Ban se quedó esa noche en casa de Shido, y aunque la cama de su habitación era realmente cómoda no pudo dormir, los pocos ratos que cerró los ojos sólo fue para tener horrendas pesadillas de Ginji y Kazuki, ese fue un golpe muy grande para su “inquebrantable” ser.
A la mañana siguiente Ban se “despertó” con unas ojeras enormes que hicieron que Shido se asustara un poco , pero eso no era todo, la noche anterior la había pasado bajo la lluvia, y e había secado con la temperatura del medio ambiente. Fue luego donde Shido, para decirle “buenos días”.
- Ahhhschuuuu! – Ban estornudó fuertemente, su nariz estaba súper roja y sus ojos muy cansados, por suerte encontró a Shido en la sala.
- Te encuentras bien, Midou? – le llamaba nuevamente por su apellido, aunque ahora eso le sonaba extraño, después de la confianza del día anterior.
Shido observó muy bien a Ban, tenía las mejillas bastante sonrojadas y se notaba que tenía calor… en pleno invierno, se preocupó un poco, así que colocó una mano en su frente y la otra en la propia para comparar sus temperaturas, a penas lo tocó, Ban intentó sacar su mano, pero no lo dejó.
- Demonios! Estas volando en fiebre
- Ah?! De qué estás hablando? Yo estoy perfectamente bien – la verdad se sentía fatal, tenía mareos y el cuerpo descompuesto, pero eso jamás se lo diría a Shido, además, creía que era psicológico.
- Claro que no! Estás terriblemente enfermo – Shido pensó un momento, mientras Ban le decía una y otra vez, que se sentía bien espérame un momento – se fue a buscar una medicina, pero al darse la vuelta Ban le cayó encima, así que rápidamente lo cogió en brazos. El “fuerte” castaño se había desmayado.
Ban estuvo así hasta que oscureció completamente, había un bello cuarto menguante esa noche, y por suerte lo podía apreciar desde su ventana, esa era la estación favorita de Ban, no sabía por qué, pero cuando la luna estaba en esa estación sentía que su corazón se ponía un poquito más feliz. Intentó reincorporarse cuando se dio cuenta que estaba en “su” cama.
- No! – Shido entró en su habitación con una bandeja en manos – no puedes levantarte, no he llamado a un doctor porque pensé que no te gustaría demasiado así que coopera – le dijo mientras se sentaba a su lado en la cama.
Se sentía demasiado extraño ser bueno con él, después de todas las discusiones y peleas que habían tenido – como el enfrentamiento que habían tenido en el hospital para ver quién era el mejor recuperador, justo cuando fueron a recoger a… Ginji, que estaba herido, Ginji… qué estaría haciendo en ese momento, hacía días que no lo veía.
- ¿Por qué estas siendo bueno conmigo? – le preguntó al verlo con la bandeja sobre las piernas pensativo.
- ¿Cómo? – eso sacó al Shido de sus pensamientos, no había escuchado lo que hacía un momento le había dicho Ban.
- ¿Que, por qué estás siendo amable conmigo? – le repitió entonando mejor sus palabras para que le entienda mejor.
- Pues… - por qué estaba siendo bueno con Ban en ese momento, no, no era sólo porque estuviera enfermo, en un caso normal ni eso le importaría, ahora era diferente, por qué era diferente, porque Ban ya no estaba con Ginji, pero…por qué estaba pensando en esas cosas??? – no lo sé…
- Ya veo… - bajó la cabeza y jugó con sus dedos durante un momento, sentado en la cama y apoyando su espalda en el gran almohadón donde estaba recostado. Era muy cómodo, le gustaba bastante, así como le gustaba…O_O en qué estaba pensando!.
Ban tomó la bandeja con cuidado y la colocó sobre sus piernas, se rozó un poco con las manos y las piernas de Shido al sujetar la bandeja, y sintió algo extraño, pero sólo quiso pensar que era su imaginación, no quería llegar a nada más, sólo quería pensar que era por su imaginación porque estaba enfermo.
Shido le ayudó a colocarse cómodamente la bandeja sobre las piernas, también se rozó con Ban, y también sintió algo extraño, a caso sería…, él tenía sus sentidos más agudos, no…, decidió no tomarle importancia.
Ban se comió toda su sopa mientas Shido lo observaba y lo recorría con la mirada. Era un ambiente bastante incómodo, por ratos hacía sentir un algo nervioso a Ban.
- La sopa estuvo riquísima, muchas gracias – agradeció Ban, siempre son primero los modales, y no lo decía por cumplido, sino porque realmente la sopa había estado exquisita.
- De nada, me alegra que te haya gustado – no dejó en ningún momento la seria postura que tenía – que bueno que no la prepare por la puras – musitó para sí mismo, pero de todas maneras Ban lo escuchó – ya vuelvo – se paró a tomar la fuente, al llegar a la puerta… - no demoro – y se fue rápidamente a la cocina a lavar el plato y dejarlo en el escurridero, volvió lo más rápido que pudo.
- ¿En serio lo hiciste tú? – no lo podía creer, pensó que Shido era tan malo en la cocina como él, que hasta quemaba el agua, al parecer había estado equivocado.
- Nuevamente, que bueno que te haya gustado – le tocó la frente nuevamente y también la suya sintiendo que la fiebre ya había bajado, sólo estaba un poco caliente, ahora sólo se tenía que recuperar de la gripe, aún tenía la nariz aguada, y por ratos se limpiaba con el pañuelo que le había dado y que había dejado en la mesita de noche para tenerlo cerca.
- ¿Qué hora es? – preguntó de pronto Ban, se sentía como si el tiempo se hubiera detenido
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