Ya llevaba un buen tiempo así. ¡¿Como era posible que ÉL, Usami Haruhiko, estuviera así por un mocoso?! NADIE le decía que no a él, Usami Haruhiko. Y si alguien alguna vez en su vida le había dicho que no, a él le había importado un pepino y había hecho lo que quería...
¿Porqué precisamente AHORA las cosas eran así?
No podía dejar de pensar en él. En su forma de caminar tan despreocupada, en su forma tan nerviosa y educada de hablar... en sus suaves labios... en sus bellos ojos verdes tan inocentes... en esa sonrisa que tan despreocupadamente regalaba a todo el mundo...
Golpeó el escritorio de su oficina.
Ese mocoso... ¡¿en qué rayos lo había convertido?!
No podía dejar de pensar en ese beso que le robó en la Editorial. Se había opuesto... ¿y él que hizo? Simplemente dejarlo ir.
Había hecho lo que ese chico quería.
Ya había pasado bastante tiempo desde la última vez que lo vió. ¿Qué hacer?
Bien podría haberlo buscado pero...
Pero...
Ese mocoso que tanto odiaba, había elegido al maldito de Akihiko.
Le habían llegado unos extraños rumores: que ese chico estaba embarazado, que se iba a casar...
¿Qué hacer?
Ya no lo soportaba. TENIA que ver a ese niño.
***
Estaba frente a la mansión de su odiado hermano. Sin dudarlo ni un segundo, bajó del automóvil y se encaminó a la puerta. Le abrió el mayordomo.
- ¡Haruhiko-san! -exclamó sorprendido Tanaka
- ¿Donde está esa persona?
- Akihiko-san se ha ido pero...
- ¿Y el chico?
- En su habitación. ¿Gusta que... ?
- No. Yo mismo iré.
¿Qué tenía ese chico? Alguna vez se había dicho que JAMAS pisaría la casa de su hermano...
Y mírenlo donde estaba.
Además, según se había sabido, Akihiko era incapaz de vivir con alguna persona que no fuese él mismo...
Y resulta que ya llevaba bastante tiempo viviendo con ese mocoso.
Mientras iba a lo que Tanaka le indicó que sería la habitación de Misaki, logró ver en el salón a otras 4 personas... eran hombres, pero eso no era lo importante.
Si se supone que Akihiko no podía vivir con 1 persona... ¡¿Ahora con otras 4?!
Definitivamente, Misaki tenía un algo que había cambiado a su odiado hermano...
- "Y yo quiero ese algo" -pensó seriamente mientras abria una puerta.
Y ahí estaba el chico que le había robado el corazón sin esfuerzo alguno: dormido en la cama, al lado de una ventana por la cual entraba una fresca brisa. Estaba semi acurrucado en las almohadas, con un enorme estómago. Estaba rodeado de un aura un tanto extraña, respiraba tranquila y profundamente, sus mejillas estaban algo sonrojadas y sus labios semi abiertos en una sonrisa.
Se acercó a él. ¿Qué le diría? Podría despertarlo y decirle "ven conmigo, yo cuidaré de esos niños. No importa que sean de Akihiko, los querré como si fueran míos... Pero ven conmigo".
Sí, perfecto. Bien podría decirle eso. ¡¡Era una oferta que no podría rechazar!!
Iba a despertarlo, pero algo lo detuvo.
En serio... ¿era una oferta que no rechazaría?
...
No. Sabía muy bien que ese niño lo rechazaría de nuevo.
Bien podría amenazarlo, secuestrarlo, obligarlo, chantajearlo, y hacerle miles de cosas mas...
Pero ese niño jamás lo amaría.
Puso una mano en el enorme estómago de Misaki. Se sentía tan... cálido... Era obvio que dentro de ese niño habia vida...
Se inclinó un poco y besó su estómago. Enseguida sintió un brusco golpe desde dentro del estómago. Era sorprendente: ni siquiera tenian memoria, y ya sabían reconocer a su padre... y a quien no lo era.
"- ¿Amas a Akihiko?"
Miró de nuevo la cara de ese niño.
"- _________________ ... Sí..."
No le costaba nada. Además, nadie se daría cuenta...
Se acercó lentamente a la cara de Misaki. Ya casi podía sentir sus labios... sentía su aliento...
"- Lo siento Haruhiko-san, por eso, no puedo elegirlo..."
***
Akihiko llegó de la Editorial completamente molesto. Justo cuando iba entrando a lo que sería el camino de subida de los coches para la mansión, pasó a su lado un auto negro. Como pasó demasiado rápido, no logró distinguirlo bien. Tal vez era el de Miyagi...
O el de los padres de Shinobu...
O...
Rápidamente (mal) estacionó su deportivo y bajó. De plano entró corriendo a la mansión y subió a la habitación de Misaki. Suspiró de alivio en cuanto lo vio en su cama, dormido plácidamente. Su estómago se movía en forma extraña... ¿y aún así no se despertaba? Vaya que el embarazo te aumentaba el sueño.
Pero... le preocupó un poco el que sus hijos estuvieran tan agitados. Se sentó a un lado de Misaki y acaricio suavemente el estómago de su amado. Enseguida notó como sus niños se calmaron. ¿Que habría pasado?
Misaki comenzó a abrir los ojos, y sonrió cuando vio a Akihiko.
- Usagi-san -dijo en un bostezo- lo siento es que... tengo mucho sueño
- Yo también -le sonrió Akihiko
Se acercó a él y le dio un pequeño y tierno beso. Después, bajó hasta el estomágo de Misaki y le dio un tierno beso, sintiendo la calidez interior. Se quitó los zapatos, se acostó a un lado de Misaki, pegándolo a su pecho, y cerró los ojos, dejando su mano en el estómago de Misaki.
- Te amo -le susurró Akihiko.
Misaki se volvió a dormir, con una leve sonrisa en su rostro.
***
Haruhiko iba manejando su auto, realmente conmocionado.
¡¿Porqué rayos no había podido darle ni un simple beso?! ¡¡Estaba dormido, estaban solos!! ¡jamás se habría dado cuenta!
- "Él eligió a Akihiko" -pensaba molesto
Sí, había elegido a Akihiko... pero solo era un pequeño beso, uno rápido...
¿Porqué no se lo había podido dar...?
- "Porqué sabía que él no querría"
Y ese es el amor de Haruhiko.