“Sanji… espero estés bien… te voy a sacar de ahí…ese bastardo pagara por esto… solo espera… no te rindas…por favor” pensaba zoro mientras cada vez se alejaba de la mansión en donde su amado se encontraba.
Sanji después de una sesión de sexo obligado con tamaki, se fue a dar un baño, ese era el único momento en el que él podía relajarse. Estaba deprimido, ya que cuando había venido hacia acá, durante el camino pudo ver a sus compañeros. No quería que nada les pasara, así que había decidido hablar con ellos, decirles que se alejaran, así tal vez no correrían peligro.
El rubio se vistió y salio de la habitación. Camino lo más lento posible hacia el merry “¿Que les diría?¿como debía actuar?” preguntas como esas se formulaban en sus pensamientos. “Insultarles duramente serviría”. Tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta que ya había llegado al Merry. Se armó de valor y puso su peor cara, una mirada penetrante y amenazadora. Y así subio al barco.
-¡SANJI!- Gritó la pelirroja al identificar quien había subido, los otros siguieron a la navegante y se acercaron a sanji, la pelirroja se aferro al pecho de sanji- que bueno que estas bien…
-Por que no te callas y te alejas de mi- soltó secamente el cocinero apartando bruscamente a nami
-¡¿Pero que haces?!- pregunto la navegante desconcertada
-No vistes, aparte tus sucias manos de mi chaleco- contestó con un tono frío
-…!- todos estaban sorprendidos por el comportamiento del cocinero
-Sanji que sucede?- pregunto zoro confundido por el comportamiento del rubio
-Por que no se largan y me dejan en paz- dijo secamente el rubio
-Pero pensamos que necesitabas ayuda y…- empezó a hablar ussop pero fue cortado por el rubio
-Pues no la necesito… pense que con esas cartas eran suficientes como para decirles que no los quería en mi vida- pausó un momento para ver las expresiones de los demás- Pero veo que me he equivocado… les digo algo… esta vida que me da tamaki es la mejor… no podría pedir más…
-Sanji… pero ese hombre tiene planeado algo muy malo para ti- le dijo la navegante con voz quebrada
-Que me haga todo lo que quiera… mientras pueda quedarme siempre con el no me importa- contestó fríamente y a la vez en forma burlona
-Sanji… pero que dices…- zoro intentaba reprimir las lagrimas que estaban a punto de salir
-Ya ya… basta de sentimentalismo… yo mejor me voy… no me puedo quedar en frente de gente tan idiota...- decía sanji mientras bajaba del sunny
-…-nadie pudo seguir a sanji, esa manera tan fría de decir las cosas, la manera en que los desprecio.
“Sanji… que demonios te hizo ese tipo para que dijieras eso?.... que te sucedió… sanji por dios… dime que ese no eres tu… dilo”. Pensaba zoro mientras iba directo al camarote y lagrimas salían de sus ojos.
“Perdónenme… espero que tengan piedad de mi… pero por favor váyanse de aquí… no quiero verlos sufrir… no quiero… espero que con lo que dije sea suficiente para que se vayan… si algo les pasa por mi culpa… jamás me lo perdonaré” pensaba el rubio mientras incontrolables sollozos se escapaban de su buco de camino a la mansión.
Al llegar, se limpió las lagrimas y entró en el enorme jardín que tenía la casa. Al entrar por la puerta principal se dirigió a la sala, donde se encontró a tamaki sentado en un sillón, este le indicó que se acercara, sanji obedeció y se sentó en las piernas del hombre, como el le había indicado.
-¿Donde estabas gatito?- pregunto el peliazul
-Paseando por ahí- contesto el rubio indiferente- no quería estar encerrado aquí
-Ahh… así que es por eso…- dijo tamaki ofreciéndole una sonrisa- pero no te preocupes, no sera por mucho tiempo… muy pronto nos iremos de esta isla pequeño…
-…-“Nos iremos de esta isla… que se le hace…”- ¿Cuándo?
-No lo se, tal vez en una semana- dijo el hombre- o tal vez antes no lo se
-Bueno… me avisas si?- dijo el rubio
-Si
-Entonces buenas noches Tamaki-sama
-Buenas noches Gatito
Sanji después de despedirse, subió a la habitación, se dio un baño y se acostó, quería olvidar todo, lo que había pasado con tamaki, como había hablado con sus ex-nakamas y sobre la noticia, y con esos pensamientos se quedo dormido
En el Sunny todos estaban muy deprimidos tras el suceso que había recién pasado con el cocinero, esas palabras que había dicho no eran propias del rubio. Tan afectados estaban que se habían quedado en cubierta.
-Ese no es sanji- dijo rompiendo el silencio la castaña
-¿Por qué lo dices?- pregunto una llorosa pelirroja
-Sanji no me vio y yo si lo vi a el… esa es una de las mascaras que el desarrollo para que tamaki no hiriera gente importante para sanji- respondió la castaña
-¿Lo que quieres decir, es que fue un engaño?-preguntó esperanzado el espadachín que se había aparecido por cubierta
-Si- contestó sincera la castaña
-Entonces deberíamos planear algo- propuso la navegante
-Lo mejor sera actuar- dijo yuuki- no podemos perder tiempo
-Si, eso es cierto, pero debemos descansar primero- dijo robín
-Si descansar es lo mejor
-Yo me quedo haciendo guardia- dijo zoro
-Yo también- dijo la castaña
-Bueno ok- afirmó la navegante- buenas noches a los dos
-Buenas noches- contestaron todos
El resto de la tripulación se fue a acostar, mientras que el moreno y la castaña se sentaron en la cubierta a hacer la guardia. Había un incomodo silencio, y fue zoro el que lo rompió.
-Oye yuuki…- llamó el peliverde
-Si Zoro?- contestó la castaña
-¿Crees que…Sanji este bien?- preguntó un muy cortado peliverde
-Ehh…Pues claro…Sanji es fuerte… no se rendira tan fácilmente- contesto la castaña tiernamente
-Pero, y si es verdad…le gusta esa vida… y si tal vez ¿no me ama?- preguntaba el peliverde, estaba dolido por dentro, no tenía fuerzas para continuar.
-Oye zoro… te voy a dar algo- la chica busco algo en un de los bolsillos internos del sueter, después saco un sobre, estaba un poco arrugado y se veía viejo. La chica le entrego el sobre a zoro- Siempre tengo esta junto a mí, es la carta donde sentí a sanji mas felíz que nunca, la dorma en que la escribio, fue la primera carta en que te menciono de esa forma
-…!- zoro se ruborizo por el comentario, agarro el sobre, lo abrió y extrajo el papel que había adentro lo desdoblo y empezó a leer
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¡Yuuki! ¡¿Cómo estas!
¡Tanto tiempo sin escribirte! No sabes lo mucho que te extraño, necesito a alguien con quien hablar, y tú eres perfecta para eso. Últimamente el glotón de mi capitán no ha asaltado la cocina, es muy raro, pero bueno mejor para mi, estar entre mis nakamas me hace sentir que estoy en una familia.¡¿a que no adivinas que me paso?! . Hoy ha sido el día mas feliz de mi vida, cuando salía de la cocina tropecé e iba a caer por la escaleras, pero zoro me sostuvo y no caí, y de paso que no me sostuvo por el brazo o el hombro, ¡fue por la cintura!, ese ojos negro como la noche, se posaron sobre mi, buscando contacto con los míos, o eso creo yo, pero no importa, me miraron de una forma tan intensa, estar así junto a él hace que me llene de vida, estar tan cerca de el, de ese pecho bien formado, que uno de sus fuertes brazos alrededor de mi cintura, esos ojos encima mió, ese aroma que desprendía, definitivamente ¡exquisito!. Me encanta todo de zoro, y la forma en que me mira, a veces pienso que siente algo por mi, pero no lo creo. Pero no importa, con tal de admirarlo en secreto me basta. Bueno si sigo hablando voy a terminar de escribir muchas hojas, y no creo que tengas paciencia para leer, así que ¡hasta la próxima Yuuki!
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-“Me ama, me ama… me ama”- se repetía mentalmente zoro mientras incontrolables lagrimas salían de sus ojos. De repente sintió un abrazó proveniente de la castaña, y sin dudarlo lo correspondió.
-Ya zoro… tranquilo… todo estará bien…-Susurraba tiernamente Yuuki, para darle un poco de ánimos al espadachín- salvaremos a sanji y…así los dos podrán estar juntos
-Si…. Gracias yuuki- susurro el espadachín antes de quedarse dormido en el regazo de la joven
-De nada… te mereces a sanji- dijo la castaña- más que nadie en el mundo…- y así la chica también se quedó dormida
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