó.

            -¡Harry!... debes… ¡Ah!... debes… quitar los hechizos… Harry, quita… qui-quita los hechizos…

            Sintiendo que la voz de Draco llegaba desde muy lejos y sintiendo un frio del demonio, Harry no alcanzaba a darle sentido a las palabras que medio oía… sabía que era importante, debían serlo para que su corazón latiera frenético al percibir esa voz, pero simplemente no podía ni siquiera abrir los ojos.

            -Ha-Harry… -dijo Draco hablándole al oído- despierta… de-bes… quitar… los… los hechizos…

            -mmm…

            -¡Abre los ojos!

            Harry abrió los ojos de golpe encontrándose con un rostro muy familiar frente a él apenas a unos centímetros de distancia.

            -¿Dra…co?...

            -Te… n-necesito des…despierto… -balbuceó Draco a punto del desmayo- la ayuda…  esta aquí… debes… de-debes… quitar la protección… ¡Agh!... ¡ay!...

            Los gritos de Draco terminaron por darle sentido a las palabras que luchaban por encontrar orden en su obnubilado cerebro.

            -Draco… -musito sintiendo que su cuerpo no le respondía, que cada miembro pesaba una tonelada y que no podía moverse.

            Draco ya no pudo responder, estaba retorciéndose de dolor a un costado de Harry; por lo que el moreno intentó alzar la cabeza sin entender a ciencia cierta que debía hacer.

            -Draco…

            Pero unas palabras terminaron por encender su cerebro y eras las últimas palabras de Draco.

            -Están aquí… -pensó buscando la varita con una mano- debo… debo quitar… la protección…

            Entonces alzó un brazo en un intento de enderezarse, algo que logró después de varios intentos y sin mirar a Draco ni percibir ya sus gritos de dolor, comenzó a arrastrarse por el suelo hacia afuera, embarrándose de lodo y hojarasca, para quitar las protecciones, pues desde su escondite no podía.

            -Tengo que… quitar… quitar… -pensaba mientras avanzaba lentamente codo con codo en el suelo.

            Se alejó unos diez metros sin siquiera ser consciente de la distancia, ni de las piedras y ramitas que se le clavaban en la piel, ni siquiera de la lluvia que lo empapaba… entonces alzó la varita y murmurando el contra hechizo para al menos un par de protecciones, la dejó caer después perdiéndose ya sin poder evitarlo, en la oscuridad que desde que abriera los ojos, pugnaba por envolverlo.

            Desde el árbol, Draco lo vio quedarse quieto en medio del aguacero y aunque también estaba a punto del desmayo, supo que Harry ya no se movería aunque lo sacudiera un gigante.

            Lagrimas amargas siguieron fluyendo de sus ojos al imaginar que estaba muerto, al pensar que sería de su vida sin aquel hombre que tanto amaba… sin las risas de ese chico que era su vida…

            -No… -musitó mirándolo fijamente- tú no te puedes morir… t-tú… debes… co-conocer a tu hijo… tú de-debes… ver crecer a… t-tus hijos…

            Entonces comenzó a moverse… tan despacio y lento que pensó que nunca lograría salir de aquel hueco; entonces salió a la lluvia y arrastrándose de costado, comenzó a acercarse a Harry.

            Lloraba y gemía de dolor con cada movimiento dejando un rastro rojo en el agua lodosa del suelo, sentía que por más que se movía no se acercaba nada al inerte cuerpo de Harry, pero seguía… aun así seguía moviéndose a pesar del dolor… a pesar del miedo… a pesar de la desesperación.

 

__________________________________________________________________________________.

 

            Mientras tanto, uno de los hombres, aquel al que Kingston le había dicho que se fuera, había regresado a la cabaña para recoger sus pocas pertenencias y largarse de ahí.

            -Maldito loco… -pensó mientras se quitaba el abrigo mojado y le aplicaba un hechizo para secarlo; para después abrir el armario y sacar una pequeña valija en donde metió algunas cosas, entre ellas un fajo de billetes; después se dirigió a la sala, más concretamente a la chimenea.

            -Casa de Michael… -masculló arrojando un puño de polvos flú, los cuales solo hicieron crepitar la chimenea con llamas azules- ¿llamas azules? –Exclamó extrañado sin atreverse a dar un paso dentro- ¿Qué mierda…? -masculló arrojando otro puñado- ni hablar… -añadió aventurándose a entrar para ser expulsado inmediatamente con fuerza estrellándolo en la pared.

            -Suelta la varita y no te muevas –dijo Lance apuntándole con la suya.

            El hombre miró estupefacto al auror que le apuntaba mientras tres aurores mas se revelaban ante él.

            -¿¡Que mierda…?!

            -¿Cuántos mas hay de ustedes?

            -¡Vete a la mierda, bastardo!

            -Crucio…

            -¡Ayyyy!...

            -Math… -dijo dirigiéndose a otro auror- dale un trago de Veritaserum.

            El auror obedeció a pesar de su impresion de ver a su compañero usar una imperdonable y el hombre fue nuevamente cuestionado.

            -Lo preguntaré una vez más… ¿Cuántos mas hay de ustedes?

            -¡So-solo…! ¡Solo tres mas… aparte de Michael Kingston!...

            -Crucio…

            -¡Agh!... ¡es-estoy diciendo la verdad! –gritó en hombre mientras se retorcía en el suelo.

            -Jefe… soy Lance, solo hay tres  mortífagos mas aparte de Kingston –dijo por su intercomunicador.

            -¡No soy un mortífago!... ¡Kingston solo me contrató para este trabajo!... ¡pero no soy un mortífago!

            -Átalo –dijo Lance a otro auror mientras salía de la cabaña seguido de los demás.

 

___________________________________________________________________________________.

 

            -¡Vamos Harry!... ¡solo una señal!... –murmuraba Sirius viendo que el fuego comenzaba a avanzar sin que la lluvia pudiese sofocarlo.

 

__________________________________________________________________________________.

 

            Las llamas comenzaban a cercar a Harry y a Draco de una forma muy peligrosa mientras el rubio continuaba arrastrándose comenzando a toser por el humo.

            Cada movimiento era una tortura… cada respiro era algo agónico, pero su mente solo la ocupaba un risueño rostro infantil, un atractivo hombre de ojos verdes y un pequeño que aun no conocía.

            -¡Solo… un… poco… un poco… mas! –balbuceó tocando los pies de Harry.

            La lluvia bañaba sus lagrimas, pero no la sangre que escapaba de su cuerpo, por lo que después de dejar un marcado camino de color rojo, por fin su mano llegó hasta la varita que Harry tenía en su mano; la tomó sintiendo que la vista se le nublaba y exhaló un profundo suspiro de agotamiento; entonces la dirigió hacia el cielo exclamando:

            -¡Pericullum!

            Unas chispas rojas, semejantes a las que fueron lanzadas como pedida de auxilio en el “Torneo de los tres magos” en el laberinto, salieron de la varita y estallaron luminosas en el cielo gris; después de eso, la varita resbalo por entre los dedos mojados de Draco, quien finalmente ya no resistió mas y se desmayó junto a Harry.

            -¡Ahí! –exclamaron al unísono Sirius y Wright emprendiendo la marcha seguido por los dos escuadrones.

            Pero no habían sido los únicos que habían visto las chispas; Michael Kingston también lo había hecho y comenzó a caminar lo más rápido que pudo hacia aquella dirección.

            La lluvia caía inclemente sobre aquellos inertes cuerpos, cuerpos que fueron descubiertos rápidamente.

            -¡Al fin, al fin! –exclamó frenético Kingston al verlos en el suelo, pero también alcanzó a ver entre los arboles a un hombre que reconoció de inmediato.

            -¿¡Wright?!... ¡¿Qué demonios…?!

            -¡Suelta la varita, Kingston! –exclamó Wright saliendo de entre los árboles.

            Kingston lo miró con un odio tan intenso que el mismo Wright se sorprendió, sin embargo el odio contra aquel traidor volvió en todo su apogeo.

            -Dame un pretexto, maldito traidor… solo uno y te mataré como mereces, perro…

            Kingston miró alternativamente a su antiguo compañero y a los chicos en el suelo, sabía que solo tendría una oportunidad… ¿pero a quien mataría?... ¿a Potter o a Malfoy?... además era obvio que Wright no estaría solo, seguramente habría más aurores rodeándolo; sin embargo sonrió, no había ocupado el puesto que tuvo en el departamento por pura casualidad; había sido un buen auror y aunque ya estaba viejo y cansado, aun conservaba algunas habilidades; por lo que sonriendo murmuró:

            -¿Creen que han ganado?

            Wright lo miró atento al mas mínimo movimiento, conocía a Kingston y sabía que era un saco de mañas y que además estaba acorralado; la combinación perfecta para hacer una estupidez y provocar una desgracia.

            -Me iré al infierno… pero tú te vas conmigo… -pensó mirando a uno de los chicos; así que invocó una imperdonable mientras se tiraba al suelo apuntando a su víctima.

            -¡Avada…!

            -¡Crucio! –gritó Sirius atrás de él dándole de lleno en la espalda.

            Sus gritos desesperados retumbaron en el bosque mientras el auror continuaba apuntándole al tiempo que algunos aurores salían al claro para atender a los chicos.

            -¡Preparen su traslado, Jack ve que puedes hacer por ellos! –dijo Wright a uno de sus aurores que contaba con preparación medica.

            Mientras tanto, Sirius continuaba aplicando su imperdonable a Kingston, hasta que su jefe le tomó la muñeca.

            -Sirius…

            -Maldito bastardo… -masculló Sirius sin dejar de ver al sucio cuerpo retorcerse en el suelo.

            -Suficiente.

            Sirius levantó su varita mientras apretaba los puños y la mandíbula con fuerza.

            -Inmovilízalo… debemos atender a Potter y a Malfoy.

            Esas palabras parecieron sacarlo de su trance, por lo que mirando ansioso hacia donde estaban los chicos, exclamó con desesperación:

            -¡Ya voy!

            Wright se giró para ir hacia donde Harry y Draco eran atendidos al tiempo que hablaba por su intercomunicador para dar más indicaciones a los equipos desperdigados que seguían en busca de más mortífagos.

            -Provocaste muchas muertes… -dijo Sirius acuclillándose junto a Kingston que lo miraba con dificultad debido a las gotas de lluvia que caían en su cara- eres como una enfermedad incurable que causa daño en donde quiera que esté…

            Kingston respiraba entrecortadamente mientras veía al auror inclinarse sobre él, pudo ver su rostro a pesar de que la cabellera negra de Sirius estaba algo larga y escurría agua y lo que vio lo asustó de verdad.

            -Seguirás esparciendo odio mientras vivas… tus ojos lo dicen, nunca los dejarás en paz…

            Kingston abrió la boca para gritar, pero no pudo ni siquiera emitir sonido alguno cuando Sirius le apuntó con su varita exclamando:

            -¡Avada Kedavra!

            Wright se volvió rápidamente varita en mano solamente para ver a Kingston en el suelo con los ojos abiertos mirando hacia el cielo nublado.

            -¡¿Qué diablos…?!

            -Me apunto con su varita… -dijo Sirius levantándose de prisa y corriendo hacia los chicos pasando a un lado de su jefe que miraba todo con expresión anonadada.

            Después miró de nuevo a su auror, que angustiado se hincaba junto a los aurores que atendían a Harry y a Draco, para finalmente volver a mirar a Kingston.

            -Entonces… -musitó con un gesto irónico- fue defensa propia.

 

__________________________________________________________________________________.

 

            -Amo, tiene correo urgente –dijo un elfo domestico a un lado de la cama de Gregory Gordon.

            -mmm… ¿Qué hora es?...

            -Son las 6:00 am, amo.

 

.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).